Investigadora del Grupo ETC del Sitio Web EcoPortal
México
En su reciente asamblea en Bogotá, con delegados de casi todos los países de la región, además de científicos y académicos invitados, construyeron un panorama detallado lo que han significado los transgénicos.
Diecisiete años de siembras y el segundo lugar en área global sembrada con transgénicos, han resultado en desplazamientos, desolación y muerte.
Muertes en sentido literal, de niños fumigados
por agrotóxicos, nacidos con malformaciones, de vecinos de campos
sembrados que se enfermaron de leucemia y otras dolencias.
Se plantan para forraje en inmensas plantas industriales de cría confinada de pollos, cerdos y vacunos, todas con alto nivel de contaminación, que conllevan violencia y fuertes impactos en la salud animal y humana. Lejos de mejorar la alimentación humana, la empeoran.
Argentina, es un ejemplo contundente. Con inmensas áreas de soya transgénica han empeorado tanto la calidad de la carne producida, como la alimentación de la población, sobre todo infantil y en áreas rurales.
Por la ocupación de territorio con monocultivos y debido al empobrecimiento que esto ha provocado, la población rural consume ahora leche y frijol de soya, con demostrados impactos negativos en la salud debido al alto contenido de hormonas vegetales que contiene la soya.
Pediatras argentinos explican que contrariamente a la
propaganda, la soya sin fermentar es un alimento dañino que no debe
consumirse nunca antes de los 12 años y posteriormente solo en forma
ocasional.
En Argentina, ya existen varias asociaciones de pueblos fumigados, con múltiples testimonios de los efectos devastadores de los agrotóxicos ligados a los transgénicos:
Por la resistencia a
los químicos y las supermalezas que ha generado este uso masivo de
químicos, las empresas están introduciendo agroquímicos aún más
tóxicos, como
2,4-d y
dicamba.
El caso más extremo de injerencia política de la industria transgénica es el golpe de estado en Paraguay, provocado por latifundistas, relacionados con Monsanto y otras transnacionales.
Poco después del golpe, se plantaron varios
transgénicos nuevos, sin ningún proceso de bioseguridad y contra las
medidas precautorias del gobierno anterior.
Ya han autorizado enormes superficies - de miles a
millones de hectáreas - de soya y algodón transgénico en varios
estados, pese a que esto, especialmente las plantaciones de soya en
la península de Yucatán y Chiapas, significará daños mayores a cerca
de 25,000 familias de apicultores campesinos y arruinará la
exportación de miel, uno de los principales rubros de exportación
del país.
Por ejemplo, la Rallt expresó su rechazo tajante a la liberación comercial de maíz transgénico en México, un hecho sin precedente en la historia de la agricultura, pues sería la primera vez que ocurriera una devastación de tal magnitud en uno de los centro de origen de un cultivo que alimenta a la humanidad.
También la reciente sexta conferencia internacional de La Vía Campesina, red con más de 200 millones de miembros, declaró su apoyo a la resistencia a los transgénicos en México.
En su resolución condenan este nuevo atropello de las
transnacionales contra los campesinos, contra los pueblos del maíz,
contra la biodiversidad y la soberanía alimentaria, considerándolo
una violación contra los derechos de los campesinos y campesinas que
lo han creado y legado para bien de toda la humanidad.
Este fin de semana se reúne en Jalisco otra pre-audiencia del TPP, titulada Territorialidad, subsistencia y vida digna donde se presentarán testimonios de comunidades sobre estos temas, otra forma de fortalecer el conocimiento de las realidades y la resistencia ante la violencia corporativa que representan los transgénicos.
Nota:
Más información sobre Rallt y
audiencia del TPP en
http://redendefensadelmaiz.net/
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