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23 Agosto 2005 del Sitio Web MetaHistory traducción de Editorial-Streicher
31 Julio 2012
El mito gnóstico de la Creación ha sido llamado "teología de ciencia-ficción" debido al modo en que presenta el material teológico en un simbolismo fantástico, propio de la era espacial.
La figura de ciencia-ficción más llamativa en la cosmología gnóstica es Yaldabaoth, el demiurgo o falso dios creador. Gnósticos como Marción identificaron a Yaldabaoth con el dios creador masculino del Antiguo Testamento, Yahweh, y por consiguiente negaron a aquella entidad cualquier papel en la buena dirección de la Humanidad.
Al
contrario, Yahweh-Yaldabaoth es una deidad demente, un dios que trabaja
contra la Humanidad. En la revisión gnóstica del Antiguo Testamento, está
claro que el status monoteísta exigido por Yahweh es debido a la locura del
pseudo-dios.
El descenso de Sofía desde el núcleo produce un "aborto" o nacimiento prematuro en los reinos elementales. Normalmente, las formas de vida que aparecen en los mundos estelares de los brazos de la galaxia son emanadas desde dentro del Pleroma, infundidas y conformadas por el diseño divino antes de que ellas se manifiesten.
Pero
los Arcontes
producidos por el impacto de Sofía surgen sin haber sido prefigurados por
los dioses plerómicos. El "aborto" es un bodrio amorfo, como un feto
prematuro, con sus órganos incompletamente formados y con sus facultades
atrofiadas.
Los accidentes suceden en el cosmos en general. En los comentarios al Mito de Gaia he sostenido que el Descenso de Sofía puede ser una descripción mitopoyética de un aumento de tensión desde el núcleo galáctico. Los científicos han descubierto recientemente en la galaxia un canal parecido a un túnel, extendiéndose directamente desde el núcleo de la galaxia hacia la región de los brazos envolventes donde el (nuestro) Sistema Solar está localizado.
Tal aumento de tensión es central en la
teoría del doctor
Paul LaViolette de la super-onda galáctica o descarga
cósmica de rayos. LaViolette sostiene que como la "descendencia" de las
estrellas se establece alrededor del núcleo galáctico, su gravitación se
hace más profunda y su temperatura interna y energía aumentan hasta un nivel
máximo:
Durante
este modo activo temporal, su luminosidad aumenta en millones de veces, y
libera una intensa descarga de partículas de rayos cósmicos y radiación de
alta energía que viaja radialmente hacia el exterior en forma de una cáscara
en expansión llamada una super-onda galáctica (Genesis of the Cosmos, p.93).
Esto podría ser una oleada de fuerza divina de
vida, incluso una efusión de una inmensa ternura, o una ondulación de deseo
cósmico. Así es ciertamente cómo la mitología gnóstica describe el descenso
de Sofía.
A
primera vista, la narrativa acerca del Demiurgo parece ser un acontecimiento
único, aislado, a diferencia de todo lo demás en la mitología mundial.
Muchos estudiosos han asumido que la figura de
Yaldabaoth es totalmente
anómala, un inusitado mitologema [elemento central de un mito] encontrado
sólo entre aquellos extravagantes fantasistas, los gnósticos.
¿Por qué? Porque las enseñanzas budistas no dan mucha importancia a la génesis misma del universo. La Creación no está en la sintaxis budista. Todas las condiciones que se presentan en el cosmos son sólo eso: condiciones que surgen.
Todas las actuales condiciones, físicas y psicológicas, lejanas y cercanas, interiores y exteriores, provienen de las precedentes, según la ley del "inicio interdependiente", y eso es todo lo que hay. Si el cosmos está en un eterno devenir, es un ejercicio vano tratar de determinar un momento distinguible en la creación.
Además, el budismo tiende a enfatizar la naturaleza fantasmal de todos los fenómenos; este enfoque es llamado docetismo en el análisis textual gnóstico. ¡El cosmos no sólo es un eterno llegar-a-ser, sino que es también la mera apariencia de un eterno devenir!.
¿Dónde cabe la
noción de Creación en una visión del mundo tal?.
Las fuentes textuales son variadas, y tienden a ser en gran parte pasadas por alto en la actual atmósfera de estudios budistas. Lo que más ciertamente es un relato pre-budista de la creación del mundo, puede ser encontrado en fuentes Pali como,
Las obras en lengua Pali pertenecen a una subcategoría de élite de los estudios budistas modernos, de modo que no es sorprendente que estos materiales hayan sido pasados por alto.
Pero al menos dos textos sánscritos, el Abhidharmakosha y el Shikshasamuccaya, también contienen elementos del
Génesis budista.
Aquí hay una descripción increíblemente clara de un acontecimiento físico, una estrella convirtiéndose en una nova, combinado con un acontecimiento metafísico, la transmigración de los habitantes de un planeta que rodeaba a aquella estrella hacia otro plano de existencia.
El lenguaje en uso refleja,
en parte, la sintaxis científica corriente de la teoría de la super-onda
galáctica de LaViolette. Los científicos saben que las novas son
acontecimientos relativamente comunes, mientras que la super-onda es todavía
en gran parte teórica. Lo mismo vale para el acontecimiento físico.
La Humanidad que habitó ese sistema colapsado fue transportada al plano Rupadhatu debido a su afanosa práctica del Dharma [deberes religiosos], dicen las fuentes antiguas.
Pero cuando aquellas condiciones kármicas expiraron, otro mundo, la actual Tierra, se estaba formando entonces, y algunos de los habitantes llenos de dicha del plano Rupadhatu fueron atraídos hacia allá y comenzaron a renacer en aquella región, aunque no todavía en el planeta emergente mismo.
El reino intermedio donde ellos encarnaron era llamado
Brahmaloka, "la Zona
del Creador". (En el mito hindú y en la meta-psicología budista, Brahma es
el "dios creador").
El primero que realmente se despertó y consiguió una percepción de estar en este nuevo reino, inmediatamente dijo:
La primera entidad habló de esta manera porque las condiciones de conciencia en las cuales vino a verse eran las de la Zona del Creador, Brahmaloka.
Esta entidad, que era una manifestación de la Humanidad, llegó a creer que "él" era realmente el creador del universo que estaba contemplando a su alrededor. Él no recordaba que llegó desde un mundo anterior que había sido destruido, y él apareció como si hubiera nacido sin ningún padre.
En ausencia de pruebas contrarias, él cayó en la ilusión de ser el único creador del mundo emergente que estaba contemplando.
J.M. Reynolds comenta:
Todo esto, reconozco, para el juicio de algunos aparenta ser ciencia-ficción de la mejor.
La correlación punto por punto de los elementos budistas y gnósticos aquí es fabulosa. El "nacimiento fantasmal" del delirante Creador tiene un paralelo con el "aborto" del Mito de Sofía. La falsa ilusión del autoproclamado Creador es idéntica en ambas narrativas. El gnóstico Demiurgo también es "nacido dentro del sistema solar evolutivo" y "no vio a otros antes de él".
Yaldabaoth es el jefe de los Arcontes, las entidades que son así llamadas porque ellas surgieron primero, antes de que la Tierra, el hábitat de la Humanidad, fuera formada. La palabra Arconte proviene del griego archai, "origen, comienzo, desde el principio".
Parece que la zona intermedia, el inferior Rupadhatu, corresponde al caos exterior del mito gnóstico.
Allí es donde surge el Demiurgo, apareciendo de la nada:
Yaldabaoth es ciego (en copto, BILLE) e ignorante
de sus verdaderos orígenes. En la narrativa budista como en la gnóstica, la
ignorancia primordial del Creador contaminará a la raza humana entera.
Sin embargo, ellos describen cómo Yaldabaoth y los Arcontes son beneficiarios de la sabiduría cósmica de Sofía, la diosa que los genera.
El gnóstico Demiurgo es una entidad vacía, parecida a un clon, incapaz de crear algo, pero a pesar de ello la maravilla del mecanismo de relojería del sistema planetario es creada mediante él (y sus agentes) por los poderes ocultos impartidos por Sofía.
Hay quizás un paralelo aquí,
después de todo, pero es ciertamente extraño pensar en el Señor Arconte como
una entidad que tiene una provisión de buen karma.
En las tradiciones místicas y chamánicas de Asia, la experiencia de la "muerte del yo" y la rendición ante el flujo de la fuerza de la vida a menudo es representada por imágenes violentas y espantosas, tales como la descabezada Kali. (Detalle: Kali Chinnamasta, thanka nepalés de estilo Newari, Bise Surge, Katmandú, 1993. Lámina 13 en Shamanism and Tantra in thel Himalayas Muller-Ebing y Ratsch.)
Reynolds dice que la ilusión de la despertada entidad fue,
La
ilusión del ego no es la causa del universo que contemplamos, pero es el
factor principal en nuestra percepción errónea del universo. Esta
observación concuerda muy de cerca con la teoría gnóstica del error.
Después de existir en un solitario esplendor durante muchos eones mientras "el sistema solar se desarrollaba" (Reynolds), Mahabrahma anheló sujetos para que presenciaran su gloria.
En el mismo momento en que él sintió este deseo, el karma de los otros no despertados Brahmas maduró, y ellos emergieron desde su sopor en el bardo [en tibetano, estado intermedio o de transición].
Al instante, Mahabrahma les declaró:
Esto era absurdo, porque estos seres surgieron debido a su propia maduración kármica y no por una orden de él o su conjuro creativo.
Mahabrahma entonces,
En la narrativa gnóstica, Yaldabaoth, el Señor Arconte, les ordena a sus acólitos parecidos a clones que creen un despliegue virtual (stereoma) de mundos jerárquicos que reflejen el caleidoscopio fractal viviente de las corrientes conscientes y animadas del Pleroma, el núcleo galáctico.
El Demiurgo sólo puede imitar, él no puede crear u originar. Los textos gnósticos son claramente sarcásticos en la descripción de las jerarquías celestes de los Arcontes, porque para los gnósticos toda esta pretenciosa cursilería celestial no tiene nada que ver con la maravilla de la vida que se desplegará en la Tierra, el reino donde Sofía está encarnada.
La Tierra
es donde la Humanidad surge. Es el hábitat único del
Anthropos.
Estos Brahmas menores forman su séquito, y ellos creen absolutamente que él es el creador del reino donde ellos ahora se encuentran.
El mito budista de la creación especifica todas las diferencias entre los seres que surgen alrededor de Mahabrahma y los seres humanos:
La narrativa budista le sigue la pista a la transmigradora Humanidad desde un planeta cuyo sol se transformó en una estrella nova hasta la Tierra que habitamos, un alcance visionario notable.
A diferencia del símil gnóstico, ella no distingue en el séquito de Mahabrahma entre los seres humanos y los Arcontes, la legión de clones que sigue al Demiurgo. El relato budista no hace ninguna declaración en absoluto sobre entidades no-humanas en el Sistema Solar. La narrativa gnóstica permanece absolutamente única en lo referente a aquel factor.
Además, la tradición budista asume que la Tierra
pertenece al sistema solar que surge debajo del plano Rupadhatu, pero la
tradición gnóstica considera que la Tierra realmente no pertenece al sistema
planetario sino que simplemente está atrapada por él.
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