por Will Hart
traducción de
Adela Kaufmann
versión
original
2002
Extraído de la Revista Nexus
Volumen 9, Número 3 abril-may 2002
del Sitio Web
NexusMagazine
El establecimiento
científico tiende a rechazar, suprimir o ignorar
evidencia que están en conflicto con las teorías
aceptadas, mientras denigra o persigue al mensajero |
"La Policía del Cerebro” y "La Gran Mentira"
Cada vez que usted alegue que está sucediendo una conspiración,
especialmente en el campo de la ciencia, usted está pisando en hielo
delgado. Nosotros tendemos a ser muy escépticos acerca de las
conspiraciones—a menos que vengan de la Mafia o algunos radicales
Musulmanes detrás de la supuesta conspiración. Pero la evidencia es
abrumadora, y la ironía es que mucho de ello está a la vista.
La buena noticia es que los jugadores son obvios. Su estrategia, o
incluso sus tácticas de ‘juego-por-juego’ son transparentes, una vez
usted aprende a ubicarlas. Sin embargo, no es tan fácil penetrar a
través de la cortina de humo de la propaganda y desinformación, para
lograr sus subyacentes motivos y metas. Sería conveniente si
pudiéramos señalar a una unidad de fontanería, y a un descarado
mentiroso como Richard Nixon, pero esta es una operación más sutil.
Las malas nuevas: la conspiración es global, y hay muchos grupos de
intereses personales encubiertos. Una investigación superficial
produce los usuales sospechosos: científicos con un hacha teórica
para despedazar carreras a futuro y el status quo a mantener. Su
modus operandi es “La Gran Mentira” – y mientras más grande y más
extensamente publicitado, mejor.
Ellos se apoyan invocando sus
credenciales académicas para apoyar sus argumentos, y la suposición
es que nadie tiene el derecho de cuestionar sus autoritarias
declaraciones, de que:
-
No hay ningún misterio sobre quien construyó la Gran Pirámide, o
cuales fueron los métodos de su construcción, y que la Esfinge no
muestra señales de daños por agua.
-
No existieron los humanos en las Américas antes de 20,000 A.C.
-
La primera civilización data hacia atrás no más allá de 6000 A.C.
-
No existe información acerca de anomalías documentadas,
inexplicables o enigmáticas para tomar en cuenta o considerar.
-
No hay tales civilizaciones perdidas o no tomadas en
consideración.
¡Dejemos que la evidencia de lo contrario nos cuente!
Ataques Personales: Disputa sobre Edad de la Esfinge y la Gran
Pirámide
En 1993, la NBC, en los Estados Unidos, ventiló Los Misterios de la
Esfinge, presentando evidencia geológica que demostraba que
La
Esfinge era por lo menos el doble de antigua (9,000 años) de lo que
afirmaban los egiptólogos. Ha llegado a ser muy bien conocida como
“la controversia de la erosión por agua”. Una vista cercana a la
politiquería que despliegan los egiptólogos para combatir esta
minimización de su territorio es instructiva.
El egiptólogo autodidacta, John Anthony West sacó el tema de la
erosión por agua a la atención del geólogo, Dr. Robert Schoch. Ellos
fueron a Egipto y lanzaron una intensiva investigación en el sitio.
Después de estudiar a fondo, y de primera mano la Esfinge, el
geólogo llegó a compartir la conclusión preliminar de West, y
anunciaron sus hallazgos.
El Dr. Zahi Hawass, el jefe de los Monumentos de Giza no perdió
tiempo en disparar una barrera de crítica pública a este par. El
renombrado egiptólogo, Dr. Mark Lehner, quien es visto como el
primer experto mundial en la Esfinge, se unió al ataque. Elacusó a
West y a Schoch se ser “ignorantes e insensibles”. Esta fue una
curiosa acusación, la cual llevó el tema fuera del nivel profesional,
colocando el asunto entero a nivel personal. No abordaba los hechos
o temas para nada, y era altamente muy poco científico.
Pero debemos observar la táctica estándar de desacreditar a
cualquiera que se atreva a cuestionar las teorías aceptadas.
Cambiando el enfoque fuera de los temas, y “personalizando” el
debate es una estrategia altamente efectiva – una que es a menudo
usada por políticos que se sienten inseguros acerca de sus
posiciones. Hawass y Lehner invocaron su estatus intocable y su
presunta autoridad. (Uno pensaría que la asesoría de un geólogo
tiene más peso en este punto en particular).
Poco tiempo después, Schoch, Hawass y Lehner fueron invitados a
poner el tema a debate en la Asociación Estadounidense para el
Avance de la Ciencia. A West no le fue permitido participar porque
carecía de los credenciales requeridos.
Esto señala a una suposición cuestionable que es parte del arsenal
del establecimiento: solamente científicos con credenciales pueden
practicar ciencia. Dos filtros mantienen al investigador
independiente, sin credenciales, fuera del juego: (1) los
credenciales, y (2) peer review. Uno no llega al número dos a menos
que tenga el número uno.
La ciencia es un método que cualquiera puede aprender y aplicar. No
requiere credenciales para observar y registrar hechos, y pensar
críticamente acerca de los mismos, especialmente en las ciencias
sociales no-técnicas. En una sociedad libre y abierta, la ciencia
debe ser un proceso democrático.
Sea como sea, West fue descalificado. Los elementos del debate han
sido llevados hacia adelante y hacia atrás desde entonces, sin
llegar a una resolución. Es similar a la controversia sobre quien
construyó las Pirámides de Giza y de que manera fueron construidas.
Esto trae a colación el tema de La Gran Mentira, y cómo ha sido
promovida por generaciones delante de Dios y de todos. La
controversia de cómo fue construida
la Gran Pirámide es un ejemplo.
Sería fácilmente establecido si los egiptólogos quisieran resolver
la disputa. Una simple prueba podría diseñarse y arreglarse por
ingenieros imparciales que probarían o desaprobarían su teoría
disputada durante mucho tiempo – que fue construida usando las
herramientas primitivas y métodos de ese tiempo, aproximadamente
2,500 A.C.
¿Porqué no han hecho esto?
La respuesta es tan obvia que parece
imposible: ellos saben que la teoría es falsa.
¿Podría un científico
entrenado y altamente educada realmente creer que 2.3 millones de
toneladas de piedra, algunos bloques pesando hasta 70 toneladas,
podrían haber sido transportadas y levantadas con métodos primitivos?
Esto parece improbable, aunque no tienen ningún remordimiento en
contra de mentirle al público, escribiendo libros de texto y
defendiendo esta teoría contra las teorías alternativas. No obstante,
debemos notar que no permitirán ser sujetos a una prueba radical
final.
Pensamos que es titular o de apoyo para cualquier científico llevar
la carga de la prueba de su tesis; no obstante, los científicos
sociales quienes hacen estas afirmaciones o demandas, nunca dan la
cara para esta clase de escrutinio. Esto es porqué debemos sospechar
una conspiración. Ninguna otra disciplina científica se saldría con
la suya flexionando las reglas de la ciencia. Todo lo que han hecho
los egiptólogos alguna vez es ‘batearse’ o botar teorías
alternativas, usando tácticas pasadas por debajo de la mesa. Ya es
tiempo de que se insita que prueben sus propias propuestas.
¿Porqué intentarían los científicos esconder la verdad y evitar
cualquier prueba de su hipótesis?
Sus motivaciones son igualmente
transparentes. Si puede probarse que los egipcios no construyeron la
Gran Pirámide en 2,500 AC, usando métodos primitivos, o si la
Esfinge puede ser fechada hasta 9.000 AC, toda la casa de cartas se
viene abajo. Puntos de vista ortodoxos de la evolución cultural
están basadas sobre una cronología de la civilización habiendo
comenzado en
Sumeria no antes de 4,000 AC. La teoría no permite que
una avanzada civilización haya existido antes de ese tiempo. Fin de
la discusión. La arqueología y la historia pierden su significado
sin una línea fija de tiempo como unto de referencia.
Puesto que la teoría de la “evolución cultural” ha sido atada a la
teoría general de la evolución de Darwin, hay mucho más en juego. ¿Explica
esto porqué son negadas y/o ignoradas las anomalías y enigmas? Sin
embargo, así es.
Las ciencias biológicas de hoy están basadas en el
Darwinismo.
Tácticas de Presión: Las Piedras de Ica del Perú
Ahora vayamos a otro caso muy diferente. En 1966, el Dr. Javier
Cabrera recibió una piedra como regalo de un granjero local muy
pobre, en su nativa Ica, Perú. Sobre esa piedra estaba tallado un
pez, lo cual no puede haber significado mucho para el aldeano
promedio, pero significó bastante para el educado Dr. Cabrera. El lo
reconoció como una especia hace mucho tiempo extinta. Esto levantó
su curiosidad. El compró más piedras del granjero, quien dijo
haberlas recolectado cerca del río después de una inundación.
El Dr. Cabrera acumuló más y más piedras, y una palabra de su
existencia y potencial valor alcanzó a la comunidad arqueológica.
Pronto, el doctor había amasado miles de “Piedras de Ica”. Las talladuras sofisticadas eran tan enigmáticas como
fascinantes. Alguien había tallado hombres luchando con dinosaurios,
hombres con telescopios y hombres ejecutando operaciones con equipo
quirúrgico. También contenían dibujos de continentes perdidos.
Varias de la piedras fueron enviadas a Alemania, y fueron fechadas a
una remota antigüedad. Pero todos sabemos que los hombres no
pudieron haber vivido en el tiempo de los dinosaurios; que el Homo
sapiens ha existido desde hace solo 100,000 años.
A la BBC le llegaron rumores de este hallazgo, y se apresuraron a
producir un documental acerca de las piedras de Ica. Esta exposición
a los medios de comunicación detonó una tormenta de controversia.
Los arqueólogos criticaron al gobierno peruano por ser negligentes
acerca de reforzar leyes en antigüedades (pero esa no era su
verdadera preocupación). Se le aplicó presión a los oficiales del
gobierno.
El granjero que había estado vendiendo las piedras a Cabrera fue
arrestado; el afirmó haberlas encontrado en una caverna, pero se
negó a descubrir la ubicación exacta a las autoridades, o, por lo
menos, así lo afirmaron.
Este caso fue descartado con tanto arte que enorgullecería a
cualquier político corrupto. El gobierno peruano amenazó con
enjuiciar y encarcelar al granjero. Le ofrecieron una apelación de
canje; él, entonces, re-contó su historia y “admitió” haber tallado
las piedras, él mismo. Esto parece altamente improbable, puesto que
era analfabeto e inexperto, y allí estaban unas 11,000 piedras.
Algunas eran bastante grandes, e intrínsicamente talladas, con
escenas y animales que el granjero no podía haber tenido
conocimiento de ello sin ser paleontólogo. Habría necesitado
trabajar cada día durante varias décadas para producir ese volumen
de piedras. Sin embargo, los hechos fundamentales no estaban, ni
aquí ni allí. Las piedras de Ica fueron etiquetadas como “broma” y
olvidadas.
El caso no requirió una confrontación cara a cara, o una descrédito
público de no-científicos por científicos; se ocuparon de esto con
tácticas invisibles de presión.
Puesto que estaba registrado bajo “broma”,
la enigmática evidencia nunca tuvo que tratarse, como tampoco se
trató el siguiente ejemplo.
Censura del "Pensamiento Prohibido" – Evidencia de la Gran Antigüedad
de la Humanidad
El caso del autor
Michael Cremo,
está muy bien documentado, y
también demuestra cómo el establecimiento científico abiertamente
usa tácticas de presión en los medios de comunicación y el gobierno.
Este libro, ‘Arqueología Prohibida’ examina muchos ejemplos
previamente ignorados, de artefactos que prueban que la antigüedad
del hombre moderno excede bastante la edad dada en las cronologías
aceptadas.
Los ejemplos que presentaron él y su co-autor son controversiales,
pero el libro se convirtió en mucho más controversial que su
contenido, al ser usado en este documental.
En 1996, la NBC transmitió un especial llamado ‘Los Misteriosos
Orígenes del Hombre’, en el cual presentó material del libro de
Cremo. La reacción de la comunidad científica se salió de la escala
de Richter. La NBC fue inundada con cartas de científicos iracundos
que llamaban al productor “un fraude”, y todo el programa “una broma”.
Pero los científicos fueron más allá que esto – mucho más. En una
secuencia extremadamente desmedida de bizarros movimientos, ellos
trataron de forzar a la NBC de no re-transmitir el popular programa,
pero su esfuerzo falló. Entonces tomaron el paso más radical de
todos: ellos presentaron su casi al gobierno federal y solicitaron a
la Comisión Federal de Comunicaciones que interviniera, y bloqueara
a la NBC de poner nuevamente este programa al aire.
Esto no fue solamente una violación a la libertad de palabra y un
obvio intento de frustrar la comercialización, fue un esfuerzo sin
precedentes de censurar el diálogo intelectual. Si el público, o
cualquier agencia gubernamental hiciera un intento de esposar al
establecimiento científico, el público jamás hubiese escuchado el
final.
La carta al FCC, escrita por la Dra. Allison Palmer, Presidenta del
Instituto para Estudios Cambrianos es reveladora:
Como mínimo, la NBC debería ser obligada a pedir disculpas en las
horas sustancialmente de mayor difusión, a su audiencia televisiva
durante un suficiente período de tiempo, para que la audiencia
claramente entienda el mensaje de que fueron engañados. Además, la
NBC debería, quizás, ser multada suficientemente como para poder
establecer una importante recolección de fondos para la educación
pública en ciencias.
Yo creo que tenemos algunos buenos sondeos de quien es la “Policía
del Cerebro”. Y realmente no creo que “conspiración” sea una palabra
demasiado fuerte – porque para cada caso de esta clase de intento de
supresión que es expuesto, se exponga que otros 10 continúan
exitosamente.
No tenemos idea de cómo muchos artefactos enigmáticos
o fechas habrán sido etiquetadas como “errores” y descartadas en
bodegas de almacenaje o archivos circulares para nunca más ver la
luz del día.
Rechazo de Datos
Fechado inconveniente en México
Hay un caso de alto perfil, de la Dra. Virginia Steen-McIntyre, una
geóloga trabajando para la Inspección Geológica Estadounidense (USGS),
quien fue despachada hacia un sitio arqueológico en México, para
fechar un grupo de artefactos en los años setenta. Esta parodia
también ilustra cuan lejos irán los científicos del establecimiento
para custodiar los dogmas ortodoxos.
McIntyre usó equipo altamente avanzado, y respaldó sus resultados
usando cuatro diferentes métodos, pero sus resultados estaban fuera
de los estatutos. Los arqueólogos principales esperaban una fecha de
25,000 años o menos, y el hallazgo de la geóloga fue de 250,000 años
o más.
La figura de 25,000 años o menos era crítica para la teoría del
“cruce” del Estrecho de Bering, y esta fue la motivación detrás de
los revolucionarios resultados de la principal arqueóloga,
Steen-McIntyre en el archivo circular, y pidiendo una nueva serie de
pruebas de fechado. Este tipo de reacción no ocurre cuando las
fechas concuerdan con el modelo cronológico previsto, que apoya las
teorías aceptadas.
A la arqueóloga Steen-McIntyre se le dio una oportunidad de
retractor sus conclusiones, pero ella la rechazó.
Más tarde se
encontró con la dificultad de que publicaran sus papeles, y perdió
su empleo de enseñanza en una universidad estadounidense.
Supresión y Etnocentrismo Gubernamental
Evitando Evidencia Anómala
en NZ, China y México
En Nueva Zelanda, el gobierno realmente entró y decretó una ley que
prohibía al público entrar a una zona arqueológica controversial.
Esta historia apareció en el libro, ‘Antigua Nueva Zelanda Céltica’
de Mark Doutré.
Sin embargo, como averiguaremos (y como lo prometí al principio del
artículo), esta es una conspiración complicada. Los científicos
tratando de proteger sus “santificadas” teorías, mientras avanzan en
sus carreras no son los únicos que quieren suprimir artefactos e
información. Aquí es donde la situación se vuelva pegajosa.
El Bosque Waipoua se convirtió en un controversial sitio en Nueva
Zelanda porque una excavación arqueológica, al parecer, mostró
evidencia de una cultura no-Polinesia, precediendo a la Maorí – un
hecho con el cual la tribu no estaba muy feliz. Ellos supieron de
los resultados de las excavaciones antes que lo hiciera el público
en general, y se quejaron con el gobierno. Según Doutré, el
resultado fue “un documento oficial de archive, que claramente
mostraba una intención por parte de departamentos del gobierno de
Nueva Zelanda de retener información arqueológica del escrutinio
público durante 75 años.
Al público le llegaron rumores de este fiasco, pero el gobierno negó
la demanda. No obstante, documentos oficiales muestran que había
sido puesto un embargo en el sitio. Doutré es un estudiante de
historia y arqueología de Nueva Zelandia. El está preocupado, porque
dice que los artefactos probando que hubo una cultura más temprana
que precedió a los Maoríes hacen falta en los muesos.
El pregunta
que pasó con varios remanentes anómalos:
¿Dónde están las antiguas muestras de cabello Indo-Europeas (cabello
ondulado, rojo cobrizo), originalmente obtenidas de un refugio de
roca cerca de Watakere, que estuvieron en exhibición en el Museo
Memorial de la Guerra en Auckland durante muchos años? ¿Donde está el
esqueleto gigante encontrado cerca de Mitimati?
Desafortunadamente este no es el único incidente así. El
Etnocentrismo se ha vuelto un factor en la conspiración, para
esconder la verdadera historia de la humanidad. El Autor Graham
Hancock ha sido atacado por varios grupos étnicos por reportar
similares hallazgos enigmáticos.
El problema para los investigadores preocupados por establecer la
verdadera historia de la humanidad es que las metas de los
nacionalistas o grupos étnicos que quieren poner demanda de haber
sido los primeros en estar en un lugar en particular, a menudo se
mezclan con las metas de los evolucionistas culturales.
Los arqueólogos son rápidos en ir a suprimir esta clase de hallazgos
anómalos. Una razón por la cual los egiptólogos guardan tan
celosamente la fecha de la construcción de la Gran Pirámide tiene
que ver con un asunto de orgullo nacional.
El caso de las momias del Desierto de Takla Makan en el oeste de
China es otro ejemplo de este fenómeno. En los años ‘70s y ‘80s, una
inexplicable cultura caucásica fue repentinamente desenterrada en
China. El ambiente árido preservó los restos de gente de cabellos
rubios y ojos azules, que vivían en la China pre-dinástica.
Ellos
usaban finas ropas muy coloridas, así como coloridos eran sus botas,
medias y sombreros. Los chinos no estaban muy contentos acerca de
esta revelación, y le han restado importancia al enigmático
hallazgo, aunque los asiáticos fueron encontrados, enterrados a la
par de estas momias caucásicas.
El escritor para National Geographic, Thomas B. Allen reflexiona en
un artículo, en 1996, acerca de su hallazgo de una cerámica llevando
la huella digital del alfarero. Cuando el preguntó si podría llevar
el fragmento donde un antropólogo forense, el científico chino
preguntó si el “sería capaz de decir si el alfarero era un hombre
blanco”. Allen dijo que el no estaba seguro, y el oficial empaquetó
el fragmento y silenciosamente se alejó. Parece que muchas cosas se
cruzan en el camino de los descubrimientos y hallazgos científicos.
La existencia de la cultura olmeca en el México antiguo siempre ha
planteado un problemas. ¿De donde vino la gente negroide
representada en las colosales cabezas? ¿Porqué hay caucásicos
tallados en las estelas, en lo que es la semilla de la civilización
mexicana? Lo que es peor, ¿porqué no se encuentran gentes indígenas
mexicanas en los artefactos Olmecas?
Recientemente, una arqueóloga mexicana resolvió el problema haciendo
una fantástica afirmación: que
las cabezas Olmecas – las cuales,
generaciones de personas de todos los grupos étnicos han estado de
acuerdo en que tienen una llamativa semejanza a los africanos –
realmente eran representaciones de la tribu local.
STORM-TROOPERS PARA EL DARWINISMO
El público no parece para nada enterado del hecho que el
establecimiento científico tiene un doble estándar cuando set rata
de un libre flujo de información. En esencia, transcurre de esta
manera…
Los científicos son altamente educados, bien entrenados e
intelectualmente capaces de procesar todo tipo de información, y
pueden hacer distinciones correctamente críticas entre los hechos y
la ficción, la realidad y la fantasía. El vil público es simplemente
incapaz de operar en esta plano altamente mental.
El noble ideal del científico altamente calificado, imparcial y
apolítico, como observador y ensamblador de hechos establecidos,
hacia un útil cuerpo de conocimiento parece haber sido destrozado
bajo las presiones y demandas del mundo real. La ciencia ha
producido muchos beneficios positivos para la sociedad; pero
deberíamos ya por ahora saber que la ciencia tiene su lado escuro,
negativos. ¿Qué no fueron, pues, esos mansos compañeros en
impecables batas de laboratorios, quienes nos dieron las bombas
nucleares y las armas biológicas? La edad de la inocencia terminó en
la II Guerra Mundial.
la comunidad científica tiene una actitud de superioridad
intelectual es levemente disfrazado bajo un disfraz de unas muy
cuidadosamente orquestadas relaciones públicas. Siempre vemos a la
Ciencia y al Progreso caminando mano a mano. La Ciencia, en una
institución en una sociedad democrática, deberá funcionar de la
misma manera en que funciona la sociedad en grande; deberá abrirse a
debates, argumentos y contra-argumentos. No hay lugar para un
autoritarismo sin cuestionamiento. ¿Estará la ciencia moderna
alcanzando y resolviendo estos estándares?
En el otoño del 2001, la PBS aireó una serie de siete partes
titulado Evolución. Tomándolo en valor de cara, esto parece lo
suficientemente inofensivo. Sin embargo, mientras el programa fue
presentado como un periodismo científico puro, objetivo,
investigador, falló completamente en siquiera alcanzar los
estándares mínimos de la divulgación imparcial. La serie fue
pesadamente cargada hacia la visión de que la teoría de la evolución
es un “hecho científico” que es aceptado por “virtualmente todos los
científicos reputables del mundo”, y no como una teoría que tiene
debilidades y críticas fuertemente científicas.
Al producir esta serie, ni siquiera se molestaron en entrevistar a
científicos que tiene críticas sobre
el Darwinismo: no
“creacionistas”, sino que científicos auténticos y de buena fe. Para
corregir esta deficiencia, un grupo de 100 científicos disidentes se
sintieron impulsados a publicar un lanzamiento de prensa, “Una
Disensión científica del Darwinismo”, en el día en que estaba
programado que saliera al aire el primer capítulo.
El nominado al
premio Nóbel, Henry “Fritz” Schaefer estaba entre ellos. El estimuló
a abrir un debate público de la teoría de Darwin:
Algunos defensores del Darwinismo abrazan estándares de evidencia
para la evolución que, como científicos, jamás aceptarían, en otras
circunstancias.
Hemos viso este mismo acercamiento “no-científico”, aplicado a la
arqueología y la antropología, mientras que los “científicos”
simplemente se niegan a probar sus teorías, y sin embargo se apuntan
a sí mismos como los árbitros finales de “los hechos”. Sería ingenuo
pensar que los científicos que cooperaron en la producción de la
serie estaban inconscientes de que no habría otra presentación de
contrapeso, por parte de críticos de la teoría de Darwin.
Richard Milton es un periodista de ciencias. El ha sido un ardiente
y verdadero creyente de la doctrina Darwiniana, hasta que sus
instintos investigadores lo golpearon un buen día. Después de 20
años de estar estudiando y escribiendo acerca de la evolución, el
repentinamente realizó que había muchos agujeros desconcertantes en
la teoría. El decidió tratar de aliviar sus dudas y probar la teoría
a sí mismo, usando los métodos estándar del periodismo investigador
rutinario.
Milton se volvió un visitante regular del famoso Museo de Historia
Natural de Londres. El cuestionó cuidadosamente cada dogma
importante y las clásicas pruebas del Darwinismo a prueba. Los
resultados lo ‘sacudieron’. El encontró que la teoría ni siquiera
podía encarar ni los mínimos rigores del periodismo investigador
rutinario.
El veterano escritor de ciencia tomó una medida drástica y publicó
un libro titulado: “Los Hechos de la Vida: Rompiendo los Mitos del
Darwinismo”. Está claro que el mito darwiniano había sido roto por
el, pero muchos otros mitos acerca de la ciencia serían también
aplastados después de que su libro fuera lanzado a publicación.
Milton dice:
Experimenté la actividad de ‘cacería de brujas’ de la policía
darwinista de primera mano - fue profundamente desilusionador
encontrarme a mi mismo siendo descrito por un prominente zoologista
de Oxford, Richard Dawkins, como “chiflado”, “estúpido” y
“necesitando ayuda psiquiátrica”, en respuesta a reportes puramente
científicos.
(¿Sonará esto como las historias que vinieron de la Unión Soviética
hace 20 años, cuando los científicos disidentes allí comenzaron a
hablar públicamente?)
Dawkins lanzó una campaña de escritura de cartas a los editores del
periódico, implicando que Milton era un “espía” creacionista, cuyo
trabajo debería ser descartado. Cualquiera que tenga alguna
familiaridad con la política reconocerá esto como una táctica
estándar maquiavélica de manual de un “asesinato de carácter”.
Dawkins es un científico altamente respetado, cuya reputación y
situación en la comunidad científica tiene mucho peso.
Según Milton, el proceso vino a la cabeza cuando el Suplemento de
Alta Educación del periódico Times de Londres lo comisionó a
escribir una crítica al Darwinismo. La publicación presagió lo que
estaba por venir: “Próxima Semana: Darwinismo – Richard Milton
ataca”. Dawkins supo de esto, y no perdió tiempo pellizcando esta
herejía en el brote.
Él contactó al editor, Auriol Stevens, y acusó
a Milton de ser un “creacionista”, y prevaleció sobre Stevens para
halar la palanca sobre el artículo. Milton supo de este
apuñalamiento detrás de los telones, y escribió una carta de
apelación a Stevens. Al final, esta excavó dentro de Dawkins y
rasguñó la pieza.
Imagínese que sucedería si un político o burócrata usara tales
tácticas de presión para matar una historia de los medios masivos de
comunicación. Esto detonaría un enorme escándalo. No así para los
científicos, quienes parecen ser vistos como “vacas sagradas” y más
allá de la reprobación. Hay muchos factores perturbadores
relacionados con estos casos. La teoría de la evolución, de Darwin,
es la única teoría rutinariamente enseñada en nuestro sistema de
escuelas públicas, y jamás ha sido sujeto a un riguroso escrutinio;
ni han sido permitidas ninguna de las críticas en el plan de
estudio...
Este es un interesante hecho, porque una reciente encuesta muestra
que el público estadounidense quiere que la teoría de la evolución
sea ensañada a sus niños; sin embargo, el “71% de los encuestados
dicen que los maestros de biología deberían enseñar tanto el
Darwinismo, como la evidencia científica en contra de la teoría
darwinista”. No obstante, no hay planes para implementar este
acercamiento más equilibrado.
Es irónico que Richard Dawkins ha sido asignado para la posición de
Profesor del Entendimiento Público de la Ciencia en la Universidad
de Oxford. El es un clásico “Policía del Cerebro”, patrullando las
líneas frontales neurológicas. El establecimiento científico
occidental, y los medios masivos de comunicación se enorgullecen de
ser foros abiertos al público, desprovistos de prejuicios o censura.
No obstante, ningún programa de televisión que examine los errores y
debilidades del Darwinismo ha sido puesto al aire en el país natal
de Darwin o en los Estados Unidos. Un científico que se opone a la
teoría no puede conseguir que le publiquen documento alguno.
Los Misteriosos Orígenes del Hombre no era un ataque frontal contra
el Darwinismo; simplemente presentaba evidencia que es considerada
anómala por los preceptos de esta teoría de la evolución.
Volviendo a nuestros bastiones de integridad intelectual, Forest
Mims era un sólido y habilidoso periodista de ciencia. Jamás ha sido
el centro de ninguna controversia, y así, fue invitado a escribir en
la columna más leída, en la prestigiosa revista América Científica,
“El Científico Aficionado”, una tarea que el aceptó con mucho gusto.
Según Mims, el editor de la revista, Jonathan Piel, entonces, supo
que el también escribía artículos para varias revistas cristianas.
El editor llamó a Mims a su oficina y lo confrontó.
-
“¿Cree usted en la teoría de la evolución?” preguntó Piel
-
Mims respondió, “No, no creo, y tampoco lo cree Stephen Jay
Gould.”
Su respuesta no afectó la decisión de Piel de desbaratar la popular
columna después de solamente tres artículos.
Esto tiene el desagradable olor de una cacería de brujas. El
escritor nunca transmitió públicamente sus puntos de vista privados
o creencias, por lo que parecería que los “stormtroopers” ahora
creen tener órdenes de asegurarse que los pensamientos “no
aprobados” jamás serán divulgados en público.
Tabú o No Tabú?
Así, pues, los monitores del “buen pensamiento” no son como los de
la élite o de la comunidad científica, como hemos visto en varios
casos; son productores de televisión y editores de revistas,
también. Parece claro que todos ellos son guiados por el singular
imperativo de fomentar “la educación pública sobre ciencia”, como lo
planteó tan aptamente el presidente del Instituto Cambriano.
Sin embargo, hay un segundo artículo en la agenda, y es para
proteger al público de pensamientos “no-científicos” e ideas que
pudieran infectar la mente de las masas.
Nosotros señalamos algunos
de esos tabú al principio del artículo, ahora debemos agregar que
son también “malsanos, incompletos” e inaceptables” para engancharse
en ninguna de las búsquedas siguientes de investigación:
...y todo el resto
de las “pseudo-ciencias”.
-
¿Tendrá esto un anillo familiar en él?
-
¿Estaremos escuchando los débiles ecos del fanatismo religioso?
-
¿Quien le dio a la ciencia la misión de ingeniería y dirección de
las búsquedas inquisitivas de los ciudadanos del mundo libre?
Es
cualquier cosa menos imposible para cualquier papel científico que
tenga ramificaciones anti-Darwinianas ser publicado en un periódico
científico de la corriente principal. También es simplemente tan
imposible conseguir temas “tabú” incluso para la tabla de revisión,
y podemos olvidarnos acerca de encontrar nuestro nombre bajo el
título de cualquier artículo en la revista Naturaleza (Nature), a
menos que uno sea un científico acreditado, ¡incluso si uno fuera el
próximo Albert Einstein!
Para volver a exponer cómo comienza esta conspiración, será con dos
filtros: credenciales y revisión por parte de otros. La Ciencia
Moderna es ahora un laberinto de tales filtros, puestos para
promover ciertas teorías ortodoxas, y al mismo tiempo, filtrar fuera
aquella información que ya está pre-juzgada a ser inaceptable. Los
principios guías no son precisamente la evidencia y el mérito. Estos
principios de objetividad, acceso y apretura han sido reemplazados
por conformidad y posición, dentro de la comunidad establecida.
Los científicos no vacilan en lanzar los más indignantes ataques
personales en contra de aquellos que ellos perciben ser el enemigo.
El eminente paleontólogo, Louis Leakey describió este ácido de una
sola línea acerca de la “Arqueología Prohibida”, (Forbidden Archeology)
“Su libro es puro disparate, y no merece ser tomado en serio por
nadie que no sea un tonto.”
De nuevo, vemos el empuje de un ataque personal: los méritos de la
evidencia presentada en el libro no son examinados o debatidos. Es
una embotada y autoritaria declaración o pronunciamiento.
En una próxima parte, examinaremos algunos casos más, documentados,
y cavaremos más profundo en las dimensiones más sutiles de la
conspiración.
Referencias y
Fuentes
-
Cremo, Michael A. y Richard L. Thompson,
Forbidden Archeology
(Arqueología Prohibida), Govardhan Hill, USA, 1993.
-
Cremo, Michael A., "The Controversy over 'The Mysterious Origins
of Man'" (La Controversia sobre ‘Los Misteriosos Orígenes del
Hombre’”, NEXUS 5/04, 1998; Forbidden Archeology's Impact (Impacto de
la Arqueología Prohibida), Editorial Bhaktivedanta, USA, 1998, sitio
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