por pijamasurf 02 Febrero 2011 del Sitio Web PijamaSurf contribución de Adela Kaufmann
Nuestro cerebro es una especie de jardín secreto que guarda un sinfín de flores neurológicas.
Su capacidad resulta, paradójicamente, casi imposible de concebir aún para nuestra propia mente (¿puede nuestro cerebro autopercibirse?) y en este sentido nos remite a la paradoja que cuestiona desde una perspectiva filosófica la perfección de Dios:
Pero más allá de estas neuro divagaciones lo cierto es que el diseño del cerebro humano es, a pesar del escepticismo filosófico, una manifestación perfecta, incluso divina.
Y por más que las
neurociencias lo estudien, lo incentiven, y lo catalicen, siempre
mantendrá secretos que sorprenderán a la mente que, aparentemente,
lo controla.
Esto se refiere
a la habilidad de percibir el pasado, presente, y futuro, y de
trasladarse mentalmente a través del tiempo subjetivo.
Apoyados
en imagenología de resonancia magnética, científicos han detectado
regiones específicas de nuestra corteza cerebral que permiten, a
través de mecanismos de neuro-correlación, el viajar mentalmente a
través del tiempo.
Investigadores de las universidades de Umea (Suecia) del Sur de Illinois, y de Toronto, han publicado los resultados de su investigación sobre las aptitudes cronestésicas del cerebro humano en el diario Proceedings of The National Academy of Science.
El punto del estudio es develar cual es, específicamente, la habilidad que tiene nuestro cerebro para navegar a través del tiempo subjetivo sin perder la brújula temporal.
Y al parecer la respuesta esta en su capacidad cronestésica. Cuando transmitimos información a través de neuroconexiones esto se hace de manera indistinta, hablando desde un punto de vista totalitariamente objetivo.
Pero entonces,
La respuesta, según este grupo de
investigadores es relativamente sencilla: nuestra mente puede viajar
en el tiempo y regresar al “ahora” para compartirnos la información
que recabó en otros puntos de la dimensión temporal… todos somos crononautas!
Percibir El Futuro 18 Noviembre 2010 del Sitio Web PijamaSurf contribución de Adela Kaufmann
El cerebro humano está diseñado para percibir cualquier elemento dentro del flujo de tiempo:
Hasta ahora se habían realizado diversos experimentos, algunos de ellos científicos y otros en un plano tal vez más esotérico, que apuntan a la capacidad humana de predecir el futuro.
Para ello se ejerce una especie de intuición que
nos permite presentir lo que va a pasar. Por otro lado está el campo
de la estadística, una disciplina que busca develar patrones a
partir de información pasada y con base en ellos predecir
comportamientos futuros. Sin embargo, pocas veces se ha hablado en
términos de percepción la capacidad de preveer lo que aún no ha
sucedido.
El profesor Daryl Bem de la Universidad de Cornell ha realizado una lúcida investigación en torno a la percepción del tiempo por parte de nuestro cerebro, titulada Feeling The Future (Sintiendo El Futuro).
En ella Bem presenta evidencia empírica, bastante
convincente, confirmando que en ciertas ocasiones muchas personas
pueden literalmente percibir acontecimientos futuros.
Muchos pensadores alternativos, así como escuelas de ocultismo y otras disciplinas mágicas, ya nos han hablado sobre estas aptitudes.
Lo que resulta aún más sorprendente para algunos de nosotros es que aparentemente la ciencia “mainstream” parece estar dispuesta a aceptar fenómenos que hasta ahora había negado rotundamente.
Y es que la investigación de Bem, sobre la cual ya habían reportado aquí en Pijama Surf (ver inserto abajo) hace un par de meses pero que hasta ahora fue retomada por los grandes medios, ha calificado para ser publicada en el prestigiado diario científico Journal of Personality and Social Psychology, lo cual representa un aval a la seriedad de la investigación y de algún modo predispone a la ciencia para aceptarla.
En este sentido se repite un curioso patrón que se manifiesta, a grandes rasgos, de esta manera:
A partir de los preceptos emitidos por los hombres de ciencia se gestan modelos educativos y formas culturales que permean el pensamiento colectivo de una sociedad (en particular dentro del mundo occidental).
Sin embargo, en muchas ocasiones estos postulados “absolutamente verdaderos o falsos” resultan erróneos. Pero generalmente no es de un recinto científico de donde emergen originalmente estos cuestionamientos sino de la propia población.
A partir de memes o tendencias alternativas de pensamiento liberadas por mentes “rebeldes” la población comienza a comprobar que existen cosas que supuestamente no deberían de existir y viceversa.
Una vez
que esta corriente se ha generalizado, o al menos que ha alcanzado
una dimensión significativa, existen científicos que se toman la
molestia de jugar con la posibilidad de ser y eventualmente diseñan
métodos para comprobar científicamente fenómenos que estaban
completamente pre-descartados por la ciencia establecida.
Ello nos habla que desde hace al menos ocho años esta idea ya no era exclusiva de un peculiar grupo de personas conformado por “new ageros”, ocultistas, brujos, y weirdos, sino que ya era manejada masivamente y que incluso la mayoría de la población estaba a favor de esta postura y no a favor de la rotunda negación científica ante este fenómeno.
Posteriormente el proceso por el cual algunos científicos completamente acreditados dentro de las más altas esferas de la academia y la ciencia se sienten atraídos ante la posibilidad de reconciliar la intuición popular sobre fenómenos paranormales con rigurosas pruebas que acatan el método científico.
Una vez comprobados dichos sucesos “extraordinarios” a partir de sus propios métodos la ciencia comienza a flexibilizarse, lentamente, hasta que llega un punto en el que no puede evadir la necesidad de replantear algunos de sus pilares.
Y precisamente es en esta fase en
la que nos encontramos frente a la posibilidad de percibir el futuro
por parte de la mente humana, y en buena medida este último paso ha
sido dado gracias a la significativa aportación del profesor Bem.
Ahora lo que toca, además de la próxima publicación oficial de esta investigación en el Journal of Personality and Social Psychology, es la replica de los experimentos de Bem por parte de diversos miembros de la comunidad científica.
Hasta ahora, un adelanto del estudio ha sido ya publicado en el sitio personal del profesor y desde ahora ha generado una conmoción alrededor del mundo a la vez que ha recibido decenas de solicitudes de otros investigadores que desean repetir sus experimentos en busca de confirmar este “descubrimiento”.
De hecho ya están disponibles aquí los “paquetes de replicación” de algunos de los experimentos ejecutados por Bem.
Y en caso de que el
hallazgo fuese corroborado en distintos contextos, lo cual podría
ocurrir pronto, estaríamos entrando a un nuevo plano en cuanto a
preceptos científicos frente a la relación del cerebro humano con el
tiempo.
Es importante
enfatizar en que el concepto eje de esta investigación no es la
predicción, la cual se realiza a partir del análisis de eventos
pasados, sino de precognición (la percepción consciente del futuro)
y de premonición (el percibir de forma sensible pero inconsciente
eventos que aún no suceden).
La idea de “ver el futuro” ha sido históricamente desprestigiada por ejércitos de farsantes, empalagosas columnas astrológicas, y servicios que recurren a ciertos clichés abaratados como bolas de cristal.
Tal vez por esto un cierto sector de la población, que además utiliza a la ciencia como una especie de muleta para transitar por la vida dotados de cómoda seguridad, han rechazado tajantemente la posibilidad neuro-psíquica de percibir más allá del modelo lineal de flujo temporal.
Pero Bem busca desmarcarse de conceptos como el de paranormal o el de psiquismo y más bien utiliza el termino PSI para describir el campo en donde opera su reciente investigación:
Aún esta por verse el resultado de las decenas de réplicas que seguramente reportará el experimento de Bem.
Pero lo que aparece como algo inminente es que estamos mas cerca que nunca de la confirmación científica que exima a la transmisión de información de estar acotada al modelo lineal y secuencial con el que abordamos culturalmente la dimensión del tiempo.
La información viaja por igual del pasado hacia el fututo, con el presente como intermedio, que del futuro hacia el pasado.
Y este paso sería fundamental para la evolución de la consciencia humana. Nuestra cita con el diseño de un mapa de la realidad basado en posibilidades y no de los absolutos se acerca.
Y posibilidad realmente trágica en el futuro de la humanidad sería llegar tarde a ella.
"La Emancipación llega a tiempo; que llegase tarde sería un pecado"
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