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			por Juan Gérvas 
			Mayo 16, 2010 
			
			del Sitio Web 
			
			ElProyectoMatriz 
			
			  
			
				
					
						| 
						 
						Juan Gérvas 
						
						 Médico general, Equipo CESCA (Madrid),
			Profesor Honorario de Salud Pública en la Facultad
			de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid,
			Profesor Invitado en Salud Internacional
			de la Escuela Nacional de Sanidad (Madrid). 
						
			El autor no tiene más afán que 
						dejar claro el estado del conocimiento respecto a la 
						gripe A en el momento de escribir este texto, y para 
						ello ha revisado la literatura mundial al respecto. Este 
						texto es puramente informativo. El autor lamenta que 
						muchos de los organismos públicos, las sociedades 
						científicas y los medios de comunicación transmitan otro 
						mensaje; sus razones tendrán. 
			Este texto expresa la mejor información que ha podido reunir el 
			firmante y es de su entera y exclusiva responsabilidad (no 
			representa, pues, a ninguna de las instituciones citadas). El autor 
			agradece la corrección de errores, si los hubiere, y la sugerencia 
			de mejoras. 
						
						jgervasc@meditex.es   
						
						
						http://www.equipocesca.org/
						  | 
					 
				 
			 
			
				
					
						  
						
						  
						
						“La Red (Internet) permitió una respuesta lógica
			y prudente a la crisis de la gripe A.
			Lo que no supieron hacer las autoridades lo hicieron
			los profesionales sanitarios y la propia población.” 
						Dr. JUAN GÉRVAS (2010) 
					 
				 
			 
			
			 
			
			  
			
			RESUMEN 
			
				
					- 
					
					La gripe A (*) empezó en Méjico, en abril de 2009, de origen 
			porcino. En junio de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) 
			declaró la situación de máxima alerta, “pandemia” nivel 6. Tal 
			término (“pandemia”) desencadenó la activación de contratos 
			“dormidos” de los Gobiernos con la industria farmacéutica y permitió 
			establecer planes con controles mínimos para la producción de 
			vacunas antigripales contra el nuevo virus. “Pandemia” significaba 
			ya sólo afectación mundial, sin asociación a gravedad ni mortalidad.   
					 
					- 
					
					Las predicciones de la OMS fueron desde el principio y hasta el 
			final de gran catástrofe. De hecho, se activaron “planes de 
			contingencia” similares a los de la gripe Aviar de 2005 (en que se 
			previeron también erróneamente millones de muertos). Sólo el 
			Gobierno de Polonia resistió las presiones, y no firmó contratos que 
			implicaban aceptar todas las responsabilidades por los daños que 
			causaran las nuevas vacunas. Su respuesta racional conllevó el mismo 
			número de muertos por gripe A que en el resto de Europa (181 en 
			Polonia, con 39 millones de habitantes, frente a, por ejemplo, 
			España con 47 millones de habitantes y 271 muertos). También 
			fallaron las predicciones de pacientes ingresados en Cuidados 
			Intensivos, que fueron de miles frente a cientos en la realidad. 
			Frente a estos datos, la OMS y las autoridades sanitarias siguen 
			hablando de “nuevas olas” amenazadoras, anunciando un Fin del Mundo 
			que sustente su respuesta según “el principio de precaución”.   
					 
					- 
					
					La gripe A causó una epidemia de gripe leve, y la mayoría de los 
			enfermos no tuvieron ningún síntoma. Tal levedad se conocía con 
			certeza y datos fiables desde mayo de 2009. Se calcula que más de la 
			mitad de la población tiene ahora, en 2010, defensas naturales 
			frente a la gripe A (antes de la 2009 sólo tenían defensas 
			aproximadamente un 30% de los nacidos antes de 1957, pues el virus A 
			fue predominante entre 1919 y 1957).    
					- 
					
					Se recomendaron tratamientos antivirales de dudosa eficacia.   
					 
					- 
					
					Se recomendaron vacunas de dudosa eficacia. De hecho la vacuna 
			contra la gripe estacional (triple vírica, con virus atenuados) 
			sensibilizó para tener con más probabilidad la gripe A. Además, el 
			virus de la gripe A desplazó a todos los previos por lo que la 
			vacuna contra la gripe estacional fue inútil.   
					 
					- 
					
					La población y los profesionales sanitarios europeos (y españoles) 
			rechazaron las medidas propuestas por las autoridades sanitarias, y 
			no se vacunaron en masa. La incoherencia de las autoridades 
			españolas se demuestra, por ejemplo, con la distinta definición de 
			caso de gripe A en las distintas Comunidades Autónomas (hubo, pues, 
			“gripe A catalana”, “gripe A vasca”, etc.).   
					 
					- 
					
					La Unión Europea y el Consejo de Europa han expresado su malestar 
			por la hiper-reacción y la falta de transparencia de las autoridades 
			sanitarias. En EE.UU. preocupa que la Directora de los CDC (organizaciones 
			oficiales para el control y seguimiento de epidemias y vacunas) haya 
			pasado a Presidente de la Sección de Vacunas de Merck (industria 
			farmacéutica que fabrica vacunas).    
					- 
					
					Conviene que la población y los profesionales sanitarios tengan 
			criterio propio, pues el de las autoridades puede ser errado, y 
			además no enmendado.  
				 
			 
			
			(*) Se denomina gripe A o gripe H1N1 a la gripe que se nombró 
			inicialmente como gripe mejicana, y posteriormente como gripe 
			porcina (en inglés swine flu), causada por el virus gripal 
			A/California/7/2009/H1N1. 
  
			
			  
			
			
 
			1. UN POCO DE HISTORIA 
			
			  
			
			En abril de 2009 se inició un brote epidémico de gripe en Méjico, 
			con alta mortalidad y contagiosidad. Se denominó “gripe A”.  
			
			  
			
			En los 
			primeros días se llegó a calcular una tasa de contagio del 10% y una 
			mortalidad del 5%. Es decir, para un país de 50 millones, 5 millones 
			de afectados y 250.000 muertos. El virus se expandió por el mundo, 
			con miles de afectados, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) 
			declaró una alarma que llegó al máximo nivel, pandemia nivel 6, en 
			junio de 2009.  
			
			  
			
			No fue extraño que, por ejemplo, en el Reino Unido 
			hicieran planes de respuesta a la gripe A teniendo en cuenta, 
			incluso, la falta de cementerios para enterrar al “exceso” de 
			muertos. 
  
			
			  
			
			
 
			2. VIRUS A 
			
			  
			
			El virus era similar al de 
			
			la gripe de 1918 (“gripe española” que 
			provocó millones de muertos por neumonía en un mundo en guerra, la 
			Primera Guerra Mundial, y sin antibióticos), tenía origen porcino y 
			partía de los EE.UU., de alguna granja cerca de la frontera.  
			
			  
			
			Ya había 
			habido otro brote previo de “gripe A” de origen en cerdos en 1978, 
			en EE.UU. En aquella ocasión, el remedio fue peor que la enfermedad, 
			y la vacuna desarrollada a toda prisa y promovida incluso con la 
			vacunación televisada del Presidente de EE.UU. conllevó una epidemia 
			de 
			
			enfermedad de Guillain-Barré (lesión de nervios que provoca 
			parálisis y a veces muerte) que obligó a parar la campaña; además, 
			el brote se contuvo y no tuvo mayor importancia (1,2).  
			
			  
			
			El pánico y 
			la política (fue año de elecciones) gobernaron la respuesta a la 
			gripe A. 
			
			 
			De hecho, el virus A de la gripe fue el predominante entre 1918 y 
			1957, y tras el desarrollo de los antibióticos y con la existencia 
			de sistemas sanitarios de cobertura universal, desapareció la 
			mortalidad catastrófica asociada a la gripe A. 
  
			
			  
			
			
 
			3. HECHOS Y PREDICCIONES EN 2005 
			
			  
			
			La Organización Mundial de la Salud (OMS) esperaba una pandemia de 
			gripe desde 2005, cuando anunció cientos de millones de muerto por 
			la “gripe Aviar”, que se quedaron en apenas 250 personas fallecidas 
			en el mundo entero.  
			
			  
			
			Todos los Gobiernos tenían “planes de 
			contingencia” frente a la gripe Aviar de 2005, que se activaron ante 
			la gripe A de 2009.  
			
			  
			
			Esperábamos, como en 2005, millones de muertos 
			por la gripe y, según la 
			
			Directora de la Organización Mundial de la 
			Salud, a finales del año 2009 “el número de enfermos crecerá a un 
			ritmo vertiginoso y se doblará cada tres o cuatro días”. 
 
			  
			
			  
			
			4. LA GRIPE A, UNA GRIPE LEVE DESDE MAYO 2009 
			
			  
			
			Pero ya en mayo de 2009 había datos claros que demostraban: 
			
				
					- 
					
					la baja morbilidad y mortalidad 
					de la gripe A (era una gripe más suave que la gripe de todos 
					los años, “gripe estacional”)  
					- 
					
					la existencia de defensas en los 
					nacidos antes de 1957 (por haber pasado la gripe A de 
					entonces)   
					- 
					
					que la vacuna contra la gripe estacional conllevaba mayor 
			susceptibilidad para la gripe A (los vacunados contra la gripe 
			estacional enfermaban con más facilidad por la gripe A) (3). 
					 
				 
			 
			
			En junio y julio la información sobre la pandemia demostraba 
			abrumadora y consistentemente que la gripe A era una gripe suave 
			tanto en la primavera del mundo boreal como en el invierno austral 
			(3-5), pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue aumentando 
			el nivel de alarma hasta el máximo, 
			
			pandemia nivel 6.  
			
			  
			
			De hecho, 
			cambió sutilmente la definición de “pandemia” para indicar sólo 
			afectación global, sin precisar de gravedad especial (6). 
  
			
			  
			
			
 
			5. “PANDEMIA” 
			- SANTO Y SEÑA 
			
			  
			
			Muchos Gobiernos tenían “contratos dormidos/latentes” con las 
			industrias farmacéuticas que conllevaban normas precisas de 
			respuesta cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) 
			determinase un nivel de alarma de “pandemia”.  
			
			  
			
			Era clave, pues, la 
			palabra “pandemia” y la declaración de la misma por la Organización 
			Mundial de la Salud para, por ejemplo, la fabricación acelerada y 
			venta de las nuevas 
			
			vacunas (7).  
			
			  
			
			Estos contratos trasladaban toda la 
			responsabilidad de los daños que causaran las vacunas a los 
			Gobiernos. El de Polonia rechazó este tipo de contrato, juzgó con 
			buen criterio que la pandemia era sólo una gripe leve, y no compró 
			las vacunas ni vacunó a su población (8).  
			
			  
			
			Los demás Gobiernos 
			continuaron con los “planes de contingencia” como si estuviéramos 
			ante una gripe tipo “gripe Aviar” con miles de muertos y enfermos 
			graves. 
  
			
			  
			
			
 
			6. MORTALIDAD POR GRIPE A (2009-2010) 
			
			  
			
			La gripe A causó en Polonia el mismo número de muertos que en el 
			resto de Europa, es decir, 181 muertos para unos 39 millones de 
			habitantes.  
			
			  
			
			En España ha habido 251 fallecimientos, contra 
			18.000 
			previstos (para unos 47 millones de habitantes). En el Reino Unido 
			han sido 344 los muertos, frente a 60.000 estimados (para unos 61 
			millones de habitantes) (7,9).  
			
			  
			
			En general, la mortalidad por gripe A 
			ha sido la décima parte de la habitual en las epidemias de gripe 
			estacional, de 0,01% contra 0,1%. Por ejemplo, pese a las amenazas a 
			jóvenes, en Australia murió por gripe A en 2009 un menor de 40 años 
			por millón de habitantes (10).  
			
			  
			
			La mortalidad en embarazadas estuvo 
			por encima de lo habitual pero, contra la percepción popular, siguió 
			siendo causa infrecuente de mortalidad materna (tres de cada cien 
			mil) (11). 
  
			
			  
			
			
 
			7. MORBILIDAD POR GRIPE A, Y “VACUNACIÓN NATURAL” 
			
			  
			
			Las diferencias también fueron abismales en morbilidad (cantidad de 
			personas o individuos considerados enfermos o víctimas de una 
			enfermedad en un espacio y tiempo determinados).  
			
			  
			
			Por ejemplo, se 
			calcularon entre 400 y 40.000 ingresos de UCI (Unidad de Cuidados 
			Intensivos) en Australia y Nueva Zelanda, con entre 106 y 28.000 
			pacientes que precisarían respiración mecánica, lo cual sobrepasaría 
			las posibilidades del sistema sanitario (12).  
			
			  
			
			En la realidad fueron 
			respectivamente 722 y 456, fácilmente manejables por el sistema 
			sanitario (13).  
			
			  
			
			En España se llevó a cabo un análisis similarmente 
			equivocado con cálculos de ingresos en UCI entre 7.200 y 21.600 
			(14), y además se provocó alarma acerca de una “nueva” neumonía; 
			tras el pico de epidemia en noviembre de 2009 se puede afirmar que 
			todo quedó en nada y no se colapsó ninguna urgencia ni UCI, con un 
			total de ingresos por gripe de 872 hasta enero 2010. 
			
			 
			He comentado la levedad del cuadro clínico de gripe A, demostrada ya 
			en mayo de 2009 (3-5).  
			
			  
			
			Los trabajos posteriores permiten afirmar que 
			la mayoría de los que pasaron la gripe A no tuvieron ningún síntoma, 
			pero sin embargo han adquirido defensas frente a la misma (hubo una 
			“vacunación natural”). Se calcula que más de la mitad de la 
			población de Australia tiene ahora defensas suficientes frente a la 
			gripe A (10), y la situación es similar en el Reino Unido
			(15).  
			
			  
			
			Ahora no sólo tienen defensas los ancianos, también los jóvenes. 
  
			
			  
			
			
 
			8. PROPUESTAS DE TRATAMIENTO INÚTILES, COMO POCO 
			
			
			  
			
			Frente a la gripe A se recomendó el tratamiento con antivirales, de 
			los que se compraron millones de dosis. Pero los antivirales son 
			inútiles, y su uso se asocia a graves efectos adversos (16-19).
			 
			
			  
			
			No 
			es extraño que se hayan empleado con extrema prudencia por los 
			médicos clínicos. 
  
			
			  
			
			
 
			9. PROPUESTAS DE VACUNAS INÚTILES, COMO POCO 
			
			  
			
			
			
			Las vacunas contra la gripe son de escasa efectividad, muy inútiles 
			tanto en niños como en ancianos (20,21).  
			
			  
			
			Las vacunas son con virus 
			inactivados y logran una débil respuesta inmunitaria. Se han 
			comercializado con estudios de bajísima calidad, sin ensayos 
			clínicos a largo plazo (22,23).  
			
			  
			
			Gran parte del efecto que se les 
			atribuyen se debe al sesgo de “selección” (los que se vacunan tienen 
			mejor salud que los que no se vacunan) (24). 
			
			 
			Fue imprudente vacunar contra la gripe estacional (con un triplete 
			de virus inactivados) en 2009, cuando sabíamos que el virus A había 
			desplazado por completo a todos los demás, y además, que la vacuna 
			triple contra la gripe estacional probablemente aumenta la 
			susceptibilidad a padecer la gripe A (3,25).  
			
			  
			
			Este caso, de 
			interacción entre vacuna inactivada contra virus y el mismo virus, 
			da idea de lo poco que sabemos sobre vacunas víricas en general y 
			sobre vacunas de virus inactivados en particular (26,27).  
			
			  
			
			Aunque 
			parezca increíble, ignoramos casi todo sobre la gripe, pero está 
			demostrado  
			
				
					- 
					
					que la vacuna en los niños no elimina su “capacidad” 
			de transmisores de la enfermedad  
					- 
					
					que no entendemos la 
			epidemiología de la gripe (hay quien sugiere que la disminución de 
			los niveles de vitamina D se asocia a su presencia invernal) 
					  
					- 
					
					que no ha habido ni segundas ni terceras “olas” más graves de 
			epidemia en los últimos quinientos años (26,28,29) 
					 
				 
			 
			
			En 2010 sabemos que gran parte de la población está “vacunada 
			espontáneamente”, por lo que es absurdo proponer ninguna vacunación 
			contra la gripe, ni con vacuna contra la gripe A ni con la vacuna 
			triple contra la gripe en general.  
			
			  
			
			Los riesgos de la vacuna son 
			equivalentes o mayores que los riesgos de la gripe. (10,30) 
  
			
			  
			
			
 
			10. CONOCIMIENTOS DE LA POBLACIÓN 
			
			  
			
			Los mensajes de las autoridades nacionales (Ministerio y Consejerías 
			de Sanidad) e internacionales (fundamentalmente la Organización 
			Mundial de la Salud, OMS), lograron llevar a la población el 
			conocimiento sobre la “gripe de 1918”, la “gripe Aviar”, que “la 
			gripe puede matar” y, por todo ello, miedo (para el 83% de los 
			encuestados).  
			
			  
			
			De hecho, el 67% de los españoles creía en septiembre 
			de 2009 que en España se había causado una “alarma social 
			innecesaria” (31). No es extraño que no se vacunara contra la gripe 
			A ni el 10% de la población.  
			
			  
			
			Lo mismo sucedió en Europa, con el 
			consiguiente descrédito de las autoridades ante los ciudadanos y 
			pacientes (7). 
  
			
			  
			
			
 
			11. LOS PROFESIONALES SANITARIOS 
			
			  
			
			Se pretendió forzar la vacunación contra la gripe estacional y 
			contra la gripe A de los profesionales sanitarios.  
			
			  
			
			Por ejemplo, en 
			el Hospital Sick Kids, de Toronto, Canadá, se amenazó con no cubrir 
			los costes de la baja laboral por gripe de los empleados (clínicos y 
			demás) que no se hubieran vacunado contra la gripe.  
			
			  
			
			La respuesta de 
			los sanitarios fue no vacunarse, en masa, en todos los países 
			desarrollados, con el consiguiente descrédito de las autoridades 
			ante los profesionales (32).  
			
			  
			
			En España, además, los profesionales 
			sanitarios generaron un fortísimo movimiento científico desde agosto 
			de 2009 con el empleo de métodos diversos, básicamente la Red 
			(Internet), para 
			transmitir un mensaje de calma y tranquilidad a la población (33,34).
			 
			
			  
			
			Lo mismo sucedió en muchos países europeos, hasta 
			finalmente llegar a los parlamentos de la Unión Europea y del 
			Consejo de Europa (7,8). 
  
			
			  
			
			
 
			12. LA PUERTA GIRATORIA 
			
			  
			
			Falta transparencia sobre la gestión de la crisis de la gripe A y, 
			por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se niega a 
			revelar los conflictos de interés (con las industrias) de sus 
			expertos “para proteger su privacidad” (7). 
			
			  
			
			- Julie Gerberding - 
			  
			
			Es sorprendente, cuando menos, que 
			
			Julie Gerberding, la Directora de 
			2002 a 2009 de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) 
			(agencia oficial de EE.UU. que determina el uso de vacunas y otros 
			tratamientos en epidemias y demás) pase en enero de 2010 a 
			Presidente de la Sección de Vacunas de Merck (industria 
			farmacéutica) (35). 
			
			 
			En España ese trasvase de lo público a privado es verdadera 
			“pandemia” (*) en el sector sanitario. 
			
			 
			(*) Algunos ejemplos de 
			políticos y responsables sanitarios, varios 
			con responsabilidades públicas sobre medicamentos, que han pasado al 
			sector privado (por orden del primer apellido):  
			
				
					- 
					
					Jaime del Barrio 
			(Roche)  
					- 
					
					Fernando García Alonso (Bristol-Myers-Squib) 
					 
					- 
					
					Regina Múzquiz (Sanofi-Aventis) 
					 
					- 
					
					Albino Navarro (Farmaindustria) 
					 
					- 
					
					Federico 
			Plaza Piñol (Astra-Zéneca)  
					- 
					
					Regina Revilla (Merck) 
					 
					- 
					
					Eugeni Sedano 
			(Esteve) 
					 
				 
			 
			
			
 
			  
			
			  
			
			13. POLÍTICOS IMPUNES 
			
			  
			
			Los políticos que han gestionado la crisis de la gripe A como si 
			fuera una gripe Aviar sin control aluden de continuo al “principio 
			de precaución” como justificación.  
			
			  
			
			La gestión del riesgo se 
			transforma en imaginar el peor escenario posible y en emplear 
			cientos de millones de euros en España (y miles de millones en el 
			mundo) para prepararnos ante el Fin del Mundo.  
			
			  
			
			La crisis ante la 
			gripe A es, pues, una crisis básicamente creada por la propia 
			gestión, por la incoherencia e irresponsabilidad de las autoridades 
			sanitarias (con el “principio de precaución” como paraguas para 
			decidir sin sentido).  
			
			  
			
			Es como si la Dirección General de Tráfico 
			quisiera eliminar la mortalidad en carretera prohibiendo la 
			circulación de todo tipo de vehículos para siempre, “por el 
			principio de precaución”. 
			
			  
			
			Cuando se demuestran sus incoherencias y falta de transparencia 
			aluden a “ahora es fácil saber lo que ha pasado”; o peor, amenazan 
			con una segunda ola de gripe A, ésta sí horrible y mortal de 
			necesidad (de nuevo el Fin del Mundo) por más que lo primero es 
			falso (en agosto de 2009 ya no había dudas acerca de la levedad de 
			la pandemia de gripe A) (33), y lo segundo va contra quinientos años 
			de historia de la gripe (29). 
			
			 
			No reconocen sus errores, no modifican su conducta, siguen 
			impasibles sus rutinas. 
			
			 
			Mientras tanto, quedan sin resolver problemas básicos como la salud 
			dental de la población española, o los enfermos mentales hacinados 
			en las cárceles. 
			Veremos en septiembre de 2010 a estos políticos impulsar la triple 
			vacuna contra la gripe, como si todo fuera igual que siempre.  
			
			  
			
			Una 
			vacuna que incluso el European Centre for Disease Control and 
			Prevention (ECDC) considera “sin sólidos argumentos científicos”, 
			por más que recomiende la trivalente contra los virus A/California, 
			A/Perth y B/Brisbane (36). 
			
			  
			
			Son políticos sanitarios impunes que no responden de sus errores e 
			incongruencias ni política ni judicialmente.  
			
			  
			
			Su pequeñez e 
			incoherencia se demuestran hasta en la definición de “caso de gripe 
			A”, diferente en todas las CCAA españolas (ha habido, pues, una 
			gripe A “vasca”, otra “catalana”, otra “andaluza”, etc.) (37). 
			
			 
			¿Quién estará pendiente de la “puerta giratoria”? 
			
			 
			Las cuestiones éticas se han olvidado, desde el respeto a la 
			autonomía de pacientes y profesionales, al olvido de la desigualdad 
			social como determinante de muerte en epidemias gripales (38). 
			
			 
			Hay políticos sanitarios que parecen haber olvidado al tiempo la 
			ética política y el ejercicio honrado de su actividad (que incluye 
			el reconocimiento de errores y la dimisión). 
  
			
			  
			
			
 
			14. CONCLUSIÓN 
			
			  
			
			La Red (Internet) permitió una respuesta lógica y prudente a la crisis de la 
			gripe A.  
			
			  
			
			Lo que no supieron hacer las autoridades lo hicieron los 
			profesionales sanitarios y la propia población.
			Necesitamos ser conscientes de que las autoridades sanitarias pueden 
			equivocarse gravemente y de que se sienten impunes para no reconocer 
			sus errores.  
			
			  
			
			Conviene, pues, la información independiente que 
			permita tomar decisiones prudentes tanto a los individuos como a las 
			poblaciones, especialmente a los pacientes. 
  
			
			  
			
			
 
			NOTA 
			 
			En la página 
			www.equipocesca.org hay información 
			complementaria sobre los distintos apartados tratados en este texto.  
			
			  
			
			El autor puso en circulación ya el 10 de 
			agosto de 2009 un texto pidiendo calma y tranquilidad que se publicó 
			cuatro días después en
			
			el diario El País, 
			y en su versión definitiva en español y traducido al francés, 
			inglés, italiano, portugués y ruso en septiembre de 2009 (referencia 
			33 de la lista de bibliografía que sigue). 
			
			  
			
			Se puede difundir y distribuir este nuevo texto sin más que hacerlo 
			sin modificaciones. 
			
			 
			El autor ha intentado ser extremadamente riguroso, y ha acudido a 
			las fuentes originales citadas, pero en caso de duda no deje de 
			consultar con el propio autor y con su médico. 
  
			
			  
			
			
 
			BIBLIOGRAFÍA 
			
				
				1. Tuells J. La gripe del cerdo (1978): cuando el pánico y la 
			política toman las decisiones. Vacunas. 2007;8:119-25. 2. Evans D, Cauchemez S, Hayden FG. “Prepandemic” immunization for 
			novel influenza viruses, “swine flu” vaccine, Guillain-Barré 
			syndrome and the detection of rare severe adverse affects. J Infect 
			Dis. 2009;200:321-8. 3. Crum-Cianflone NF, Blair PJ, Faix D, Arnold J, Echola S, Sherman 
			SS et al. Clinical and epidemiological characteristics of an 
			out-break of novel H1N1 (swine origin) influenza A virus among US 
			military beneficiaries. CID. 2009;49:1801-10. 4. Wilson N, Baker MG. The emerging influenza pandemic: estimating 
			the case fatality rate. Eurosurvillance. 2009;14(26):pff=19255 5. Assessment of the 2009 influenza A (H1N1) pandemic in selected 
			countries in the southern hemisphere: Argentina, Australia, Chile, 
			New Zealand and Uruguay. Department Health Human Services and White 
			House National Security Council. August 26, 2009. 6. Doshi P. More changing web-pages at WHO. 
			http://www.bmj.com/cgi/eletters/340/apr06_2/c1904 , consultado 20 
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			needed. Council of Europe. Parlamentary Assembly. 23 March 2010. 
			AS/Soc(2010)12. 8. Watson R. WHO is accused of “crying the wolf” over its decision 
			to declare the H1N1 pandemic. BMJ. 2010;340:c1904. 9. Announced number of new and cumulative fatal 2009 pandemic 
			influenza A (H1N1) cases in EU and EFTA countries, as for week 
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