por Thierry Meyssan
04 Julio 2016
del Sitio Web
RedVoltaire
Versión en ingles
La prensa
occidental no para de repetir que, al decidir su
salida de la Unión Europea, los británicos se han
aislado del resto del mundo y que tendrán que
enfrentar terribles consecuencias económicas.
Pero el
descenso de la libra esterlina podría convertirse en
una ventaja en el seno de la Commonwealth, una
familia mucho más extensa que la UE y que abarca los
seis continentes.
Pragmática, la
City podría convertirse rápidamente en el centro
mundial del yuan e implantar la divisa china en el
seno mismo de la Unión Europea.
Isabel II,
reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,
de Antigua y Barbuda,
de Australia, de las Bahamas, de Barbados,
de Belice, de Canadá,
de Granada, de las islas Salomón,
de Jamaica, de Nueva
Zelanda, de Papúa Nueva Guinea,
de San Cristóbal y
Nieves, de San Vicente y las Granadinas,
de Santa Lucía y de
Tuvalu.
Estados Unidos sigue preocupado por su propia capacidad para
convencer a la Unión Europea de participar activamente en la OTAN y
sobre la voluntad del Reino Unido de mantener la alianza militar que
construyeron desde 1941 para dominar el mundo.
La preocupación estadounidense viene del
hecho que, al contrario de lo que alegan los dirigentes europeos, el
Brexit no aísla al Reino Unido.
Más bien le permite volverse hacia la
Commonwealth y establecer contactos con China y Rusia.
El
sometimiento de los europeos como miembros de la OTAN
Estados Unidos y el Reino Unido habían previsto empujar los miembros
de la Unión Europea a anunciar, en la cumbre de la OTAN a celebrarse
en Varsovia el 8 y el 9 de julio, el aumento de sus presupuestos
militares a un 2% de su PIB.
También debería adoptarse en ese
encuentro un plan de despliegue de fuerzas a las puertas de Rusia,
plan que incluiría la creación de una unidad logística conjunta
OTAN-UE, para poner en común helicópteros, navíos, drones y
satélites.
El Reino Unido fue hasta ahora el país de la Unión Europea que más
aportaba en el sector militar, representando así más de un 15% del
presupuesto de defensa de esta.
Estaba además al mando de la
operación Atalanta, destinada a
garantizar la seguridad del transporte marítimo a lo largo del
Cuerno de África, y había puesto navíos a disposición de la alianza
atlántica en el Mediterráneo.
También estaba previsto que aportaría
tropas para la constitución del grupo de combate de la UE.
El Brexit viene a cuestionar todos
esos compromisos.
Para Washington, la cuestión es saber si Londres aceptará o no
incrementar su participación directa en la OTAN - donde ya es el
segundo contribuyente - como medio de compensar lo que hacía en el
seno de la Unión Europea, pero sin sacar de ello ningún beneficio
propio.
Aunque Michael Fallon, el actual
ministro de Defensa británico prometió no socavar los esfuerzos
comunes de la OTAN y la UE, nadie puede imaginar por qué aceptaría
Londres poner más tropas bajo las órdenes de un mando extranjero.
Por consiguiente, Washington se interroga sobre todo sobre la
voluntad de Londres de continuar la alianza militar que Estados
Unidos había venido construyendo con la Corona británica desde 1941.
Por supuesto, no se puede excluir la
posibilidad de que el Brexit sólo sea una maniobra de los británicos
para renegociar - en busca de nuevas ventajas - su "relación
especial" con los "americanos".
Parece, en realidad, mucho más probable
que el verdadero objetivo de Londres sea ampliar sus
relaciones con Pekín y Moscú sin renunciar por ello a las
ventajas de su convenio con Washington.
Las agencias
secretas anglosajonas
Durante la Según Guerra Mundial, y incluso antes de entrar en
guerra, Estados Unidos concluyó con el Reino Unido un pacto que se
menciona en la Carta del Atlántico. [1]
El objetivo de ambos países era unirse
para garantizar la libre circulación marítima y extender el libre
intercambio.
Esta alianza se concretó con el acuerdo de
los "Cinco ojos",
que es actualmente la base de la cooperación entre 17 agencias de
inteligencia de 5 Estados diferentes:
Los documentos revelados por Edward
Snowden demuestran que
la red Echelon constituye, en su forma actual,
"una agencia de inteligencia
supranacional que no responde a las leyes de sus propios Estados
miembros".
Esto ha permitido a los "Cinco ojos"
tanto espiar a personalidades como el secretario general de la ONU y
la canciller alemana como mantener una vigilancia de masas contra
sus propios ciudadanos.
Exactamente de la misma manera, Estados Unidos y el Reino Unido
fundaron, en 1948, una segunda agencia supranacional:
la Oficina de Proyectos Especiales
(Office of Special Projects) que dirige las redes stay-behind de
la OTAN, conocidas bajo el
nombre de Gladio.
El profesor Daniele Ganser
demostró que esa Oficina organizó numerosos golpes de Estado y
operaciones terroristas en Europa. [2] [3] Al
principio se afirmó que la "estrategia de la tensión" apuntaba a
evitar que los comunistas lograran llegar al poder en Europa por la
vía electoral.
Pero luego resultó que su verdadero
objetivo era principalmente alimentar el odio al comunismo y
justificar la protección militar anglosajona. Nuevos documentos
desclasificados han permitido comprobar que ese dispositivo existe
no sólo para Europa sino también para el mundo árabe. [4]
Finalmente, en 1982, Estados Unidos, el Reino Unido y Australia
crearon una tercera agencia supranacional cuya parte visible se
compone de falsas ONGs - la NED (National
Endowment for Democraty) y sus cuatro filiales:
ACILS, CIPE, NDI e IRI. [5]
Esta nueva agencia se especializó en la
organización de golpes de Estado disfrazados de "revoluciones".
Si bien existe una impresionante cantidad de literatura sobre esos
tres programas, nada se sabe sobre las agencias supranacionales que
los dirigen.
La "relación
especial"
Estados Unidos, que proclamó su independencia y se separó de la
Corona británica en 1776, no se reconcilió con el Reino Unido hasta
finales del siglo XIX.
Ambos Estados se aliaron durante la
guerra contra España en Cuba y, posteriormente, para la explotación
de sus dependencias coloniales en China, o sea cuando Washington
descubría su propia vocación imperialista.
En 1902 se constituyó un club
transatlántico para sellar la nueva amistad entre Estados Unidos y
el Reino Unido. Se trata de la Sociedad de los Peregrinos (The
Pilgrims Society), tradicionalmente presidida por el
monarca inglés.
La reconciliación se selló en 1917, con el proyecto común de
creación de un Estado judío en Palestina, [6] y
Estados Unidos entró en guerra del lado del Reino Unido. Desde
entonces, ambos países han venido compartiendo diversos medios
militares, incluyendo la bomba atómica.
Sin embargo, cuando se creó la
Commonwealth, Washington se negó a ser miembro de ella ya que se
consideraba un igual de Londres.
A pesar de algunos choques de intereses durante los ataques
británicos contra Egipto (Canal de Suez) o contra Argentina (guerra
de las Malvinas) o en el momento de la invasión estadounidense
contra la isla de Granada, las dos superpotencias se han apoyado
estrechamente.
La Corona británica garantizó el financiamiento del inicio de la
campaña electoral de
Barack Obama, en 2008, haciéndole llegar generosas
contribuciones a través del traficante de armas británico-iraquí
Nadhmi Auchi.
Durante su primer mandato, un gran
número de colaboradores directos del flamante presidente Barack
Obama eran, en secreto, miembros de la Pilgrims Society, cuya
sección estadounidense estaba encabezada en aquel momento por
Timothy Geithner.
Pero Obama fue separándose poco a poco
de esos personajes, dando así a la Corona la impresión de que no
estaba recibiendo ningún tipo de compensación por su colaboración.
Las cosas empeoraron con las duras
declaraciones del presidente estadounidense sobre el primer ministro
británico David Cameron, publicadas en The Atlantic
[7] y la visita de los Obama a la reina Isabel II, en
ocasión de su cumpleaños, no logró mejorar la relación.
La
Commonwealth
Al salir de la Unión Europea y alejarse de Estados Unidos, el Reino
Unido no se aísla sino que se pone nuevamente en condiciones de
utilizar su mejor carta:
la Commonwealth.
Todo el mundo parece olvidar que, en
1936, Winston Churchill lanzó la idea de incorporar los
actuales miembros de la Unión Europea a la Commonwealth. Su
proposición se estrelló entonces contra la agravación de la
situación que acabó dando lugar a la Segunda Guerra Mundial.
Sólo después del fin de ese conflicto,
el propio Churchill lanzó nuevamente la idea de los "Estados Unidos
de Europa" [8] y convocó la Conferencia del
Movimiento Europeo en La Haya. [9]
La Commonwealth es una organización de 53 miembros y sus únicos
aspectos políticos son los valores ingleses básicos:
Sin embargo, propone a sus miembros el
desarrollo en materia de negocios y deportes.
Además, pone expertos en común en todos
los sectores.
La reina Isabel II, soberana de 16 Estados miembros, es
simultáneamente la jefa de la Commonwealth (título no hereditario
sino sometido a elección).
¿Qué quieren
los británicos?
Desde la perspectiva de Londres, fue Estados Unidos quien rompió la
"relación especial" al dejarse llevar por la hibris (concepto
griego que podría definirse como "ausencia de mesura") del mundo
unipolar y decidiendo solo su política exterior y financiera,
precisamente en momentos en que ha perdido el estatus de primera
potencia económica mundial y de primera potencia militar en materia
de guerra convencional.
Emerge así el interés del Reino Unido en no poner "todos los huevos
en la misma cesta", por conservar sus intereses comunes con
Washington pero apoyándose a la vez en la Commonwealth y
estableciendo nuevas relaciones con Pekín y Moscú, ya sea
directamente o a través de la Organización de Cooperación de
Shanghai (OCS).
Precisamente el mismo día que los británicos se pronunciaban en las
urnas a favor del Brexit, la OCS incorporaba a sus filas dos
miembros de la Commonwealth - la India y Pakistán. [10]
Hasta ahora no había en la OCS ningún
miembro de la Commonwealth.
Hasta el momento se desconocen los contactos que el Reino Unido ya
debe haber establecido con Rusia, pero sí se observan síntomas de su
acercamiento a China.
En marzo pasado, el London Stock Exchange, la entidad que administra
las bolsas de valores de la City y de Milán, dio a conocer su
proyecto de fusión con,
Estaba previsto que ambas partes
decidieran la operación justo después del referéndum sobre el Brexit.
El anuncio resulta más sorprendente aún
si se tiene en cuenta que las reglas europeas prohíben
terminantemente este tipo de operación, que equivaldría a la
creación de una "posición dominante".
Eso indica que las dos partes
interesadas tenían previsto que el Reino Unido saldría de la Unión
Europea.
El London Stock Exchange anunció además un acuerdo con el China
Foreign Exchange Trade System (CFETS) y se convirtió en junio
pasado en la primera bolsa del mundo que trabaja con bonos del
tesoro chino.
Así que ya estaba lista la mesa para
hacer de la City londinense el caballo de Troya chino en la
Unión Europea, en detrimento de la supremacía estadounidense.
Referencias
[1] "Carta del Atlántico, 14 de
agosto de 1941", por Franklin Delano Roosevelt y Winston
Churchill, Red Voltaire.
[2] Les Armées Secrètes de l’OTAN, Daniele Ganser, Demi-Lune,
2006.
[3] Esa importantísima investigación puede ser consultada en
español en nuestro sitio web que ha traducido y publicado por
partes el libro del profesor Daniele Ganser.
[4] America’s Great Game: The CIA’s Secret Arabists and the
Shaping of the Modern Middle East, Hugh Wilford, Basic Books,
2013.
[5] "La NED: las redes de la injerencia "democrática"" y "La
NED, vitrina legal de la CIA", por Thierry Meyssan, Red
Voltaire, 21 de noviembre de 2004 y 11 de octubre de 2010.
[6] "¿Quién es el enemigo?", por Thierry Meyssan, Red Voltaire,
4 de agosto de 2014.
[7] "The Obama Doctrine", por Jeffrey Goldberg, The Atlantic
(Estados Unidos), Voltaire Network, 10 de marzo de 2016.
[8] "Winston Churchill speaking in Zurich on the United States
of Europe", por Winston Churchill, Voltaire Network, 19 de
septiembre de 1946.
[9] "Historia secreta de la Unión Europea", por Thierry Meyssan,
Red Voltaire, 16 de enero de 2005.
[10] "La India y Pakistán entraron en la OCS el día del Brexit",
por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada (México), Red Voltaire, 1º
de julio de 2016.
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