por
Enrique Pérez Porter
09 Octubre 2008
recibido por Email
Esto de investigar lo que autores y/o
escuelas dicen acerca del
alma ha sido excitante.
Las palabras, ideas y asertos del Tibetano muestran mayor coherencia
sin buscar la aceptación generalizada ni el establecimiento de una
nueva ‘religión’ como ha sucedido en el pasado con la figura y el
mensaje de algún enviado.
¿Quién es, este ‘Tibetano’?
Como entidad humana, a todas luces la persona ‘Djwhal Khul’, de
origen tibetano era un Maestro, alguien dedicado a labores
importantes dentro del grupo de entidades espirituales
automencionada como ‘la Jerarquía Espiritual’ del Planeta Tierra.
Extenderse a la ‘Jerarquía Espiritual’ sería realizar un rodeo sobre
un punto, un tema, un cuento que más bien merece texto propio que no
prestado… su solo nombre es por demás clarificador.
Pues, este Maestro recibió por parte de alguna Entidad superior, la
exclusiva oportunidad de ver, observar y conocer lo que ningún otro
Maestro, por elevado que sea o haya sido, ha visto: le fue mostrado
el esquema de circulación de la energía del Macrocosmos, del Sistema
Uno cuya minúscula parte que nos es dado percibir, llamamos
‘universo’…
Tanto en lo ‘sustancial’ como en lo referente al nivel de conciencia
involucrado en cada mundo, cada plano y cada átomo, el Tibetano fue
instruido además, por entidades cuya longitud de onda se halla
también fuera de los límites de nuestro Sistema solar, que es la
región del Universo —según palabras del Tibetano— “donde vivimos,
nos movemos y tenemos al ser…”
Es sin embargo, una persona que a pesar de su tremenda seriedad por
la existencia transcendente, nunca ha caído en la exageración solemne,
o la vanidad ocultista, sino por el contrario, logró comprender y
hacer de su carne el hecho que todos somos iguales ante Dios, y sin
duda es un hombre que puede decir con mucha propiedad que ‘conoce a
Dios’… …ha visto cara a cara a los Logos Planetarios (las Entidades
autoconscientes cuyos cuerpos sustanciales conforman los distintos ‘planetas’),
ha sido acogido en los patios donde el Logo Solar camina… ha
conversado y ha sido instruido por esa calidad de Seres…
Sin desmerecer a nadie, ha visto, en esa dirección, más que
cualquier Maestro de la Jerarquía donde él sirve.
RESUMEN DE UNA DECLARACIÓN HECHA POR EL TIBETANO
PUBLICADA EN AGOSTO DE 1934
“SOLAMENTE diré que soy un discípulo tibetano de cierto grado; esto
puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos,
desde el aspirante más humilde hasta más allá del Cristo mismo.
Tengo cuerpo físico lo mismo que todos los hombres, resido en los
confines del Tibet, y a veces (desde el punto de vista exotérico),
cuando me lo permiten mis obligaciones, presido un grupo numeroso de
Lamas tibetanos.
A esto se debe la difusión de que soy un abad de
ese Monasterio Lamásico. Aquellos que están asociados conmigo en el
trabajo de la Jerarquía (todos los verdaderos discípulos están
unidos en este trabajo) me conocen también con otro nombre y cargo.
A. A. B. conoce dos de mis nombres.
Soy un hermano que ha andado un poco más por el Sendero y, por
consiguiente, tengo más responsabilidades que el estudiante común.
He luchado y me he abierto un camino hacia la luz, logrando obtener
mayor luz que el aspirante que leerá este articulo; por lo tanto
tengo que actuar como transmisor de luz, cueste lo que cueste.
No
soy un hombre viejo, con respecto a lo que la edad puede significar
en un instructor, ni tampoco soy joven e inexperto. Mi trabajo
consiste en enseñar y difundir el conocimiento de la Sabiduría
Eterna dondequiera que encuentre respuesta; y esto lo he estado
haciendo durante muchos años.
Trato también de ayudar a los Maestros
M. y K. H. en todo momento, porque estoy relacionado con ellos y su
trabajo. Lo expuesto hasta aquí encierra mucho; pero tampoco les
digo nada que pueda inducirles a ofrecerme esa ciega obediencia y
tonta devoción que el aspirante emocional brinda al Guru o Maestro
con el que aún no está en condiciones de tomar contacto, ni podrá
lograrlo hasta tanto no haya trasmutado la devoción emocional en
desinteresado servicio a la humanidad, no al Maestro.”
La idea particular que se hace el Tibetano respecto de ‘Dios’ es
también notable:
“Dios Es Aquél Sobre Quién Nada Puede Ser Dicho.”
En la introducción a una de sus escritos más
alabados, el ‘Tratado
sobre Fuego Cósmico’ señala:
“Existe un solo Principio Inmutable e Ilimitado; una sola Realidad
Absoluta precediendo a todo Ser manifestado y condicionado. Está más
allá del conocimiento y alcance de todo pensamiento y expresión
humanos.”
Y en la misma introducción, unas líneas más adelante, es que aparece
por vez primera el concepto ‘alma’:
“El Universo manifestado se halla contenido en esta Realidad
Absoluta y es el símbolo que la condiciona. La totalidad de este
Universo manifestado comprende tres aspectos:
- El Primer Logos Cósmico, Impersonal e Inmanifestado, el Precursor
de lo Manifestado. - El Segundo Logos Cósmico, Espíritu-Materia, Vida, el Espíritu del
Universo. - El Tercer Logos Cósmico, Ideación Cósmica, el Alma Universal del
Mundo.”
Dice ‘el alma’ universal del mundo… por sobre ella, como 2º
principio, la manifestación de la voluntad adquiere sustancia,
espíritu… merced a la voluntad de manifestarse surgida desde el 1er
principio.
Y lo remata con mostrar el esparcimiento generalizado de los mundos
hacia abajo…
“De estos principios creadores fundamentales surgen correlativamente,
en sucesivas graduaciones, innumerables universos que encierran
incontables estrellas y sistemas solares en manifestación.”
Y con esto, ya se tiene una idea
bastante sólida del esquema general
de la manifestación del Todo.
El alma, dice, nace como un capullo
protector a la manifestación
espíritu/sustancia, vida… viene a cobijar al Espíritu del Universo
cuya manifestación a la Vida alcanza los planos de la sustancia.
Por derivación natural, las almas se originan en el Alma Uno, el
tercer Principio Divino, el Tercer Logos Cósmico. Estos triángulos
son importantes esquemas universales, y aplicando la ley de analogía
es mucha la luz posible de conseguir mediante su empleo.
El Padre, el Primer Logos Cósmico, decide manifestar y genera la
diferenciación… el Precursor… El Hijo, segundo Logos Cósmico, genera el universo manifestado y lo
sostiene en su seno… el Espíritu… El Espíritu—Santo—deviene el alma, el ‘pensador interno’ de cada
átomo manifestado… el Alma
En otras partes de estos textos se señala que ‘los animales viven
cobijados bajo el paraguas de un alma grupal…’ En cambio los humanos y algunos animales avanzados, se mancomunan
con una sola alma… El Alma es quién primigeniamente envuelve a la manifestación, y en
la medida que partes o zonas manifestadas adquieren mayor presencia
luminosa y su capacidad perceptiva crece y se diferencian del resto,
esta Alma primordial genera o separa de sí zonas de conciencia que
van a constituir las almas de todo el mundo…
Esta instancia de conciencia llamada ‘alma’ .. ¿cuán lejana está de
nuestra persona?... Se nos ha mal-enseñado, desinformado y mutilado
en relación a esa ‘distancia’ persona—> alma… nuestras personas,
representadas por nuestro cuerpo físico, sin el alma simplemente
fallecen… si la vemos como el hálito de vida, el primer aliento…
sin aliento la vida se nos escapa… La tenemos cerca, en general.
Estas líneas no serán leídas y bien recepcionadas por des-almados
sino por otro tipo de personas, precisamente de la cualidad de
llevar algún tipo de buena relación persona/alma.
La línea de sentido de la dinámica de las almas es hacia arriba sin
duda alguna. Somos polvo y semilla de estrellas…y más.
El alma que te anima, quiere llevarte a volar.
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