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			por Manlio Dinucci 
			21 Septiembre 2016del Sitio Web 
			RedVoltaire
 
			
			
			Versión original en italiano 
			
			
			Versión en ingles 
			  
			  
			  
			  
			 
			  
			  
			Los anglosajones son expertos
 
			en "lavado" de la memoria colectiva.  
			Les basta con presentar excusas  
			a quienes no tienen cómo castigarlos 
			 
			por los errores cometidos y, a partir de ahí,  
			borrón y cuenta nueva! 
			 
			Por supuesto, las excusas nunca van dirigidas  
			a los organismos a los 
			que mintieron.
 
			  
			
			De vez en cuando, Occidente saca del armario algunos esqueletos, en 
			lo que constituye un ejercicio de "limpieza moral de verano" con 
			objetivos político-mediáticos.
 
 En Gran Bretaña, una comisión de la Cámara de los Comunes criticó a 
			David Cameron por la 
			
			intervención militar de 2011 en Libia, 
			emprendida bajo su mandato como primer ministro.
 
			  
			Pero la comisión no 
			criticó a Cameron por la agresión militar que destruyó un Estado 
			soberano sino por haber emprendido esa guerra sin "inteligencia" 
			adecuada y sin plan para la "reconstrucción". [1]
 Lo mismo hizo 
			Barack Obama en abril de este año 2016, cuando declaró 
			haber cometido en el caso de Libia el "peor error", pero no por 
			haber destruido ese país utilizando las fuerzas de la OTAN bajo las 
			órdenes de Estados Unidos sino por no haber planificado "The Day 
			after", o sea lo que vendría después.
 
			  
			Al mismo tiempo, Obama reiteró 
			su apoyo a Hillary Clinton, hoy candidata a la presidencia.  
			  
			O sea, 
			la misma 
			Hillary Clinton que, como secretaria de Estado, lo 
			convenció para que autorizara una operación secreta contra Libia - incluyendo el envío de fuerzas especiales y la entrega de armamento 
			a grupos terroristas - para preparar el asalto aeronaval de Estados 
			Unidos y la OTAN contra ese país.
 Los correos electrónicos de Hillary Clinton, posteriormente 
			revelados, demuestran cuál fue el verdadero objetivo de la guerra 
			contra Libia:
 
				
				impedir el proyecto de creación de organismos 
			financieros autónomos de la Unión Africana y de una moneda africana 
			alternativa al dólar y al franco CFA, que Kadhafi pensaba concretar 
			gracias a los multimillonarios fondos soberanos de Libia. 
			Después de haber destruido el Estado libio, Estados Unidos y la 
			OTAN, junto a las monarquías del Golfo, emprendieron la operación 
			secreta que debía 
			acabar con el Estado sirio, infiltrando en Siria 
			fuerzas especiales y grupos terroristas que acabaron pariendo el 
			Emirato Islámico (Daesh, también designado como Estado Islámico o 
			con siglas como EI, EIIL, ISIL o ISIS).
 Uno de los numerosos correos electrónicos de Hillary Clinton que el 
			Departamento de Estado tuvo que desclasificar a raíz del escándalo 
			provocado por las 
			revelaciones de Wikileaks menciona uno de los 
			objetivos fundamentales de la operación, aún en marcha, contra 
			Siria.
 
			  
			En el correo electrónico desclasificado como 
			"case number 
			F-2014-20439, Doc No. C05794498", [2] la secretaria de Estado 
			Hillary Clinton escribe, el 31 de diciembre de 2012: 
				
				"Es la relación estratégica entre Irán y el régimen de Bachar 
			al-Assad lo que permite a Irán socavar la seguridad de Israel, no a 
			través de un ataque directo sino a través de sus aliados en Líbano, 
			como el Hezbollah." 
			La señora Clinton subraya entonces que, 
				
				"la mejor manera de ayudar a 
			Israel es ayudar a la rebelión en Siria que ya dura desde hace más 
			de un año", o sea desde 2011, y sostiene que para poner de rodillas 
			a Bachar al-Assad hay que recurrir "al uso de la fuerza" para "poner 
			en peligro su vida y la de su familia". 
			En ese correo electrónico, Hillary Clinton concluye: 
				
				"El derrocamiento de Assad sería no 
				sólo una inmensa ganancia para la seguridad de Israel, sino que 
				también haría disminuir el temor israelí comprensible de perder 
				el monopolio nuclear." 
			O sea, en ese correo electrónico la secretaria de Estado reconoce lo 
			que nadie dice oficialmente:  
				
				el hecho que Israel es el único país 
			del Medio Oriente que posee armas nucleares (desde aquella 
				época, Arabia Saudita compró la bomba atómica.) [3] 
			El apoyo de la administración Obama a Israel, más allá de alguna que 
			otra disensión más bien formales, acaba de ser ampliamente 
			confirmado por el acuerdo, firmado en Washington el 14 de septiembre 
			de 2016, donde Estados Unidos se compromete a equipar a Israel con 
			el armamento más moderno de sus arsenales por un valor total de 38.000 millones de dólares en 10 años, con un financiamiento anual de 3.300 millones más medio millón para la 
			"defensa antimisiles".
 En todo caso, luego de la intervención rusa que dio al traste con el 
			plan tendiente a destruir Siria desde adentro imponiéndole una 
			guerra, Estados Unidos se las arregló para obtener una "tregua" (que 
			inmediatamente viola) mientras emprende en Libia una nueva ofensiva 
			disfrazada de operación humanitaria, con la participación de los 
			"mili-humanitarios" de Italia.
 
 Mientras tanto, 
			Israel, en la sombra, sigue fortaleciendo su ventaja 
			nuclear, que tanto estima Hillary Clinton.
 
 
 
			  
			
			Referencias
 
				
					
						
						
						
						
						Libya - Examination of Intervention and 
						Collapse and the UK’s Future Policy Options, House of Commons, Foreign 
				Committee, 6 de septiembre de 2016.
						
						"New 
				Iran and Syria", Hillary Clinton, 31 de diciembre de 2012, (Wikileaks).
						
						"Alerta 
						Roja Nuclear", por Manlio Dinucci, Il Manifesto 
				(Italia), Red Voltaire, 25 de febrero de 2016. "Arabia 
				Saudita tiene la Bomba Atómica", por Giulietto Chiesa, Il Fatto 
				Quotidiano (Italia), Red Voltaire, 2 de marzo de 2016.     |