por Jeffrey M. Smith
1 Septiembre 2010
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Entre los efectos negativos comprobados están, los riesgos de
infertilidad, desregulación inmune, envejecimiento acelerado, desregulación de genes asociados con síntesis de colesterol y
regulación de insulina, cambios en el hígado, riñones, bazo y
sistema gastrointestinal.
El 19 de mayo de 2009, la Academia Estadounidense de Medicina
Ambiental (AAEM) apeló a que los,
«médicos eduquen a sus pacientes, a
la comunidad médica y al público para que eviten los alimentos genéticamente modificados (GM), siempre que sea posible, y que los
médicos proporcionen material educativo en relación con alimentos GM
y riesgos para la salud.» [1]
Solicitaron una moratoria de los alimentos transgénicos; estudios
independientes de largo plazo, y el etiquetado de los alimentos GM.
El documento de la AAEM declaró,
«Varios estudios en animales
señalan graves riesgos para la salud, asociados a los alimentos GM,
que incluyen,
Llegan a la conclusión que,
«hay más que una relación casual
entre los alimentos transgénicos y los efectos adversos para la
salud. Hay una relación de causalidad», según la definición de
criterios científicos reconocidos.
«La fuerza de la asociación y
coherencia, entre los alimentos modificados genéticamente y la
enfermedad, la confirman varios estudios en animales».
Cada vez más médicos están prescribiendo
dietas libres de transgénicos.
La doctora Jennifer Armstrong,
Presidente de la AAEM, dice:
«Los médicos probablemente están
viendo los efectos de los OGMs en sus pacientes, pero es
necesario que sepan hacer las preguntas correctas».
El mundialmente renombrado biólogo
Pushpa M. Bhargava va un paso adelante.
Después de revisar más de
600 revistas científicas, concluye que los organismos modificados
genéticamente (OMGs) contribuyen significativamente al agudo
deterioro de la salud de la población.
Gran Riesgo para Mujeres Embarazadas y Bebés
De entre la población, el biólogo David Schubert del
Instituto Salk advierte que,
«los niños son los más propensos a
que ser afectados negativamente por toxinas y otros problemas
alimenticios» relacionados con los alimentos GM.
Schubert señala que, sin los estudios
adecuados, los niños se convierten en «animales de experimentación».[2]
La experiencia real con animales de experimentación alimentados con
productos GM es pavorosa. Cuando se alimentó a ratas hembras con
soya transgénica, la mayoría de sus crías murieron en un lapso de
tres semanas, en comparación con una tasa de mortalidad del 10% en
el grupo de control alimentado con soya natural. [3]
Las crías alimentadas con transgénicos
también fueron más pequeñas, y más tarde tuvieron problemas para
quedar preñadas.[4]
Cuando se alimentó a las ratas macho con soya GM, el color normal
rosado de sus testículos cambió a azul oscuro.[5] Los
ratones alimentados con soya GM mostraron alteración del esperma
juvenil. [6]
Incluso los embriones de los ratones padres,
alimentados con transgénicos, presentaron cambios significativos en
su ADN.[7]
En un estudio hecho por el gobierno austríaco,
los ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos crías,
las que también resultaron más pequeñas que lo normal.[8]
Los problemas reproductivos también afectan al ganado.
Investigaciones en el estado de Haryana, India, revelaron que la
mayoría de los búfalos que comían semillas de algodón GM tenían
complicaciones, tales como partos prematuros, abortos, infertilidad
y el prolapso uterino. Muchos terneros morían.
En los Estados Unidos,
alrededor de dos docenas de agricultores informaron que miles de
cerdos habían quedado estériles después de consumir ciertas
variedades de maíz GM.
Algunos presentaban preñeces falsas, mientras
que otros daban a luz bolsas de agua. Las vacas y los toros también
se volvieron infértiles cuando se los alimentó con el mismo maíz.[9]
Alimentos
Diseñados para Producir la Toxina
El maíz y el algodón GM están diseñados
para producir su propio pesticida incorporado en cada célula.
Cuando los insectos atacan a la planta,
el veneno se les esparce en el estómago y los mata. Las empresas de
biotecnología afirman que el pesticida, llamado Bt - producido a
partir de bacterias del suelo Bacillus thuringiensis -
tiene antecedentes de uso seguro, puesto que los agricultores
orgánicos y otros usan bacterias Bt en aerosol para el control
natural de insectos.
Sin embargo, la toxina Bt producida en
plantas modificadas genéticamente,
-
es miles de veces más
concentrada que el aerosol natural de Bt
-
está diseñado para ser
más tóxico
[10]
-
tiene las propiedades de un
alérgeno
-
a diferencia del aerosol, no
puede ser eliminado de la planta
Por otra parte, los estudios confirman
que incluso el aerosol natural bacteriano menos tóxico es dañino.
Cuando fue dispersado por fumigación
aérea para matar polillas lagarta en el noroeste del Pacífico, cerca
de 500 personas informaron de síntomas de alergia o gripe. Algunos
tuvieron que acudir a un servicio de urgencia.[11],[12]
Los síntomas son exactamente los mismos
que se informan de los trabajadores agrícolas en toda la India, con
la manipulación del algodón Bt.[13]
En 2008, sobre la base de los registros
médicos, el Sunday India informó:
«El número de víctimas de picazón ha
aumentado este año en forma masiva [...] en relación con el
cultivo de algodón Bt». [14]
OMGs Provocan
Reacciones Inmunes
La AAEM señala:
«Múltiples estudios en animales
muestran una significativa desregulación inmune», incluido el
aumento en las citoquinas, que se «asocian al asma, la alergia y
la inflamación», todo lo cual va en aumento en los países que
consumen alimentos GM.
Según el experto en seguridad
alimentaria y alimentos GM, Dr. Arpad Pusztai, los cambios en
la condición inmune de los animales alimentados con transgénicos
son,
«una característica constante de
todos los estudios». [15]
Incluso la propia investigación de
Monsanto mostró cambios
significativos en el sistema inmune de ratas alimentadas con maíz Bt.[16]
En noviembre de 2008, el gobierno
italiano también observó que los ratones presentaron una reacción
inmunológica al maíz Bt.[17]
La soya y el maíz transgénicos cada uno
contiene dos nuevas proteínas con propiedades alergénicas;[18]
la soya GM tiene hasta siete veces más inhibidor de tripsina de
soya, un conocido alérgeno,[19] y aplicado en la piel con
una aguja, las pruebas muestran que algunas personas reaccionan a la
soya GM, pero no a la no GM.[20]
Poco después que la soya transgénica fue
introducida en el Reino Unido, el número de casos de alergia a la
soya se disparó en un 50%.
Tal vez la epidemia de alergias
alimentarias y asma sea una contingencia de la manipulación
genética.
El Peor Hallazgo
de Todos - los OMGs Permanecen Dentro de Nosotros
El único estudio de alimentación humana
publicado revela lo que puede ser el problema más peligroso de los
alimentos GM.
El gen insertado en la soya GM se
transfiere al ADN de las bacterias que viven dentro de nuestro
intestino, donde
sigue funcionando. [26]
Esto significa que mucho tiempo después
de dejar de comer los OGMs, todavía podemos tener proteínas GM
potencialmente dañinas, que se producen continuamente dentro de
nosotros.
Dicho más claramente, comer palomitas de
maíz producidas a partir de maíz Bt podría transformar nuestras
bacterias intestinales en fábricas vivas de pesticidas, posiblemente
por el resto de nuestras vidas.
Cuando en las conferencias médicas en
todo Estados Unidos se informa acerca de la evidencia de la
contaminación genética, los médicos suelen responder citando el
enorme aumento de los problemas gastrointestinales entre sus
pacientes en la última década.
Los alimentos transgénicos podrían estar
colonizando la flora intestinal de todos nosotros.
Peligrosa
Escasez de Estudios, Enfermedades que son Imposibles de Rastrear
La AAEM afirma que,
«los alimentos transgénicos no han
sido probados adecuadamente» y «suponen un riesgo grave para la
salud».
No se ha publicado ni un solo ensayo
clínico en seres humanos en materia de OMGs.
Una revisión hecha en 2007 de la
literatura científica publicada sobre los,
«posibles efectos tóxicos/riesgos
para la salud, de la plantas modificadas genéticamente», reveló
«que los datos experimentales son muy escasos».
El autor concluye su revisión con la
pregunta:
«¿Dónde está la evidencia científica
que muestra que las plantas/alimentos GM son toxicológicamente
seguros, como lo presumen las empresas de biotecnología?»[28]
El afamado genetista canadiense David
Suzuki responde:
«Los experimentos simplemente no se
han hecho y ahora nos hemos convertido en conejillos de Indias».
Y añade:
«Cualquier persona que diga ‘Oh,
sabemos que esto es perfectamente seguro’, o es increíblemente
estúpida o miente deliberadamente».[29]
El Dr. Schubert señala:
«De haber problemas, probablemente
nunca lo sabremos, porque la causa no será detectable y muchas
enfermedades toman largo tiempo en desarrollarse».
«Si los OMGs llegaran a causar
síntomas agudos e inmediatos con un sello único, tal vez
entonces podríamos tener oportunidad de averiguar la causa».
Esto es precisamente lo que ocurrió, a
fines de 1980, durante una epidemia en Estados Unidos.
La enfermedad fue de acción rápida y
mortal, y provocó un cambio único y medible en la sangre, pero no
obstante, tomó más de cuatro años para siquiera identificar que se
trataba de una epidemia. Para entonces, ya había matado a unos 100
estadounidenses y provocado que entre 5.000 y 10.000 personas se
enfermaran o quedaran permanentemente discapacitadas.
Esto lo causó un producto de la
ingeniería genética, un complemento alimenticio llamado
L-triptófano.
Nunca sabremos si otros alimentos
modificados genéticamente están contribuyendo al aumento del
autismo, la obesidad, diabetes, asma, cáncer, enfermedades del
corazón, alergias, problemas reproductivos, o cualquier otro
problema de salud común.
De hecho, dado que los animales
alimentados con OMGs, han presentado una variedad tan amplia de
problemas, las personas susceptibles pueden reaccionar a los
alimentos transgénicos con síntomas múltiples.
Por lo tanto, es revelador que en los
primeros nueve años después de la introducción a gran escala de
cultivos transgénicos en 1996, la incidencia de personas con tres o
más enfermedades crónicas casi se duplicó, del 7% al 13%.[30]
Para ayudar a determinar si los OGMs
están causando daño, la AAEM pide a sus,
«miembros, la comunidad médica y la
comunidad científica independiente que recopilen estudios de
casos potencialmente relacionados con el consumo de alimentos GM
y efectos sobre la salud; que inicien una investigación
epidemiológica para estudiar el papel que representan los
alimentos GM en la salud humana, y que apliquen métodos seguros
para determinar el efecto de los alimentos GM sobre la salud
humana».
No es necesario que los ciudadanos
esperen los resultados para seguir el consejo de los médicos de que
eviten los alimentos GM.
Las personas pueden mantenerse alejadas
de cualquier cosa que tenga soya o derivados del maíz importado,
algodón y aceite de canola, y del azúcar de remolacha azucarera GM,
a menos que diga ‘orgánico’ o ‘no OGM’.
Aunque sólo un pequeño porcentaje de la
gente eligiera las marcas no OGM, es probable que la industria
alimentaria tuviera que responder, como lo hiciera en Europa, con la
eliminación de todos
los ingredientes modificados genéticamente.
Así, la receta de AAEM de no consumir
OGMs podría representar una inflexión en el suministro de alimentos.
Video
Los Alimentos Transgénicos
by
Sangre(R)ebelde
2 Noviembre 2010
del Sitio Web
Vimeo
Referencias
bibliográficas
[1] http://www.aaemonline.org/gmopost.html
[2] David
Schubert, personal communication to H. Penfound, Greenpeace
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[4] Irina
Ermakova, “Experimental Evidence of GMO Hazards,”
Presentation at Scientists for a GM Free Europe, EU
Parliament, Brussels, June 12, 2007
[5] Irina
Ermakova, “Experimental Evidence of GMO Hazards,”
Presentation at Scientists for a GM Free Europe, EU
Parliament, Brussels, June 12, 2007
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[16] John M.
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[18] See L
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[20] Hye-Yung
Yum, Soo-Young Lee, Kyung-Eun Lee, Myung-Hyun Sohn, Kyu-Earn
Kim, “Genetically Modified and Wild Soybeans: An immunologic
comparison,” Allergy and Asthma Proceedings 26, no. 3
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[23] Jeffrey
M. Smith, Genetic Roulette: The Documented Health Risks of
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(2002): 73–84.
[25] Stéphane
Foucart, “Controversy Surrounds a GMO,” Le Monde, 14
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Subchronic Comparison Study with MON 863 Corn in Rats
Preceded by a 1-Week Baseline Food Consumption Determination
with PMI Certified Rodent Diet #5002,” December 17, 2002
http://www.monsanto.com/monsanto/content/sci_tech/prod_safety/fullratstudy.pdf
[26]
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[27] See
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[28] José
Domingo, “Toxicity Studies of Genetically Modified Plants: A
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food science and nutrition, 2007, vol. 47, no8, pp. 721-733
[29] Angela
Hall, “Suzuki warns against hastily accepting GMOs”, The
Leader-Post (Canada), 26 April 2005.
[30] Kathryn
Anne Paez, et al, “Rising Out-Of-Pocket Spending For Chronic
Conditions: A Ten-Year Trend,” Health Affairs, 28, no. 1
(2009): 15-25
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