Esto es el riesgo que se
corre cuando se renuncia a la privacidad a cambio de participar en
las redes sociales y tener nuevos gadgets
Con esto se avecina una
nueva era en la que la vigilancia digital será parte de un mecanismo
ya no sólo de prevención sino de prohibición, en la que existirán
diferentes clases de ciudadanos.
Todos estos comportamientos generan perfiles que compañías como Google, Facebook, Apple o Amazon utilizan para crear mejores anuncios, optimizar sus plataformas y desarrollar nuevos productos.
Sin embargo, por el momento todo esto, al menos según queremos creer, no genera una evaluación o un ranking que determina nuestra elegibilidad a cosas como un trabajo o un pasaporte.
Pero eso podría cambiar pronto, y ya lo está haciendo en China.
El monitoreo se une, como
inevitablemente iba a suceder algún día, a la evaluación de la
conducta como una forma de control del poder.
Por el momento el programa es voluntario, pero para el 2020 sería obligatorio.
Actualmente, cada
ciudadano participante es evaluado por el gobierno conforme a
diferentes factores considerados por un algoritmo creado por una
compañía afiliada al
gigante de Internet Alibaba (el
Amazon chino) y otras empresas.
Según Alibaba, sólo lo positivo sube el puntaje.
Pero cuando el gobierno lance el programa oficialmente en el 2020, será difícil pensar que los comportamientos críticos no afecten dicho puntaje o al menos sean tomados en cuenta por el gobierno, como sugiere la investigación de Wired.
Asimismo, puesto que el
ranking se ve influido por las relaciones de cada persona,
fácilmente se podrán ver casos en los que exista presión social para
que se eviten ciertos comentarios.
En el programa chino, los amigos y los contactos sociales pueden influir en la evaluación de un ciudadano y, a la vez, los ciudadanos que tengan comportamientos altamente confiables acceden a beneficios. Actualmente esto ya les permite acceder a préstamos para comprar en línea, rentar un auto sin dejar un depósito o hacer check-in VIP en diferentes lugares.
El sistema recompensa la lealtad, y los altos puntajes son vistos como una nueva forma de estatus.
De manera escabrosa, el sistema mismo aconseja a los ciudadanos cómo mejorar su puntaje, por ejemplo, no haciéndose amigos de personas con bajo puntaje, lo cual es ya el prototipo de un elitismo de ultracorrección política.
Como dice Rachel Botsman en Wired, el Sesame Credit es la versión videojuego Big Data del Partido Comunista, la gamificación de la vigilancia.
Ya antes en China existía el dang'an, un registro de todas las transgresiones políticas y personales de un ciudadano, pero ahora esto se vuelve exponencial, pues involucra a toda la sociedad.
Ello hará que las
personas que tengan bajos puntajes tengan una menor velocidad de
conexión y pierdan sus derechos a viajar, señala Botsman.
Luciano Flordi, profesor de filosofía de Oxford, lo compara con un cambio de paradigma al nivel de la revolución copernicana o las ideas de Freud de que nuestras acciones son controladas por el inconsciente.
El nuevo paradigma tiene que ver con la fusión de lo que hacemos online con la vida offline, creándose lo que él llama "onlife", esto es, una nueva personalidad que integra nuestra personalidad virtual con nuestra personalidad física offline.
Viviremos en un mundo que
será algo así como
Yelp para humanos.
Además, el sistema los
protege de realizar negocios e intercambios con personas con poca
credibilidad, de la misma manera que Uber, Airbnb o Mercado Libre.
Rachel Botsman escribe que nuestra sociedad:
Aunque algunos analistas son más optimistas - como Kevin Kelley, quien habla de la co-vigilancia (donde los vigilados vigilan a los vigilantes también) - el poder que están tomando las grandes compañías de Internet, como Google o Facebook, es ciertamente alarmante.
Aunque estas compañías no usen sus datos necesariamente para controlar a los ciudadanos, ciertamente los usan para incrementar sus ganancias, y actualmente pueden ya provocar ciertas conductas (nudging) y predecir comportamientos, en ocasiones con mayor efectividad que la misma persona.
Sabemos que la economía digital basada en la idea de crecimiento infinito no genera prosperidad real, sino que aumenta la desigualdad - ciudadanos de diferentes clases.
Sabemos también que la economía digital esta basada en la captación de la atención y que para captar la atención se crea todo tipo de tecnologías de la distracción.
Así que podemos tener una versión similar a la del comunismo, sólo que capitalista; mientras que la tecno-distopía de China se parece a la de Orwell, la de Occidente se parece más a la de Huxley.
Lea también, "Porqué
lo que Estamos Viviendo se Parece más a 'Un Mundo Feliz' de Huxley
que a '1984' de Orwell"...
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