16 Julio 2013
No parece que al empujar al emir Hamad hacia la puerta de salida, Washington haya previsto otro cambio de régimen en Egipto.
Estados Unidos, que ya no soportaba más las trapacerías político-financieras del emir Hamad, puso a Qatar en su lugar de micro-Estado. Pero Washington nunca puso en tela de juicio la ayuda que el emir aportaba a la Hermandad Musulmana.
Lo que no le
gustaba era el papel preponderante que estaba alcanzando el pequeño emirato.
El papel de la Hermandad
Para la
cofradía, la islamización forzosa de las sociedades en el norte de África y
el Levante; para Washington, la globalización económica, incluyendo
privatizaciones masivas; y para Tel Aviv, la continuación de la paz separada
pactada en Camp David.
Algo que el «consejero espiritual» del canal qatarí al-Jazeera, el
jeque Yusuf al-Qaradawi, confirma a su manera cuando predica que si Mahoma
estuviese hoy entre nosotros, viviría en paz con los israelíes y apoyaría a
la OTAN.
La ideología de la cofradía
Aunque no dispone de una coordinación internacional, la cofradía no es una organización única sino que se compone de numerosos grupos diferentes. Acepta, además, diferentes niveles de adhesión, cada uno con su propia ideología.
Pero todos se reúnen alrededor de una sola divisa:
Todos se
identifican, además, con la enseñanza de Hassan al-Banna (1906-1949) y de
Said Qutb (1906-1966).
Ese es precisamente el caso de Ayman al-Zawahiri, actual jefe de al-Qaeda, proveniente de esos movimientos.
Fiel agente de Estados Unidos,
al-Zawahiri propició el ascenso de Hosni Mubarak a la presidencia de Egipto
al organizar el asesinato de Annuar el-Sadat. Y hoy se ha convertido en jefe
espiritual de los Contras que operan contra el gobierno sirio.
La característica fundamental del comportamiento de la Hermandad es que para ella «el fin justifica los medios».
Es por lo tanto difícil, al estudiar su evolución ideológica, distinguir
entre lo verdaderamente autentico y lo que no es otra cosa que pura
seducción política. Precisamente, el caso egipcio demuestra de forma
fehaciente que la evolución democrática de la Hermandad no pasaba de ser una
fachada concebida únicamente para ganar la elección.
Al comprender el uso que podían hacer de la Hermandad, los británicos - expertos en la manipulación de sectas - en vez de liquidarla, lograron infiltrar en ella a sus agentes y la apoyaron para luchar contra los nacionalistas árabes.
Hoy en día, la coordinación
internacional de la Hermandad Musulmana tiene su sede en Londres.
La única diferencia es que el objetivo no era esta vez reemplazar la vieja administración otomana poniendo en el poder a una serie de títeres seudo-independentistas sino sustituir a los aliados ya desgastados por fantoches vírgenes pero dispuestos a plegarse a las nuevas reglas de la globalización.
El emirato vuelve a concentrarse ahora en sus
ambiciones internas y prevé dedicar 200 000 millones de dólares a la
preparación de la Copa Mundial de futbol, para dentro de 5 años.
O
sea, Teherán se vio de esa manera expresando más afinidad con el proyecto de
la Hermandad Musulmana egipcia de «islamizar la sociedad» que con el de los nasseristas favorables a la liberación de Palestina de la ocupación
colonial.
Una tras otra, las comisiones de control de
los servicios secretos, en el Congreso de Estados Unidos y en la Cámara de
los Comunes del Reino Unido, se han pronunciado contra el
envío de armas a
los «rebeldes» en Siria. |