del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
He tenido la fortuna de conocer gente de todo tipo y con todo tipo de experiencias, que me han ayudado a tener una idea más global de lo que piensa, siente y cree la gente real de la calle, personas como yo, con los mismos problemas que yo.
Para mi es y será una fortuna y me siento muy agradecido por como esas personas han compartido con un desconocido como yo, esas cosas que sentimos todos, que nos ocurren a todos o que se nos pasa por la cabeza a todos, pero qué no todos estamos dispuestos a admitir públicamente.
Esas dudas, esas incertezas y esas
imprecisiones que al final nadie resuelve y que te ves empujado a
buscarte la vida, y aventurarte a abrirte a un desconocido, en un
blog o en una red social, con el riesgo que esto conlleva ya que al
aparecer en público y a la vista de todos, te arriesgas a que te
juzguen sin conocerte, te tachen o te etiqueten de cualquier cosa y
se te sentencie porque sí, cuando en realidad solo buscas
respuestas o tratas de responderlas con las pocas conjeturas que has
logrado amontonar en tu camino.
Es algo que siempre he tenido claro, soy como tú, ni más ni menos y desde ese punto de partida he tratado de lograr mi propia meta.
Para mí la humildad, la honestidad y la
honradez debe primar sobre cualquier otra cosa, razón o argumento, y
por eso me he apartado de todos aquellos que han tratado de
regalarme el oído o me han etiquetado con títulos que hacían
elevarme a un pedestal que no me correspondía o me diferenciaba de
las personas que formamos la masa y somos el barro que pisan las
clases y las élites.
Jamás creí nada, ni me sentí tentado por nada de esto, no soy distinto ni diferente de nadie y no soy más que nadie, muchos al rechazar estos titulillos se apartaban decepcionados, quizá porque tenían asumido su rol de discípulo, creyente o vasallo, pero para mí todos estamos en el mismo barco y somos todos lo mismo.
No pretendo ponerme medallas, pero si pienso que todos tenemos que tener claro lo que no somos, para poder hallar lo que somos en realidad.
No creo que creerme maestro o sabio, me
ayude ni a mí ni a nadie, de hecho creo que es una losa, por eso hay
tanto perdido como hay.
Jamás serás libre
si solo te dedicas a mudarte de un
cercado a otro. Esto viene a cuento porque en estos dos breves pero intensos años, me he encontrado con trabajadores de la luz, guerreros de la luz, semillas estelares y cosas por el estilo, etiquetas que hacían a esas personas con vidas más o menos comunes, que se creyeran distintos, diferentes al resto, interiormente eran tal o cual cosa y eso los hacia especiales.
Jamás me topé, con alguien que me dijera que logró recordar su origen estelar o cósmico, que no fuera un guerrero o un enviado en una misión especial...
Soy consciente de que en este planeta
somos muchos y que
nuestro origen estará muy,
MUY repartido, pero lo que si tengo claro es que hasta que no
sepa por mí mismo mi propio origen y mi propia identidad real, la
esencia de lo que soy, rechazaré todos esos títulos nobiliarios que
se ponen aquellos que ansían destacar.
Esos guerreros de luz cuentan alegremente sus gestas en las que combaten contra todo tipo de entes en el astral, y yo no puedo más que sonrojarme ante algo que es evidente que por muy real que les parezca y por muy vívida que sea la experiencia, no es más que una ilusión.
Dudo que ayuden a nadie, dudo que nadie
sepa más o tenga algo más claro que cualquiera porque se proyecte,
canalice, maneje energías o vea cosas.
Ojala me equivoque, pero no me imagino un planeta con siete mil millones de guerreros de luz trabajando de 7 a 15, comprando el pan y calentando la sopa en el microondas.
Me alegro por ti si eres un guerrero de
la luz y tienes una flota estelar que viene de Alfa Centauri
esperando con sus naves a que tú acabes tu misión, pero seamos un
poquito serios y bajémonos de estos pedestales que puede que la
caída duela y mucho.
Está claro que este mundo necesita héroes y en todas las películas el paria es al final el elegido para salvar al mundo, esto es una idea que compramos todos, todos nos identificamos con el pringao y todos deseamos ser el prota, el héroe.
Si todo esto lo extrapolas a todos esos
trabajadores de la luz, guerreros de la luz, semillas estelares,
niños índigo... (y no-se-cuantas-cosas-mas) tendrás la misma fórmula
que compras al ir al cine a ver esas pelis.
Así se salva el mundo, eso sí..., no hay
vítores, ni aplausos, ni fama. Es lo que tiene que ser uno.
No compres lo que no necesitas...
|