Tomado
del libro "El Portal Cósmico de Orión",
de Ricardo González
Marzo
2017
del
Sitio Web
LegadoCosmico
¿Guerras
extraterrestres?
Uno de los manuscritos más largos y completos, perteneciente al
extraordinario
hallazgo del Mar Muerto en 1947,
habla de una guerra entre "Los Hijos de la Luz y los Hijos de las
Tinieblas".
Lo intrigante es que el
manuscrito no sólo anticipa una guerra de humanos - y que a la luz
del panorama mundial actual no resulta del todo descabellada - sino
que seres divinos se involucrarán en un enfrentamiento contra la
mismísima oscuridad:
"Los Hijos de la Luz
lucharán contra los Hijos de las Tinieblas con una demostración
de poderío divino, en medio de un estrepitoso tumulto, en medio
de los gritos de dioses y hombres".
Dioses y hombres… ¿Desde
cuándo estamos involucrados en los asuntos de esos "dioses"?
Según el milenario
Mahabharata, un largo texto épico y
supuestamente "mitológico" de la India, hubo una feroz batalla en el
cielo. No en vano, el título de esta monumental obra de cien mil
versos significa "la gran guerra".
El vencedor de esta guerra fue el poderoso Indra, que combatió desde
su vehículo aéreo a los asuras, que se ocultaban en sus "nubes
fortalezas"...
Los himnos del
Rig Veda describen así a la
"deidad":
"Tú avanzas de
combate en combate intrépidamente, destruyendo castillo tras
castillo con tu fuerza.
Tú Indra, con tu
amigo, que hace que el enemigo se doblegue, redujiste desde
lejos al astuto Namuchi. Tú que diste muerte a Naranja, Parnaya...
Tú que has destruido las cien ciudades de Vangrida.
Las crestas del noble cielo sacudiste cuando tú, atrevido, por
ti mismo heriste a Sambara."
Volviendo al Mahabharata,
se puede leer que Maia, otra curiosa "deidad" hindú,
construyó un gran habitáculo de metal que fue trasladado al cielo…
Cada una de las
"divinidades", como Indra, Yama, Varuna, Kuvera y Brama, disponía de
uno de estos aparatos metálicos y voladores llamados "vimanas".
Estos vehículos cósmicos
tenían la forma de un cohete, y navegaban por los cielos por el
efecto del mercurio que provocaba un gran viento propulsor.
Los hombres alojados al
interior de las vimanas podían recorrer grandes distancias en un
instante...
Otra referencia intrigante la aporta Narada - el gran sabio
de la antigua tradición - quien menciona a una "ciudad volante"
perteneciente a Indra, "estacionada" ininterrumpidamente en el
cielo.
Por si ello fuera poco,
ese portento estaba rodeado de una "pared" blanca, que producía
destellos de luz en el firmamento.
Sin comentarios...
El ya citado Mahabharata describe, incluso, lo que parece
un ataque atómico:
"Era un solo
proyectil, cargado con toda la fuerza del Universo. Una columna
incandescente de humo y llamas, brillante como diez mil soles,
se elevó en todo su esplendor.
Era un arma desconocida, un relámpago de hierro, un gigantesco
mensajero de muerte, que redujo a cenizas a toda la raza de los
Vrishnis y los Andhakas.
Los cadáveres
quedaron tan quemados que no se podían reconocer. Se les cayeron
el pelo y las uñas: los cacharros se rompieron sin motivo, y los
pájaros se volvieron blancos.
Al cabo de pocas horas todos los alimentos estaban infectados…
…Para escapar de
ese fuego los soldados se arrojaban a los ríos, para lavarse
ellos y su equipo…"
Más adelante dice:
…Vientos de malos
auspicios llegaron a soplar…
El Sol parecía darse
la vuelta, el Universo, abrasado de calor, parecía tener
fiebre... Elefantes y otras criaturas de la Tierra, abrasados
por la energía del arma, huyeron corriendo…
Las mismas aguas al calentarse, las criaturas que vivían en ese
elemento empezaron a arder…
¿Los "dioses" se
enfrentaban desde sus vehículos voladores lanzando
proyectiles destructores?
En el
Ramayana, otra antigua obra hindú,
también se habla de esos misteriosos objetos volantes.
Según se dice, las
personas que se montaban en aquellos vehículos divinos podían viajar
hacia los cielos y dirigirse, inclusive, a sus mundos de origen,
para luego retornar a la Tierra.
Esta y otras epopeyas
hindúes describen batallas aéreas con "misiles" semejantes al rayo,
capaces de destruir, como ya vimos, todo a su paso...
La desaparición de la ciudad de
Mohenjo-Daro en Pakistán, hace unos
3.500 años, podría estar relacionada con estos relatos.
Según hoy sabemos, sobre
esa ciudad se produjo un resplandor deslumbrante, una gigantesca
explosión con una luz totalmente cegadora que hizo hervir los mares
cercanos a este enclave costero.
¿Qué ocasionó realmente
su destrucción? No pocos estudiosos relacionan a esa ciudad
destruida con el origen de
Sumer en Mesopotamia.
Por otra parte, en los archivos reales de la cultura hitita se habla
de otra "entidad", el "dios" Teshub - "Divino Tormentador" -
y de sus pretensiones por controlar las regiones superiores de la
Tierra, lo cual indica que había una pugna entre esos seres por
hacerse con el espacio aéreo.
Además, se menciona las
batallas que el dios Kumarbi lanzó contra el citado Teshub
y, por si ello fuera poco, contra sus descendientes...
Esos "dioses" no solo
querían destruirse:
pretendían, también,
borrar todo rastro y linaje del enemigo.
Al igual que el relato
que ofrecen otras culturas del mundo, el vengador Kumarbi se
apoya en otros "dioses" aliados para dar la batalla final.
El hilo conductor está en
que los hititas, aunque pronunciaban los nombres de sus deidades en
su propia lengua, los escribían utilizando la escritura sumeria…
Para pensar un poco más, el término "divino" que empleaban, "DIN.GIR",
es sumerio, y significa:
"Los Justos de las
Naves Voladoras".
Pero no todos fueron tan
"justos"...
Todas las referencias que disponemos, ya sean largos relatos épicos
o proverbios de dos líneas señalan a los dioses en medio de
terribles batallas.
La epopeya hitita, con
claras con-notaciones sumerias, recuerda también el relato sánscrito
de la batalla final entre Indra y el "demonio" Vritra:
"Y entonces se pudo
contemplar una terrorífica visión, cuando dios y demonio
entablaron combate... Vritra disparó sus agudos proyectiles, sus
incandescentes rayos y relámpagos…
Después, los relámpagos se pusieron a centellear, los
estremecedores rayos a restallar... lanzados orgullosamente por
Indra…"
Y de pronto el toque de difuntos de la perdición de Vritra
estuvo sonando con los chasquidos y estampidos de la lluvia de
hierro de Indra; perforado, clavado, aplastado, con un horrible
alarido el agonizante demonio cayó de cabeza…
E Indra le dio muerte con un rayo entre los hombros…"
Dibujo de un Vimana.
¿En uno
de ellos iba Indra?
La apariencia de los vimanas recuerda
la nave del profeta Ezequiel.
Es en verdad estremecedor constatar que esos "dioses", "ángeles", o
entidades del cielo, se hallaban en medio de esas feroces batallas
espaciales.
La nave del profeta Ezequiel,
según la interpretación
del ingeniero aeroespacial J. Blumrich.
Además de la India o las viejas culturas del Oriente Medio, estas
guerras también son mencionadas en el Apocalipsis de San Juan
(Capítulo XII), donde Miguel y sus ángeles enfrentan al
Dragón.
En la mitología griega
hallamos la sublevación de los dioses ante la suprema divinidad:
Zeus.
Resultado de ello fue una
pelea épica que tuvo como escenario las blancas paredes del Olimpo.
Las culturas americanas
recuerdan también esos combates, que según su tradición empezaron en
el cielo "antes del diluvio".
Como haya sido, hubo un
"nuevo comienzo" en el mundo luego de esa catástrofe de proporciones
inimaginables.
El tiempo y las leyendas
han ocultado el misterio. Un misterio que señala un comportamiento
bélico y destructivo de los "dioses" o, para llamar las cosas por su
nombre, de algunos grupos extraterrestres que visitaban en
aquellos tiempos nuestro planeta.
Pienso que aquellas "contiendas
estelares" no encuentran una explicación satisfactoria
únicamente en la ya citada "cuarentena
de protección planetaria".
La sensación que dejan
los relatos antiguos es que aquellos seres, los "dioses", se
"conocían" y se habían jurado batalla en la Tierra.
Por alguna razón - estimo
poderosa - quienes estaban en nuestro mundo cumpliendo una misión
se separaron tomando rumbos y posturas distintas.
Y de un conflicto de
ideas se desencadenó el accionar bélico...
La
vieja mitología sumeria sugiere que
todo partió de la pugna de dos "bandos", el que seguía al "dios"
Enlil - quien, según los viejos escritos, quiso destruir a la
humanidad en tres ocasiones - y Enki, su hermano, que procuraba
proteger al hombre.
En
Egipto hallamos una historia similar entre Seth y
Osiris. Los "dioses" atacándose y el ser humano en el
medio...
¿Fuimos nosotros la causa de estas disputas...?
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