por Ignacio Darnaude Rojas-Marcos
del Sitio Web
IgnacioDarnaudeRojas
Estepas heladas, pedregales, Saharas arenosos, cráteres por
doquier, abismales simas en un terreno inhóspito, cien grados al sol
y menos ochenta a la sombra, Everests pelados, tenebroso cielo
azabache versus kilómetros de nubes opacas, temperaturas
achicharrantes, carencias de lujos como agua, flora y fauna,
aplastante presión atmosférica, atracción gravitatoria quebrantapiernas, atmósfera y oxígeno que brillan por su ausencia,
rayos cósmicos y ultravioletas sin el menor filtro de ozono,
terrible impacto de meteoritos, días o noches interminables, años
que duran siglos, estaciones inexistentes, volcanes y géiseres,
terremotos y levantamientos geotectónicos, amoníaco y metano por
todo alimento, luz solar cual cerilla a una legua o el astro-rey
ocupando el firmamento, lunas a go go, soles por parejas o
triplicados, indescriptible soledad y vacío, inmovilidad perpetua,
sobrecogedor silencio....
Éste es el desolador panorama de la superficie observable en los
planetas y
satélites de nuestro sistema solar, según las recientes
fotografías de la NASA.
Ocho orbes decorativos y aparentemente
inútiles, inservibles para albergar un mínimo hálito de vida
asimilable al protoplasma orgánico que bulle en el tercer esferoide, el único que tenemos el gusto de conocer por el momento.
Si las
apariencias no engañan, el provocador epigrama no estamos solos
merece un aparatoso desmentido por parte de la astronomía moderna,
al menos en los aledaños de nuestro sideral corral de vecinos. Para
el caso de que nos fiemos de los datos sensoriales, estamos
cercados por un montón de astros en su más primitivo estadio de
reino mineral puro y duro.
Pero ¿hay otras inimaginables exobiologías de repuesto en la
infinitud de la cosmosfera, adaptadas a muy diversos ambientes
planetarios?. ¿Existen alternativas a la Creación deshabitada que
con tan arrogante desfachatez nos vende la ciencia oficial?.
Probablemente sí.
Muchos de los 700.000 contactados
(Pierre Monnet dixit), inmenso hormiguero de sensitivos dispersos por todos los
confines del contactódromo con forma de bola rocosa en el que
vivimos, proclaman que están recibiendo comunicaciones telepáticas
de seres conscientes radicados en distantes planetas y recintos
dimensionales.
Tan pintoresco ejército de telegrafistas del cosmos
asegura que la mayoría de los cuerpos celestes acoge actividad
inteligente, invisible tanto al ojo humano como a sus instrumentos
ópticos por estar constituida en base a una exótica modalidad de
“materia” que elude nuestro sistema de percepción, calculado para
aprehender solamente objetos físicos.
La substancia que conforma los
mundos alternativos se estructuraría en una escala vibratoria
refinada y sutil, y al ser más energética que material, resulta
intangible para el homo sapiens y sus rudimentarios cinco sentidos,
“periscopios” sumamente especializados y de restringida eficacia percepcional.
Nuestros ojos y oídos se comportan al estilo de “ventanas a la
realidad” diseñadas con el propósito de captar exclusivamente la
angosta franja (una sola entre el amplio abanico de otras muchas
frecuencias simultáneas operativas en el universo) de los átomos y
moléculas tridimensionales, el armazón sui generis que otorga
aparente solidez al particular substrato físico-químico de los
fenómenos terrenales.
En niveles de realidad allende el espacio/tiempo, podrían adquirir vigencia impensables categorías selectivas de
“materia” desconocidas entre nosotros, conglomerados de subpartículas sólidas y palpables tan sólo para los habitantes de
esas mansiones concretas, pero que no pueden ser detectados por los
inquilinos de otros reinos coexistentes, y viceversa.
El pluricosmos sería de este modo un multidimensional ensamblaje
interactivo de universos paralelos interpenetrados, ocupando por
llamarlo así el mismo espacio. Es decir, un vasto sistema ultra-conectado de incontables esferas de vida, todas ellas
“físicas” y sólidas en sentido amplio, pero mutuamente invisibles
salvo - cada una de ellas - para sus respectivas poblaciones
autóctonas.
No tendría por consiguiente nada de particular que de
hecho el infiniverso hierva de astros en un avanzado estadio
homínido/angélico, orbes y seres constituidos en una enrarecida
dimensión etérica, entes muy reales, que existen y están ahí,
pero que no somos capaces de contemplar con nuestro inadecuado
dispositivo de percepción.
Vamos a exponer a continuación una escueta síntesis acerca de las
pretendidas condiciones de vida y pensamiento en algunos supuestos
planetas físicos o tetradimensionales, con los que la Tierra se
estaría comunicando a través de una muchedumbre de telépatas y
“escritores automáticos”.
Nos atendremos siempre al polémico
testimonio de los contactados, hipotéticas versiones por las que no
ponemos la mano en el fuego ni quitamos ni coronamos rey. Con la
salvedad de que río que suena con tamaño estruendo, algún agua ha
de llevar.
Empezaremos como Dios manda por nuestra propia casa, es
decir, por el sistema solar que nos da cobijo.
APOTEOSIS MARCIANA
Circula una multitud de noticias en torno a la exobiología imperante
en nuestro más próximo vecino, el rojo geoide de la guerra.
-
El
místico sueco Emanuel Swedenborg (1688 - 1772) ya giró visita a
los marcianos, al igual que a Mercurio, Venus, Júpiter, Saturno
y la luna, exploraciones de las que da cuenta en su obra Otras
Tierras en nuestro sistema solar: sus habitantes, espíritus y
ángeles que lo pueblan.
-
En 1880 Henry A. Gaston hace público en
San Francisco El planeta Marte revelado. Siete días en los mundos
espirituales. Transcurren trece años y el matrimonio Smead procesa
psíquicamente Comunicaciones con seres del planeta Marte. El
lenguaje y alfabeto marcianos.
-
En 1894-95 la sensitiva Kathérine
Elyse Müller - más conocida como “Héléne Smith” - psicografió en 446
páginas De la India a Marte. Mi viaje a este planeta.
-
Ocho años después Sara Weiss da a conocer en Nueva York Mis viajes
al planeta Marte (548 páginas), al que seguiría en 1906 Romance
de Marte.
-
En 1920 Eros Urides da a luz El planeta Marte y sus
habitantes.
-
De 1920 a 1980 (60 inviernos !) Albert Coe sostiene
charlas con marcianos y venusinos residentes en Estados Unidos,
pláticas resumidas en La increíble verdad.
-
En el año veinticuatro la
señora H.C. Hutchinson, médium domiciliada en Denver (Colorado),
metabolizó textos emitidos por energías intencionales radicadas en
Marte.
-
Hacia 1927 W.C. Hefferlin procesa datos acerca de una
inmigración de marcianos a la Tierra milenios atrás.
-
En julio de
1938 Khauga inspira a William Ferguson el opúsculo Mi excursión a
Marte.
-
El joven británico Christopher, fallecido en 1943, dicta a
su madre unas intensas “memorias astrales” en las que narra su
visita a Marte y a la rutilante estrella Sirio, nuestro sol
central.
-
1945 fue la temporada en la que Howard Menger gozó en Hawaii de su primer téte a téte con una preciosa señorita marciana
(más adelante interaccionaría igualmente con personajes de
Venus),
experiencias que narra en Mensajes del espacio exterior.
-
Hacia 1949 el médium Hercilio Maes psicografía en Curitiba
(Brasil), por inspiración del avatar Ramatis, el masivo volumen
La vida
en el planeta Marte y los discos voladores, crónica extremadamente
detallada sobre la vida, instituciones, filosofía y costumbres en
la civilización etérica que envuelve y subsume el viejo núcleo
rocoso del planeta de la guerra.
-
Pasamos a Buenos Aires, donde en 1952 Jorge A. y Napy Duclout
filtraron información acerca de la existencia en Marte, detallada
en Origen, estructura y destino de los platos voladores.
-
En 1954
Buck Nelson contacta en Missouri con hombres del espacio, y
extracta sus experiencias en el humilde librito Mi viaje a Marte,
la Luna y Venus.
-
El mismo año Cedric Allingham airea en Inglaterra Platillo volante
de Marte, y al siguiente el californiano Ernest L. Norman, autor
junto a su esposa Ruth de 125 títulos revelados (38.000 páginas),
describe sus reiteradas estancias en el planeta vecino mediante el
cuaderno La verdad acerca de Marte.
-
También en 1955 Narciso Genovese
explicó en Yo he estado en Marte los entresijos de la existencia en
ese planeta tan frecuentado por los terrícolas, al tiempo que el
ciudadano francés Gaston Lenormand da cuenta de su incursión en el
orbe de los canales en Yo estuve en un platillo volante, y Dorothy
Thomas da a conocer en Los Angeles La vida en Marte y Venus según
los grandes místicos.
-
A los 24 meses las hermanas Helen y Betty
Mitchell se topan con la pareja de marcianos Elen y Zelas, y
divulgan lo que les han confiado en el fascículo Nuestro encuentro
con hombres del espacio.
Más o menos por esas fechas sale a la luz en EE.UU.
Revelaciones de
dioses del espacio, volumen en el que encumbrados jerarcas de Marte
y los siete geoides del sistema solar, mas otros tres desconocidos
para los hombres de ciencia (hasta completar una docena), nos
ilustran acerca de las circunstancias de sus respectivos orbes en
relación con los graves problemas terráqueos.
Poco después un tal
Roland, del Galactic Patrol - Station MRZ, transmite un discurso
de 17 páginas en torno al acontecer en Marte que aparece en la
monografía de Robert Ernst Dickhoff Regreso al hogar de los
marcianos (1958). Estamos en 1966. Mark Dewey imprime un informe
que le ha dictado Amano, un alto instructor marciano, bajo el
título Habla un hombre del espacio.
Tres años más tarde Helen I. Hoag dedica cinco páginas a describir la cultura marciana en sus
entretenidas memorias Mi visita a otros planetas, siendo éstos
Mercurio, Venus, Urantia (la Tierra), Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón,
Vulcano, Clarion, Satania (lo que
hoy queda - el cinturón de asteroides - del auto-destruido planeta
Maldek), nuestro Sol y la estrella Capella.
Por falta de espacio
omitimos otra pila de revelaciones inspiradas por entidades
marcianas, así como excursiones adicionales al escarlata planeta
bélico.
FUROR VENUSINO
En fecha tan remota como 1877 el lucero del alba, ya visitado por
Swedenborg en el siglo XVIII, mereció la publicación, por autor
anónimo, de Loma, ciudadano de Venus.
De 1883 a 1886 el Maestro
Tibetano “Phylos” y un puñado de acólitos de la llamada Comunidad
Teo-Crística de Lemuria, le insuflaron al joven californiano
Frederick Spencer Oliver Vida en dos planetas.
Se trata de una gruesa y atractiva
novela histórica plagada de avatares de su protagonista, Rexdahl, a lo largo de sus 22
encarnaciones en la Atlántida, el planeta Venus y un enclave
secreto bajo el Shasta, montaña sagrada al norte de California.
-
Pasan 52 años y Dana Howard lanza
Mi vuelo a Venus, continuado por
Vesta, el humano oriundo de Venus.
-
Transcurridos unos meses Violet
Gilbert entrega a su editor Mi viaje a Venus.
-
Al poco tiempo (1943) el novelista inglés C.S. Lewis edita
Perelandra (Travesía a
Venus).
-
En la histórica efeméride del 20 de noviembre de 1952,
George Adamski, el pionero y más popular entre la miríada de
contactados, se entrevista con el venusino Orthon en el desierto de
Mohave, California.
-
Cuatro meses antes Calvin C. Girvin fue transportado a Venus, y la
crónica del periplo nos la ha legado en Mil OVNIs en la noche.
-
Al
año siguiente el taxista mejicano Salvador Villanueva Medina fue
abordado en una carretera solitaria por un venusino de 1,20 de
estatura que lo trasladó a su mundo de origen, y la sabrosa
experiencia puede leerse en Yo estuve en el planeta Venus.
-
La
venusina Omnec Onec toma posesión en 1955 del cuerpo de Sheila
Mansel, niña de 7 años domiciliada en Tennessee, la cual cuando
tuvo 24 dictó vis a vis a Rainer Luedtke las 280 páginas de Vengo de
Venus.
-
Un caso similar de walk-in tuvo lugar en 1960, cuando ViVenus,
recién inmigrada del orbe del amor, “tomó los mandos” del organismo
físico de una muchacha neoyorquina que acababa de cometer suicidio,
y en 1982 apareció su autobiografía: ViVenus, heraldo de las
estrellas.
-
En diciembre de 1959 Frank E. Stranges se entrevista en
el Pentágono con Val-Thor, responsable de Venus que según él lleva
tres años cumpliendo una misión en la Tierra, y narra lo sucedido
en el folleto Mi amigo del espacio.
-
Las comunicaciones telepáticas
desde la estrella de la mañana trasegadas durante años por el
ingeniero mecánico Jessee Valentine lucen extractadas por Henry R.
Gallart en Desde otros mundos (1964).
-
Para no ser menos, el conocido autor de
El tercer ojo,
T. Lobsang
Rampa, dejó a la posteridad en 1966 Mi visita a Venus.
-
Voltra, un evolucionado
espécimen de ese mismo mundo, se comunicó
en 1966 con la psíquica Marianne Francis, cuyo nombre espiritual es Aleuti Francesca.
-
En abril de 1967 el camionero de Mineral Wells (West Virginia)
Woodrow Derenberger fue teleportado a Venus en una nave-nodriza por
un matrimonio oriundo de ese planeta, Mr. Jitro Cletaw y su esposa
Elvane, y lo mucho que allí y en Lanulos vio puede consultarse en
el volumen de Harold W. Hubbard Visitantes del planeta Lanulos.
-
Al
año siguiente Paul Koslouski mantuvo conversaciones telefónicas con
Latu, un individuo originario del mundo Albatron, conocido por
nosotros como Venus, y sus vivencias nos las traspasó en Somos
hijos del universo. Mi contacto con gente del espacio.
-
La primera vez que Ron Card habló con un equipo llegado de Venus fue
en 1971, y sus andanzas ocupan todo un libro.
-
Ernest L. Norman
cuenta su estancia en Azure, bella ciudad venusina, en La voz de
Venus (1955).
-
Por otra parte un cenáculo de personalidades del
planeta que nos ocupa, bautizado como Los Científicos de Venus,
nos ha ilustrado con: Carrera espacial a la luna y Enseñanzas de
Venus: revelación directa sobre los platillos volantes y la vida en
el planeta.
-
Y finalmente aludiremos a los dos trabajos dictados al
sensitivo Michael Barton X: Ciencia secreta de Venus!
(1958) y
Salud mágica venusina (1959).
-
Y al testimonio de John Langdon
Watts La razón de vivir y visita a Venus. (1975).
EL PATER SOLAR Y SUS 12 HIJOS
PLANETARIOS
¿Sólo 9 planetas?.
Uno tras otros los contactados reiteran que hay
tres más, ignorados por la astronomía dogmática. El más citado de
ellos es Maldek, situado milenios ha en la órbita entre Marte y
Júpiter, globo que degeneró en el actual cinturón de asteroides
tras resultar autodestruido por una guerra con armas terminales.
Parte de sus habitantes renacieron en la Tierra. Vulcano es
otro de los cercanos planetas supernumerarios.
Al tercero, Clarion, se
refiere Truman Bethurum, quien en julio de 1952 se tropezó en Mormon Mesa
(Nevada) con la diminuta y bella clarionita Aura
Raines, pasándonos acta notarial en A bordo de un platillo volante
(1954) y Mensajes de los seres del planeta Clarion.
En 1956 el pielroja Chief Standing Horse fue transferido a bordo de una
astronave de 5 kilómetros de longitud, en un animado tour a la luna, Marte,
Venus, Clarion, Orean y Júpiter.
Hercóbulus es un errante cuerpo celeste que cada equis miles de años
pasa rozando a la Tierra y ocasiona toda suerte de catástrofes. A
los desastres causados periódicamente por el maléfico astro intruso
se refieren entre otros los contactados
Los huéspedes transdimensionales aseveran con rara unanimidad que el
sol no es un objeto sideral a elevadísima temperatura, sino un
planeta más -aunque de privilegiado rango- con óptimas condiciones
de habitabilidad, resembrado con criaturas altamente evolucionadas.
La intensa vibración crística emanada del Logos solar y su población
arcangélica, se transmuta en luz y calor al incidir en las
atmósferas de su familia planetaria.
En 1933 Phoebe Marie Holmes
dejó constancia de su gira al astro-rey en Mi visita al sol, que se
lee como una ágil novela de suspense.
Del Logos estelar, en su sorprendente calidad de astro frío,
hablan también,
-
Helen Hoag,
-
Aladino Felix,
-
Michael Barton X,
-
Leónidas Rodríguez S.,
-
el mexicano Armando Zubaran Remírez,
-
E.
Blanche Pritchett (Japhalein, nave-madre de esta galaxia),
-
Barbara Hand Clow
-
Pauline Sharpe
(Nada-Yolanda), afincada en
Miami y a cuya pluma debemos Visitantes de otros planetas (334
páginas) y otros 64 títulos.
Citamos a estos nueve autores - hay
otros más que omitimos - con ánimo de recalcar la insistencia y
rotundidad con la que los alienígenas califican a las estrellas como
orbes habitados de encumbrado standing en el ranking del macrocosmos, hábitats que según ellos han alcanzado una elevada perfección y no
tienen nada de ardientes.
FIEBRE DE GANÍMEDES
En la copiosa literatura ufológica hay diversas referencias sobre
desplazamientos a Júpiter y “telegramas” psíquicos originados en el
gigante gaseoso de la mancha roja (véase El experimento Júpiter de
Margaret y Maurine Moon).
Sin embargo la palma contactológica se la
lleva el mayor de sus 12 satélites, Ganímedes, a 600 millones de
kilómetros del lector, de 286 miriámetros de radio, recubierto de
hielo amoniacal y que presenta siempre la misma cara al enorme
planeta, por lo que carece de la útil alternancia del día y la
noche. Los bonaerenses Jorge A. y Napy Duclout mantuvieron en 1952
deliquios mediúmnicos con ganimedianos, sintetizados en la memoria
Origen, estructura y destino de los platos voladores.
En ese mismo año el capitán de una nave del espacio fabricada en
Ganímedes comunicó al brasileño Aladino Felix (“Dino Kraspedon”)
una summa de profundas revelaciones científicas acerca de la
naturaleza y constitución de la energía, la materia, el espacio y
la gravedad, agrupadas en Mi contacto con los platillos volantes,
uno de los títulos más interesantes de la literatura ufológica,
cuya página 42 ofrece una asombrosa definición racionalista de la
Causa Primera.
Veinte años después el peruano José Rosciano Holder (“Yosip Ibrahim”) se explayó divulgando la cultura del satélite joviano en
Yo visité Ganímedes, complementada a los tres años con
Mi preparación para Ganímedes.
A principios de 1974, y también en el país incaico, Carlos Paz y
su hijo Sixto Paz Wells iniciaron una fructífera amistad telepática, que duraría luengos años, con Oxalc y otras autoridades de
Morlem (un segundo nombre de Ganímedes), quienes les indujeron a
organizar el proyecto Misión Rama, toda una multinacional del
contacto a través de las Xendras o puertas dimensionales, cuyo
desarrollo se expone en las 490 páginas de Contacto interdimensional.
A partir de 1976 el Grupo Aztlán de Madrid inauguró una prolongada
cosecha de preguntas y respuestas intercambiadas con sabios de
Ganímedes y Apu, especificadas en la trilogía Los manuscritos de Geenom, y en el éxito de ventas de
José Antonio Campoy Entrevista a
un extraterrestre: Geenom.
CONTACTO CON PLANETAS
EXTERIORES
-
En 1765 se imprimen en París los 7 volúmenes de
Viajes de Milord Ceton a siete planetas.
-
A mediados del siglo XIX el vidente Andrew
Jackson Davis produjo en Boston Vistas de nuestra mansión en los
cielos; Centros de vida solares y astrales; La belleza y gloria de
los planetas y Habitantes de los mundos exteriores.
-
En 1878 Sir
Humphry Davy pone a disposición de los londinenses Los últimos
días
de un filósofo. Viaje a otros planetas.
-
Durante cincuenta semanas
entre 1881 y 1882 un ángel traspasó al dentista neoyorquino John Ballow Newbrough las 890 páginas de
Oahspe, extraña biblia
americana donde se pasa revista, aparte de a otras muchas
cuestiones, a los llamados mundos etéricos y atmosféricos.
-
La capital británica disfrutó en 1885 la primicia del reverendo S.S.
Lach-Szyrma Alerial. Viaje a otros mundos.
-
A los seis años (1891)
Miss M.T. Shelhamer se atrevió a presentar en las librerías las 430
páginas de Vida y trabajo en la esfera espiritual. Descripción de
lugares y condiciones de vida en otros mundos.
-
En 1928 Fanny Moisseieva, de nacionalidad rusa, recorrió una sucesión de
planetas que comenta en Mi sueño letárgico de nueve días: lo que he
visto.
-
Un año más tarde Quisling oferta en EE.UU.
Los habitantes de
mundos exteriores y su influjo en nuestra filosofía de la vida.
-
Del 14 al 23 de mayo de 1958 el brasileño Artur Berlet
fue trasladado en una astronave -a velocidad de 500
kilómetros por segundo- hasta un cuerpo celeste (¿Marte?) superpoblado por
20.000 millones de acartianos, distante 62 millones de kilómetros,
y cuya capital cuenta con nada menos que 90 millones de habitantes.
Su descripción la tenemos en Contacto con el planeta Acart (1987).
-
En 1972 el profesor R.N. Hernández trabó amistad en su universidad
mexicana con Lya, una hermosa extraterrestre de 1,90 de estatura y
mil años de edad que hablaba perfecto español, joven anciana
radicada en el planeta Inxtria, de la constelación de Andrómeda en
la Via Láctea.
-
Zitha Rodríguez Montiel investigó el caso y nos
ofrece sus interioridades en Contacto con Andrómeda: profecías de
una mujer extraterrestre (1988).
-
Fue en 1960-61 cuando el limeño de ascendencia yugoslava Vlado
Kapetanovic Bulatovich (“Vitko Novi”) tuvo ocasión de conversar
extensamente con individuos del planeta Apu, orbe ya
destruido por
una gran explosión, y plasmó el incidente en 170 horas con
extraterrestres (1981). Los apunianos han interaccionado
asimismo
con el Grupo Aztlán y con Sixto Paz, líder de la Misión Rama.
-
Humanoides de la estrella Arturo - a 41 años luz - se manifestaron en
1985 a través de Norma J. Milanovich, autora de Nosotros, los Arturianos
(319 páginas). Una familia británica empezó a tratar en
1978 a la estirpe (de arcaico origen terrestre por cierto) de un
planeta perdido en el espacio a varios miles de años-luz, raza que
tarda 48 meses en arribar a la Tierra con sus astronaves.
-
Frank
Johnson ha dejado constancia de estos diálogos en El pueblo de Janos. Los janosianos se vieron obligados a abandonar su hogar
planetario debido a una concatenación de desastres naturales, y
desde entonces residen en sus descomunales mansiones aéreas, en las
que viajan a velocidades cercanas a la de la luz.
-
Si damos crédito a la mejicana Matilde Ariceaga (Historia del
pueblo de Israel, 1967), la especie hebrea inmigró a la Tierra
desde la estrella Capella, a 47 años-luz.
-
Ernest L. Norman, en La
voz de Eros (461 páginas), nos puso al corriente en 1958 de todo
lo relacionado con esta esfera de sugestivo nombre.
-
El californiano
Cecil Michael
fue llevado en 1953 al siniestro mundo Hell, correría que clarifica
en Ida y vuelta al Infierno en un platillo volante.
-
Nos cambiamos a
Holanda, donde Stefan Denaerde publicó en 1969
Contacto con el
planeta Iarga, una etnia anfibia con morfología animaloide a 10 años-luz de nosotros.
-
Por su parte Ludwig F. Pallmann tuvo noticias en 1964 de una
civilización próxima al centro de la galaxia y alejada 30.000
años-luz, sobre la que nos pone en antecedentes en Contacto con el
planeta Itibi-Ra (285 páginas).
-
Debió ser en 1960 cuando el joven
Edwin trabó conocimiento en Durban (África del Sur) con un hombre
llamado Valdar, personaje de normal cuerpo físico perteneciente a
un anti-mundo o universo paralelo a muchos años-luz de este entorno.
Carl Van Vlierden nos cuenta su historia en Contacto con el planeta Koldas
(1986, 303 pp.) y ¡Hablan los doce planetas!.
-
En otro extremo del mundo, al venezolano Vladimir Burdman Schwarz
se le presentó Angis Isinti, comandante de los astronautas de un
centro de vida situado en cierta remota galaxia a 17 millones de
años-luz, exploradores que viven un promedio de nueve siglos y
medio, nos llevan 70 millones de años en adelanto evolutivo, y
hace dos milenios que estudian la Tierra. Información contenida en
el tomo Contacto con seres del planeta Nokire, Caracas, 1978, 119
pp.
-
En lo que concierne a la civilización de Orion, Ernest L. Norman
mediumnizó en 1961 La voz de Orion (265 pp.), y su llamativa
esposa Ruth Norman distribuyó en 1983 la tríada Decadencia y
destrucción del imperio de Orion (1123 pp.).
Cambiamos de tercio con el fin de centrarnos en el cúmulo estelar de
las Pléyades, cuyos pobladores sufren de especial adicción a los
asuntos terrestres, habida cuenta de sus generosos intercambios con
Gaia.
-
En 1975 la atractiva Semjase, guapa muchacha pleyadiana, se
materializó junto a una cohorte de naves espaciales (que acabaron
fotografiadas) ante el aventurero suizo
Eduard Billy Meier. Fruto
de tan enriquecedora endenté fueron los dos tomos de Wendelle C.
Stevens Contacto con las Pléyades (1983, 1099 pp.),
complementados por la trilogía Mensajes de las Pléyades (1123 pp.
en total).
-
Randolph Winters abunda en el muy discutido episodio Semjase con su
obra La misión pleyadiana (1994, 258 pp.), y tres cuartos de lo
propio hacen Gary Kinder (Años luz, 1987), Kal K. Korff (El caso
Billy Meier: astronaves de las Pléyades) (1995, 439 pp.) y
Guido Moosbrugger (Eduard Meier y sus contactos con los
extraterrestres (1994, 290 pp.).
-
Un bienio antes que Meier, Fred W. Bell mantuvo
asimismo relaciones
con Semjase y sus padres y hermanos pleyadianos, y ha puesto por
escrito sus chispeantes escarceos con la demoiselle estelar.
-
Preston
B. Nichols y Peter Moon pergeñaron a su vez el estudio
Encuentro en
las Pléyades (1996, 247 pp.), y Barbara Hand Clow es responsable
de
Agenda de las Pléyades: nueva cosmología para la Edad de la Luz
(1995, 305 pp.).
-
El colombiano Enrique Castillo Rincón protagonizó en 1973 otro
sonado cara a cara con dignatarios de las Pléyades.
-
Al año siguiente, en el curso de un viaje para vender películas de Hollywood en el
Perú, el californiano Charles A. Silva vivió un apasionado romance
con Rama, preciosa y menuda exonauta procedente de las Pléyades,
quien le confesó ser la corporeización transitoria de Ramatis, una
jerarquía de alto rango en el reino etérico (¿la misma que en los
años cincuenta le dictó una docena de libros al curitibeño Hercilio
Maes?). Silva nos regala su delicioso flirteo amoroso en una
novelesca fábula titulada Cita con los dioses.
-
Delamer Duverus
también dialogó en Arkansas con los pleyadianos de la estrella
Alción, y nos lo cuenta en La saeta dorada (1973, 214 pp.).
William J. Herrmann resultó abducido hacia 1977 en North Charleston
(Carolina del Sur) por
entidades de Zeta Reticuli (quienes se han
comunicado asimismo con Bashar y
Lyssa Royal), y Wendelle C.
Stevens registró sus notables vivencias en Contacto en Reticulum,
dos libracos que totalizan 837 páginas.
Los indígenas del avanzado sistema Sirio, sol central alrededor del
cual orbitaría jerárquicamente nuestro propio astro-rey, han
transferido información a numerosos contactados:
Por otro lado, a partir de 1966 una treintena de ciudadanos
españoles recibieron alrededor de 1.300 hojas fotocopiadas sobre
materias científicas y la vida en su planeta, en forma de cartas
franqueadas por correo ordinario, surreales textos inventados por
el ingenio de expedicionarios del astro frío
Ummo, que gira
tributario de la estrella Wolf-424, a 14,4 años-luz. Juan Miguel
Aguirre recopiló en 1981 una buena parte de tan sabrosas misivas en
los cinco volúmenes Escritos de Ummo, que suman 992 folios. Y
Antonio Ribera ha publicado tres libros sobre los ummitas.
Desde 1906 en adelante una comisión de altos ejecutivos celestes
insufló en la mente del paragnosta de Chicago Wilfred Custer Kellogg
las 2097 páginas de
El Libro de Urantia, impreso en 1955, denso
tratado que describe minuciosamente un sinfín de enclaves habitados
en el universo: las esferas sagradas del paraíso, los mundos de Havona, esferas arquitecturales, planetas morontiales, mundos de
los arcángeles, mundos de las estrellas vespertinas, mundos
seráficos, los 7 mundos de la cultura de la transición, mundos de Edentia, los 7 mundos de las mansiones, esferas de luz y vida,
niveles de realidad universales, los 7 superuniversos, el universo
central de Havona, la isla del paraíso, etc., etc..
Y en
particular esta tremenda cosmogonía dedica once páginas a un
exhaustivo análisis de la vida, organización social y rasgos
culturales en un planeta habitado cercano a la Tierra.
Los contactados no sólo captan multitud de discursos referentes a
planetas aislados, sino también a colectivos de mundos.
Ruth E.
Norman es autora de 25 planetas ilustran a la Tierra (1975, 298
pp.) y ¿Has vivido antes en otros mundos?. Un emisario de 32
esferas habitadas informa a la Tierra (1980, 2 volúmenes, 660 pp.).
Los E.T. también hablan de
confederaciones de mundos, que
integran en un caso a 680 planetas, en otro a 360 orbes, etcétera.
Hemos traído a colación en el presente estudio algunos de los más
conocidos planetas habitados a los que hacen referencia los mensajes
telepáticos inspirados a la miríada de videntes y contactados. En lo
que hasta aquí exponemos, no se agota ni por asomo el amplísimo
filón de supuestos mundos animados con vida inteligente.
Debido a
problemas de extensión, se nos queda en el tintero otro cargamento
adicional de presuntos orbes que acogen a culturas intragalácticas,
que dejaremos para mejor ocasión.
A título anecdótico y como parámetro en verdad curioso, enumeramos
a continuación 304 nombres identificativos de hipotéticos planetas
soportes de linajes homínidos, toponimia que hemos entresacado de
los 183 libros consultados sobre la moderna revelación E.T..
CATÁLOGO DE PLANETAS CON
FILOGENIAS HUMANIZADAS
Acart,
Ala,
Alca,
Alción (SS),
Aldebaran,
Alderon,
Alfa Centauri (sistema solar (SS)),
Alfa-1,
Alfa-2,
Alizantil,
Almound,
Altea,
Amorca,
Ampt,
Andrómeda (cúmulo estelar)
(CE)),
Anewman,
Ankh,
Anta,
Anzea,
Apex,
Apu,
Aragon,
Archonus,
Armo X 3,
Argial,
Argona,
Aries,
Arturo (SS),
Ascendington,
Ashan,
Askris,
Astonom,
Ath,
Aurra
Bâavi,
Ballium,
Banlon,
Bantivail,
Barnard (SS),
Basis,
Bel Nec,
Blyme (SS),
Borm,
Brundage
Calisto,
Callisto,
Camond,
Canis (CE),
Capella (SS),
Car,
Cara,
Carrdovan (SS),
Cartress,
Centurus,
Cerabus,
Charon,
Chiron,
Cíclope,
Clarion,
Commiva,
Corray,
Cryber,
Cuerpos de gravedad oscuros,
Dacsa,
Dal,
Delk,
Delment,
Delna,
Deva,
Din,
Dino,
Distra,
Divinington,
Dollium,
Drucall,
Druma
(SS)
|
Ee (SS),
El,
Elohim,
Emarin,
Emil,
Endinite,
Eneshia,
Epicot,
Eros,
Esferas Arquitecturales,
Esferas de Luz y
Vida,
Esferas Sagradas del
Paraíso,
Essassani,
Etraa,
Europa
Farris,
Ganímedes,
Gee,
Glenus,
Gracyea,
Grailbot,
Hatton (SS),
Hell,
Hercóbulus,
Hermes,
Hermes (subplaneta),
Hiiirs,
Hoova,
Iarga,
Idonus,
Inxtria,
Io,
Irislís,
La Isla Eterna del Paraíso,
Itibi-Ra,
Iumma (SS),
Jamma,
Janos,
Jatha (SS),
Jena,
Júpiter,
Ka,
Kallium,
Kanea,
Karendon,
Kheops,
Koldas,
Krebs,
Krys,
Kuartinos,
Lalm (SS),
Lanulos,
Leveron,
Lemuria,
Lemurt,
Linacen,
Lucifer,
La Luna,
Luun,
Lyra (SS)
Maldek,
Malura,
Mario,
Marte,
Meklar,
Mel (SS),
Melchor,
Mercurio,
Micander,
Mollara,
Moor,
Morfa,
Morza,
Mu,
Mundos de los
Arcángeles, 7
Mundos Culturales de Transición,
Mundos del Espíritu
Infinito,
Mundos de las Estrellas Vespertinas
|
Mundos de los Finalitarios en Salvington,
Mundos Formativos de Edentia,
Mundos
del Universo Central de Havona,
Mundos de las Mansiones, 7
Mundos Morontiales,
Mundos de los Mortales con Espíritu Fusionado,
Mundos
de los No-Respiradores,
Mundos de los Portadores de Vida,
Mundos
Sagrados del Hijo Eterno,
Mundos Sagrados del Padre Eterno, 7
Mundos Serafínicos,
Muse
Nakin,
Narvon,
Nebula,
Nemus,
Neon,
Neptuno,
Neverons,
Nibiru,
Niveles de Realidad
Universales,
Nodia,
Nokire,
Nylo
Omuray,
Oote,
Opal,
Orean,
Orion (CE),
Orkintu,
Orton,
Osnus,
Oz,
Parcra,
Peckrant,
Phoenix,
Pleons (CE),
Pléyades (CE),
Plutón,
Po,
Próxima Centauri
(SS),
Pyrole,
Quivid,
Regal,
Reticulum (CE),
Rey,
Rorfa,
Ry,
Salamia,
Satania,
Saturno,
Schare,
Seles,
Selo,
Senarus,
Seraphington,
Serena,
Seron,
Severns,
Shunan,
Silfar,
Silxtra,
Simcarris,
Simm,
Sion,
Sirio (SS),
Siris,
Siton,
Sixtus,
Sol,
Sol Central,
Supersol Central de los Soles Centrales,
Sola Kananda,
Solitarington,
Sonarington,
Sost (SS),
Spiritington,
Superuniversos, 7
Superuniverso de Orvonton,
Sute |
Tagmer (SS),
Thera,
Thiaoouba,
Thurbal (SS),
Timaneza,
Titán,
Torco,
Tripto,
Tritón,
Ufrie,
Ummo,
Universo Local de Nebadon,
Urano,
Urantia,
Valneza,
Vass,
Vega (SS),
Venus,
Vexxon,
Vicegerington,
Vidus,
Vitron,
Vixall,
Vulcano,
Vulna,
Wolf-424 (SS),
Wolf-3592 (SS),
Xanthius,
Xenon (SS),
Yama,
Yamaru,
Yaraka,
Yessu,
Yonica,
Zara,
Zeta Retículi (SS),
Zeton,
Zibotus
Z-26
|
BIBLIOGRAFÍA
-
Winfield S. Brownell: UFOs: key to Earth's destiny.
(Legion of
Light Press, California, 1980, 214 páginas).
-
Lynn E. Catoe: UFOs and related subjects: an annotated
bibliography. (Library of Congress, Washington, 1969, 401 pp.).
-
Jerome Clark: The UFO encyclopedia.
(Omnigraphic Press, Detroit, 1990-1996, 3 volúmenes, 1467 pp.).
-
George M. Eberhart: UFOs and the extraterrestrial contact
movement: a bibliography. (Scarecrow Press, Metuchen, New Jersey, 1986, 2 volúmenes, 1313 pp.).
-
Fundación Anomalía: Diccionario temático de ufología.
(Fundación
Anomalía, Santander, 1997, 415 pp.).
-
Gavin Gibbons: On board the flying saucers.
(Paperback Library Press, Nueva York, 1957, 192 pp.).
-
Helen I. Hoag: My visits to other planets.
(Awareness Research Foundation, North Miami, Florida, 1970, 118
pp.).
-
James R. Lewis: The gods have landed: new religions from other
worlds. (State University of New York Press, 1995, 343 pp.).
-
J. Gordon Melton: The flying saucer contactee movement:
1950-1990. (S.B. Centre for Humanistic Studies, Santa Barbara,
California, 1990, 46 pp.).
-
Carlos Ortiz de la Huerta: Contactos extraterrestres en México.
(Posada, México D.F., 1975, 207 pp.).
-
Joseph Randazzo: The contactees manuscript.
(UFO Library Press, Studio City, California,1993, 133 pp.).
-
Bryant and Helen Reeve: Flying saucer pilgrimage.
(Amherst Press, Wisconsin, 1957, 304 pp.).
-
Margaret Sachs: The UFO encyclopedia.
(Gorgi Press, Londres,
1980, 408 pp.).
-
Javier Sierra: Técnicas de
contacto extraterrestre. (Heptada,
Madrid, 1992, 64 pp.).
-
Javier Sierra: Extraterrestres: dioses de una nueva religión.
(Colegio Mayor Chaminade, Madrid, 1990, 68 pp.).
-
John Spencer: The UFO encyclopedia.
(Avon Press, Nueva York,
1993, 340 pp.).
-
Ronald D. Story: The encyclopedia of UFOs.
(Doubleday Press, Nueva York, 1980, 440 pp.).
|