por Mary West
Julio 04, 2011
del Sitio Web
PreventDisease
traducción de
Adela Kaufmann
Versión
original
Mientras que la vida en la ciudad ofrece muchas comodidades y
ventajas que no se encuentran en la vida rural, pudiera también
tener un lado negativo en el área de la salud mental.
Los habitantes de la ciudad en general, están más estresados y
tienen un mayor riesgo que sus contrapartes rurales de desarrollar
una enfermedad mental. Aunque los científicos han sido conscientes
de esto, no sabían la razón.
Un nuevo estudio ha revelado ciertas alteraciones en la función del
cerebro que podría servir de explicación,
reportes del Time Healthland.
Investigaciones previas indican que aquellos que crecen en una
ciudad tienen una de dos a tres veces mayor probabilidad de
desarrollar esquizofrenia. Además, estudios anteriores muestran que
incluso después de alcanzar la edad adulta, la vida urbana aumenta
la probabilidad de contraer trastornos de ansiedad en un 21% y
enfermedades del estado de ánimo, como depresión, por un 39% en
comparación con los habitantes de las zonas rurales.
El nuevo estudio ha proporcionado más ilustración sobre la cuestión
.
En una investigación internacional publicada en la
revista Nature,
los investigadores de la Universidad de Heidelberg y la Universidad
McGill informan que los habitantes de la ciudad o aquellos que
fueron criados en ciudades presentan características definitivas de
actividad en áreas específicas del cerebro que no se encuentran en
las poblaciones rurales.
El estudio identificó dos áreas del cerebro que parecen estar
involucradas en la respuesta al estrés.
Una estructura del cerebro que resultó ser la culpable es
la
amígdala, un área que regula la ansiedad y el miedo. Esta parte del
cerebro es más utilizada en situaciones de estrés o amenaza y el
estudio sugiere que es más sensible en los habitantes de la ciudad.
Otra parte del cerebro implicada en el estudio es la
circunvolución
del cíngulo, o circunvolución del cuerpo calloso, una región que es más un regulador global de la tensión o el estrés.
La investigación encontró que aquellos criados en la ciudad durante
sus primeros quince años de vida mostraron una mayor activación de
esta área. Además, esta incrementada activación parece ser más
permanente que en aquellos que se trasladaron a las ciudades más
tarde en la vida, afirma Jens Pruessner, uno de los coautores de la
investigación.
Él explica que, dado que los cambios ocurren en un período
importante del desarrollo, estos individuos son más conscientes de
las situaciones de estrés para el resto de sus vidas.
El investigador líder, Andreas Meyer-Lindenberg, explica que aunque
las dos estructuras cerebrales son separadas, están unidas formando
un circuito. De acuerdo con
Discovery News, él caracteriza los
hallazgos afirmando que encontraron que las áreas del cerebro
conectadas a enfermedades mentales eran hiperactivas en los
habitantes de la ciudad.
En el estudio, los investigadores aplicaron estrés a voluntarios,
mientras que sus cerebros estaban siendo escaneados por resonancias
magnéticas con el fin de determinar qué áreas del cerebro se
activaban por situaciones de estrés. Se ejercía estrés en los
participantes, haciendo que éstos trabajaran con problemas difíciles
de matemáticas, mientras se encontraban, ya sea bajo presión de
tiempo o mientras eran criticados por los investigadores por su
pobre desempeño.
Después de la aplicación de estrés, los investigadores compararon
los resultados de la prueba con la densidad de población del área en
la cual vivían actualmente los participantes, así como el lugar
donde fueron criados. Ellos encontraron que el grado de activación
de la amígdala se incrementaba con el tamaño de su ciudad natal,
siendo más alta en las áreas metropolitanas más importantes y más
bajas en las áreas rurales.
Los investigadores no están sugiriendo que la gente abandone la
ciudad y se traslade al campo, pero al lograr identificar los
factores exactos de la vida en la ciudad que son responsables para
estos cambios cerebrales, podría tener implicaciones para la
planificación de las ciudades. Ellos piensan que los aspectos
sociales de la vida urbana, más que factores como el ruido o la
contaminación, son los factores estresantes que afectan al cerebro.
Futuras investigaciones de escaneos cerebrales podrían ayudar a que
los investigadores determinaran los agentes causantes del estrés en
el entorno urbano.
Fuentes
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