CAPITULO XII
¿ACARREADOS?

Parecería que después de lo dicho en el capítulo anterior no habría lugar para más sorpresas desagradables relacionadas con nuestros visitantes espaciales. Pero no es así. Todavía hay más cosas preocupantes que decir acerca de ellos, o más bien, de algunos de ellos, ya que la mayor parte no interfieren en nuestras vidas, por lo menos de una manera tan descarada y perniciosa como lo hacen estos enanos, lampiños y cabezones, y por añadidura, impotentes. .

Si lo dicho en todo lo que antecede en este libro hay que recibirlo con prudencia y con serenidad, lo que vamos a decir en este capítulo habrá que admitirlo con la misma serenidad, pero con mucha más cautela, ya que por un lado, no tiene tantos apoyos y testimonios directos como lo anterior, y por otro, se convertiría en un motivo más de preocupación. Y, sin embargo, por desgracia, puede ser que en fin de cuentas no sea tan descabellado como parece a primera vista.

Me refiero al acarreo de humanos fuera de este planeta para que en su lugar de destino trabajen como esclavos al servicio de otras razas más adelantadas.

En un primer momento, cuando uno oye esto — aparte de las enormes dificultades técnicas de todo tipo que supone el traslado— se indigna pensando que ninguna raza, por avanzada y superior que sea a nosotros, tiene el derecho de cometer tal felonía. Somos seres racionales y por tanto tenemos nuestra dignidad y nuestros derechos y no se nos puede tratar como si fuésemos animales. Eso pensamos hoy y creemos que nos asiste todo el derecho para pensar así.

Sin embargo, hace sólo tres siglos no pensábamos igual, cuando canallescamente fuimos a Africa a cazar a lazo a los pobres negros y encerrados en horribles bodegas los trasladamos a América para que nos hiciesen las labores que ya no podían hacer los indios..., porque a éstos, en algunos sitios, ya los habían matado a todos. Los cultos y cristianos colonos blancos trataban a los que tenían la suerte de llegar vivos como si fuesen animales; los amarraban, los domaban a palos si hacía falta, los compraban y vendían como una mercancía más, y hasta consideraban de su propiedad a las crías humanas que nacían de sus esclavas.

Y si mal lo hicimos en Africa, peor lo hicimos en América, en donde no sólo acabamos con razas enteras, sino que, amparados en fanatismos religiosos y en imperialismos huecos, arrasamos culturas que eran mucho más antiguas y hasta más humanas y armónicas que las nuestras. Y hoy, después de tres siglos, los líderes políticos y militares blancos y ricos, herederos de aquellos conquistadores y «colonizadores», siguen engañando o aplastando a las pobres masas indígenas.

La historia humana es un conjunto de abusos de los pueblos fuertes sobre los débiles y de las «castas» superiores sobre las inferiores, a veces de una manera inmisericorde y totalmente falta de entrañas.

  • ¿Qué derecho tenemos ahora a quejarnos de que otros más fuertes que nosotros hagan lo mismo que nosotros hicimos con los más débiles?

  • ¿Qué razones tiene ahora la raza humana, o por lo menos los blancos dominadores del planeta, para protestar de los abusos que con nosotros puedan cometer otras razas más avanzadas?

Naturalmente que no debemos dejarnos atropellar, y estas consideraciones son sólo para hacernos reflexionar acerca de pasados errores, para que no volvamos a cometerlos si las circunstancias volviesen a repetirse. Y desgraciadamente vuelven a repetirse y los pueblos fuertes siguen cometiendo el mismo error y las mismas injusticias.

Y esto por no hablar de los animales, nuestros hermanos menores en las escalas cósmicas, con los que hemos cometido toda suerte de crímenes por la sola razón de que nosotros somos más inteligentes que ellos.

Pero,

  • ¿Estamos en realidad amenazados como lo estaban los negros hace dos y tres siglos?

  • ¿Corremos algún peligro de ser transportados involuntariamente fuera de nuestro planeta?

  • ¿A dónde y con qué fin?

Esto es lo que le quiero exponer al lector en este capítulo, aunque reitero que todas estas noticias tienen que ser recibidas con suma cautela, ya que no están avaladas por pruebas convincentes o tan directamente relacionadas con el tema, como muchas de las otras que hasta ahora hemos expuesto, por increíbles que parezcan.

Pero si nos hemos encontrado con que las autoridades mayores del planeta han sido capaces, por un lado, de violar los más elementales principios de la justicia, permitiéndoles desarrollar a los EBEs actividades abiertamente criminales, y han sido, por otro, tan infantilmente engañadas por ellos, no deberíamos sorprendernos tanto si esta infantilidad y este engaño se hubiesen extendido a otros terrenos. En concreto, se trataría de la convicción «científica» de que hace falta ir preparando una colonia terrestre en algún otro planeta, en parte como un comienzo de nuestra apertura y salida hacia el Cosmos y en parte para tener un lugar donde pudiese refugiarse un grupo de escogidos, en caso de que, por causa de cualquier cataclismo natural o provocado, la Tierra se hiciese inhabitable. Con ello se salvaría la semilla de la raza humana.

Esta es la llamada «Alternativa 3», que si bien suena a hipótesis, está basada en este hecho histórico: En 1957, un grupo de científicos de primera categoría se reunieron en Huntsville (Alabama, USA) y llegaron a la conclusión de que nuestro planeta está abocado inexorablemente a un proceso de deterioro irreversible debido a una industrialización irracional y suicida a que lo hemos sometido en los últimos 80 años y debido a la imparable carrera atómica en que nos han metido la estupidez y la paranoia de los dirigentes políticos y militares.

Digamos de paso que en 1963 hubo en Iron Mountain (USA) otra reunión de científicos muy semejante a ésta y una de sus conclusiones para lograr que la humanidad se comportase mejor, fue la de meterle miedo con posibles invasiones extraterrestres.

Esto nos hace pensar que cabe muy bien la posibilidad de que, según esta conclusión de Iron Mountain, se les estén achacando a seres extraterrestres muchas de las fechorías que en la actualidad están siendo cometidas por terrestres muy poderosos, con un desmedido deseo de hacerse dueños del planeta entero.

Volviendo a la reunión de Hunsville, los sabios allí reunidos discutieron varias alternativas.

En primer lugar pensaron en bombardear la atmósfera para abrir huecos o «chimeneas» en el dióxido de carbono que allí se ha estado acumulando y que al producir el «efecto invernadero» hacen que el planeta se esté recalentando rápidamente.

Desechada esta alternativa, se discutió la segunda, que consistía en construir grandes ciudades subterráneas y usar las inmensas galerías que ya en la actualidad existen, construidas por antiquísimas civilizaciones que se vieron en las mismas circunstancias que en la actualidad nos amenazan a nosotros. Esta segunda alternativa también fue desechada.

Apareció entonces la tercera alternativa, propuesta por uno de aquellos científicos que sabía lo que los otros desconocían, por haber sido hasta entonces y seguir siendo en la actualidad un secreto conocido por muy pocas personas: La relación mantenida por los gobiernos de USA y de la URSS con seres extraterrestres que, a cambio de cierta permisividad para sus actividades en nuestro planeta entregarían una tecnología avanzadísima. Mediante ella se haría posible el traslado rápido y masivo de seres humanos a otros lugares fuera de nuestro planeta.

La Alternativa tercera (A-3) fue aceptada, y consistía, en concreto, en crear en Marte una colonia de seres humanos selectos, aunque ello conllevase algunas consecuencias muy desagradables, como en seguida veremos.

Lo que la mayoría de aquellos hombres de ciencia no sabían es que su «Alternativa 3» sería enseguida llevada a la práctica, con terribles modificaciones, ya a finales de la década de los años cincuenta por un grupo secretísimo de rusos y norteamericanos con la ayuda de los EBEs. Estructuraron todo un proyecto, que más tarde se convirtió en un vasto plan, en el que, más o menos conscientemente, trabajaban miles de personas en todo el mundo, aunque sin conocer a fondo ninguna de ellas todo el alcance del mismo.

Las ideas fundamentales de A-3 eran las siguientes:

  • Básicamente se trataba de salvar o de preservar a la raza humana. Por tanto, todas las injusticias que para ello hubiera que cometer estarían justificadas por tan importantísimo fin.
     

  • El proyecto estaría dirigido por 16 personas —ocho norteamericanos y ocho rusos— que se reunirían periódicamente bajo los hielos del polo ártico.
     

  • Se contaría para ello con tecnología cedida por extraterrestres.
     

  • Las personas trasladadas a Marte —y aquí radica la parte dura del proyecto— serían de dos categorías:

     

    1. los «trasladados elegidos», que serían los encargados de dirigir todos los aspectos de la construcción de la nueva colonia,

    2. las «remesas», mucho más abundantes, que estarían formadas por gente normal.

     

    Los «trasladados elegidos» serían voluntarios (aunque no se les dijese toda la verdad del proyecto) y, lógicamente, serían reclutados entre personas cualificadas por sus conocimientos, mientras que las personas de las «remesas» harían el papel de obreros y serían secuestrados a la fuerza, siendo sometidos a fuertes tratamientos psicofisiológicos que además de incapacitarlos para la procreación, los convertiría en seres obedientes y sin capacidad de rebelión. Una especie de «zombis».
     

  • El viaje hasta Marte se realizaría en ovnis, haciendo una primera parada en la Luna, en donde existen varias bases. Allí serían trasladados a otras naves para dar el gran salto hasta Marte.
     

  • En el planeta escogido para la nueva colonia de los humanos, contrario a lo que la NASA ha dicho, hay una atmósfera de aire respirable por el hombre. (Más tarde hablaremos sobre esto.)
     

  • Todo el proyecto estuvo detenido durante un tiempo debido a una enorme catástrofe —fruto de un sabotaje— que tuvo lugar en la principal base de la Luna. En ella habrían perecido cientos de humanos. (Sabemos de esta catástrofe por varios supervivientes que fueron de vueltos a la Tierra.)

Hasta aquí los rasgos fundamentales de A-3.

Para que se vea que no todo es fantasía en los párrafos precedentes, aportaré dos citas de dos personajes muy envueltos en toda esta problemática. La primera es del astronauta Edgar Mitchell, que pilotó el Apolo XIV y que más tarde dimitió para fundar en California un Instituto para las Ciencias Mentales.

 

Nos describe así sus pensamientos cuando desde la Luna contemplaba nuestro planeta:

«Me inundó un sentimiento patético; una especie de angustia. Aquel planeta tan increíblemente hermoso que era la Tierra... mi hogar... que no era más grande que mi pulgar... una joya azul y blanca contra un cielo de terciopelo negro... ¡estaba siendo exterminada!

Dos años más tarde de su dimisión, en 1972, le hizo esta confidencia al periódico «Daily Express»: Nuestra sociedad sólo dispone de tres caminos y el tercero es (a alternativa más viable, aunque difícil.»

Otra persona bien enterada es el doctor Gerard O'Neill, profesor de estudios Aeroespaciales en la Universidad de Princeton y en el MIT de Boston. Pues bien, en una entrevista de la que nos hablan L. Watkins y D. Ambrose en su libro «Alternativa 3», después de hablar de los enormes problemas que en la actualidad existen en la atmósfera terrestre debido al «efecto invernadero», añadió que la solución será lo que él llamó «Isla 3», que sin los rasgos macabros de A-3 y sin necesidad de un traslado a Marte, tiene muchos puntos de contacto con «Alternativa 3».

 

El doctor O'Neill desconocía los tratos secretos de rusos y norteamericanos y toda la tecnología que había sido recibida ya para entonces de los extraterrestres Sin embargo, dijo que tal tecnología existía ya y que la NASA había confesado que la poseía.

Veamos ahora la conexión que todo esto tiene con otros hechos que conocemos y la probable cronología de todas estas historias, que si por un lado parecen alucinantes, por otro están apoyadas por hechos comprobados y a veces terribles.
 

DÉCADA DEL 30
Probablemente estrellamiento de un ovni en Alemania, del que procede la foto que publicamos en el capítulo «EBEs muertos y EBEs vivos», que aunque fuese descalificada en su tiempo por las autoridades, tiene todas las características de ser real. En la actualidad hay ya otras fotos por el estilo tomadas en las décadas del 70 y del 80.

Probable contacto de las autoridades nazis, hacia el final de la década, con un grupo de extraterrestres que les comunicó alguna tecnología nueva, lo cual les permitió avanzar rápidamente en la fabricación de sus cohetes.


DÉCADA DEL 40
Los ovnis comienzan a dejarse ver más a menudo. Con el avistamiento de K. Arnorld (1947) y la consiguiente divulgación de la noticia, esta presencia se hace pública.

Los estrellamientos de Roswell y Aztec ponen en guardia al gobierno de USA.

Se produce el primer acto hostil conocido de un ovni derribando a un caza pilotado por T. Mantell (1948).


DÉCADA DEL 50
Rusos y norteamericanos por separado establecen contactos oficiales con los EBEs.

Se hacen pactos con ellos. Se empieza a recibir tecnología avanzada. (Curiosamente en esta misma década (28 de marzo de 1950) es la supuesta llegada de los de UMMO a nuestro planeta.)


DÉCADA DEL 60
Se registra el primer encuentro físico filmado de EBEs con agentes del gobierno norteamericano, en la base aérea de Holloman (N. Méx.).

Comienzan a notarse extrañas matanzas y mutilaciones de animales en las granjas.

En virtud de la tecnología recibida en años anteriores, comienza la colaboración secreta entre USA y URSS. Se producen los primeros acoplamientos de submarinos y naves espaciales, pero no se hacen públicos.

Los EBEs colaboran secretamente en la creación de las bases en la Luna y supuestamente de la colonia en Marte.


DÉCADA DEL 70
Se incrementan las matanzas de animales en granjas.

Empiezan la colaboración pública USA-URSS en el aire. «Primer» acoplamiento de una «Soyuz» y un «Apolo» en julio de 1975. (Hubo otros secretos anteriormente.)

Empiezan a funcionar las bases conjuntas USA-EBEs. De los rusos no tenemos noticia sobre esto, aunque probablemente comenzaron por estos años.

Se incrementan las desapariciones masivas de gente.


DÉCADA DEL 80
El gobierno norteamericano comienza a filtrar discretamente rumores sobre la presencia de extraterrestres entre nosotros. (Películas y series de TV.)

Los EBEs le dan al gobierno de USA, como parte del pacto, algunos ovnis. (Uno de ellos se avería y tiene que aterrizar en Dayton -Tejas- en 1980 y lesiona a Betty Cash y Vickie Landrum por irradiación de neutrones. Los perjudicados presentan una demanda contra el gobierno «por ser el dueño del aparato».)

Algunos de los que saben la «gran verdad» están descontentos y la divulgan entre sus amigos.

Comienza a ceder el enfrentamiento oficial USA-URSS, considerado ya innecesario. (Retiradas progresivas de cohetes; pactos de Reagan y Gorbachov; retirada de Afganistán.) Aunque se sigue manteniendo oficialmente el enfrentamiento con la URSS mediante el envío de cohetes con «misiones secretas», haciendo creer que son para espiar a los soviéticos.

Se incrementan los casos de mujeres que han sido víctimas de alguna experiencia sexual o genética por parte de los EBEs.

Se pueden ver por primera vez imágenes grabadas en video de cuerpos de EBEs muertos tras la caída de un ovni; reuniones de ellos con oficiales del gobierno de USA y paisajes de Marte que la NASA todavía no ha querido presentar oficialmente.

En eso estamos en la actualidad.

A la mayoría de los lectores, y sobre todo a los «ufólogos serios», muchas de estas afirmaciones les harán sonreír. Sin embargo, deberían saber que entrelazadas con ellas hay mil hechos que si no son una prueba total de que tales afirmaciones sean verdaderas, dan por lo menos mucho que pensar. Una de las que a primera vista podría ser más sospechosa es la desaparición o el secuestro de gran cantidad de seres humanos. Y no sólo de niños, sino también de adultos.

A mediados de la década de los 70, según los rumores que corrían, los ovninautas estaban en plena tarea de transportar gente a alguna parte. Los ingenuos que todavía ven en la mayoría de los extraterrestres a los «buenos hermanos del espacio» se resisten ante semejante idea. Pero oiga el lector estos datos:

El día 13 de junio de 1977, en el «camping» de Tauranga, en la isla del norte de Nueva Zelanda, más de 200 personas que se hallaban allí acampadas desaparecieron misteriosamente, dejando aparcados sus autos y todas sus pertenencias. No quedó absolutamente nadie para contar lo que le había pasado a toda aquella multitud.

El día 14 de junio, un día después de esta masiva desaparición, 76 jóvenes que iban en excursión en dos autocares desaparecieron de la misma misteriosa manera. Viajaban por el Estado de Wyoming (EEUU). Los dos autocares aparecieron intactos aparcados a un lado de un camino apartado. Intactos pero vacíos y con todas las pertenencias de sus ocupantes. No se volvió a saber de ellos.

Y, ¡oh casualidad!, el mismo día 14 de junio, el buque «Amelio», que navegaba de Barcelona a Túnez con 165 pasajeros, en un mar totalmente en calma, desapareció sin dejar rastro.

 

Lo vieron entrar cerca de las Baleares en un banco de niebla no muy extenso, pero nunca lo vieron salir. Y en los abundantes rastreos que se hicieron a poco de la desaparición, ni una tabla que indicase el posible hundimiento de la nave. El mar en calma se la había tragado junto a 165 seres humanos... ¿o no fue el mar? Lo cierto es que en dos días habían desaparecido de la superficie del planeta 440 personas.

Desgraciadamente, del caso siguiente no podré dar a los lectores cifras y fechas concretas y hasta fotografías que les hubiese podido suministrar, si una mano aleve no hubiese destruido mis archivos hace tres años. En ellos estaban todos los detalles de un caso de «reclutamiento» de seres humanos para ser trasladados a otro planeta. Pero por encontrarme yo entonces en California, cerca de donde sucedieron los hechos y por haberlos investigado inmediatamente por mi cuenta, puedo todavía aportar algunos datos interesantes.

Fue hacia 1977 ó 78 cuando por el Estado de Oregón apareció una pareja muy extraña que buscaba voluntarios para ser trasladados a otro planeta.

 

El varón se hacía llamar simplemente «He» (él) y su compañera «She» (ella). Eran altos, de ojos claros y de un mirar profundo. En sus charlas, de un hablar susurrante, mezclaban una jerga ecológica y cósmica con principios de la más rabiosa mística hindú. Daban la impresión de carecer por completo de sentido del humor, y eran de una seriedad impresionante. Su poder de convicción era enorme, porque aun pidiendo voluntarios para empresa tan descabellada, en pocos días consiguieron alrededor de 100 personas dispuestas a abandonarlo todo dejando atrás familias y bienes económicos.

Se señaló un día para la marcha hacia el desconocido lugar en donde serían preparados para el gran viaje. Algunas de las parejas apuntadas entregaron sus pequeños hijos a los parientes más próximos, y llegado el día, partieron con «El» hacia un destino desconocido.

Naturalmente, el revuelo que se formó fue enorme y las autoridades tuvieron que tomar cartas en el asunto ante las muchas denuncias de niños abandonados. Al cabo de más de un mes de haber desaparecido de Oregón, se tuvo noticias de ellos en un apartado lugar del Estado de Colorado a 2.000 kilómetros de distancia. Allí parece que estuvieron acampados varios días, aunque del grupo faltaban ya bastantes. Algunos volvieron a sus hogares al cabo de un tiempo, pero de muchos otros no se volvió a saber. Finalmente, todo el asunto fue cayendo en el olvido, como sucede con tantos casos extraños.

Las noticias de desapariciones misteriosas de adultos saltan con cierta frecuencia a las páginas de los periódicos. La gente las lee con cierta curiosidad, pero ante la avalancha de noticias raras que nuestra desquiciada sociedad produce todos los días, pronto caen en el olvido.

Es cierto que hay muchas razones, puramente terráqueas, para que una persona desaparezca sin dejar rastro, o falte de su domicilio aun sin haber ninguna razón aparente, pero en muchos casos, tras una buena investigación, se llega a la conclusión de que en la desaparición de determinada persona intervinieron causas extrañas.

A veces los periodistas no tienen reparo en relacionarlas con extraterrestres, como en este artículo de Henry Weber, aparecido en el «Star> el 7 de mayo de 1988:

«Los alienígenas raptan cada año a unas 10.000 personas, y la cosa se está poniendo peor a medida que ellos necesitan más gente para sus trabajos.»

«Esto es lo que dice el doctor Atlee Spoor, que añade que en un principio los extraterrestres echaban mano de los descarriados y transeúntes, pero que ahora se llevan a la gente de cuello blanco y de clase media.».

«No quiero ser un profeta de calamidades, pero preveo el día en que toda la raza humana va a estar en peligro», les dijo el experto de Amsterdam a los periodistas. «Cada año se desaparecen unas 10.000 personas para hacer avanzar la economía de una civilización extraterrestre.»

«El doctor Spoor basa sus cálculos en el estudio de miles de personas desaparecidas, tal como figuran en los archivos de la policía europea, y lo que es muy extraño, un 18 por 100 de estas personas dijeron que habían visto un ovni o un extraterrestre poco antes de desaparecer. La implicación obvia es que fueron seguidos primeramente y luego raptados por ellos. Y añadía que en el último año "hemos visto que la mayoría de los desaparecidos pertenecían a las clases media y alta, lo cual nos indica que los alienígenas necesitan ahora esclavos para que les desempeñen labores de oficina".

«El experto en ovnis suizo Hugo Jenzer aplaudió las declaraciones del doctor Spoor diciendo que es algo que no se puede tener por más tiempo en silencio. Y añadió que la Unión Soviética conoce muy bien esto que está pasando y publicó un breve informe en 1984 sobre todo ello.»

Efectivamente, si se publicasen convenientemente todas las noticias referentes a esto y no hubiese una tendencia a ocultarlas o disminuirlas por no alarmar a la gente o por no dar la impresión de sensacionalismo, nos quedaríamos pasmados de la cantidad de gente que se esfuma sin dejar rastro.

 

En muchos casos, incluso los familiares de los desaparecidos no quieren que se hable del caso, por considerarlo de alguna manera humillante.

Aparte de esto, el lector también recordará el capítulo «Juegos de los ovnis con los aviones», en el que narro casos de desaparición de aviones comerciales con todos sus pasajeros. A lo que habría que añadir las salpicadas pero constantes desapariciones de barcos con todo su pasaje y otras esporádicas pero masivas, tales como las que se dieron con gran abundancia en Australia durante el mes de septiembre de 1977.

 

Las cifras totales de adultos desaparecidos sin causa en todo el mundo son impresionantes.

En cuanto al reclutamiento de «personas cualificadas» o científicos —que según A-3 serían los «trasladados elegidos»—, los periodistas L. Watkins y D. Ambrose han podido investigar a 24, de los que solamente dan el nombre y las circunstancias de 10, ya que las familias de los 14 restantes se opusieron a que se divulgase nada. Pero en todos ellos llegaron a la conclusión de que no desaparecieron por causas naturales, sino que fueron contratados por personas extrañas «para unos proyectos importantísimos y altamente secretos».

 

Algunos de ellos se fueron sin notificar a sus familias y otros sólo se dejaron convencer después de muchas dudas y de haberse mostrado muy nerviosos los días anteriores a su desaparición. Algunos, incluso después de haber dicho que no iban a aceptar el ofrecimiento. Por regla general, los científicos desaparecidos, aunque de naciones diferentes y de lugares tan lejanos como Nueva Zelanda, eran angloparlantes, aunque también había algún francés y alemán.

Otro hecho, que tanto «The Matrix» como «A-3» señalan, es la desaparición y mutilación de animales. En este particular los hechos son innegables e innumerables y confirman ampliamente ambos documentos. Según algunos investigadores, el número de animales desaparecidos o sacrificados en granjas de USA anda por los 300.000, mientras que el de los muertos en todo el mundo supera los dos millones. Todo lo que se diga en este particular es poco en comparación de la realidad.

He investigado muy a fondo el «misterio» y podría aportar muchos datos concretos. Me limitaré a éste.

 

En 1975, tras una noche en que se vieron ovnis por todas partes encima del pueblo de Moca, en Puerto Rico, aparecieron muertos por la mañana en una pequeña granja tres patos, tres cabras, dos gansos y un gran cerdo semental. El dueño se volvía loco pensando en quién le podía haber hecho aquello. Los animales presentaban las heridas típicas que los EBEs suelen hacer con gran precisión y por supuesto todos estaban desangrados. Yo no dudé un momento de quiénes había sido los autores de la masacre.

En algún caso, el humano ha visto cómo los EBEs se llevaban al animal entero embarcándolo en su nave, mientras que en otros el animal era devuelto a tierra pero descuartizado, cayendo del cielo grandes trozos de carne a breves intervalos en línea recta.

Ante hechos como éstos, tan inexplicables pero tan indiscutibles, uno tiene derecho a preguntarse si las teorías e hipótesis con las que están engranados no serán tan hipotéticas.
 

¿ESCRITURA EXTRATERRESTRE?

He aquí tres muestras diferentes de supuesta escritura extraterrestre. Hay innumerables contactados que tienen otras diferentes, recibidas, según ellos, de los extraterrestres. Descontada la buena voluntad de muchos de ellos, en bastantes casos estamos completamente seguros de que se trata únicamente de un fenómeno de psicopatía, en donde la mente del propio contactado juega un papel principal. Aparte de la gran labor «confusionógena» tanto humana como extrahumana, que existe en iodo el fenómeno ovni.
 

Escenas como está han sido frecuentes en muchas granjas del mundo entero.

 

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