por Raúl Zibechi, Santiago Alba Rico, Josu Juaristi y
Dabid Lazkanoiturburu
02 Enero 2013
del Sitio Web
Rebelion
Nada es lo que parece en los últimos años en
política internacional.
Las viejas certidumbres han dado paso a una
fragilidad que permite vislumbrar futuros sobresaltos. Donde menos se
esperan.
Contra lo que puede aparentar el farragoso juego de la diplomacia, el
subsuelo de lo que se conoce como la arena internacional se está moviendo de
forma decisiva en los últimos años.
Este movimiento telúrico de fondo se
traga de repente a protagonistas de la historia que parecían eternos (fue el
caso del egipcio Mubarak y del libio Gadafi y todo apunta a que será el
destino del sirio Al-Assad) provocando graves desequilibrios regionales y
nuevas alianzas que tardarán años en solidificar.
Pero, por lo general, se trata de un movimiento lento pero ininterrumpido
que está suponiendo un rediseño del mapa geoestratégico mundial como no se
ha conocido en los últimos cien años.
La crisis global ha provocado un corrimiento hacia el sur del Norte rico,
dibujando una Europa en la que el eje mediterráneo parece condenado a
asemejarse cada vez más a los países del este, que 25 años después de la
caída de la URSS, siguen condenados en el vagón de cola.
EE.UU. sigue buscando un nuevo paradigma que le permita mantener su primacía
mundial y, olvidada la Guerra Fría y tras salir trasquilado de su último
decenio de guerra al Islam, vuelve su mirada hacia el que fue siempre su
objetivo geoestratégico, el Pacífico.
Cuenta, para ello, con la competencia creciente de una China que ya ha
dejado de ser una potencia emergente y se ha convertido en la segunda
economía mundial y en la principal fábrica del Planeta.
EL EJE DEL PACÍFICO
El mundo es cosa de dos
Las complejas relaciones entre EE.UU. y
China marcarán, sin duda, el devenir del nuevo año y de los siguientes.
Y conviene remarcar esa complejidad, toda vez
que, más allá de la escenificación periódica de conflictos - en torno al tipo
de cambio del
Renminbi o a aspectos comerciales - ambas potencias se necesitan
mutuamente. A Pekín no le interesa un debilitamiento de EE.UU. más allá de un
límite y Washington tiene en China a uno de los principales compradores de
su inmenso déficit.
Otro tanto ocurre con la cuestión militar.
EE.UU. denuncia una y otra vez el
incremento ciertamente exponencial en gastos de defensa de los dirigentes
chinos, pero estos recuerdan que siguen derivando menos proporción del PIB
del país a este capítulo que lo que gasta EE.UU..
Y, en cifras absolutas, el Pentágono se lleva
medio billón largo de dólares al año, mientras el Ejército Popular chino, el
más numeroso del mundo, no supera los 80.000 millones.
En este juego de acusaciones demagógicas, no hay duda de que EE.UU.
aprovechará la inquietud que genera el repunte de las reivindicaciones
territoriales de China en muchos de sus vecinos - y algunos aliados
estratégicos de EE.UU. - como Japón, Corea del Sur, Vietnam y Filipinas para
tratar de consolidar su dominio del Pacífico.
Pekín intentará hacer valer el diálogo bilateral para solucionar esas
disputas, mientras EE.UU. apelará a soluciones regionales en las que el peso
chino se diluya y su propia posición marque la pauta a seguir.
AMÉRICA LATINA
Escalada de tensiones
La disputa por la hegemonía regional entre tres grandes potencias, Estados
Unidos, China y Brasil, dibuja en el horizonte una escalada de conflictos.
Para 2013 podemos esperar mayor activismo de las
principales fuerzas desestabilizadoras, las derechas aliadas de Washington,
por lo menos en Venezuela y Argentina, que se han convertido en los
escenarios de las mayores confrontaciones.
La posible desaparición de Hugo Chávez pondrá a prueba la solidez del
proceso bolivariano.
Aunque Brasil y China han establecido sólidas
alianzas estratégicas con Venezuela, la derecha y Estados Unidos mantienen
su capacidad desestabilizadora. En Argentina el gobierno de Cristina
Fernández deberá mostrar que puede manejar la situación económica y
financiera para frenar la escalada social y política de las clases medias y
altas contra su gobierno.
En el resto de la región sudamericana predomina la estabilidad aunque falta
acomodar la situación paraguaya post-golpe constitucional contra Fernando
Lugo.
A través de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR),
Brasil viene mostrando su capacidad estabilizadora en la región, que está
optando por resolver sus asuntos sin la injerencia estadounidense.
El Mercosur, ampliado con Venezuela, seguirá creciendo con la incorporación de
Bolivia y Ecuador.
Más al norte, en el Caribe, Centroamérica y México, la relación de fuerzas
es completamente diferente.
La mano militar del Pentágono y del Comando Sur
siguen marcando el ritmo con escasas interferencias.
El núcleo de la
conflictividad interestatal y social seguirá focalizada en Sudamérica, y muy
en particular en la región andina del Perú, donde colisionan las hegemonías
decadentes y las emergentes.
EL MUNDO ÁRABE
Avance a trompicones
Dos años después, podemos enumerar
algunas de las consecuencias negativas de la "primavera árabe":
la confrontación militar (Siria) o la
confrontación política (Túnez, Egipto, Libia, Yemen) han dado una nueva
oportunidad a los grupos asociados a la franquicia Al-Qaeda, han
aumentado la influencia de las potencias reaccionarias del Golfo (Arabia
Saudí y Qatar) y desplazado la batalla por la democratización hacia una
"guerra fría" entre sunnismo y chíismo, han llevado al gobierno (Túnez y
Egipto) a partidos islamistas complacientes con el capitalismo, han
fragilizado todas las fronteras nacionales y han producido una fractura
en la izquierda árabe e internacional.
¿El balance es, por tanto, desastroso?
Todos esos efectos solo podían ser evitados manteniendo dictaduras feroces
cuyo cuestionamiento ha abierto, en cambio, un abanico de potenciales
transformaciones.
Desde el punto de vista geoestratégico, podemos señalar algunas: Israel se
encuentra más aislada y desprestigiada que nunca mientras que Palestina
refuerza su papel simbólico como capital y garantía del anti-imperialismo
regional, EE.UU. recula en la zona frente a una nueva promiscuidad de alianzas
cruzadas entre viejas potencias y potencias emergentes y se pone punto
final, con veinte años de retraso, a la Guerra Fría y al siglo XX.
Pero desde el punto de vista político, un proceso que sólo puede ser largo
apunta ya cambios impensables hace tres años:
-
pueblos que se movilizan y
organizan y que amenazan por primera vez el corazón de la bestia (los países
del Golfo y Jordania)
-
mujeres y minorías lingüísticas y nacionales que
luchan por sus derechos
-
una izquierda que se sacude esquemas atávicos y
reencuentra la calle
-
la emergencia al primer plano de una juventud
reprimida y humillada
-
la refundación de una cultura que se inclinaba,
fascinada o aterrorizada, ante el poder personal y que, a través del mito Bouazizi,
se alinea con los perdedores y rechaza los despotismos
El balance será aún provisional durante décadas.
Pero habría que estar loco - o ser imperialista
- para preferir que no hubiera ocurrido.
ASIA Y EURASIA
Afganistán e Irán
2013 estará marcado por los
acelerados planes de retirada occidental de Afganistán, lo que sin duda
generará un cataclismo en una región, Asia Central, que se mantiene en una
posición de equilibrio sobre alfileres.
Rusia ya está calibrando el futuro de una zona en la que todo hace presagiar
un regreso con fuerza del poder talibán y, en el peor de los escenarios, una
guerra civil que podría reanimar a los latentes movimientos islamistas,
particularmente fuertes en el estratégico valle de Fergana y que disputan el
status quo que Rusia logró mantener en repúblicas como Uzbekistán y
Tayikistán manteniendo a dictadores en el poder.
En fin, habrá que estar asimismo muy atentos al año crucial que vivirá Irán,
con unas elecciones en las que se anuncia el regreso de las viejas facciones
del stablishment revolucionario - tras un acuerdo entre el ayatollah Jomenei
y Akbar Hashemi Rafsanjani - por la retirada del presidente Mahmud
Ahmedinejad - y no se descarta que Occidente vuelva a intentar socavar al
poder de Teherán con un nuevo ensayo de revolución de colores como el que
fracasó en las presidenciales de 2009.
Todo ello como alternativa a una
guerra contra
Irán por razón de su programa nuclear que solo aparece en la agenda de
Israel.
El
problema es Tel Aviv y su creciente unilateralismo.
UNIÓN EUROPEA
"Hallo 2013"
En el ámbito europeo y de la Unión
Europea, será un año marcado por las elecciones alemanas de otoño.
Y no porque la reelección de Merkel o el regreso
del SPD al poder vaya a cambiar mucho la relación de este país con la UE,
sino porque buena parte del desarrollo y ritmo del titubeante proceso
integrador comunitario pasa a "modo invierno" cada vez que un "grande" vota.
2013, el año que verá el ingreso de Croacia, comienza con un cambio en la
presidencia semestral de (algunos de) los consejos de ministros de la Unión.
Irlanda releva a Chipre.
Pero, sobre todo, arranca con la negociación
pendiente del marco presupuestario plurianual (2014-2020), donde la Unión
aparece más rota que dividida en dos bandos:
-
los contribuyentes netos que
quieren reducir el presupuesto
-
los necesitados, convertidos en europeístas
convencidos en su reclamación de más caja común
La negociación marcará el
devenir de la UE a partir de 2014 y condicionará otros aspectos de la
discusión aparcada en diciembre sobre el desarrollo de la Unión Económica y
Monetaria.
Dos temas deberían ser prioritarios:
-
cómo reactivar la economía
-
cómo revertir el brutal deterioro del
tan célebre como casi inexistente modelo de bienestar social europeo
(hay más de uno, obviamente)
En el ámbito más social, quizás lo más llamativo será observar la evolución
de la iniciativa de la Comisión Europea para luchar contra el tabaco.
El
reconocimiento de títulos para trabajar en otro estado miembro será también
un punto relevante de la agenda europea en 2013.
ÁFRICA
¿El retorno de Al Qaeda?
La descolonización africana con regla y
cartabón y el olvido al que el mundo ha sometido al Continente Negro lo
convierte en un escenario inmejorable para la inestabilidad y su corolario,
su emergencia como refugio de movimientos que han perdido sus santuarios
originales, tanto por sus propios errores como por presiones externas.
Es el caso de la franquicia de Al-Qaeda y de grupos situados en la órbita
del yihadismo trasnacional. Mali y la vasta región de Azawad (equiparable al
territorio del Estado francés) será sin duda noticia en 2013.
Reivindicado como su territorio por los tuaregs,
la inestabilidad tras el golpe de Estado en Mali fue aprovechada para
ocupar-liberar el territorio, en el que Al Qaeda del Magreb y otros grupos
han logrado una posición de ventaja. No acaba ahí la lista de países con
graves problemas armados ligados con una interpretación rigorista de la
yihad.
Es el caso del norte de Nigeria, con el
movimiento Boko Haram (los talibanes nigerianos) y puede ser el de Níger, un
vasto territorio que comparte frontera - es un decir - con la inestable Libia.
Todo ello en un continente en el que la pobreza extrema y la inestabilidad
coinciden con un proceso creciente de urbanización (con megaurbes como Lagos
y Kinshasa) que es una bomba de relojería en unas sociedades sin la más
mínima articulación social y económica.
Ojala exageremos.