22 Noviembre 2013
del Sitio Web
Tendencias21
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Ayudarán a desentrañar el
origen de los rayos cósmicos
El observatorio IceCube de la Antártida ha detectado bajo el
hielo
28 neutrinos de muy alta energía
procedentes de aceleradores cósmicos.
Gracias a ellos se podrá
desentrañar el misterioso origen de
los rayos cósmicos, las
partículas subatómicas que llegan del espacio exterior
a velocidades muy elevadas.
Los neutrinos, a diferencia de
otras partículas,
no tienen carga eléctrica y por
tanto son de las pocas
que pueden llegar a la Tierra
sin desviarse.
El neutrino Bert, el
segundo con una energía más alta de los detectados en la Antártida.
Fuente: IceCube
Collaboration.
Tras casi 25 años de la idea de detectar
neutrinos bajo el hielo, el
observatorio IceCube de la Antártida
por fin lo ha conseguido.
Según publican los miembros del equipo
en la revista Science, se han registrado 28 eventos de partículas
muy energéticas que se corresponden con neutrinos de aceleradores
cósmicos.
"Esta es la primera muestra de
neutrinos de muy alta energía que provienen de fuera de nuestro
sistema solar, con energías más de un millón de veces superiores
a las observadas en 1987 en el marco de una supernova - SN 1987A
- vista en la Gran Nube de Magallanes", señala Francis Halzen,
investigador principal del proyecto y profesor en la Universidad
de Wisconsin-Madison (EE.UU.), donde ya se adelantaron los
resultados hace un par de meses.
“Este es el amanecer de una nueva era de la astronomía", destaca
el investigador, satisfecho de haber encontrado algo que los
científicos llevaban buscando desde hacía mucho tiempo, sobre
todo para desentrañar el misterioso origen de los rayos cósmicos
(partículas subatómicas procedentes del espacio exterior cuya
energía es muy elevada).
Como explica la agencia SINC, sus
partículas de alta energía están cargadas eléctricamente, por lo que
se desvían por los campos magnéticos y son muy difíciles de
rastrear.
Los científicos necesitaban un mensajero
que no tuviera obstruido su viaje por el universo, una partícula que
llegara hasta la Tierra desde distancias muy lejanas. Ahora parece
que lo tienen.
Los neutrinos cósmicos son estos mensajeros, aunque no se había
detectado ninguno fuera del sistema solar - de otras fuentes
distintas al Sol - desde 1987.
Años después, a partir de 2010, las
observaciones de IceCube tuvieron sus frutos y en 2012 llegaron las
buenas noticias desde el polo Sur, cuando se informó del
descubrimiento de dos neutrinos de altas energías a los que
bautizaron como Epi y Blas (Bert y Ernie, en inglés).
Epi, Blas y el
científico español
“Blas se había detectado en agosto
de 2011, y Epi - el más potente de todos - se detectó mientras
mi compañero Sven y yo cuidábamos del detector en enero de
2012”, recuerda el investigador español Carlos Pobes,
actualmente en el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón
(Universidad de Zaragoza-CSIC), pero por entonces en el
observatorio antártico.
“Estos dos neutrinos eran con una probabilidad bastante elevada
de origen astrofísico, algo que no se había observado nunca y
que era uno de los objetivos principales de IceCube”, añade el
científico.
El equipo comenzó a revisar
concienzudamente el resto de los registros, buscando más eventos de
neutrinos de alta energía.
Así se descubrieron 26 más, incluyendo
los más energéticos jamás observados. Todos presentan las
características previstas para los neutrinos de origen
extraterrestre.
Los científicos sospechan que su procedencia está en fuentes
luminosas que producen rayos cósmicos de alta energía. Confirmar
esto es su siguiente línea de investigación, para resolver de una
vez el enigma del origen de los rayos cósmicos.
Referencia
bibliográfica
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