02
Diciembre 2019
del
Sitio Web
Televisa
Ruinas mayas
en la selva de Guatemala.
Getty Images
Los estudios de zooarqueología que se han hecho en la entidad
refuerzan la teoría de que el colapso de muchas de las grandes
ciudades mayas mesoamericanas estuvo relacionado con,
prolongados periodos
de sequía, algunos de hasta 200 años...
Así lo expuso la
investigadora del Laboratorio de Zooarqueología de la Facultad de
Antropología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY),
Nayelli Jiménez Cano, antes de
impartir una conferencia sobre el tema.
En
una entrevista para Notimex
explicó que la zooarqueología es una disciplina que estudia los
restos de todo tipo de fauna animal; además, mencionó que ya se han
hecho y se siguen haciendo estudios en esa área en la entidad.
"La cantidad de
huesos de animales que se encuentran en un sitio objeto de
exploración, por ejemplo, también puede revelar mucha
información de cómo se sustentaban las personas que vivieron en
ese sitio hace ya miles de años", explicó.
"Mientras más huesos se logran encontrar, esto nos va indicando
que hubo una mayor actividad antrópica [cosas modificadas o
producidas por las actividades humanas] en el punto explorado",
precisó.
Abundó:
"Los primeros
pobladores de Mesoamérica también convivían con fauna doméstica
como la sociedad contemporánea, y también cazaban animales para
obtener alimento y muchos de los restos de esos animales siguen
ahí".
Sin embargo, añadió, de
manera paulatina la milpa empezó a ser más importante que la selva
para la obtención de alimento, en especial para obtener maíz,
leguminosas y hortalizas.
Ese fue el principio de un proceso de deforestación de selvas que se
ha prolongado hasta la época actual, pero para los antiguos mayas la
dependencia alimentaria de la milpa habría sido una de las causas de
su colapso como civilización.
A ese periodo se le identifica como colapso maya y se refiere a la
decadencia y el abandono de muchas de las ciudades mayas de
Mesoamérica, especialmente en la zona de Guatemala.
"Estudios recientes
refuerzan la teoría de que en la región hubo prolongados
periodos de sequía que pudieron superar incluso los 200 años,
por lo que la milpa y su fuerte dependencia de las lluvias ya
garantizaba la supervivencia", indicó.
Eso refuerza la tesis de
que la gente tuvo que abandonar las zonas que ya había urbanizado
para desplazarse a sitios con mayor cantidad de fauna animal y poder
abastecerse de alimento, como son los montes y las selvas, o incluso
las zonas costeras.
De tal forma que la zoo-arqueología está permitiendo mirar, en una
especie de ventana al pasado, cómo explotaban los recursos animales
las civilizaciones pasadas y cómo impactaba esta explotación a los
ecosistemas.
Y en este caso ayuda a confirmar que el clima habría tenido
muchísimo que ver en la debacle de muchos de los pueblos originarios
de América Central, puntualizó.
La conferencia que impartió Jiménez Cano se denominó 'Zooarqueología
en el área maya - Presiones antrópicas y cambios climáticos en las
Tierras Bajas del Norte', la cual se llevó a cabo en el Centro
Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM).
|