01 Julio 2011
del Sitio Web
TrinityATierra
La mayor parte de los ciudadanos no se da cuenta en absoluto de que
una gran cantidad de productos en las baldas de los supermercados
son alimentos que contienen ingredientes genéticamente modificados,
como el maíz o la soja que se emplean para galletas, batidos,
yogures, alimentos preparados, congelados, productos de la
alimentación infantil, etc.
Mucha gente aun cree que los genéticamente modificados son algo que
nos queda lejos en el tiempo y en el espacio porque asume que su
entrada no es permitida en los mercados o existe un riguroso control
sobre ellos o bien cree, con un poco de ayudita por parte de
los
‘mass media’ desinformadores de masas, que no son tan nocivos para
la salud, puesto que les han explicado que ‘los expertos hacen con
los alimentos unos cambios mucho más beneficiosos que los que la
propia naturaleza realiza consigo misma’.
En última instancia, cuando la evidencia de su existencia y amplia
extensión es ya notoria algunos recurren al conveniente para el
bienestar mental “si fueran malos no permitirían su venta” ; una
sentencia de fe en el sistema sin fisuras que resulta cómoda para su
sistema de valores…
Y todavía existe un reducto de campeones de la
negación que cree a lumbreras como Elena Espinosa (PSOE), cuando
dice que
los GMO pueden 'salvar' de hambre al planeta.
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La realidad es que hay más campos con productos genéticamente
modificados que campos cultivos con productos no genéticamente
modificados en algunos países como Estados Unidos y esa tendencia
tiende a globalizarse.
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La realidad es que España es el líder en producción de genéticamente
modificados en Europa así como en campos de experimentación, muchos
de ellos ocultados a las propias administraciones locales.
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La realidad no es que las semillas genéticamente modificadas
requieran menos pesticidas y compense ligeramente el cambio, sino
que al contrario, requieren más pesticidas por lo que entrañan mayor
toxicidad para la salud de los consumidores.
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La realidad es que hay un engendro de Monsanto llamada “semilla
terminator” que sólo germina una vez, de manera que la empresa que
los fabrica y distribuye se asegura un re-compra y el monopolio
sobre un sector de los alimentos.
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La realidad es que se ha demostrado científicamente que los hamsters
quedan infértiles después de 3 generaciones de consumo de un
alimento genéticamente modificado como la soja.
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La realidad es que además de albergar casi la mitad de los ensayos
al aire libre en la UE, España es el único país que cultiva
transgénicos de forma comercial, con más de 80.000 hectáreas de maíz
transgénico cultivadas en 2008, mientras que países como Francia,
Alemania, Austria, Grecia o Polonia mantienen la prohibición de su
cultivo.
Aunque pueda parece una pesada broma Monsanto todavía llama a lo que
hace “agricultura sostenible” .
ESPAÑA ES
DIFERENTE …TAMBIÉN PARA MONSANTO
En España existen ya más de 100 campos transgénicos reconocidos.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura,
entre 2009 y 2011, hasta 100 pueblos y localidades españolas se han
convertido temporalmente (durante 6 a 12 meses) en la laboratorios a
campo abierto de la agroindustria de transgénicos.
Pero eso es lo que se conoce y se admite.
Existen informes de
organizaciones sociales de que se llevan años haciendo experimentos
con semillas transgénicas al aire libre en nuestro país. La
información sobre dónde y cómo ocurre esto se oculta a las
corporaciones locales y expone la complicidad existente entre el
gobierno central y las multinacionales del sector de GMO.
Existen casos conocidos donde se han paralizado por parte de los
ayuntamientos pertinentes solicitudes de experimentación con
semillas genéticamente modificadas en campos privados que pretendían
llevarse a cabo sin ningún conocimiento por parte de los
ayuntamientos de la localidad (Caso de Rivas Vaciamadrid).
Las multinacionales tienen a sus adalides en los gobiernos de turno,
como Cristina Garmendia en el caso del gobierno del PSOE, pero en la
era de Aznar las cosas no andaban mejor en absoluto. Para los lobbys
de la industria no importa nada lo que tú votes.
MENTIRAS EN CUANTO A LA SEGURIDAD EN LOS CAMPOS DE PRUEBAS
Cuando finaliza una cosecha, se supone que se eliminan los residuos,
enterrándolos en el suelo o por medio de trituración. Sin embargo
estos métodos en modo alguno eliminan el riesgo de contaminación
genética.
Se sabe que 200 metros de distancia de un cultivo transgénico con
otros cultivos no es una barrera real de seguridad.
Estos protocolos
de ensayos y de residuos son los que las propias empresas proponen y
son protocolos absolutamente ridículos que no se encuentran con
ninguna barrera de protección real y contestada por parte de la
administración central ni organismos de seguridad pública de ningún
tipo.
Es decir, quienes deberían velar por nuestra seguridad dejan
que sean las corporaciones las que digan lo que es seguro y no para
nosotros y aceptan su palabra como una cuestión de fe, sin realizar
pruebas independientes, ni basados en el principio de la precaución.
La Comisión Nacional de Bioseguridad, dependiente del Ministerio de
Medioambiente, es la encargada de elaborar los informes que dan el
visto bueno a los experimentos con transgénicos.
Está compuesta por
46 miembros, de los cuales tan sólo siete son representantes
científicos y el resto representantes políticos
Este articulo aclara algunos pormenores.
Según afirma un
representante de una comunidad autónoma en la CNB a
Amigos de la
Tierra:
“En la CNB no hay debate. Simplemente se comprueba que están todos
los papeles en regla, y ya está. Aunque estés contra la liberación
de cultivos transgénicos, no hay momento para el debate, además de
que domina el buen ambiente entre todos sus miembros, que nadie
quiere romper. Si los representantes científicos dan el visto bueno,
no hay nadie que discrepe”.
EL MARKETING QUE NO FALLA
Monsanto gasta millones en propaganda, contrata agencias de
comunicación especializadas, lanza campañas de difamación contra
investigadores que denuncian los peligros, apoya a sus propios
empleados para que lleguen a puestos de relevancia en el empeño de
la gestión pública de temas relacionados con la agricultura.
Con esa
estrategia, el éxito de convertir a Frankstein como Rapunzel está
asegurado.
Por ejemplo, el lobby EuropaBio que apoya los transgénicos y el uso
de la biotecnología contrató a Burson-Marsteller, multinacional de
relaciones públicas, famosa por haber trabajado tras desastres
ecológicos como Chernobyl. Lo que hacen para conseguir cambiar la
percepción de la gente es dar cobertura a “científicos” o “expertos”
en su nómina y a creadores de opinión en general, sin dar publicidad
a las marcas para que la campaña pase ‘desapercibida’, pero sean
asimiladas las opiniones “científicas” como dogmas de fe por parte
de la población.
Por otro lado, poco necesitan la publicidad las
marcas que son monopolios absolutos.
Entre las organizaciones pertenecientes a EuropaBIO se encuentra
Asebio, presidida, hasta su llegada al Ministerio de Ciencia e
Innovación por Cristina Garmendia y financiada, entre otras, por
Monsanto o Merck . Garmendia pasó de presidir Asebio a ministra de
Ciencia, un fenómeno conocido de trasvase de ejecutivos del sector
público al privado o viceversa donde desde la función pública las
multinacionales pueden actuar aun más eficientemente.
La situación es crítica. No se pueden negar, pero trataré de
resumirla para entender lo fundamental para nosotros, POR QUE SON
NOCIVOS Y POR QUE DEBEMOS RECHAZARLOS.
Aquí van cinco razones por
las que no deberíamos consumir alimentos genéticamente modificados. No están ordenados por orden de importancia.
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Los GMO destruyen el medioambiente
Cualquier monocultivo y el repetido uso de la tierra para un solo
tipo de cultivo, tanto si es genéticamente modificado como si no,
requiere un alto uso de fertilizantes y pesticidas para que sea
productivo.
Como los GMO son resistentes a los pesticidas, se
requieren enormes cantidades de dosis de éstos, mucho más que en
cultivos tradicionales, para que sean efectivos.
Cualquier
innovación que pase por la contaminación del planeta no parece una
gran idea, ¿Verdad? pero si además suponen que lleguen a nuestro
cuerpo toneladas de tóxicos, la idea es simplemente monstruosa.
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Los GMO empobrecen a los agricultores
En los países donde se han sembrado comercialmente transgénicos la
experiencia muestra un nulo aumento de productividad, mayor uso de
agroquímicos y costos más elevados para los agricultores, es decir:
cero ganancias.
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Los GMO no son sanos para la salud.
Esto por decirlo suave y elegantemente. En realidad, muchos de sus
peores efectos han sido ocultados o no suficientemente estudiados.
Entre los efectos negativos comprobados
están los riesgos de
infertilidad, desregulación inmune, envejecimiento acelerado,
desregulación de genes asociados con síntesis de colesterol y
regulación de insulina, cambios en el hígado, riñones, bazo y sistema
gastrointestinal.
El 19 de mayo de 2009, la Academia Estadounidense de Medicina
Ambiental (AAEM) apeló a que los «médicos eduquen a sus pacientes, a
la comunidad médica y al público para que eviten los alimentos
genéticamente modificados (GM), siempre que sea posible, y que los
médicos proporcionen material educativo en relación con alimentos GM
y riesgos para la salud».
Un estudio del 2009 encontraba que el
glifosato causaba la total
muerte celular en el cordón umbilical humano, células embriónicas y
de la placenta en 24 horas. Recientemente, un gran estudio verificó
que la substancia usada en la mayor parte de los pesticidas incluyen
glifosato incluyendo el best seller de Monsanto,
Roundup. Se han
probado
defectos de nacimiento asociados al Roundup
Otro
estudio
independiente ha probado que el Roundup de Monsanto
produce esterilidad en ratas machos de laboratio.
Se ha probado que
la soja transgénica provoca fetos deformes.
Un
estudio reciente ruso demostró que después de 3 generaciones, los
hamsters alimentados con soja transgénica se vuelven completamente
infértiles. Este estudio de Alexey Surov en colaboración con la
Academia de Ciencias Rusa ha demostrado que la soja transgénica (el
91% de lo plantado en Estados Unidos actualmente) lleva a problemas
de reproducción después de varias generaciones de hamsters.
Me temo que el rosario de pruebas está incompleto, pero para eso
está el foro.
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Contaminación genética de cultivos orgánicos y otras especies
Liberar una mutación genética de cualquier tipo a la naturaleza
puede llevar a consecuencias impredecibles.
Es el equivalente a
liberar a mamíferos en entornos distintos a aquellos que les son
propios, con la salvedad de que los GMO no tienen ningún entorno
propio porque salieron de un laboratorio y por ello contaminan
agresivamente todo tipo de entorno al cruzarse con las plantas
orgánicas de su entorno por medio de la polinización.
Se ha probado que el
arroz genéticamente modificado cultivado
durante un solo año en un campo provocó extensa contaminación en
todo el suministro de arroz de los Estados Unidos.
Otro estudio español demostró que el maíz genéticamente modificado
causa reducción drástica de los cultivos orgánicos de este grano
haciendo prácticamente
imposible su coexistencia.
Lo más alucinante es que dado que los gigantes de los GMO conocen
este hecho a la perfección, pueden demandar a los agricultores por
infringir el uso de las patentes de sus genéticamente modificados si
encuentran especies modificadas suyas en otros cultivos. Es decir,
los agricultores se ven CONTAMINADOS por polinización de productos
transgénicos y aun pueden ser demandados por usurpar patentes.
¿Puedes
imaginarte el tamaño de la cara dura y la agresividad mafiosa que
muestran estas corporaciones?
Por si fuera todo esto poco, un estudio alemán reciente de
Testbiotech muestra que es cada vez más frecuente la presencia de
fragmentos de ADN de plantas transgénicas en tejidos de origen
animal como la leche, los órganos internos y en los músculos.
En Abril de 2010, un grupo de científicos de Italia reportaron la
presencia de secuencias de ADN de la soja genéticamente modificada
en la leche de cabra. Estos fragmentos de ADN entran en el flujo de
sangre desde el intestino y de allí llegan a la ubre y la leche.
Huellas de ADN específica fue también identificada en niños
alimentados con leche de cabra.
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Monopolio sobre la alimentación humana
El cartel corporativo tiene prácticamente ya el monopolio sobre los
alimentos.
Más del 90% de la soja americana proviene de cultivos
transgénicos.
Desde 1996 cuando sólo el 2% de la soja americana contenía los genes
patentados por Monsanto al momento actual con un 90% de cultivos de
GMO, ha transcurrido poco tiempo y se han producido grandes cambios
en la biodiversidad del planeta. Argentina, un país productor muy
importante a nivel mundial tiene un 98% de su soja, transgénica y a
nivel mundial más de la mitad de toda la soja del mundo tiene la
patente de Monsanto. Las cifras del
maíz transgénico no le andan a
la zaga.
Trabajando sin descanso por el monopolio absoluto, las grandes
corporaciones no cesan en su labor de lograr penetrar en todos los
países y
permitir la entrada de sus productos.
Esta naturaleza monopolista de los GMO tiene tintes aun más
terroríficos que los efectos sobre la salud que son, como se ha
dicho, muy negativos.
LO QUE PODEMOS
HACER PARA FRENAR, DEBILITAR Y EVITAR ESTO
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Informarnos y difundir información sobre los GMO
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Comprar a productores locales
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Convertirnos en productores
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Suprimir, rebajar o eliminar productos en nuestra dieta que
contengan los productos provenientes de la agricultura transgénica
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Informarnos sobre cultivos transgénicos en nuestra región y
denunciarlo ante las autoridades locales. Es muy posible que algunos
lo hagan con el desconocimiento de las autoridades locales
Este documento de enero de 2009 “La
Amenaza de Los Transgénicos”, es
un informe especial que comprende artículos, análisis y reportajes
sobre los riesgos que representan los organismos genéticamente
modificados para la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la
salud de los seres humanos y se enfoca principalmente en:
-
Contaminación genética de cultivos convencionales
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Menor empleo de mano de obra
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Mayor uso de plaguicidas
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Efectos sobre la salud humana
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Alternativas a los transgénicos
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Iniciativas para la protección de semillas nativas
FUENTES
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