del Sitio Web DailyCaller
traducción de
Adela Kaufmann
Antiguas corrientes subterráneas de roca calentada, llamada pluma mantélica o pluma del manto, podrían ser una explicación de la inestabilidad de la capa de hielo occidental de la Antártida, según un nuevo estudio de la NASA.
Los científicos han estado debatiendo si el calor de la pluma del manto contribuye o no a la inestabilidad de la Antártida occidental.
Algunos estudios recientes proporcionaron evidencia de que este podría ser el caso, pero incluso los autores de este estudio fueron escépticos.
La NASA dice que el estudio de Hélène Seroussi (Influence of a West Antarctic mantle plume on Ice Sheet Basal Conditions) proporciona más evidencia de la actividad geotérmica debajo de una porción de la capa de hielo más grande del mundo.
Los científicos tienden a preocuparse más por el efecto del 'calentamiento global' futuro en la capa de hielo de la Antártida.
El glaciólogo de la NASA Eric Rignot dijo que el colapso de la capa de hielo del oeste es "imparable" y podría elevar dramáticamente los niveles del mar.
Sin embargo, la Antártida ha pasado por períodos de inestabilidad en el pasado.
El estudio de Seroussi proporciona un contexto importante para la inestabilidad de la capa de hielo occidental, y de cómo las plumas del manto pueden desempeñar un papel.
Seroussi y el coautor Erik Ivins utilizaron modelos numéricos mejorados para ver si una pluma del manto realmente podría estar creando ríos de agua derretida bajo Marie Byrd Land en el oeste de la Antártida.
Compararon su modelo con las observaciones del mundo real de los cambios en la capa de hielo.
Los científicos piensan que las plumas del manto son delgadas corrientes de roca calentada que asciende, derrite el hielo y crea ríos y lagos de agua de deshielo bajo la capa de hielo occidental de la Antártida.
Las plumas del manto podrían haber contribuido a la inestabilidad de la capa de hielo hace unos 11,000 años.
El estudio de Seroussi mostró que una pluma del manto empuja 150 milivatios por metro cuadrado de calor hacia la capa de hielo. Eso es aproximadamente dos o tres veces el flujo de calor de las regiones del mundo sin actividad volcánica.
Un estudio de 2014 de la Universidad de Texas (Evidence for elevated and spatially variable geothermal flux beneath the West Antarctic Ice Sheet) descubrió que la Antártida occidental era literalmente un semillero de calor geotérmico.
Los investigadores concluyeron que,
Al año siguiente, otro equipo de científicos estadounidenses descubrió que hay una gran cantidad de calor geotérmico en la Antártida occidental.
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