por David Gutiérrez
Septiembre 02, 2014
del Sitio Web
NaturalNews
traducción de El Robot Pescador
Septiembre 05, 2014
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Un estudio presentado recientemente en
la 122ª Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología
demuestra que los humanos no son los únicos animales que entienden
el concepto de equidad y justicia.
La justicia es un tema de especial interés para los investigadores
que estudian la evolución del comportamiento social y el grado en
que el concepto de cooperación va incorporado en los genes de varios
animales, incluidos los humanos.
Mientras que el egoísmo a menudo parece concederle a una persona una
mejor oportunidad de propagar sus genes de forma más amplia en la
próxima generación, en comparación con otros individuos, los
investigadores han demostrado que, en muchos casos, la cooperación
aumenta la aptitud evolutiva de un organismo más de lo que lo pueda
hacer el egoísmo.
La comprensión de la idea de la imparcialidad y la justicia, puede
ser un requisito previo indispensable para el desarrollo de
relaciones de cooperación complejas.
Los perros
reconocen la justicia, pero no les importa
En una presentación titulada "Lo justo es bueno, pero obtener más es
aún mejor: límites de la aversión a la injusticia en el perro
doméstico -
Fair is Fine, but More is Better: Limits to
Inequity Aversion in the Domestic Dog", Alexandra
Horowitz del Barnard College presentó su investigación
sobre el comportamiento relacionado con la justicia en los perros.
Alexandra Horowitz
Horowitz y sus colegas realizaron el estudio en 38 perros por
separado.
Cada perro interactuó con varios entrenadores al mismo tiempo, como
perro de control. Los entrenadores, repartieron recompensas a modo
de premio entre los perros.
Algunos recompensaron excesivamente a
los perros de control, otros los recompensaron muy poco y otros
recompensaron de forma justa a ambos perros por igual.
Una vez que los perros llegaron a conocer bien a los entrenadores,
se les permitió elegir a qué entrenador querían aproximarse, en
ausencia de otros perros.
Los perros mostraron una clara
preferencia por los entrenadores que habían premiado en exceso al
perro de control, pero no mostraron ninguna preferencia por los
entrenadores que habían recompensado poco o por los que se habían
mostrado justos y equitativos.
Estudios previos, que solo se habían centrado en la baja recompensa,
habían mostrado que los perros evitaban a los entrenadores a los que
percibían como injustos.
Sin embargo, este estudio más reciente
sugiere que, mientras que los perros son capaces de reconocer la
injusticia, no tienen reparos en explotarla si tienen la esperanza
de obtener una mayor recompensa con ello.
Cabe destacar que los perros más viejos fueron significativamente
más propensos a preferir al entrenador justo que los perros más
jóvenes.
Esto sugiere que los perros pueden
desarrollar una preferencia por la justicia y la equidad como
consecuencia de las relaciones a largo plazo con los seres humanos.
Los investigadores señalaron que, además de ser descendientes de
animales salvajes altamente sociales, los perros han sido criados de
forma activa para trabajar en cooperación con los seres humanos.
Los Primates
se niegan a realizar juegos injustos
En otra presentación, titulada "Respuestas a la injusticia en
primates no humanos -
Responses to Inequity in Non-human Primates",
de la Dra. Sarah Brosnan de la Georgia State University,
se analizaron varios estudios diferentes realizados en nuestros
parientes no humanos más cercanos.
Sarah Brosnan
Varios de estos estudios indican que muchas especies de primates se
niegan a participar en actividades que según su percepción favorecen
a otro animal de forma injusta.
Por ejemplo, en un estudio de 2003 publicado en la revista Nature,
la doctora Brosnan y sus colegas enseñaron a un grupo de monos
capuchinos femeninos a ofrecer pequeña piedrecitas a sus
instructores humanos a cambio de comida.
Los monos siempre fueron enjaulados en
parejas, para que pudieran ver qué tipo de tratamiento recibía de
los instructores el otro mono que les acompañaba.
Uno de los monos fue recompensado con una uva (más deseable),
mientras que al otro mono sólo se le ofreció un pedazo de pepino
(menos deseable) por realizar la misma tarea.
A medida que esto fue haciéndose en las
diferentes jaulas, el mono al que se le había ofrecido el pepino, a
menudo se negó a participar en el ensayo adicional.
Por ejemplo, hubo monos que se negaron a entregar la piedra, otros
se negaron a aceptar el pepino o incluso tiraron la piedra o el
pepino al suelo con evidentes gestos de exasperación.
Estos comportamientos no son vistos normalmente en los monos que no
están comparando el tratamiento recibido con el de otro animal.
Las reacciones negativas de los monos se multiplicaban por dos en
los casos en que los monos veían que su compañero de jaula recibía
la uva sin tan solo entregar un guijarro a cambio.
Estudios similares han demostrado reacciones comparables en los
chimpancés.
Este agudo sentido de la justicia probablemente le resultó útil a
nuestros antepasados durante toda la historia de la evolución,
afirmó la doctora Brosnan:
"El hecho de que nos encontramos con
el sentido de la justicia en un primate no humano implica que es
un comportamiento evolucionado y que a nivel evolutivo, ofrece
un buen beneficio"
Nota del Robot: esto
demuestra también que 'hay personas menos evolucionadas que los
monos', pues no tienen ningún sentido de la justicia y la equidad ni
cuando ellos son los principales afectados por ello…
Fuentes
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