
	por Dominic Lawson
	
	18 Enero 2011
	del Sitio Web
	
	TheIndependent
	
	traducción de 
			
			Adela Kaufmann
			
			Versión 
						original
	
	 
	
		
			| 
			 
			Los pregoneros del fin del mundo se están volviendo cada vez más de moda 
	justo cuando los expertos están llegando a la conclusión que todo ha sido un 
	gigantesca falsa alarma.  | 
		
	
	
	
	
	
	El apetito humano por las malas noticias no conoce límites. 
	
	Esta es la razón por la cual el chisme es generalmente malicioso y el porqué, 
	en una escala mayor, los profetas de la fatalidad siempre tienen garantizado 
	un público crédulo. Por el contrario, las buenas noticias – aunque sean muy 
	bien acreditadas - son generalmente arrinconadas a los márgenes de los 
	periódicos.
	
	Por ejemplo, The Independent, enterrado en unos pocos párrafos, tiene una 
	historia con el título de "El crecimiento de la población no es una amenaza, 
	dicen los ingenieros - Population 
	growth not a threat, say engineers".
	
	Pero por lo menos en The Independent se encontró algún espacio para cubrir 
	la publicación de un reporte la semana pasada, escrito por la Institución de 
	Ingenieros Mecánicos titulado Población: Un solo planeta, ¿Demasiada gente? 
	-
	
	Population: One Planet, Too Many People? 
	- no he podido encontrar nada al respecto en otros periódicos.
	
	La razón para esta clara carencia de pulgadas de columna es que la 
	institución respondió a su propia pregunta en forma negativa. No, no hayt (y 
	nunca habrá) demasiada gente para que el planeta alimente.
	
	Como lo señaló el autor principal del reporte, el doctor Tim Fox, su 
	veredicto no está basado en conjeturas especulativas sobre el desarrollo de 
	nuevos procesos agrícolas hasta ahora desconocidos:
	
		
		"Podemos hacer frente al desafío de alimentar a un planeta de 9 mil millones 
	de personas a través de la aplicación de las tecnologías existentes". 
		
	
	
	Por ejemplo, el Dr. Fox señaló, en África, no menos de la mitad de los 
	alimentos producidos son destruidos antes que puedan llegar a su mercado 
	local: 
	
	Con refrigeración y buenas carreteras, el mundo en desarrollo podría evitar 
	este tipo de horrendo desperdicio. 
	
	Curiosamente, otro reporte detallado sobre la "sostenibilidad", publicado la 
	semana pasada por los organismos nacionales franceses de investigación 
	agrícola y desarrollo tuvieron la misma respuesta. 
	
	Los científicos franceses se fijaron el objetivo de descubrir si una 
	población global de 9 mil millones, el máximo probable, según la ONU, podría 
	fácilmente tener acceso a 3.000 calorías al día, incluso si las granjas 
	tomaran medidas para reducir el uso de combustibles fósiles y se abstuvieran 
	de talar más bosques: 
	
		
		su respuesta fue, que estaremos encantados de saber, que "sí". 
		
	
	
	Algunas personas no estarán tan contentas. 
	
	Hay una ruidoso cacarear de maltusianos que insisten en que una población 
	mundial en "explosión" (como dicen ellos) va a llevar al desastre - desde 
	Boris Johnson hasta Joanna Lumley, por no mencionar Jeremy Irons y al 
	
	príncipe Carlos.
	
	Por ejemplo, el pasado fin de semana, The Independent publicó una larga 
	entrevista con el filántropo con sede en Bermudas, James Martin, quien ha 
	dado a la Universidad de Oxford $125 millones para crear un instituto de 
	previsión en su nombre.
	
	La propia previsión del Sr. Martin es que,
	
		
		"Para mediados de siglo vamos a utilizar el término 'giga-hambruna", es 
	decir, una hambruna, donde más de mil millones de personas morirán, una 
	catástrofe a una escala que nunca se ha conocido antes en la Tierra." 
		
	
	
	Martin suena extrañamente como 
	
	Paul Ehrlich, el santo laico del movimiento 
	neo-malthusiano.
	
	De vuelta en la década de 1970, el libro de Ehrlich
	
	The Population Bomb
	(La 
	Bomba Poblacional) se convirtió en un best-seller mundial respaldado en su 
	pronóstico de que a finales del siglo, incluso los Estados Unidos estaría 
	sufriendo una hambruna masiva y que la posibilidad era de un 50 por ciento 
	de que alguien estuviera con vida en Gran Bretaña en el año 2000.
	
	Usted podría haber pensado que los acontecimientos habrían desacreditado a 
	Ehrlich como pronosticador, pero sigue siendo constantemente citado como una 
	autoridad por los fanáticos del control de la población, y él mismo no está 
	muy importunado por el hecho de que se hayan desarrollado rápidamente 
	técnicas agrícolas, en una manera que no pudo prever. 
	
	Al preguntársele, en el año 2000 sobre su predicción de una mortandad en el 
	Reino Unido por el hambre, respondió: 
	
		
		"Si te fijas bien en Inglaterra, ¿qué puedo decirte? Están teniendo todo 
	tipo de problemas como todo el mundo." 
	
	
	Si su pronóstico original había sido simplemente que,
	
		
		"El mundo - incluyendo a Gran Bretaña - tendrá todo tipo de problemas", dudo 
	que hubiera encontrado un editor. 
	
	
	Una de las razones por la cual los fatalistas de la población fatalistas han 
	salido a la fuerza en las últimas semanas es que, de acuerdo con la División 
	de Población de las Naciones Unidas, este año verá al número de habitantes 
	alcanzar la cifra de 7 millones.
	
	O de acuerdo con una pieza imaginativa de lectura mundial de mano 
	
	por The 
	Guardian:
	
		
		"A finales de este año, el 31 de octubre para ser precisos, un niño nacer 
	en una aldea rural en el estado indio de Uttar Pradesh. Sus padres no lo 
	saben, pero su nacimiento resultará ser un hito importante sede en Bermudas 
	para nuestra especie ya que su llegada marcará el momento en que la población 
	humana llegue a los 7 mil millones." 
	
	
	O tal vez no, pero tenemos la tendencia: careciendo únicamente de la 
	pronosticada presencia de tres hombres sabios de Oriente, este es un Gran 
	Momento.
	
	Tampoco es un mal momento, ya sea para los padres (probablemente van a estar 
	encantados de que sea un niño) o para el planeta. Mientras que los sombríos 
	y misántropos maltusianos verán su llegada simplemente como "otra boca que 
	alimentar", él sería más caritativamente visto como otro ser humano, cuya 
	ingenuidad, creatividad e intelecto pudiera ser de beneficio para el mundo.
	
	Como cuestión de hecho, los fatalistas agoreros de la población están 
	volviéndose más de moda entre los medios de comunicación y el mundo del 
	espectáculo justo cuando los expertos están llegando a la opinión de que 
	todo ha sido una gigantesca falsa alarma. 
	
	Este año la revista National Geographic está haciendo de la población su 
	tema, pero su primer largo ensayo de apertura fue notable por su falta de 
	alarmismo.
	
	Citaba a Hania Zlotnik, directora de la División de Población de las 
	Naciones Unidas, 
	
	diciendo:
	
		
		"Todavía no entendemos por qué la fecundidad ha bajado tan rápido en tantas 
	sociedades, tantas culturas y religiones. Es simplemente alucinante. En este 
	momento, todo lo que quiero decir es que aún existe el problema de altas 
	tasas de fecundidad, es sólo aproximadamente el 16 por ciento de la 
	población mundial, sobre todo en África." 
	
	
	El más de moda de todos los argumentos para una especie de legislación 
	mundial de anti-natalistas se presenta en forma de profesada preocupación 
	por la atmósfera - demasiadas personas producen demasiada cantidad de CO2, 
	dañando así el planeta mediante el cambio climático. Los maltusianos se han 
	aprovechado de esto como agua para su molino, habiendo sido refutados en 
	todos los demás argumentos.
	
	Sin embargo, Joel Cohen, profesor del tema de poblaciones en el Instituto 
	de la Tierra en la Universidad de Columbia, 
	
	le dijo a National Geographic:
	
		
		"Aquellos que dicen que todo el problema es la población están equivocados. 
	Ni siquiera es el factor dominante." 
	
	
	Aparte de todo lo demás, el mundo desarrollado, que utiliza mucha más 
	energía per cápita que en el área d la África subsahariana (la única parte 
	del mundo con altas tasas de fecundidad), está pasando por un período de 
	rápido declive demográfico. 
	
	Como señaló Matt Ridley, autor de El Optimista Racional (The Rational Optimist) la semana pasada, 
	la población mundial no se encuentra "en explosión", sino que crece a una 
	tasa del 1 por ciento anual, y el número real de personas agregadas a la 
	cifra cada año ha ido disminuyendo durante más de 20 años.
	
	Sin embargo, el pesimismo morboso acerca de la capacidad de la Tierra para 
	poder apoyar a su población ha estado siempre con nosotros.
	
	En el año 200 D.C., Tertuliano escribió:
	
		
		"Somos una carga para el mundo, los recursos son apenas suficientes para 
	nosotros." 
	
	
	Por supuesto, los recursos del planeta no lo son, en el sentido puramente 
	matemático, infinito, pero tampoco lo es la población.
	
	Este pensamiento debe ser de alguna alegría, pero me temo que, incluso si 
	todo el mundo de la ciencia y la ingeniería acepta esta forma de optimismo 
	racional, no va a cambiar la mente de un solo maltusiano.
	
	Han estado equivocados durante tanto tiempo. 
	
	¿Por qué habrán de detenerse ahora?