Hace una semana huí de Hong Kong después de que quedara claro que mi
libertad y mi seguridad estaban amenazadas por
haber revelado la verdad.
Mi
libertad se ha mantenido debido a los esfuerzos de mis nuevos y viejos
amigos, familiares y otras personas, a las cuales nunca he conocido y
probablemente nunca conoceré. Les confié mi vida y ellos confiaron en mí,
algo por lo que siempre les estaré agradecido.
El jueves el
presidente
Obama declaró ante todo el mundo que no iba a
permitir que ningún diplomático "entrara en tejes y manejes" sobre mi caso.
Sin embargo, ahora se ha reportado que después de haber prometido no hacerlo,
el presidente ordenó a su vicepresidente presionar a los líderes de las
naciones en las que he solicitado protección para que negaran mis peticiones
de asilo.
Este tipo de engaño de un líder mundial no es justicia, tampoco es un
castigo ilegal de expatriación. Estas son las antiguas malas herramientas de
la agresión política. Su propósito es asustar y no a mí, sino a los que
quieren venir a reemplazarme.
Durante décadas, Estados Unidos ha sido uno de los más fuertes defensores
del derecho humano a solicitar asilo.
Lamentablemente este derecho, diseñado
y aprobado por Estados Unidos en el artículo 14 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos, está siendo rechazado por el actual Gobierno de mi país.
La administración Obama ha adoptado la estrategia de utilizar la
nacionalidad como arma.
Aunque no se me acusa de nada, se ha revocado unilateralmente mi pasaporte,
convirtiéndome en un apátrida sin ningún tipo de orden judicial, y la
administración pretende ahora privarme de un derecho fundamental. Un derecho
que pertenece a todo el mundo: El derecho a solicitar asilo.
Al final, el Gobierno de Obama no teme a los informantes como yo,
Bradley
Manning o
Thomas Drake. Somos apátridas, encarcelados o impotentes.
No, la
Administración Obama no tiene miedo de uno. Tiene miedo de una sociedad
informada, enojada que exige el Gobierno constitucional que le fue prometido
y que debería tener.
Soy firme en mis convicciones y estoy impresionado por los esfuerzos que han
emprendido muchos.
Edward Joseph Snowden
Lunes 1 de julio de 2013