por Melissa Dykes
11 Enero 2016
del Sitio Web
TruthStreamMedia
traducción de El Robot Pescador
23 Febrero 2016
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Por alguna razón incomprensible, la mayoría de personas siguen
confiando ciegamente en sus gobiernos, a pesar de que la mayoría de
veces, éstos se comportan como sus peores enemigos.
Un ejemplo de ello se encuentra en el libro titulado "The
Plutonium Files" (Los archivos del Plutonio), que habla
sobre la experimentación médica secreta del gobierno estadounidense
contra ciudadanos estadounidenses durante la Guerra Fría.
El gran auge de los experimentos contra la población estadounidense
comenzó durante y después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los
militares empezaron a
probar todo tipo de sustancias y agentes
químicos en sus propios soldados, llegando a pulverizar
bacterias en ciudades costeras como San Francisco, para estudiar
cómo se expandían las posibles epidemias causadas por ataques
biológicos hasta dónde se extendería.
Cuando la guerra terminó, el gobierno de EE.UU. se embarcó en una
serie de proyectos y experimentos sobre su propia población,
ocultados convenientemente bajo el manto de la paranoia anti-comunista
y la seguridad nacional.
Ciudadanos inconscientes, incluyendo,
...fueron sometidos a toda clase de
experimentos, desde inyecciones de radiación hasta pruebas de
control mental.
El libro "The Plutonium Files" describe específicamente experimentos
médicos de todo tipo, como uno que incluyó la inyección de
sustancias radioactivas en pacientes con cáncer y enfermos
terminales, incluyendo a un niño de 10 años de edad que murió días
más tarde, con altas dosis de radiación.
Una de las historias contenidas en el libro, describe cómo
científicos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts),
alimentaron a niños de una escuela reconocidamente eugenésica, la
Fernald State School (Walter
E. Fernald Developmental Center), destinada a educar a
"niños mentalmente débiles", con avena irradiada, bajo el engaño de
que fueron elegidos para formar parte de un "club especial de
Ciencias" (lea 'The
MIT Science Club for Disabled Children').
A sus padres incluso les enviaron cartas donde se les decía que esa
violación de los derechos humanos era una cosa saludable para los
niños, llegando a afirmar que el estudio,
"estaba en relación con el
departamento de nutrición del Instituto Tecnológico de
Massachusetts" con "el propósito de ayudar a mejorar la
nutrición de nuestros hijos".
A cambio, se les ofrecían premios, en
forma de juguetes, comida gratis y entradas para ver a los Red Sox
de Boston.
En ningún momento se comunicó a los padres que la Comisión de
Energía Atómica, había firmado convertir a sus hijos en los
conejillos de indias humanos.
A principios del siglo XX, Walter E. Fernald se convirtió en
superintendente de dicha escuela.
Fernald, que pregonó la escuela como un
"modelo en el campo del retraso mental", era también un miembro
importante del creciente movimiento eugenésico en los EE.UU.
De los 2.500 niños en la escuela Fernald, no todos tenían problemas
de desarrollo mental; de hecho, algunos fueron transferidos desde
orfanatos, o habían sido abandonados por sus padres.
Sin embargo, todos eran recibidos en la
escuela bajo la misma mentalidad:
que no formaban exactamente "parte
de la especie humana".
Para el MIT, el Centro de Fernald fue el
lugar perfecto para llevar a cabo la investigación. Los sujetos eran
fáciles de convencer para que participaran, eran un grupo de control
ideal, y, lo más importante, eran ajenos a lo que estaban siendo
sometidos.
Setenta y cuatro niños entre 1946 y 1953 fueron alimentados con esa
mezcla radiactiva y los testigos supervivientes aún recuerdan cómo
los científicos les obligaban a beberse hasta la última gota de
leche irradiada de sus tazones de cereales. Incluso se les dejaba
repetir si querían.
Tras el experimento, estaba la empresa de alimentación
Quaker Oats, que utilizaba
calcio y hierro radiactivos como marcadores, con el objetivo de
que los científicos pudieran seguir fácilmente la absorción de los
nutrientes de dichos alimentos cuando eran digeridos.
Estas clases de primeros experimentos secretos se prolongaron
durante décadas sin el conocimiento del público.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el
gobierno norteamericano incluso se llevó a su país a miles de
científicos alemanes y japoneses bajo la
Operación Paperclip. Algunas de
esas personas se habían dedicado en cuerpo y alma a la investigación
en guerra biológica y química durante la guerra, contra los propios
EE.UU.
La mayoría de ellos nunca se enfrentaron
a juicios por las atrocidades cometidas contra la humanidad: en su
lugar, fueron recompensados con un trabajo en Norteamérica.
Hoy en día aún no se sabe el alcance completo de todo lo que ocurrió
durante esa época. Todavía hay 600 millones de documentos
relacionados con la Operación Paperclip que aún no se han
desclasificado.
En cuanto al asunto de los cereales contaminados con radiación, en
1998, el MIT y Quaker Oats acordaron pagar 1.85 millones de dólares
a las 45 víctimas del estudio con avena radiactiva; Massachusetts se
vio obligado a pagar otros 676.000 dólares a 27 participantes.
Human Subjects Research - Radiation
Experimentation
Hearing before the Committee on
Labor and Human Resources
United States Senate - January
13, 1994
***
Comentario de El Robot Pescador
Y esto solo es un pequeño detalle de lo que se ha llegado a saber:
científicos alimentando con
productos irradiados a niños en beneficio de empresas
particulares.
Este es el respeto que tienen los
gobiernos hacia sus ciudadanos.
Mientras los gobernantes llaman a la lucha, presuntamente para
'defender' una patria y una bandera, experimentan con la
población como si fueran conejillos de indias.
Y cuando acaba la guerra, contratan a
los mismos asesinos del enemigo que trabajaban ansiosamente para
matar a sus propios ciudadanos y los recompensan con trabajos bien
pagados.
Operación Paperclip
Y este es un ejemplo procedente de un país como EE.UU., que a pesar
de su nivel de corrupción y opacidad, aún ofrece la mínima
posibilidad de que algún investigador pueda llegar a indagar alguna
cosa, aunque sea mínima, sobre la verdad que se oculta.
Asusta pensar lo que puede pasar en otros países donde los medios
aún están más controlados.
El problema del asunto es que la mayoría de gente cree que estos son
ejemplos del pasado y que estas cosas no están sucediendo en
la actualidad.
¿Alguien es capaz de imaginar lo que pueden estar haciendo en estos
momentos los gobiernos compinchados con las grandes
multinacionales armamentísticas, químicas y
farmacéuticas para multiplicar sus
ya enormes ganancias?
En España tenemos un oscuro caso al respecto, un auténtico crimen
contra la humanidad:
el
Síndrome Tóxico, que provocó la
muerte de más de 700 personas (de clase humilde, por supuesto) y
más de 25.000 afectados.
En dicho caso se vieron implicados los
sucesivos gobiernos españoles de UCD, PSOE y PP y la multinacional
química Bayer, aunque la historia oficial, repleta de todo tipo de
mentiras y manipulaciones diga otra cosa bien diferente.
Ante tantos antecedentes,
¿alguien es capaz de imaginar lo que
sucederá en un futuro inmediato si se implementan las reformas
contenidas en tratados como
el TPP o
el TTIP y el poder de facto
pasa a estar en manos de las transnacionales sin que
apenas nadie pueda controlarlas?
Quizás es el precio que debemos pagar
por nuestra indolencia, pasividad y estupidez…
y por creer que a nuestros gobernantes les importa la vida humana…
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