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por John Lash 2010 del Sitio Web MetaHistory traducción de Editorial-Streicher
7 Agosto 2012
por John Lash
Códice II de Nag Hammadi, 4. Siete páginas, intactas.
También llamado La Hipóstasis de los Arcontes, y La Realidad de los Gobernadores.
Tratado cosmológico que presenta la
versión gnóstica del Génesis. Asunto central: el mito de Sofía, la
generación de los Arcontes, la violación de Eva, la locura de Yaldabaot, la conversión del Sol y otros rasgos mitológicos.
Éste es el primer texto sobre cosmología que se encuentra hasta ahora en el plan de lectura [hecho por el autor sobre los textos de Nag Hammadi]. Hay sólo cinco de tales textos en la recopilación entera, siendo La Hipóstasis de los Arcontes el más breve y el más accesible de los cinco.
Por ello este es un buen lugar para excavar en el material
cosmológico. Está directamente después del Evangelio de Felipe en el
Códice II, y es seguido por Sobre el Origen del Mundo, otro tratado
cosmológico - un caso raro en
los Códices de Nag Hammadi donde textos
comparables están puestos juntos.
Ésta es una típica presunción de los eruditos que ellos se permiten, cuando consideran los materiales gnósticos como si fueran borradores de las escrituras cristianas tempranas.
Es cierto que el primer párrafo alude a una expresión que se encuentra en las cartas de Pablo, a los Colosenses y a los Efesios, pero ¿quién podría asegurar que Pablo mismo no deriva originalmente aquel lenguaje desde los círculos gnósticos?
En cualquier caso, ese lenguaje estaba en circulación, y la manera de mencionar a Pablo como el "gran apóstol" dice más sobre el auditorio al que se dirige que sobre la enseñanza dirigida a ellos.
La frase "Les he enviado esto porque ustedes
preguntan acerca de la realidad de las autoridades (en griego, exousia)", podría sugerir que al maestro gnóstico le han pedido
clarificar o corregir lo que se cree que Pablo ha dicho.
Luego salta inmediatamente a un acontecimiento decisivo en el mito gnóstico de la Creación: el dios impostor, que es ciego, declara que él es el único dios en el universo; pero él es refutado por una voz divina que le dice que él está equivocado.
Aquí el texto ofrece un aparentemente inmotivado exabrupto:
Que la gente pueda pensar en una manera ciega (irracional), ignorante de la naturaleza de sus pensamientos, e inconsciente del efecto que auto-obscurece el proceso del pensamiento, es una enseñanza frecuente en el budismo y en las ciencias noéticas (de la mente), pero los gnósticos le añadieron un extraño giro, asociándolo con un arrogante acto de egotismo cósmico.
Ellos enseñaban que los procesos en la psique
humana están atrapados en la red de los acontecimientos que ocurren
en el cosmos en general ("paralelismo cosmo-noético"). En nuestras
mentes estamos implicados en la locura y la arrogancia del
gobernante principal.
El jefe de los Exousia no es llamado por su nombre
habitual,
Yaldabaoth, como ocurre en otras partes en los Códices de
Nag Hammadi. En las enseñanzas de Misterio sobre las "esferas
planetarias" los Exousia están relacionados con Júpiter y la fuerza
de la envidia (en griego, phthonos).
Esto es lo que llamamos campos cuánticos, la (presunta)
matriz inorgánica de la vida orgánica.
Los "mundos superiores" están en el Pleroma, la fuente de todos los modelos "arquetípicos" de manifestación.
Los Arcontes no pueden inventar nada. Todo tiene
que ser hecho por Sofía, un Eón del Pleroma. Otros textos dicen que
el gobernante principal crea realmente su propio mundo en el cielo,
el sistema planetario, imitando los modelos del Pleroma; pero si él
es ciego, ¿cómo puede ver aquellas formas divinas?. Este pasaje
supone que Sofía engaña al dios impostor Yaldabaot para que piense
que es él el que hace lo que hace ella, la genuina Divinidad, por él.
En las formaciones compuestas de la lengua copta, la palabra "incorruptibilidad" está construida con TAKO = "corromper, perecer", con los prefijos AT– = "no", y MNT - que funciona como el sufijo -ción: de aquí, MNTATTEKO, "capacidad de no corromper(se)". (La A de TAKO se cambia a una E, una de las muchas desconcertantes irregularidades ortográficas en copto).
La Incorruptibilidad es también llamada "inextinguibilidad".
Esta (para nosotros) abstracción es presentada como una conciencia, viviente y presencial, aun cuando no le sea dado un nombre divino o angelical, como Elelat. Extrañamente, esta presencia abstracta, que supuestamente está en el Pleroma, produce una imagen en la materia elemental (MOOY, "aguas"), y los Exousia la desean, pero son incapaces de alcanzarla. Se nos dice que ellos pueden desearla porque ellos tienen alma, pero no espíritu.
Éste es el más cercano
de los Códices de Nag Hammadi que viene a afirmar que los Arcontes
tienen alma, una vida interior de algún tipo. Ellos pueden desear y
añorar algo, pero luego caen en la envidia por lo que no pueden
tener.
Los Arcontes "hicieron planes" y dijeron:
No está claro si ellos modelan a un hombre, un varón, o a la forma humana general (¿tal vez un andrógino?), porque la palabra copta ROME se usa de modo indistinto para "varón" y para "humano".
El segmento 87.30 dice que ellos modelaron la forma humana a partir de la "imagen de Dios", o "aparición divina".
Inmediatamente nos enteramos de que la imagen es femenina, porque los Arcontes ahora determinan "ver a su contraparte masculina". Ellos primero moldean una forma femenina o matriz y luego producen a partir de ella una forma masculina a la que ellos infunden su aliento, pero la forma masculina es incapaz de sostenerse en pie.
Este incidente recuerda los mitos indígenas de la
Creación que describen una tentativa arruinada de producir la forma
humana - por ejemplo, los del Popol Vuh. Los Arcontes soplan
furiosamente, pero son incapaces de animar su creación pseudo-humana
(88.10).
El espíritu del Pleroma, observando que "la forma humana dotada de alma (psychikós)" es incapaz de alcanzar su verdadera estatura (de ponerse de pie), envía una parte de sí desde la "Tierra Adamantina" hacia la criatura que se empeñaba. Y "el hombre se convirtió en un alma viviente", PSIQUE ETONE.
El término ETONE también aparece en el nombre de los Misterios "Jesús el Viviente", como lo hemos señalado. Por medio de "viviente" los gnósticos querían significar algo como "eterno", más bien que simplemente "vivo". (Esto recuerda la diferencia entre zoé, la fuerza de vida inmortal, y bíos, la fuerza de la formas biológicas de vida, explicada por el mitólogo Karl Kerenyi en su libro Dionisos).
La Región o Tierra Adamantina es un término llamativo que recuerda las enseñanzas budistas sobre la Conciencia Adamantina o Diamantina (Vajra). Tal conciencia reside en el Pleroma, pero por causa de que Sofía está unida con la Tierra, la presencia divina del Pleroma impregna la Tierra.
Con el respaldo del
Eón Sofía, Adamas (Adán, "criatura de la tierra") ahora se yergue
derecho y demuestra su poder espiritual nombrando a los animales.
Los tipos masculino y femenino de la Humanidad (ROME) viven en un
mundo Edénico, un paraíso natural, la biósfera.
La mitología de la Hipóstasis de los
Arcontes de ese modo explica la base de la experiencia central de la
iniciación en los Misterios: la instrucción por medio de la Luz.
La historia tiene un sentido extraordinario, ya que se nos dice ahora que a los Arcontes se les permite que hagan esta prohibición justamente de modo que los Primeros Padres desobedezcan, coman el fruto prohibido, y por consiguiente adquieran los poderes de la percepción intensificada.
La iluminación espiritual viene de comer el fruto prohibido, de modo que,
Cuando los Arcontes comprenden que el conocimiento prohibido le da a Adán el poder para detectarlos por lo que ellos realmente son, buscan luego la forma de sumergirlo en un estupor, bloqueando la elevada percepción de Adán.
Para lograr aquello, ellos realizan una operación grotesca: ellos
abren su costado y "lo rellenan con un poco de carne en el lugar de
ella (Eva)", de modo que él es reducido de ser una criatura
espiritual (pneumatikós) al estado más modesto de una criatura con
alma (psychikós). Claramente, Adán está afrontando algunas malas
jugadas de los Arcontes.
En la versión gnóstica, Adán y Eva no pecan en términos humanos. Ellos no desobedecen meramente los mandamientos del dios creador sino que logran acceder a poderes de la cognición que dejan al descubierto al dios creador.
En resumen, ellos exhiben una superioridad espiritual por sobre los Arcontes, y es por ello que ellos son "castigados" mediante el intento de los Arcontes de sumergirlos en un estupor. El hechizo puesto sobre Adán no disminuye su conciencia ordinaria sino que bloquea su capacidad para la conciencia aumentada.
Si esta interpretación es correcta, esto muestra que los gnósticos eran conscientes de que los poderes arcónticos - y sus representantes humanos - albergan la intención de privar a la Humanidad de la experiencia de la conciencia intensificada, es decir, del éxtasis cognoscitivo típico de la práctica chamánica con plantas enteógenas [que generan lo divino dentro].
De hecho, el programa del
patriarcado, directamente hasta nuestros días, siempre se ha opuesto
al contacto experimental y a la comunión con la Naturaleza Sagrada
en estados alterados.
Al verla, él reconoce que ella es "la madre de la vida", TIMAAY NNETONE, así como el "médico" que protege la vida. Los Arcontes están profundamente disgustados porque Eva ha derrotado su plan de dejar estupefacto a Adán, de modo que ellos trasladan su atención hacia ella.
Aquí La Realidad de los Arcontes presenta una versión del mito del mestizaje con alienígenas de las tablillas cuneiformes sumerias:
Contrariamente a la opinión ampliamente sostenida de que las historias cuneiformes demuestran que hubo una intervención alienígena en la genética humana en la prehistoria, este texto gnóstico (y no sólo éste) niega que los Arcontes tuvieran éxito en su intención de violar a la mujer primigenia, Eva.
Ellos, sin embargo, pretendieron realmente a una imagen de mujer,
El texto extrañamente especifica que "ellos profanaron el sello de su voz".
¿Qué puede significar esto
En términos cosmológicos, es difícil decir lo que los Arcontes están
haciendo aquí, pero en términos psicológicos - que, recordemos,
siempre corren paralelos con los acontecimientos cósmicos en la
visión gnóstica de la realidad humana - esto sugiere que el sexo
femenino ha llegado a ser profanado, difamado y denigrado. Esto es
exactamente lo que ha sucedido con el ascenso de la religión
patriarcal: la voz distintiva de la mujer, su autoridad para hablar
por ella misma y por la Diosa, ha sido difamada y profanada.
Kenneth Rexroth, que rastreó los orígenes del gnosticismo hasta "el Neolítico o aún más temprano", declaró que la devoción a la "diosa redentora" en los Misterios explica el fuerte y distintivo,
Y el erudito gnóstico John D. Turner señala:
Esto es ciertamente evidente en las
revisiones mitológicas de La Realidad de los Arcontes.
El instructor asume la forma de una serpiente.
El texto hace un juego de palabras en arameo entre serpiente e instructor. El "principio instructor femenino" es kundalini, el Poder de la Serpiente. Este poder es una facultad interna de un dichoso conocimiento innato, o éxtasis cognoscitivo. Los gobernadores actuaron por envidia cuando prohibieron el acceso al árbol del conocimiento, precisamente porque el fruto del árbol libera el Poder de la Serpiente.
El mito (90.10) sugiere que
originalmente este poder pertenecía a las serpientes, o era llevado
por los reptiles, pero les fue quitado y trasladado a la Humanidad.
En el mito gnóstico, Eva, la Mujer Espiritual o Pneumática, no es la tentadora de Adán, sino su libertadora. Ella se distingue de la mujer carnal, una criatura obligada por su naturaleza biológica más bien que dominadora de ésta:
La Eva Carnal y su contraparte masculina son criaturas con alma que carecen del elevado entendimiento que otorga la iluminación psicosomática.
Debido a su "carencia de conocimiento" ellos sienten vergüenza, estando "desnudos del elemento espiritual (pneumatikón)", pero ellos no olvidan lo que han visto en la gnosis relacionado con los asuntos divinos.
Cuando Adán le dice a los Arcontes que Eva lo puso en alerta ante la influencia de ellos,
Ellos luego se volvieron y maldijeron a la serpiente, no comprendiendo que ésta era la forma en la cual ellos ellos mismos habían sido modelados - una referencia asombrosa a la forma "reptiliana" o dracónica de los Arcontes.
La "maldición sobre la serpiente" es la respuesta de ellos al serpentino instructor, kundalini, mediante el cual los humanos pueden resistir y repeler la intrusión alienígena, y sanar los traumas causados por la agresión arcóntica. Kundalini es la medicina de la serpiente.
Esto es coherente con la narrativa del Antiguo Testamento, pero en el Antiguo Testamento Yahweh es considerado como el estricto dios creador que castiga con toda justicia a la Humanidad por su desobediencia, mientras que aquí el dios creador es un alienígena demente que toma represalias contra los primeros padres por ejercitar sus poderes gnósticos de la percepción elevada.
La actitud de Yahvéh no es benigna, y de ninguna manera puede ser interpretada como un castigo que conduce al mejoramiento humano.
La narrativa continúa con un relato directo de la historia de Caín y Abel, y luego añade un elemento inconfundiblemente gnóstico. Set y Norea nacen de los primeros padres. Set es la cabeza del linaje de los Reveladores (de verdades).
Norea es el tipo de la mujer espiritual que porta el poder inmaculado de Eva:
Entendido en su sentido original,
pagano, una "virgen" no es una mujer que no tiene ninguna
experiencia sexual sino una mujer que no ha dado a luz hijos debido
a relaciones sexuales, y así ella retiene un no utilizado poder
virginal.
En el código de los Misterios, los Dynamis son los espíritus planetarios de Marte. Siendo entidades planetarias (extraterrestres), ellos serían clasificados entre los Arcontes, pero aquí, curiosamente, ellos son aparentemente aliados de la Humanidad.
Norea, la esposa de Noé en la narrativa tradicional, reconoce que los Dynamis son poderes alienígenas, "gobernadores de la oscuridad", y ella les recuerda que ellos fueron incapaces de profanar a Eva, aunque fueron capaces de estupefacer a su contraparte masculina, Adán.
Ella los denuncia y
reafirma su conexión con los poderes más altos del Pleroma.
Los Arcontes, aquí llamados "los señores de la iniquidad", tratan de atacar a Norea, el principio instructor femenino. En respuesta a la difícil situación de Norea, el gran ángel Elelat, a quien llaman la sagacidad (en copto, MNTSABE), desciende para ayudarla e instruírla.
El gran ángel anuncia:
En el pasaje 93, La Hipóstasis de los Arcontes se convierte en algo como un discurso de revelación. Casi ciertamente un segundo texto, independiente, ha sido integrado a la disertación cosmológica que hemos estado siguiendo hasta ahora. Este otro texto continúa hasta el final del documento, en el pasaje 97.
El gran ángel hace una aseveración común a las enseñanzas gnósticas en los códices de Nag Hammadi: la Humanidad es superior a las autoridades, los Arcontes:
Cuando Norea (o quienquiera sea el interlocutor en este diálogo de revelación) pregunta sobre el origen, la naturaleza y el poder de los Arcontes, Elelat responde con una versión del mito de Sofía, la historia de la diosa caída.
Aquí La Hipóstasis de los Arcontes recoge el tema inicial que abrió el texto, pero con una elaboración adicional.
En rápido lenguaje, amontonando imagen sobre imagen, el Revelador describe cómo el eón Sofía, proyectándose a sí misma sin un consorte desde el Pleroma, produjo una anomalía en el reino del caos, algo,
Tomo la afirmación de que "fue desde la materia desde donde esto derivó" para suponer que esta especie era inorgánica.
Aquí está Yahvéh, el dios padre del Antiguo Testamento, ordenando que,
El mandamiento es demencial, y proviene de una mente perturbada y
delirante.
Un exacto paralelo budista afirma que la raíz de toda la
locura, tanto la humana como la de otro tipo, es el concepto de un
ego fijo y perdurable.
Ésta es una referencia al patriarca ciego Samuel del Antiguo Testamento. Fue Samuel quien introdujo la institución de la monarquía divina entre los israelitas, aunque esta noción era ajena a sus creencias tradicionales.
Los gnósticos eran agudos observadores políticos que
vieron en la teocracia judía una estratagema de los Arcontes. De
aquí que los Archontai, quienes son entidades cósmicas o
extraterrestres, han sido estrechamente asociados con las
"autoridades" humanas que dominan el orden social usando la
fraudulenta pretensión teocrática del mandato divino.
El gobernador principal es nuevamente encarado, esta vez por Zoé, otra hija (es decir, otro aspecto) de Sofía, que lo llama Saklas (en arameo, "tonto") y Yaldabaoth.
Zoé sopla una gran oleada de su fuerza, una divina fuerza de vida, en la cara del gobernante, que lo abate hasta el Tártaro, "debajo del abismo" (95.10).
Este acontecimiento es presenciado por el Sol, Sabaot,
quien sufre una conversión. Aunque el sol sea producido a partir de
materia inorgánica (su madre) y formado por las fuerzas arcónticas
(su padre), este cuerpo celeste, actuando como una entidad cósmica
consciente, ahora decide abandonar a los Arcontes y unirse con
Sofía.
La Hipóstasis de los Arcontes dice que,
A su derecha está Zoé, y a su izquierda, "un ángel de ira".
Este
ordenamiento indica que la fuerza solar es simbiótica con la vida,
pero también capaz de aniquilarla por medio de la ira, la fuerza
excesiva, como se ha visto en las erupciones solares. En el sol
arrepentido que la sirve, Gaia (la Sofía terrestre) se reserva un
poder letal.
Esta alusión requiere una interpretación que prolongaría
excesivamente este comentario. Volveremos al elemento de la muerte
en posteriores tratados cosmológicos.
Elelat contesta claramente que el origen de ella está en "la Luz imperecedera" del Pleroma, y que los Arcontes fueron generados fuera del Pleroma y no poseen el "espíritu de la verdad" (96.20). Aquellos que conocen la diferencia "existen inmortalmente en medio de la especie humana mortal" (96.25).
El gran ángel concluye con una profecía y una promesa, aseverando el triunfo de la Humanidad sobre el error y el poder engañoso de los Arcontes. El "elemento sembrado" (sperma) es el modelo resplandeciente de la Humanidad que emanó del Pleroma y fue sembrada en la tierra (es decir, mediante la panspermia).
La verdadera identidad de las
especie humana es cósmica, divina, pre-terrestre. Aquellos que se
saben a sí mismos en la perspectiva de esta identidad son los "Hijos
de la Luz" (97.10)
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