por Verónica Akle y Julián Arévalo
02-Marzo-2007
del Sitio Web
EcoPortal
A raíz de las fumigaciones, los índices de cáncer y defectos de
nacimiento en las personas expuestas y en sus descendientes han
escalado exponencialmente desde 1961. Sin embargo, los productores
del químico y el gobierno estadounidense continúan negando que éste
sea el causante de tales problemas, argumentando falta de evidencia
científica sobre los efectos en la salud, del agente naranja.
Verónica Akle 1 y Julián Arévalo
2
Lo enseñado sin conciencia natural es aprendido en la ignorancia, la
vida que construye paz es la que ama y respeta la libertad.
Manu Chao y Doctor Krápula
Más de 30 años después de finalizada la guerra de Vietnam el Daily
China aún publica en sus portadas y páginas principales fotos de
niños con todo tipo de malformaciones congénitas; las paredes de los
hospitales de Hanoi se encuentran tapizadas por frascos con restos
de fetos humanos deformados, mientras especialistas a nivel mundial
atribuyen estos y otros problemas al efecto del
agente naranja - nombre
común del herbicida usado por Estados Unidos para destruir
indiscriminadamente las plantaciones que servían de alimento y
refugio a los vietnamitas.
A raíz de las fumigaciones, los índices de
cáncer y defectos de nacimiento en las personas expuestas y en sus
descendientes han escalado exponencialmente desde 1961. Sin embargo,
los productores del químico y el gobierno estadounidense continúan
negando que éste sea el causante de tales problemas, argumentando
falta de evidencia científica.
Claramente en ese momento la “ciencia” falló.
O más bien, sólo
existían contados estudios que mostraban que el herbicida no tenía
consecuencias nocivas sobre los humanos; estudios contra los cuales
científicos ambientalistas de la Agencia de Protección del Ambiente
(EPA) encontraron múltiples discrepancias. Irónicamente, estas
investigaciones fueron conducidas o financiadas por la principal
compañía productora de agente naranja en el mundo: Monsanto.
Este caso puede parecer para muchos la trama de una película de
horror o, acaso, unos hechos desafortunados que ocurrieron en otro
momento y en un lejano lugar del planeta.
Sin embargo, el contexto
colombiano actual de fumigaciones con
glifosato
nos obliga a pensar
que tal película puede ser más real de lo que creemos si una serie
de aspectos son tenidos en cuenta:
-
Primero, el inconformismo
mostrado por amplios sectores acerca de la inofensividad del químico.
-
Segundo, la manipulación de la información científica pertinente
para obtener conclusiones definitivas por parte del único productor:
Monsanto (sí, el mismo del agente naranja)
-
Tercero, la existencia
de otras motivaciones y fuerzas, quizá no tan evidentes, que pueden
constituir el motor detrás de las fumigaciones.
Este artículo busca
precisamente llegar al verdadero origen de tales motivaciones.
Para
esto recurrimos a la evidencia científica en el tema de las
fumigaciones y la situación generalizada de desinformación al
respecto que, así como en otros casos que veremos más adelante, ha
tenido consecuencias desastrosas para muchos y favorecido los
intereses de unos pocos.
El tema del manejo de la información sobre las fumigaciones es
bastante delicado, más aún si se tiene en cuenta que en la
actualidad buena parte de la opinión pública y los medios oficiales
declaran abiertamente la inocuidad del glifosato; ciudadanos
corrientes que participan en los foros de El Tiempo y el Presidente
de la Republica comparten esta opinión.
Este último, por ejemplo, en
una reciente declaración a La W - a raíz del inconformismo
ecuatoriano frente a las fumigaciones en la frontera - el pasado 15
de diciembre afirmaba,
“...existen estudios científicos que
demuestran que la mezcla (glifosato) no es dañina para el ser humano...”
La pregunta natural que surge es ¿a qué estudios se refieren
aquellos que defienden esta posición?
Una búsqueda detallada de la
literatura en el tema identifica numerosos estudios independientes,
sin embargo solo tres de ellos constituyen las principales fuentes
de información y la base para las decisiones de política:
La posición de la EPA y del Departamento de Estado de los Estados
Unidos, según la cual el glifosato es de rápida degradación y baja
toxicidad, y que sirvió como base para la recomendación al Congreso
de ese país de continuar las fumigaciones en Colombia, tiene un
sustento científico cuestionable.
Las fallas de tal reporte son
explícitas en una carta de la organización global por el medio
ambiente (World Wild Fund, WWF) destinada al Senado de
EE.UU. en donde
afirma que,
“los análisis de salud y ambiente en el reporte no son
suficientes para concluir que los químicos usados en la fumigación
aérea de coca no presentan ningún riesgo o efecto adverso en los
humanos y el medio ambiente”.
Seguido a esto la carta explica cada
una de las fallas, las cuales incluyen la extrapolación de estudios
en el exterior bajo condiciones diferentes a las enfrentadas en
Colombia, el análisis de reportes médicos usados para caracterizar
la salud humana basados en información obsoleta, y la utilización de
una formulación del químico diferente al usado actualmente en
Colombia, entre otros.3
A nivel nacional, el estudio más significativo fue elaborado por el
Ministerio de Defensa de Colombia para la Comisión Interamericana
para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), subdivisión de la OEA 4
por petición de los gobiernos de Colombia, EE.UU. y Reino Unido.
A
diferencia de otros estudios en el tema, éste incluye la formulación
del herbicida que es usada en Colombia, razón por la cual constituye
la referencia oficial para el gobierno y los medios de comunicación.
El estudio se puede dividir en dos partes interrelacionadas a lo
largo del texto. En una de ellas se encuentra una revisión de la
literatura científica disponible acerca de los efectos del glifosato,
mientras que la otra consta de observaciones directas en los campos
colombianos. Antes de entrar en detalle, vale la pena aclarar que el
glifosato es comercializado mundialmente por Monsanto a través de
una mezcla llamada Roundup.
Sin embargo, la formulación que se usa para la fumigación de las
plantas de coca y amapola consta de una mezcla de
RoundUp
y otro
adyuvante llamado CosmoFlux 411, por lo cual la composición del
herbicida para Colombia es única en el mundo y sólo disponible en el
país. Como consecuencia de esto, la literatura que estudia los
efectos del químico se basa en estudios con Roundup o glifosato
únicamente y no con la mezcla que se utiliza en Colombia.
Este hecho
limita considerablemente las conclusiones que se puedan obtener ya
que, como los autores reconocen, en ciertos casos la toxicidad del
herbicida se ha atribuido a los adyuvantes y no al glifosato aislado.
Además, los aditivos son añadidos al herbicida para aumentar su
efectividad y por consiguiente pueden aumentar también su toxicidad.
En términos de la revisión bibliográfica, la investigación del
Ministerio de Defensa menciona un amplio número de estudios en
mamíferos, que muestran daños esqueléticos en fetos, cambios de peso
drásticos, fluctuaciones en el sistema endocrino y hasta mortalidad
a niveles crónicos de exposición. Aun más significativa es la
sección de salud humana, en la cual se exponen casos de intoxicación,
irritación cutánea y ocular severa, probables daños neurológicos e
incidencia de cambios genéticos en células humanas que pueden
conllevar a cáncer.
No obstante, resulta curioso que todos estos
estudios sean nombrados e inmediatamente descartados por los autores
y que la única referencia en la cual fundamentan sus conclusiones
sobre la no-toxicidad del
glifosato
estén basadas en una sola fuente: Williams et al. (2000).
En este punto ya no resulta sorprendente
conocer que este trabajo contó con la cooperación de Monsanto, que
incluyó sus propios estudios y bases de datos.
Pasando a las observaciones directas en Colombia, cabe destacar que
estas son de gran validez ya que la formulación del herbicida y las
concentraciones de exposición son exactas a las observadas
empíricamente.
No obstante, el grupo del CICAD optó por realizar
sólo un estudio de reproducción humana, mientras que otras posibles
repercusiones sobre la salud como cáncer o daños neurológicos e
inmunológicos fueron extraídos directamente de la literatura, con
los problemas presentes que ya hemos mencionado.
Adicionalmente,
este estudio muestra notables deficiencias metodológicas.
Por ejemplo, la respuesta de un grupo de mujeres a la pregunta
“¿Durante cuántos meses sostuvo relaciones sexuales antes de que
quedara embarazada por vez primera?" determinó la variable para
definir los efectos del herbicida en la fertilidad humana.
Sobra
mencionar que esta pregunta no logra investigar la extensión del
daño que el herbicida puede tener en la reproducción humana ya que,
como los mismos autores encontraron, el tiempo que una pareja demora
en procrear depende de numerosos factores como el consumo de
alcohol, café, cigarrillo y el sobrepeso materno.
Más aún, si el
herbicida es dañino para la reproducción humana, el hecho que afecte
el tiempo es de menor importancia en relación a otros problemas como
el número de abortos, las complicaciones en el embarazo y las
deficiencias en la salud de los niños. Preguntas directamente
relacionadas con estos problemas debieron haber sido el centro de la
investigación.
Finalmente, otras secciones del estudio realizado por el CICAD
contienen similares fallas en su organización y presentación,
haciéndolo un manuscrito de dudosa validez.5
Los casos anteriores,
en los que se muestra cómo Monsanto - o sus científicos “cercanos” –
han ocultado información, suministrado información falsa o
manipulado evidencia científica en contra del bienestar de millones
de personas, pueden parecernos sorprendente a muchos; sin embargo,
para Monsanto son sólo dos casos más de tantos otros a los que ha
tenido que acostumbrarse la compañía a lo largo de su historia.
Evidencia de esto es la serie de cargos criminales por falsificación
que ha tenido que enfrentar recientemente a consecuencia de la
adulteración de muestras y la omisión de “detalles” respecto a la
toxicidad de los componentes del agente naranja.6
De forma similar,
se encuentra la reciente demanda por 1.5 millones de dólares que la
empresa debió pagar en junio de 2005 por soborno a una compañía de
consultoría Indonesa para evitar estudios referentes al impacto
ambiental de su algodón modificado genéticamente.7
La lista de este tipo de casos para la compañía podría continuarse
de manera interminable. De hecho en EE.UU. - país de origen de Monsanto -
el desempeño de la compañía no es muy diferente a lo que hemos visto.
Los casos más destacados son, seguramente, aquellos relacionados con
la administración de Ronald Reagan.
Bajo tal gobierno se encubrieron
numerosos estragos ambientales causados por algunos de los productos
provenientes de Monsanto; éste es, por ejemplo, el caso de la
contaminación del pueblo Times Beach en el estado de Missouri con
dioxinas incluidas en químicos que habían sido utilizados para
limpiar sus calles, y por lo cual se ordenó su evacuación.8 En otro
caso similar, los residentes de Anniston (Alabama) en 2002, elevaron
una demanda a Monsanto por contaminar las fuentes de agua del pueblo
con el químico PBC, posteriormente prohibido por sus efectos
tóxicos.9
Igualmente, en 2004 Monsanto enfrentó una demanda por 350
millones de dólares por el uso de aspartame en sus endulzantes a
pesar de su efecto toxico para el cerebro.10
Este caso es de particular interés ya que la licencia para el uso de
aspartame - conocido comercialmente como
NutraSweet - estuvo
revocada por varios años hasta que en 1981 el director de la
compañía y en su momento ex-secretario de Defensa de EU, Donald
Rumsfeld - que ahora conocemos por dirigir la invasión de Irak y los
escándalos en la prisión de Abu Ghraib - obtuvo la adjudicación de la
misma con el favor del gobierno de Reagan.
Volviendo al
Round Up, en California se encontró que este es el
principal responsable por los problemas de salud de los agricultores
y trabajadores de mantenimiento de obras públicas (Cox, 1995a,b).
Asimismo, en 1997 la empresa tuvo que pagar una multa millonaria y
cambiar la etiqueta del químico ya que se lo calificaba como
biodegradable y sano para la salud. Desde entonces la empresa ha
seguido enfrentando múltiples demandas en varios estados de EE.UU. por
las mismas razones.
Pasando a otro terreno, actualmente se estudia la abolición de
algunas patentes que Monsanto ha recibido en los últimos años y que
- de acuerdo a la fundación para patentes públicas, que las califica
como inmerecidas - le han servido para,
“acosar, intimidar, demandar
e incluso llevar a la quiebra” a campesinos en los Estados Unidos y
Canadá.
Como resulta claro de lo anterior, si bien Monsanto se ha
caracterizado por enfrentar un entorno bastante adverso hacia sus
“innovadoras” propuestas, en general ha sabido poner la balanza a su
favor.
Esto a partir de la labor de su bien remunerado ejército de
abogados y de su influencia en el aparato político estadounidense,
el cual ha sido ampliamente permisivo a sus intereses. Así,
encuentra sentido el hecho de que importantes figuras políticas como
secretarios de Defensa, Agricultura y Salud del actual gobierno de
EE.UU. sean los presidentes y miembros de las juntas directivas de
compañías con estrechos vínculos con Monsanto.
De esta manera, las características de Monsanto, varios de los
productos que ofrece y muchas de las prácticas en las que incurre,
permiten considerarlo como un particular ejemplo de aquello conocido
por los economistas como búsqueda de rentas; es decir, situaciones
en las que se destinan recursos para obtener beneficios especiales
del proceso político, siendo estos beneficios menores que el daño
causado a la sociedad.
Tal vez la frase que mejor ejemplifique tal
concepto sea:
“los gobiernos usualmente no establecen aranceles en
ausencia de grupos de interés haciendo lobby a favor de tales
instrumentos de protección”
(Tullock, 1967).
De igual forma, la
posición favorable de empresas como Monsanto es utilizada para
“perseguir rentas” por medio de presión política, lobby y, de ser
necesario, “donaciones voluntarias al legislativo” para
que, dependiendo del caso, las leyes que interesan a sus objetivos
financieros sean aprobadas o no.
No es gratuito ser una de las diez empresas químicas más grandes de
EU desde 1940 y reportar ingresos anuales alrededor de los seis mil
millones de dólares (la sexta parte de estos provenientes del
negocio del glifosato).
De igual forma, Monsanto es el líder mundial
en la producción de alimentos y semillas modificados genéticamente,
segundo productor mundial de agroquímicos y cuenta con cerca de
17.500 empleados alrededor del mundo 11 así como compañías filiales
en varios de los países donde opera; Compañía Agrícola Colombiana es
el nombre de su filial en Colombia.
Todo este poderío económico se traduce en poder político y, tal como
es de esperar, las injerencias de este gigante de los químicos en la
política estadounidense no han sido pocas. Como vimos, las mismas
demandas por parte de los ciudadanos estadounidenses han sucumbido
en múltiples ocasiones y estos han tenido que ser víctimas en carne
propia de las siempre dudosas prácticas llevadas a cabo por esta
multinacional.
Consciente de su desgastada imagen, la empresa complementa sus
actividades sobre el legislativo con “generosas contribuciones por
el progreso” como las que hace por
Walt Disney World o el Museo de
Historia Natural de Nueva York, e incluso por una fundación de apoyo
educativo para los niños en Brasil. Desde luego estas publicitadas
contribuciones representan un porcentaje mínimo de sus ingresos,
aunque son suficientes para comprar las mentes ingenuas de aquellos
que desconocen el oscuro origen de los mismos.
Cabe la pregunta acerca de la responsabilidad del gobierno de EE.UU. y
de su sistema legal respecto a la protección de la salud y el
bienestar de sus ciudadanos y, presumiblemente, acerca de cómo estos
han importado poco o nada frente a las presiones y el poderío
económico y político de Monsanto.
Sin embargo, una pregunta que
puede resultar más incómoda es acerca de la preocupación del
gobierno de EE.UU. por la salud y bienestar de la población indígena y
campesina a 3.000 kilómetros de distancia. Población que se ve
afectada por las prácticas de la misma multinacional a la que el
mismo gobierno no ha logrado impedir que continúe perjudicando a sus
propios ciudadanos. La respuesta es tan incómoda como la pregunta y
preferimos dejarla a la imaginación del lector.
Muy lamentable, sí, es la situación del gobierno y buena parte de la
opinión pública colombiana que, tal vez sin darse cuenta, defiende
los intereses de una multinacional de pésima reputación y con un muy
pobre historial, ubicándolos por encima de los de la propia
población e, incluso ahora, los del vecino.
Así, a la hora de responder la pregunta de por qué continuar con las
fumigaciones a pesar de la evidencia científica adversa, el
inconformismo de amplios sectores de la sociedad colombiana y de la
región así como de grupos ambientalistas y defensores de derechos
humanos alrededor del mundo, es necesario volver a pensar los
argumentos.
Actualmente la respuesta que se ofrece se fundamenta en
la prioridad de acabar con los cultivos ilícitos y la inconveniencia
de la erradicación manual a causa de los campos minados.
Sin
embargo, los pobres resultados del Plan Colombia en materia de
erradicación con glifosato, la pérdida de la soberanía que tanto nos
gusta promulgar ante los vecinos pero que poco o nada defendemos
ante EE.UU., y el negocio multimillonario que existe detrás de las
fumigaciones, hacen pensar que otras razones prevalecen por encima
de aquellas que los medios alimentan a todas voces. Razones que,
desde luego, involucran varios miles de millones, y una triste
tradición de dependencia.
Al parecer la historia se repite y sólo cambian los nombres de los
personajes:
cuando los grandes negocios provenían de la extracción
de frutas tropicales, las balas se hacían sentir para defender los
intereses de las multinacionales de este negocio frente a los
intereses de los trabajadores colombianos.
Hoy, que la biotecnología
y la industria agroquímica han ocupado tan privilegiado lugar, las
avionetas esparciendo glifosato ocupan su papel histórico atacando y
destruyendo fauna, cultivos, población indígena y campesina,
subordinados, como siempre, a las jugosas ganancias de la industria
ajena.
Queda sólo preguntarnos si la sociedad civil - desconocida por
quienes toman las decisiones, pero la única con la capacidad de
generar un cambio - permitirá presenciar este lamentable destino...
Referencias
-
Cox, C. (1995) Glyphosate, Part 1: Toxicology. Journal of Pesticide
Reform. Vol. 15, No 3.
-
Cox, C. (1995) Glyphosate, Part 2: Human Exposure and Ecological
Effects. Journal of
Pesticide Reform. Vol. 15, No 4.
-
Tullock, G. (1967) The Welfare Costs of Tariffs, Monopolies and
Theft. Western Economic Journal, 5:224-232.
-
Williams GM, Kroes R, Munro IC. (2000) Safety evaluation and risk
assessment of the herbicide Roundup and its active ingredient,
glyphosate, for humans. Regulatory Toxicology and Pharmacology;
31:117-65.
Notas
-
Estudiante de Doctorado en Neurociencia, Universidad de Boston
-
Estudiante de Doctorado en Economía, Universidad de Boston.
-
Carta de David B. Sandalow, Vicepresidente de la WWF al Juez
Joseph B. Biden del Senado de Estados Unidos en Septiembre 27 de
2002. Ver:
http//www.amazonalliance.org/scientific/wwf.pdf
-
Efectos del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante
la aspersión aérea con herbicida Glifosato (PECIG) y de los cultivos
ilícitos en la salud humana y en el medio ambiente. Ver:
http://www.mindefensa.gov.co/dayTemplates/Glifosato/informe_glifosato.htm
-
El Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de
Colombia expone un numero de criticas adicionales al mismo documento.
Para los lectores interesados este documento se encuentra disponible
en http//www.idea.unal.edu.co/publicacionesfr.html
-
Monsanto Corporation Criminal Investigation. Cover-up of Dioxin
Contamination in Products. Falsification of Dioxin Health Studies
USEPA. Noviembre 15 1990. United States Environmental Protection
Agency Washington D.C. 20460 Office of Solid Waste and Emergency
Response.
-
BBC, UK: Monsanto fined \$1.5m for bribery. Enero de 2005. Ver:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/business/4153635.stm
-
New York Times, Abril 27, 1983: Around the Nation; Times Beach,
Mo., Board Moves to Seal Off Town.
-
BBC, UK. US drugs giant faces lawsuit. Enero de 2002. Ver:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/1747350.stm
-
United States Federal District Court, court case \# C 04 3872,
against the NutraSweet Corporation, Monsanto Corporation.
-
Fuente:
marketwatch.com
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