por Manuel Freytas
23 Abril 2013
del Sitio Web
IARNoticias
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El humano masificado, consumista y alienado no es otra cosa que el
individualismo y la indiferencia programados masivamente como "normalidad"
por el sistema capitalista.
El valor humano convertido en cifra
(valor numérico).
El sistema capitalista es matemático. Trabaja sobre números, no
sobre personas, y sin embargo su lenguaje (matemático) es utilizado
para identificar personas en claves numéricas.
Las palabras “normal” o “anormal”, son equivalentes socialmente a "mayoría"
y "minoría". La palabra “normal” viene de “norma”, que es un término
estadístico para darle una identidad de nivelación numérica a las
mayorías. La palabra "anormal" se constituye en las antípodas de lo
"normalidad", y es minoría ("numérica) en relación con la "anormalidad".
Es decir, las características de las mayorías (numéricas)
constituyen la norma.
Pero esto es matemático, por lo tanto lógica
matemática, o sea, lógica para números. De esta manera, la
“normalidad” sólo rige para los que coinciden con las mayorías del
sistema, las mayorías convertidas en números. Sólo números.
En el capitalismo, pensar no es pensar, sino recrear mecánicamente
los valores (numéricos) programados en las cabezas por el sistema.
Eso nivela con la mayoría estadística. El que se sale de las reglas y
utiliza el cerebro para procesar el mundo por sí mismo (sin las
reglas del sistema), se convierte estadísticamente en un “anormal” .
El sistema solo está programado para "normales". Y lo "normal" es
dejar que te programen con la normalidad.
Pero, ¿qué es la
“normalidad” en el capitalismo?
Normal es el hombre y la mujer que creen en la paz, en la familia y
en la propiedad privada. Lo que signifiquen esos valores no importa.
Que el sistema capitalista utilice esos valores para masacrar
humanos en masa y depredar el planeta, no importa.
Son los valores (matemáticos)
nivelados en la cabeza de las mayorías como la "normalidad aceptada".
Según Wikipedia:
"La anormalidad es una característica definida en
forma subjetiva, se asigna a aquellas personas que poseen
condiciones raras o disfuncionales. Definir si una persona es normal
o anormal es un tema difícil en el campo de la psicología de la
anormalidad".
Esa misma interpretación, llevada al plano de la realidad social
concreta, significa que la "anormalidad" es una categoría que se
asigna a las personas que resultan "disfuncionales" para el sistema
de la sociedad de consumo que establece las normas de comportamiento
social.
En otras palabras,
-
Si se actúa como las mayorías (numéricas) se es "funcional"
y “normal”
-
Si se piensa por uno mismo, se es “anormal” y
“disfuncional”
Pero hay otra definición:
Normal o anormal, son términos antitéticos
para definir a los que rechazan, o a los que comparten sin
cuestionar las reglas sociales, políticas y económicas del sistema
capitalista que programa y nivela el pensamiento humano "unido" a
escala planetaria.
De este modo, resulta que las mayorías,
-
que celebran los mundiales de
fútbol
-
que adoran ídolos faranduleros
-
que votan en las elecciones
sin conciencia crítica
-
que rechazan las huelgas y las protestas
sociales
-
que disfrutan de la sociedad de consumo mientras la mitad
de la humanidad vive en la pobreza,
...son "normales".
El humano masificado y alienado no es otra cosa que la indiferencia
y el individualismo programados masivamente como "normalidad" por el
sistema capitalista a escala global. El valor humano convertido en
cifra (valor numérico).
La “normalidad” en el sistema, entonces, es lo que hace la mayoría
que sigue a los eslóganes de los medios de comunicación y la
sociedad. Celebrar la fiestas marcadas por el calendario, no
criticar al sistema, ser indiferente al sufrimiento humano social,
ser amiguero y familiero, pero indiferente a los dramas colectivos.
Eso es ser "normal"...
Y parece ser el parámetro para medir a los
“normales” y “anormales” del sistema. Y el sistema sólo está
programado para los “normales”.
Las mayorías pueden tener "emociones" y pensamientos individualistas,
pero lo que no pueden hacer es rechazar el programa nivelador con la
sociedad de consumo y la ideología individualista que la familia, la
escuela y los medios de comunicación (herramientas del sistema)
grabaron en su cerebro.
El que se sale del sistema es "anormal", y
es rechazado por las mayorías programadas por la "normalidad".
Desde el nacimiento, dentro de la familia, ya se comienzan a
programar los “valores” que el sistema acepta como “normales”. Luego,
a través de la “educación formal” y desde el jardín de infantes
hasta la universidad, en sus distintos niveles de “aprendizaje”, el
sistema socializa al chico y a la chica en los parámetros
socioculturales del sistema.
Ninguna escuela o universidad del sistema enseñan a pensar e
interpretar analíticamente la realidad. Enseñan a respetar el orden
establecido. “Normalizan”.
Y
los medios de comunicación son los que dicen qué es lo que se debe
hacer y sentir para ser “normal”. Completan el trabajo de adaptación
que empieza con la familia, y que sigue con la escuela.
Cuando los
medios dicen que hay que reír, las mayorías ríen, cuando dicen que
hay que llorar, lloran, consumiendo alegrías y amarguras
indistintamente.
Pero el sistema es astuto, y jamás dirá que hay que sufrir por las
injusticias, las muertes o el hambre provocados por el sistema mismo.
Y si alguno se sale del molde, entran a actuar,
...y termina finalmente internado en un
hospital neuropsiquiátrico o encerrado en una cárcel.
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