13 - El tiempo del desarrollo de los cereales y la ganadería

"El maíz es un espíritu, porque su creación fue divina."
El Libro de los Hopi



Girkù-Tila Nudimmud/Min-ME-U-Es
De vuelta sobre Dukù, al día siguiente por la mañana muy temprano, Mam y yo empezamos la ejecución de Mardukù. ¡Había tanto a hacer!

 

Nuestra primera misión fue trabajar en la clonación de las sacerdotisas que iban llevar a cabo el proyecto de desarrollo de los cereales y del ganado. Tuvimos que enviar e Ninmah quien, por la fuerza de este difícil contexto se había proclamado guardiana de la herencia genética de Mulmul (las Pléyades).

La intensidad de la luz de Dukù contrastaba tanto las fibras oscuras de Ninmah que me tenía casi mareado.

 

A menos que esta sensación de vértigo tuviera algo ver más bien con el ambiente general que progresivamente se había establecido poco a poco sobre el planeta. Ninmah quiso participar en la clonación de las sacerdotisas, pero Mam se opuso a eso replicando que estábamos completos en número para esta misión.

 

Mi compañera le propuso habilitar más bien apartamentos decentes para las futuras hembras. Saqué provecho de esta idea para mandar a Enimin a prestarle asistencia a Ninmah en su tarea. Sabía pertinentemente a lo que exponía a mi discípulo tomando esta decisión, pero respecto a la nueva situación, opté por servirme de Enimin con vistas a utilizarle como cebo...


Damkina y yo seleccionamos pues el material genético a partir de la reserva de la herencia genética que Ninmah le había robado a Ankida. Esta selección se hizo con vistas a las diversas aplicaciones y capacidades de producciones agroalimentarias. Mam procuró no recurrir a una consanguinidad sistemática a partir de un genotipo único que habría forzado a contribuir al empobrecimiento de la diversidad genética de las iniciadoras Amasutum de Dukù.

 

Mi compañera estaba en pro de una pluralidad de sangre en el seno de nuestra especie y en pro de una futura fusión entre Nungal y las sacerdotisas. La consanguinidad de los Gina' abul varones no era, por consiguiente, su problema. Nuestras sesiones de clonación se limitaron a la capital de Dukù, Urubàd, la ciudad atravesada por anchas avenidas bordeadas por lujuriosos jardines, donde todo se almacenaban todos los Siensisâr de An.

 

Tuvimos poco tiempo para salir del laboratorio y realizar una visita a las afueras y visitar los lugares. Ayudados por las sacerdotisas de nuestra delegación cosechamos los óvulos que Mam y yo habíamos programado y los inyectamos en Siensisâr.

 

Según lo convenido, previmos la creación de 82 tipos de Amasutum, una mitad para el trabajo de los cereales y la otra para el ganado. Las dos sacerdotisas en jefe de las producciones agroalimentarias fueron clonadas antes que las otras para que pudieran prestar asistencia al despertar de las hermanas que iban a secundarlas. Los nombres de estas dos eminentes hembras estaban relacionados con sus futuras funciones.

 

A la sacerdotisa de los cereales le fue otorgado el nombre de Setir (literalmente "abundancia de cereales") y a la del ganado le fue asignado el nombre Udu'us ("carnero y oveja"). Mam sacó provecho del hecho de que ningún otro Gina'abul varón estaba presente entre las sacerdotisas, para ponernos de acuerdo sobre la correspondencia de estos dos nombres en Emesà (lengua matriz).

 

Entonces fue determinado que Setir llevaría el nombre secreto de Asnan y Udu'us el de Lahru. En este instante, Mam comprendió que, formando yo parte del mundo del Amasutum, todavía no poseía un nombre oculto. Me prometió encontrarme uno cuanto antes.

La composición de los diferentes títulos que cada una de las sacerdotisas iba a llevar se hizo en el momento de las sesiones de clonación, con la ayuda de èetir y Udu' us. Todo pasó a las mil maravillas, al cabo de algunos Danna de paciencia, tuvimos nuestras 80 especialistas diseñadas para el desarrollo de Mardukù. Debimos pensar en todo y dirigir el conjunto de sacerdotisas hacia las diversas explotaciones y fincas agrícolas de las diversas ciudades

Debimos, antes de todo, preocuparnos del mantenimiento de los edificios, de las estaciones agrícolas abandonadas y de la revisión del material sobre las zonas de producción alimentaria. Ciertas centrales agrícolas estaban en estado lastimoso y no parecían haber funcionado desde hacía varios Muanna (años).

 

Visiblemente, la producción alimentaria sobre Dukù desde hace muchísimo tiempo no era más asunto de Amasutum.

Vario Miminu tuvieron para misión de liberar las tierras explotables de la muda Anunna. Debieron después de confiárselas a las a Amasutum que tenían por costumbre asar pieles orgánicas de Gina' abul por una razón que todavía no conocíamos en aquella época. Luego inventariamos las tierras y praderas cultivables naturales donde iba a ser instalado el futuro ganado.

 

Luego pudimos hacer estadísticas y emprender nuevas sesiones de clonación con el fin de producir el ganado de base para su posterior reproducción. No estoy atacando esta nueva misión, y dejé a Damkina y a una parte de las sacerdotisas encargarse de eso. Con la ayuda de Setir (la sacerdotisa de los cereales) y de sus 40 colegas, nos concentramos sobre la producción de las gramíneas.

Enrolé a Enimin para sacarlo momentáneamente de las garras de Ninmah.

 

Este acto tuvo como objetivo crear en la sacerdotisa una cierta tensión, así como una enorme expectativa. Durante una discusión con Ninmah, esta última tuvo intenciones muy favorables con respecto a mi Alagni. Me confió que estaba muy impresionada por su inteligencia y su alocución. Ninmah deseaba cambiar el epíteto de mi discípulo, que era hasta entonces que una simple denominación de fábrica, y darle un nombre verdadero.

 

Le concedí este privilegio excepcional con vistas a complacerle.

 

Ninmah me propuso el nombre de Enlil, que quiere decir "el señor del soplo", cuyo significado exacto significa "el señor que detiene el aliento de la palabra y del verbo".

 

Encontré esta juiciosa elección y acepté este nuevo título.

 

Enimin era un gran orador que jamás se privaba de exponer su erudición con el fin de impresionar a sus allegados y de halagar su ego, que había observado, era muy dominante. El se había calmado desde que le había impuesto no expresarse inútilmente. ¡Enlil era su descripción correcta, yo no lo habría hecho mejor!

 

Antes de comprometerme más en el trabajo agrícola, las sacerdotisas me iniciaron los rudimentos de su lenguaje en relación con las plantaciones. Emesà (la lengua matriz) contenía numerosos términos técnicos para cada oficio.

 

El de Santana 63 lo contenía muchísimo.

 


63. El término sumerio Santana (o Sandan) expresa las actividades en contacto con los árboles y las plantas, como las de arboricultor (aquel que cultiva árboles), horticultor (aquel que se ocupa de la cultura de los jardines), herbolario y de jefe de plantaciones. Exploraremos esta terminología con gran cuidado en el segundo volumen y usted verá que está estrechamente relacionado con el término Satanás. La definición que emanará de eso nos aportará numerosas aclaraciones sobre el Génesis y sobre la noción del bien y del mal, voluntariamente deformada por la religión patriarcal que domina el mundo actual.

 


Debimos vaciar algunas parcelas de terrenos con el fin de limpiarlos para el cultivo del Ka'âûè (maíz).

 

Para el Gig (trigo) fue más complicado, ya que, generalmente, esta gramínea se desarrolla mal en los recientes terrenos desmontados. Efectuamos también rigurosas evaluaciones de las necesidades de agua del Ka' âûè con el fin de establecer buenas estimaciones. A el Ka' âûè que queríamos explotar le gustaba tener los pies en el agua y la cabeza al sol.

 

Llovía periódicamente sobre Dukù, pero manifiestamente no era el buen tiempo para adquirir el agua del cielo. Debimos pues prever extraer el agua subterránea que se extendía bajo la ciudad y de crear reservas de agua, así como múltiples instalaciones de riegos .

No éramos bastante numerosos, se volvió necesario enrolar Anunna. Los pobres eran muy débiles, ciertos tenían dolor de tenerse en pie. ¡Miminu tenían como bello desplazar las cercas(cierres) para instalarlos sobre nuevas tierras, siempre eran tan hambrientos! Ninmah no me dio la autorización para utilizar algún Anunna pretextando que no eran todavía aptos para trabajar, mientras que algunos días antes según sus propios términos, hayan podido tener armas...

 

Así, la astuta Ninmah tomó la decisión de dejarlos todavía un tiempo lejos de nuestros ojos indiscretos.

 

No sospeché un solo instante que esta elección escondía un misterio bien guardado. Todavía estábamos lejos de poder producir cereales, la urgencia de la situación me obligó a tomar una decisión provisional. Me acordé, que a las declaraciones de Ninmah, en los planetas del Abzu, Ésârraet Ébabbar, los Anunna esencialmente se alimentaban de frutos que ofrecía la vegetación del entorno.

 

Nos era imposible ir y venir hacia estos planetas sin despertar la atención de los Kadistu estacionados sobre nuestras cabezas. Decidí proporcionarme un Gigiriah con vistas a visitar a Abzu du Dukù.

 

¡Tuve algunas dificultades para encontrar uno, porque sobre este maldito planeta el navío más frecuente era el famoso Mû'u del que me horrorizaba!

El Mundo subterráneo de Dukù no era muy rico en frutos, pero lo suficiente como para mantener a los Anunna varios días más. Algunas Danna (horas) después de mi inspección, organicé una expedición con la mayoría posible de sacerdotisas con el fin de cosechar la mayor cantidad de alimento. Al cabo de 6 días de cosecha intensiva, cargamos nuestra preciosa carga en Mâga'an, navíos de carga, y los Miminu progresivamente pudieron distribuir los frutos entre los Anunna.

Mientras tanto, Setir (la sacerdotisa de los cereales) había organizado las siembras del Ka' âûè (maíz), cuyo corto crecimiento correspondía aproximadamente a unis sesenta de los días actuales sobre Uras (la Tierra).

 

Esta variedad de Ka'âûè de las cual Mam y Setir sabían el secreto, era de un tipo híbrido, que presentaba mayores rendimientos. La acumulación completamente excepcional de sustancias de reserva hizo del Ka'âûè el alimento ideal. El contenido muy elevado en glúcidos y proteínas en el albumen de los granos, y la postura de reserva de sus moléculas fuertemente energéticas que emanaba de la asimilación clorofílica en los tallos aportó los valores nutritivos ideales para fortificar a los Anunna. No solo comíamos las semillas, sino que también los tallos.

 

Gracias a la ayuda climática que aportaba el Dukù, combinada con los reducidos ciclos de vegetación de este tipo de Ka'âûè, esta variedad de gramínea fue la primera comida que alimentó a los hijos de An.

La leche de los ovinos también fue una gran ayuda nutritiva para los hambrientos Alagni. Se colocó a los primeros animales resultantes del Siensisâr sobre los prados de las distintas explotaciones agrarias. Cada una de ellas estuvo dividida en varios talleres de producción donde trabajaban 4 - 5 sacerdotisas. Poco a poco, el rendimiento de las diferentes explotaciones se volvió cada vez más intensivo.

 

La ingeniería del Amasutum era manifiesta: entre las numerosas cosechas y recolecciones, la organización de los establos lecheros, las entregas de los diferentes productos agrícolas, la organización de la alimentación de los animales, el inventario de estos últimos, las múltiples cuentas de las producciones y los cálculos de la alimentación agrícola auto-consumada, todo esto en un tiempo limitado - con la ayuda muy limitada de algunos aparatos mecanizados - resultaba una verdadera proeza tecnológica. 
 

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