 
 
	
	
	por 
	Manuel Freytas
	
	05 Agosto 2010
	del Sitio Web 
	IARNoticias
	
	 
	
		
			| 
			 Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del 
	poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de 
	los autores más difundidos y referenciados en la Web. | 
	
	
		
			
			Algo así como decir "nos vamos de este mundo, pero con la conciencia 
	tranquila".  
			
			
			 
			
			En una nueva estrategia de proyección de imagen, 40 súper 
	millonarios encabezados por Bill Gates, Carlos Slim y Warren Buffet (los 
	tres más ricos del planeta) firmaron el "Compromiso de Donar", una promesa 
	ficticia de "donar" la mitad de sus fortunas luego de su muerte. 
			
			 
			
			Pero es 
	solo una engañosa estrategia de marketing. 
			 
			
			La mayoría de ellos encabezan 
	fundaciones "filantrópicas" que les sirven, entre otras cosas, para evadir 
	impuestos y como plataforma de publicidad institucional para sus empresas. 
			
			 
			
			Además, dejar la mitad de sus fortunas a sus fundaciones filantrópicas (empresas 
	capitalistas que desarrollan fabulosas evasiones de impuestos y alimentan 
	multimillonarios negocios con la "solidaridad"), les permite ingresar en el 
	nuevo marco estatutario del capitalismo de "rostro humanizado", la máxima 
	escala de prestigio en la era del dominio imperial con "democracia y 
	derechos humanos". 
			 
			
			Ni muerto, el capitalismo deja de facturar.
		
	
	
	
	
	
		
		"Los ricos de EEUU han estado buscando nuevos símbolos de estatus luego de 
	la Gran Recesión, los yates, aviones privados y mansiones están pasados de 
	moda. 
		
		 
		
		Pero ser lo suficientemente rico y generoso como para entrar al 
	Compromiso de Donar podría convertirse rápidamente en el máximo símbolo de 
	estatus en EE.UU. y el extranjero", señala con increíble crudeza el Wall 
	Street Journal, vocero emblemático del casino global de Wall Street.
	
	
	Para el Journal, 
	
		
		"Algunos podrían descartar este compromiso, considerándolo 
	una estrategia publicitaria para mejorar las relaciones públicas de los 
	súper ricos, las cuales necesitan pulirse. Sin embargo, la lista podría 
	convertirse en una fuerte fuerza financiera para la filantropía, así sea 
	sólo por la presión que ejerza sobre otros multimillonarios y la publicidad 
	que genere".
	
	
	El fundador de Oracle, Larry Ellison, se unirá al creador de 
	La Guerra de 
	las Galaxias George Lucas y a otros 38 multimillonarios en una iniciativa de
	Warren Buffett y 
	
	Bill Gates para donar la mayoría de sus fortunas a 
	fundaciones filantrópicas (todos tienen una) tras su muerte.
	
	
	
	
	En la lista de "caritativos" acaudalados que se sumaron a 
	
	The Giving Pledge 
	- que podría traducirse como "La Promesa de Dar" - de Gates y Buffet, figuran 
	el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, el ejecutivo Barry Diller y uno 
	de los cofundadores de Oracle, Larry Ellison, así como también el magnate 
	mediático Ted Turner y 
	
	David Rockefeller.
	
	La increíble y farsesca lista de "donantes post mortem", incluye a nombres 
	de lo peor del capitalismo especulativo promotor de la crisis global como:
	
		
			- 
			
			Ronald O. Perelman, el fundador de Citigroup Sandy Weil y su esposa Joan 
- 
			
			los "inversionistas" en fondos de cobertura Julian Robertson Jr. y Jim 
	Simons  
- 
			
			el gigante de fondos de capital privado David Rubenstein 
	
	 
	
	
	
	Los extremos que no se tocan
	
	
	En EE.UU. residen más de 400 individuos o familias con más de mil millones de 
	dólares, de acuerdo a la revista
	
	Forbes. Más del 45% de la población rica 
	vive en EE.UU.
	
	Pese a la crisis económica-financiera mundial y la crisis social que genera 
	la suba de precios de los alimentos y de la energía, las riquezas personales 
	en todo el mundo crecieron un 5 por ciento a US$ 109,5 billones, según un 
	informe sobre "riqueza mundial publicado en el 2008 por Boston Consulting 
	Group (BCG).
	
	Para ilustrar el macro-robo capitalista del producido mundial hay que 
	señalar que la cifra acumulada, según el informe, de US$ 109,5 billones de 
	riqueza acumulada en manos de los "millonarios" (con las súper-fortunas en 
	la cima) se aproxima a casi dos veces el PBI mundial (la riqueza anual 
	producida por todos los países) que ronda en los US$ 70 billones.
	
	
	
	
	Pero, para dar una mejor idea de lo que significa, en términos de 
	comparación, esta cifra de US$ 109,5 billones, hay que puntualizar que 
	equivale a casi dos veces y media el PBI anual de EE.UU. y la Unión Europea, 
	las dos potencias económicas centrales que concentran más del 45% de la 
	producción mundial.
	
	Para la prensa y los analistas del sistema el aumento de la pobreza mundial 
	y el aumento de la riqueza no son procesos inversamente proporcionales que 
	se retroalimentan a nivel de causa y efecto, el uno con el otro.
	
	En este marco separatista, la pobreza que se expande a escala global, y la 
	riqueza (activos empresariales y fortunas personales) que se concentra cada 
	vez en menos manos, no tienen nada que ver una con la otra, y van por vías 
	separadas.
	
	Que las fortunas personales de los "más ricos" del ranking Forbes dupliquen 
	el PBI mundial, "no tiene nada que ver" con la existencia de 3000 millones 
	de personas (la mitad del planeta) que padecen "pobreza estructural", o de 
	los más de 1000 millones que no cubren sus necesidades básicas de 
	alimentación y supervivencia en el mundo.
	
	Todo lo contrario, las grandes cadenas mediáticas y sus empleados 
	comunicadores se deshacen en loas y en exclamaciones de admiración para 
	estas máximas luminarias "exitosas" del capitalismo depredador, en cuya cima, 
	las primeras 50 fortunas, equivalen a el ingreso robado a 460 millones de 
	hambrientos, según 
	
	la FAO.
	
	Los medios internacionales sionistas, que esconden sistemáticamente la 
	relación simbiótica pobreza-riqueza (una es consecuencia de la otra) 
	comentan con "preocupación" como la crisis redujo el selecto club de súper 
	millonarios del ranking Forbes que pasó de 1.125 miembros en 2008 a 793 en 
	2009.
	
	En el año 2008, 500 multimillonarios sumaban una fortuna de casi tres 
	billones de dólares, una cifra equivalente al presupuesto anual de EE.UU., la 
	mayor potencia imperialista del planeta, y a decenas de PBI (producción del 
	pastel) anuales de países dependientes.
	
	Mientras la crisis económica global desatada desde las economías centrales (EE.UU. 
	y Europa) profundiza el hambre, la pobreza y la devaluación acentuada del 
	poder adquisitivo de las mayorías a escala planetaria, un selecto grupo de 
	mega-empresas y multimillonarios del ranking Forbes multiplican a escala 
	sideral su activos empresariales y sus fortunas personales.
	
	Son, junto a sus empresas transnacionales, los actores centrales (los 
	generadores del hambre y la pobreza a escala global) que nunca aparecen en 
	los informes y análisis oficiales que atribuyen las causas de las hambrunas 
	y la marginación social no a la explotación capitalista sino a la "mala 
	administración" de los gobiernos.
	
	Los "súper-ricos", ejecutivos y accionistas de los grupos capitalistas que 
	se reparten el mundo como si fuera un pastel, los que aparecen habitualmente 
	retratados en los ranking del jet set decadente, conforman el resultante 
	final de un proceso de acumulación de riqueza en pocas manos a costa de la 
	crisis mundial y del achicamiento progresivo de la participación de las 
	mayorías en el proceso de reparto de la producción mundial.
	
	La prensa internacional (del sistema), sus periodistas y comentadores, 
	difunden estas cifras, impresionantes y fantásticas, destilando una rara 
	mezcla entre admiración y envidia por no estar en el lugar de los rankeados, 
	a los que consideran personas tocadas por la "varita mágica" del éxito y el 
	prestigio social.
	
	De esta manera, los diarios, las radios y los canales televisivos ponen el 
	acento de la "noticia" en la cifra de la fortuna de los tres sionistas que 
	encabezan el ranking Forbes: 
	
		
	
	
	Por supuesto que la prensa del sistema no aclara que el presupuesto de 
	US$ 896 millones que la ONU y el BM destinan para "combatir la pobreza en el 
	mundo" equivale sólo al 0,8 % de la fortuna de estos tres hombres más ricos 
	del mundo.
	 
	
	 
	
	
	
	Fabricantes de hambre
	
	Según la ONU, en el mundo ya hay más de 1.000 millones de personas que 
	padecen hambre, la cifra más alta de la historia, y en todo el planeta hay 
	3.000 millones de desnutridos, lo que representa casi la mitad (50%) de la 
	población mundial, de 6.500 millones.
	
	Pero en la realidad, la producción de alimentos está fuera de la órbita del 
	control estatal de los gobiernos.
	
	
	
	
	Despojados de su condición de "bien social" de supervivencia, esos recursos 
	se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la 
	especulación en el mercado, y los precios no se fijan sólo por la demanda 
	del consumo masivo, sino básicamente por la demanda especulativa en los 
	mercados financieros y agro-energéticos.
	
	Y los gobiernos, al no tener poder de gerenciación sobre sus recursos 
	agroenergéticos se convierten en títeres de las corporaciones que los 
	controlan y que se apoderan de la renta del producido por el trabajo social 
	de esos países.
	
	Los recursos esenciales para la supervivencia están supeditados a la lógica 
	de rentabilidad capitalista de un puñado de corporaciones trasnacionales 
	(con capacidad informática, financiera y tecnológica) que los controlan a 
	nivel global, y con protección militar-nuclear de EE.UU. y las superpotencias.
	
	En ese escenario, la producción y comercialización de alimentos no está 
	supeditada a la lógica del "bien social", sino a la más cruda lógica de la 
	rentabilidad capitalista.
	
	Según la propia FAO, diez corporaciones trasnacionales controlan actualmente 
	el 80% del comercio mundial de los 
	alimentos básicos, y similar número de 
	mega empresas controlan el mercado internacional 
	
	del petróleo, de cuyo 
	impulso especulativo se nutre el proceso de suba de los alimentos, causal de 
	la hambruna, que se extiende por todo el planeta.
	
	Entre los primeros pulpos trasnacionales de la alimentación, se encuentran, 
	
		
	
	
	...que lideran mundialmente la comercialización de alimentos y que, además 
	de controlar la comercialización y las fuentes de producción, poseen todos 
	los derechos a escala global sobre semillas e insumos agrícolas.
	
	El Programa para hacer frente a la crisis mundial de alimentos, (GFRP, por 
	sus siglas en inglés) desarrollado por el 
	
	Banco Mundial no alcanza ni 
	siquiera al 1% de la suma acumulada por los tres capitalistas más ricos, 
	pero esto no es "noticia" para la prensa sionista imperial.
	
	Mientras las potencias capitalistas centrales se concentran en "combatir la 
	pobreza" con un presupuesto de US$ 896 millones, los primeros veinte 
	supermillonarios de la lista Forbes concentran juntos una cifra de más de 
	US$ 400.000 millones.
	
	Esa cifra (en manos de sólo veinte personas) equivale casi al PBI completo 
	de Sudáfrica, la economía central de África, cuya producción equivale a un 
	cuarto de la producción total africana.
	
	Mientras 20 súper multimillonarios acumulan una fortuna equivalente a un 
	cuarto de la producción total africana, según la FAO, en el África 
	subsahariana, una de cada tres personas (236 millones en 2007) sufre de 
	desnutrición crónica.
	
	La gran mayoría de las personas desnutridas en el mundo (mil millones) vive 
	en países en desarrollo, según la FAO, y de ellas, el 65 por ciento se 
	concentra en siete países: 
	
		
	
	
	Casi dos tercios (583 
	millones en 2007) de los hambrientos del mundo viven en Asia.
	
	Como contrapartida (y demostración de lo que produce el capitalismo), esas 
	zonas marcadas por una altísima y creciente concentración de hambre y 
	pobreza, figuran en las estadísticas económicas mundiales como las mayores 
	generadoras de riqueza y rentabilidad empresarial capitalista de los últimos 
	diez años.
	
	Tanto el "milagro asiático" como el "milagro latinoamericano" (del 
	crecimiento económico sin reparto social) se construyeron con mano de obra 
	esclava y con salarios en negro. Esto lleva a que, al caerse el "modelo" por 
	efecto de la crisis recesiva global, el grueso de la crisis social emergente 
	con despidos laborales en masa se vuelque en esas regiones.
	
	Pero de esta cuestión estratégica, vital para la comprensión de la crisis 
	global y de su impacto social masivo en el planeta, la prensa internacional 
	no se ocupa. Los medios locales e internacionales están ocupados en 
	dilucidar la disminución de las fortunas de los ricos y la pérdida de 
	rentabilidad de las empresas.
	
	Y se cumple el axioma de máxima del sistema capitalista: Pobreza y riqueza, 
	son extremos que no se tocan.
	
	Si se tocaran, las mayorías hambrientas comprenderían quién es su verdugo y 
	los ricos perderían su impunidad.