por Raw Michelle
4 Abril 2012
del Sitio Web
NaturalNews

traducción de Adela Kaufmann
Versión original

 

 

 

Raw Michelle es una blogger de la salud natural e investigador, comparte sus pasiones con otros, utilizando la Internet como su medio.
Ella discute temas de una manera directa, con la esperanza de ayudar a las personas de todos los ámbitos de la vida a alcanzar

una salud y bienestar óptimos.
Ha escrito y publicado cientos de artículos sobre temas tales como la dieta de alimentos crudos y la vida verde en general.
En 2010, Michelle creó RawFoodHealthWatch.com, para compartir con la gente su acercamiento a la dieta de alimentos crudos

y la desintoxicación.


 


El cannabis es una planta con demostrables propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, los aspectos que apuntan a su potencial para ser utilizado como un medicamento contra el cáncer.

Los Cannabinoides han sido utilizados en estudios preliminares, lo que demuestra su capacidad para reducir considerablemente los tumores, y curar el cáncer en ratones.

 



Una sustancia controlada

El establecimiento médico sigue reinventando su justificación para la demonización de la marihuana mientras cada vez más reclamaciones contra el cannabis son formuladas y descartadas.

La justificación que ocupa actualmente la mayor parte del suelo es que el cannabis es una planta, y no puede ser cuidadosamente regulada debido a la gran variabilidad química que es encontrada entre las plantas individuales.

Por supuesto, los medicamentos tienen que ser monitoreados cuidadosamente cuando la sustancia siendo utiliza es también un veneno a una dosis ligeramente superior, como lo son la inmensa mayoría de los productos farmacéuticos.

Y si bien uno puede entender el deseo de mantener los estándares de una estricta reglamentación, lo cierto es que los intentos de fijar el problema de pureza han reducido drásticamente su potencia médica, y el proceso no tiene ningún beneficio real. El control no hace que la sustancia sea más segura, porque no es peligrosa, en primer lugar. Su toxicidad es comparable al agua.

Sí, una persona podría sentirse muy mal si supera los límites físicos de su estómago con cualquier sustancia.




Una medicina para salvarnos de medicamentos

Los individuos que han utilizado con éxito el cannabis como parte de la terapia del cáncer están de acuerdo en que es necesario que haya más investigación y más discusión acerca de la ciencia real detrás de la química de la planta - no sólo evidencia anecdótica de usuarios individuales.

Por desgracia, la mayor parte de la investigación de las aplicaciones médicas del cannabis se están haciendo ilegalmente y en secreto.

La controversia, incluso de acuerdo a los propios investigadores, es el principal obstáculo para la realización de estudios científicos sobre las propiedades de la planta. Al estar una sustancia clasificada como una droga de Clase I, incluso la investigación sobre el cannabis es una actividad ilegal.

Muchas personas enfermas, simplemente no pueden esperar a que los gobiernos superen sus obsesiones, ni tampoco tienen la expectativa de que las mismas deberían ser justificadas.

Actualmente, los pacientes están obligados a agotar el potencial de otros medicamentos contra las náuseas, muchos de las cuales son menos seguros, para entonces prescribir marihuana medicinal.

 

 


Inauguración de Inicios de una Ciencia Verdadera

El gobierno ha autorizado a algunos fabricantes a producir extractos de ácido THC de la planta de cannabis, así como sintetizar artificialmente la sustancia química.

El problema es que la separación tentativa sólo se ha traducido en un THC que tiene una eficacia profundamente disminuida, y que deja atrás a los otros 88 cannabinoides curativos.

En un contexto médico, el cannabis se utiliza casi exclusivamente como un tratamiento para los síntomas de la quimioterapia –el nombre de cortesía de enfermedad por radiación. Hay que recordar que el THC es rara vez utilizado para tratar el cáncer en sí, y que los pacientes no están realmente sacando partido de sus propiedades curativas.

La gran mayoría de los pacientes están utilizando las propiedades psicoactivas de la planta para mediar los efectos nocivos de la radiación. El efecto directo del THC en las dolencias propias es un campo en gran parte inexplorado.

Al ir avanzando la investigación, los cannabinoides producidos artificialmente inevitablemente aumentarán en calidad, eliminando los problemas de pureza, y allanarán el camino para el tipo de control preciso que hará más cómodas las reguladores de distribución del producto.
 

 



Fuentes