por Dan Eden
8 Febrero 2012
del Sitio Web
ViewZone
traducción de
Adela Kaufmann
Versión
original en ingles
¿Son los humanos realmente seres de luz?
Recibo muchas sugerencias para historias, y realmente las aprecio.
Pero algunas de ellos son demasiado buenas para ser verdad.
Dan Eden Examina
algunas sorprendentes afirmaciones hechas por científicos rusos
Un ejemplo de esto fue la historia de un esqueleto humano gigante -
tal vez de 40 pies de altura - que fue descubierto por un equipo
ruso de arqueólogos.
La historia tenía fotos y enlaces acompañándola, y parecía
prometedora. Pero cuando los enlaces fueron investigados, ellos
entraron en un círculo. Cada enlace usaba el otro enlace como fuente.
Finalmente aparecieron los elementos de las fotos y pudimos
reconocer que un buen trabajo de Photoshop nos había engañado a
todos.
Tuve esta misma experiencia esta semana cuando me enviaron un
artículo, en donde un científico ruso (de nuevo), Pjotr Garjajev,
había logrado interceptar la comunicación de una molécula de ADN en
forma de fotones ultravioleta - ¡luz!
Es más, afirmó haber capturado esta comunicación de un organismo (un
embrión de rana) con un rayo láser que luego fue transmitido a otros
organismos de ADN (un embrión de salamandra), haciendo que este
último embrión se convirtiera en una rana!
Pero esto sólo fue el principio.
El Dr. Garjajev afirma que esta comunicación no es algo que ocurre
sólo dentro de las células individuales o entre una célula y otra.
Afirma que los organismos utilizan esta "luz" para "hablar" con
otros organismos, y sugirió que esto podría explicar la telepatía y
la percepción extrasensorial.
Era como si los seres humanos ya tuvieran su propio Internet
inalámbrico basado en nuestro ADN. ¡Wow!
Traté de encontrar una revista científica que tuviera este
experimento. Todo lo que pude encontrar fueron blogs y otros sitios
Web que llevaban la misma historia, palabra por palabra, sin ninguna
referencia. Eso es hasta que me topé con el trabajo de Fritz-Albert Popp [abajo].
Entonces todo lo que acababa de leer parecía muy verosímil.
Fritz-Albert Popp pensó que había descubierto una cura para el
cáncer. No estoy convencido de que no lo hizo.
Era 1970, y Popp, un biofísico teórico de la Universidad de Marburg
en Alemania, había estado enseñando radiología - la interacción de
la radiación electromagnética (EM) sobre los sistemas biológicos.
Popp consideraba que era demasiado pronto para preocuparse por cosas
como
los teléfonos celulares y las torres de microondas, que están
ahora comúnmente relacionados con el cáncer y la leucemia.
Su mundo era mucho más pequeño.
Había estado examinando dos moléculas casi idénticas: el benzo[a]pireno, un hidrocarburo policíclico conocido por ser uno de los más
letales agentes carcinógenos para los seres humanos, y su gemelo (excepto
por una pequeña alteración en su composición molecular), el benzo[e]pireno.
Él había iluminado ambas moléculas con luz ultravioleta (UV) en un
intento de encontrar exactamente qué fue lo que hizo tan
diferentes estas dos moléculas casi idénticas.
¿Por qué Luz Ultravioleta?
Popp eligió trabajar específicamente con la luz ultravioleta, debido
a los experimentos de un biólogo ruso llamado Alexander Gurwitsch
que, mientras trabajaba con cebollas en 1923, descubrió que las
raíces podrían estimular las raíces de una planta vecina, si las dos
plantas adyacentes se encontraban en potes de vidrio de cuarzo, pero
no si estuvieran en frascos de vidrio de silicio.
La única diferencia es que el silicio filtró longitudes de onda UV
de luz mientras que el cuarzo no lo hizo.
Gurwitsch teorizó que las raíces de cebolla podrían comunicarse entre
sí por medio de la luz ultravioleta.
Todas las vibraciones de energía son parte del espectro
electromagnético.
Estos incluyen la energía eléctrica, calor, sonido, luz, ondas de
radio y ondas radiactivas.
La luz UV es simplemente una pequeña porción del espectro de energía
EM con una longitud de onda muy corta.
Lo que Popp descubrió fue que el
benzo[a]pireno
(la molécula que
produce cáncer) absorbía la luz ultravioleta, y luego la re-emitía
en una frecuencia completamente diferente - era un "codificador" de
luz.
El benzo[a]pireno (inofensivo para los humanos), permitía que la
luz UV pasara a través de ella sin alteraciones.
Popp estaba desconcertado por esta diferencia, y continuó
experimentando con luz ultravioleta y otros compuestos. Él realizó su
prueba en 37 diversos productos químicos, algunos causantes de
cáncer y otros no. Después de un tiempo, fue capaz de predecir qué
sustancias podrían causar cáncer. En todos los casos, los compuestos
que son cancerígenos tomaron la luz UV, la absorbieron y le
cambiaron o revolvieron la frecuencia.
Había otra propiedad extraña de estos compuestos: cada uno de los
carcinógenos sólo reaccionó a la luz en una frecuencia específica -
380 nm (nanómetros) en la gama ultravioleta. Popp no dejaba de
preguntarse por qué una sustancia causante de cáncer sería un
codificador de luz.
Empezó a leer la literatura científica específica sobre reacciones
biológicas humanas, y se encontró con información acerca de un
fenómeno llamado 'fotorreparación'.
Fotorreparación
Es bien conocida a partir de experimentos biológicos de laboratorio
que si usted hace explotar una célula con luz UV de manera que el 99
por ciento de la célula, incluyendo su ADN, se destruya, puede casi
enteramente reparar el daño en un solo día sólo iluminando la célula
con la misma longitud de onda a una intensidad mucho más débil .
Hasta el día de hoy, los científicos no entienden este fenómeno,
llamado fotorreparación, pero nadie lo ha cuestionado.
Popp también sabía que los pacientes con
xerodermia pigmentosa [arriba]
eventualmente mueren de cáncer de piel debido a que su sistema de
fotorreparación no puede reparar el daño solar.
Le llamó la atención también por el hecho de que fotorreparación
funciona con más eficiencia a 380 nm -. La misma frecuencia a la
cual reaccionan y se revuelven (codifican) los compuestos que causan
cáncer.
Aquí fue donde Popp hizo su salto lógico.
Si los carcinógenos sólo
reaccionan a esta frecuencia, de alguna manera debe estar vinculada
a fotorreparación. Si es así, significaría que debe haber algún tipo
de luz en el cuerpo responsable de la fotorreparación. Un compuesto
cebe causar cáncer, porque bloquea permanentemente la luz y la
revuelve, por lo que la foto-reconstitución no puede seguir
funcionando.
Parecía lógico, pero ¿era cierto?
Luz dentro del cuerpo
Popp se asustó por esto.
Escribió sobre esto en un documento, y una prestigiosa revista
médica accedió a publicarlo.
No mucho tiempo después de eso, Popp fue abordado por un estudiante
llamado Bernhard Ruth, quien pidió a Popp que supervisara su trabajo
para su tesis doctoral. Popp le dijo a Ruth que estaba dispuesto a
hacerlo si el estudiante podía mostrar que emanaba luz del cuerpo
humano.
Este encuentro fue fortuito para Popp porque Ruth pasó a ser un
excelente físico experimental. Ruth pensó que la idea era ridícula,
y de inmediato se puso a trabajar construyendo equipo para probar
que la hipótesis de Popp estaba equivocada.
En dos años, Ruth había construido una máquina parecida a un gran
detector de rayos X que utilizaba un fotomultiplicador para contar
la luz, fotón por fotón. Incluso hoy en día, sigue siendo una de las
mejores piezas de equipo en el campo.
La máquina tenía que ser muy sensible, ya que tenía que medir lo que
Popp suponía, serían emisiones extremadamente débiles.
En un viejo documental tomado en el laboratorio en el Instituto
Internacional de Biofísica, el Dr. Popp abre una cámara del tamaño
de una caja de pan.
Coloca un corte fresco de una planta y un fósforo de madera en un
recipiente de plástico dentro de la cámara oscura y cierra la puerta
a prueba de luz.
Inmediatamente, él enciende el fotomultiplicador y aparece la imagen
en una pantalla de ordenador. El palito de la cerilla es negro,
mientras la verde silueta brillante de las hojas es claramente
visible.
El Dr. Popp exclama:
"Hoy sabemos que, el hombre es esencialmente un ser de luz ".
En 1976, estaban listos para su primer ensayo con plántulas de
pepino.
El fotomultiplicador mostró que los
fotones, u ondas de luz, de una
intensidad sorprendentemente alta, estaban siendo emitidos desde las
plántulas. En caso de que la luz hubiera tenido que ver con un
efecto de fotosíntesis, ellos decidieron que su próxima prueba - con
patatas - sería hacer crecer las plántulas de semillas en la
oscuridad.
Esta vez, cuando las plántulas fueron colocadas en el
fotomultiplicador, registraron una intensidad aún mayor de luz. Es
más, los fotones en los sistemas vivientes que ellos habían
examinado eran más coherentes que ninguna otra cosa jamás había
vista.
Popp empezó a pensar acerca de la luz en la naturaleza. La luz
estaba presente en las plantas y era utilizada durante la
fotosíntesis. Cuando comemos alimentos de origen vegetal, pensó,
debe ser que tomamos esos fotones y los almacenamos.
Cuando consumimos brócoli, por ejemplo, y lo digerimos, éste es
metabolizado en dióxido de carbono (CO2) y agua, además de la luz
almacenada del sol y la fotosíntesis. Extraemos las emisiones de CO2 y eliminamos el agua, pero la luz, una onda electromagnética, debe
ser almacenada. Cuando es tomada por el cuerpo, la energía de estos
fotones se disipa y se distribuye en todo el espectro de frecuencias
electromagnéticas, desde el más bajo al más alto.
Esta energía es la fuerza motriz para todas las moléculas de nuestro
cuerpo. Antes de que pueda producirse cualquier reacción química,
por lo menos un electrón debe ser activado por un fotón con una
determinada longitud de onda y suficiente energía.
El bioquímico y ganador del Premio Nobel, Lehninger, menciona en su
libro de texto que algunas reacciones en la célula viva sucederán
mucho más rápido que lo que corresponde a 37°C de temperatura.
La explicación parece ser que el cuerpo deliberadamente dirige las
reacciones químicas por medio de vibraciones electromagnéticas (biofotones).
Los fotones (luz), controlan todo en las células
Los fotones activan los procesos del cuerpo, como un director de
orquesta llevando cada instrumento al sonido colectivo.
A diferentes frecuencias realizan diferentes funciones.
Popp
encontró que las moléculas en las células respondieron a ciertas
frecuencias, y que una serie de vibraciones de los fotones causaban
una variedad de frecuencias en otras moléculas del cuerpo.
Esta teoría ha sido apoyada por el Dr.
Veljko Veljkovic que ahora
dirige el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias y de
Ingeniería del Instituto de Ciencias Nucleares Vinca.
Se atrevió a hacer la pregunta que siempre ha desconcertado a los
biólogos celulares:
¿Qué es lo que permitió a las decenas de miles de diferentes tipos
de moléculas en el organismo reconocer sus objetivos específicos?
Los procesos de vida dependen de las interacciones selectivas entre
moléculas particulares, y eso es cierto para el metabolismo básico
hasta los más sutiles matices de la emoción. Es como tratar de
encontrar un amigo en un salón de baile muy grande, muy concurrido,
en la oscuridad.
La imagen convencional de una célula, incluso ahora es aquella de
una bolsa de moléculas disueltas en agua. Y a través de chocar entre
sí por casualidad - colisiones aleatorias - aquellas moléculas que
tienen formas complementarias bloqueadas unas con otras, por lo que
puede tener lugar las reacciones bioquímicas apropiadas.
Esta modelo de ‘cerrojo y llave’ ha sido refinado a una hipótesis de
'ajuste inducido' más flexible (y realista) que permite a cada
molécula cambie ligeramente de forma para adaptarse a la mejor a la
otra después de ponerse en contacto, pero la idea principal sigue
siendo la misma.
Se supone que explica cómo las enzimas pueden reconocer sus
respectivos sustratos, de cómo los anticuerpos del sistema
inmunológico pueden agarrarse a invasores extraños específicos y
desarmarlos.
Por extensión, así es como las proteínas pueden 'acoplarse' con las
diversas proteínas asociadas, o adherirse a ácidos nucleicos
específicos para controlar la expresión de los genes, o ensamblarse
en los ribosomas para traducir las proteínas, u otros varios
complejos moleculares que modifican los mensajes genéticos de varias
maneras. Sin embargo, con miles, o incluso cientos de miles de
reacciones ocurriendo cada segundo en una sola célula, esto parece
empujar el concepto "mecánico" un poco demasiado lejos.
Lo que ha sido propuesto es que de alguna manera, cada molécula
emite un campo electromagnético único que pueden "sentir "el campo
de la molécula complementaria. Es como si hubiera un "baile" en el
medio celular y las moléculas se mueven al ritmo.
La música es suministrada por los biofotones.
"Veljkovic y Cosic propusieron que las interacciones moleculares son
de naturaleza eléctrica, y se llevan a cabo a través de distancias
que son grandes en comparación con el tamaño de las moléculas.
Cosic más tarde introdujo la idea de las interacciones dinámicas de
los campos electromagnéticos, que las moléculas reconocen sus
objetivos particulares y viceversa mediante resonancia
electromagnética .
En otras palabras, las moléculas emiten frecuencias específicas de
ondas electromagnéticas que no sólo les permiten "verse" y "oírse"
entre sí, ya que ambos modos,
fotones y
fonones existen para las
ondas electromagnéticas, sino que también influyen otros a otros a
distancia y son ineluctablemente atraídas entre sí, si están
vibrando fuera de fase (de forma complementaria). "
- La verdadera revolución Bioinformática: proteínas y ácidos
nucleicos se cantan unos a otros -
The Real Bioinformatics
Revolution: Proteins and Nucleic Acids Singing to One Another
"Hay alrededor de 100,000 reacciones químicas sucediendo en todas
las células cada segundo. La reacción química sólo puede ocurrir si
la molécula que está reaccionando es estimulada por un fotón ... Una
vez que el fotón ha despertado una reacción, vuelve al campo y está
disponible para más reacciones... Estamos nadando en un océano de
luz. "
Esta "emisión de biofotones', como Popp les llama, proporciona un
sistema de comunicación ideal para la transferencia de información a
través de muchas células del organismo.
Pero la pregunta más importante sigue siendo: ¿de dónde proviene la
luz?
Un estudiante especialmente dotado lo convenció a otro experimento.
Se sabe que cuando el bromuro de etidio se aplica a las muestras de
ADN, se insinúa entre los pares de bases de la doble hélice,
causando que el ADN se relaje (¿desenrolle?).
El estudiante sugirió que, después de aplicar el producto químico,
que midieran la luz proveniente de la muestra. Popp encontró que
cuanto mayor era la concentración de etidio, más del ADN se
descifraba, pero también más fuerte era la intensidad de la luz. Por
el contrario, mientras menos utilizaba, menos luz era emitida.
También descubrió que el ADN podría enviar una amplia gama de
frecuencias, algunas de las cuales parecían estar vinculadas a
ciertas funciones. Si el ADN era almacena esta luz, es naturalmente
emitiría más luz al ser descomprimido.
Estos y otros estudios le demostraron a Popp que una de las fuentes
más esenciales de luz y biofotones era el ADN. El ADN era como el
diapasón (afinador) del cuerpo.
Se atacaría una determinada frecuencia y ciertas moléculas seguirían.
También sería posible, se dio cuenta, que hubiera tropezado con el
eslabón perdido en la teoría actual del ADN, que podría explicar tal
vez el mayor milagro de todos en la biología humana –de cómo una
sola célula puede convertirse en un ser humano completamente formado.
De cómo las células se "hablan" entre sí
Cuando te haces un corte o un rasguño en la piel, las células que se
han dañado, de alguna manera mandan una señal a las células sanas
circundantes para comenzar la reproducción de copias de sí mismas
para rellenar y reparar la abertura.
Cuando la piel está de vuelta a la normalidad, se envía una señal a
las células para decirles que dejen de reproducirse.
Los científicos se han preguntado exactamente cómo funciona esto.
Con las emisiones de biofotones, Popp creía que tenía una respuesta
a esta pregunta.
Este fenómeno de coordinación y comunicación sólo puede ocurrir en
un sistema holístico con un orquestador (organizador) central. Popp
demostró en sus experimentos que estas débiles emisiones de luz
fueron suficientes para organizar las reparaciones del cuerpo. Las
emisiones tenían que ser de baja intensidad debido a que estas
comunicaciones tuvieron lugar en un nivel intracelular, cuántico muy
pequeño.
Intensidades más altas tendrían un efecto único en el mundo de lo
grande y crearía mucho "ruido" para ser efectivo.
El número de fotones emitidos parecía estar ligado a la posición del
organismo en la escala evolutiva - mientras más complejo es el
organismo, menos fotones eran emitidos.
Los animales y plantas rudimentarias tendían a emitir 100 fotones/cm2/seg a una longitud de onda de 200-800 nm, que corresponde a
una onda EM de muy alta frecuencia, bien dentro de la gama visible,
mientras que los humanos emiten sólo 10 fotones/cm2 por segundo en
la misma frecuencia
En una serie de estudios, Popp tuvo uno de sus asistentes - una
mujer joven y sana de 27 años de edad - sentada en la sala todos los
días durante nueve meses mientras que él tomaba lecturas de fotones
de un área pequeña de su mano y frente.
Popp luego analizó los datos y descubrió, para su sorpresa, que las
emisiones de luz seguían ciertos grupos de patrones - ritmos
biológicos a los 7, 14, 32, 80 y 270 días, y las similitudes eran
también observadas durante el día o la noche, por semana y por mes,
como si el cuerpo estuviera siguiendo
los biorritmos del mundo, así
como los suyos propios.
El cáncer es una pérdida de luz coherente
Hasta el momento, Popp había estudiado sólo individuos sanos y se
encontró una exquisita coherencia a nivel cuántico. Pero, ¿qué tipo
de luz está presente en aquellos que están enfermos?
Popp probó su máquina en una serie de pacientes con cáncer. En todos
los casos, estos pacientes habían perdido aquellos ritmos naturales
periódicos, así como su coherencia. Las líneas de comunicación
interna estaban codificadas (¿revueltas?). Ellos habían perdido su
conexión con el mundo. En efecto, su luz estaba apagándose.
Justo lo contrario se ve con la esclerosis múltiple : La esclerosis
múltiple es un estado de demasiado orden.
Los pacientes con esta enfermedad están tomando un exceso de luz, lo
cual inhibe la capacidad de sus células para hacer su trabajo. El
exceso de armonía cooperativa impidió la flexibilidad y la
individualidad –así como demasiados soldados marchando en paso al
cruzar un puente, provocando su colapso.
La coherencia perfecta es un estado óptimo entre el caos y el orden.
Con demasiada cooperación, es como si los miembros individuales de
la orquesta ya no son capaces de improvisar. En efecto, los
pacientes con EM se están ahogando en luz.
Popp también examinó los efectos del estrés. En un estado de estrés,
la tasa de emisiones de biofotones sube - un mecanismo de defensa
diseñado para restaurar el equilibrio del paciente.
Popp ha reconocido ahora que lo que había estado experimentando era
más que una cura para el cáncer o Gestaltbildung (proceso de
formación). Este era un modelo que proporcionó una mejor explicación
que la corriente teoría neo-darwinista de cómo todos los seres vivos
evolucionan en el planeta.
En lugar de ser un sistema de suerte, pero en última instancia un
error al azar, si el ADN utiliza las frecuencias de cada variedad
como un instrumento de información, esto sugiere que en lugar de un
sistema de retroalimentación de comunicación perfecta a través de
ondas que codifican y transfieren información.
"Buenas vibras" significa luz coherente
Popp llegó a darse cuenta de que la luz en el cuerpo, incluso podría
tener la clave para la salud y la enfermedad.
En un experimento, él comparó la luz de huevos de gallina de
libre-gama con aquellos de gallinas enjauladas. Los fotones de las
primeras eran mucho más coherentes que los de las estas últimas.
Popp pasó a utilizar emisiones de biofotones como una herramienta
para medir la calidad de los alimentos.
El alimento más saludable tenía una menor y más coherente intensidad
de luz. Cualquier alteración en el sistema incrementaba la
producción de fotones. Salud es un estado de perfecta comunicación
subatómica, y la mala salud era un estado de interrupción de la
comunicación. Estamos enfermos cuando nuestras ondas están fuera de
sincronía.
La detección de emisión de biofotones se utiliza actualmente
comercialmente, en la industria alimentaria. La ciencia agrícola
está buscando las emisiones de Biofotones para determinar la salud
de las plantas para propósitos de control de calidad de los
alimentos. Biophotonen es una empresa que trabaja para el desarrollo
de aplicaciones y prácticas de la biofotónica. El trabajo está
basado en una variedad de patentes.
"Biophotonen" resuelve los problemas prácticos de la industria de la
alimentación, la industria del medio ambiente, cosméticos, etc.
Vástagos del descubrimiento del Dr. Popp
En la década de 1970 el Dr. Veljko Veljkovic, que ahora dirige el
Centro de Investigaciones Multidisciplinarias e Ingeniería del
Instituto de Ciencias Nucleares Vinca, también descubrió un método
para predecir cuáles de los cientos de nuevas sustancias químicas
hechas por la industria química en rápida expansión eran
cancerígenos, mediante el cálculo de ciertas propiedades
electrónicas, biofotónicas de las moléculas.
Este método pronto se encontró igualmente aplicable para la
predicción de productos químicos orgánicos que son mutagénicos o
tóxicos, e incluso aquellos que eran antibióticos o citostáticos
(anti-cáncer).
El Instituto Veljkovic en Belgrado desde entonces se ha asociado con
otros laboratorios europeos para aplicar el mismo método para el
descubrimiento de fármacos, especialmente contra la enfermedad del
SIDA.
La terapia de biofotones
La terapia de biofotones es la aplicación de la luz a determinadas
áreas de la piel con fines curativos.
La luz, o fotones, que son emitidos por estas unidades son
absorbidos por los foto-receptores de la piel y luego viajan a
través del sistema nervioso del cuerpo al cerebro, donde ayudan a
regular lo que se conoce como nuestra bio-energía humana.
Mediante la estimulación de ciertas áreas del cuerpo con cantidades
específicas de luz, la terapia de biofotones puede ayudar a reducir
el dolor, así como la ayuda en los procesos de curación de diversas
partes del cuerpo.
La teoría detrás de la terapia de biofotones está basada en el
trabajo del Dr. Franz Morell y ha sido expandida por el trabajo de
los doctores L.C. Vincent y la F.A. Popp, quienes teorizaron que la
luz puede afectar la oscilación electromagnética, u ondas del cuerpo
y regular la actividad de la enzima.
Le tomó unos 25 años a Popp reunir adeptos entre la comunidad
científica.
Poco a poco, unos pocos científicos seleccionados de todo el mundo
empezaron a considerar que el sistema de comunicación del cuerpo
podría ser una compleja red de resonancia y frecuencia.
Eventualmente, formarían el Instituto Internacional de Biofísica,
compuesto por 15 grupos de científicos de los centros
internacionales de todo el mundo.
Popp y sus nuevos colegas se fueron a estudiar las emisiones de luz
de varios organismos de la misma especie, por primera vez en un
experimento con un tipo de pulga de agua del género Daphnia. Lo que
encontraron fue poco menos que sorprendente. Las pruebas con un
fotomultiplicador mostraron que las pulgas de agua estaban
absorbiendo la luz emitida entre sí.
Popp intentó el mismo experimento con peces pequeños y obtuvo el
mismo resultado.
Según su fotomultiplicador, los girasoles eran como aspiradoras
biológicas, moviéndose en la dirección de la mayoría de fotones
solares para succionarlos. Incluso las bacterias ingieren fotones de
los medios en las que son puestas.
La comunicación entre organismos
Así, Popp se dio cuenta de que estas emisiones tenían un propósito
fuera del cuerpo.
La resonancia de ondas no sólo era utilizada para comunicarse en el
interior del cuerpo, sino que también entre los seres vivos. Dos
seres sanos participando en ‘asucción de fotones’, como él lo llamó,
intercambiando fotones.
Popp se dio cuenta de que este intercambio podría abrir el secreto
de algunos de los enigmas más persistentes del reino animal:
De cómo las escuelas de peces o las bandadas de pájaros crean una
coordinación perfecta e instantánea.
Muchos de los experimentos sobre la habilidad de orientación de los
animales demuestran que no tiene nada que ver con seguir los
senderos habituales, los olores e incluso los campos
electromagnéticos de la tierra, sino más bien alguna forma de
comunicación silenciosa que actúa como una banda de goma invisible,
aun cuando los animales son separados por kilómetros de distancia.
Para los seres humanos, había otra posibilidad.
Si pudiéramos tomar de los fotones de los otros seres vivos, también
podríamos ser capaces de utilizar la información de ellos para
corregir nuestra propia luz, si salió mal.
Transmisión de muerte a través del Canal Paranormal de "Luz"
Algunos experimentos muy interesantes fueron realizados por
V.P.Kaznacheyev y otros en relación con la paranormal transmisión de
muerte por comunicación de luz entre los organismos.
Brevemente, dos grupos de células fueron seleccionados a partir del
mismo cultivo celular y una muestra colocada a cada lado de una
ventana que une dos salas ambientalmente blindadas.
Los cultivos celulares estaban en contenedores de cuarzo.
Un cultivo de células fue utilizado como ejemplar de iniciación y
fue sometido a un mecanismo mortal - virus, germen, veneno químico,
irradiación, rayos ultravioletas, etc.
El segundo cultivo celular fue observado, para determinar los
efectos transmitidos de la muestra del cultivo siendo asesinada.
Mientras la ventana estuviera hecha de vidrio ordinario, la segunda
muestra se mantuvo viva y sana. Cuando la ventana estaba hecha de
cuarzo, la segunda muestra enfermó y murió con los mismos síntomas
que la muestra primaria.
Los experimentos se realizaron en la oscuridad, y más de 5.000
fueron reportados por Kaznacheyev y sus colegas. El inicio de la
enfermedad complementaria inducida y la muerte en el segundo cultivo
seguido de un tiempo razonable - por ejemplo de dos a cuatro horas -
detrás de la enfermedad y la muerte en el cultivo principal.
La principal diferencia de transmisión entre la ventana de cristal y
la de cuarzo es que el cuarzo transmite tanto ultravioleta como
infrarroja, así , mientras que el vidrio es relativamente opaco a la
radiación ultravioleta e infrarroja.
Tanto el cuarzo como el cristal
transmiten luz visible. Así, el vidrio es un supresor del canal
paranormal, mientras que el cuarzo no lo es.
En 1950, investigadores occidentales descubrieron que las células
podrían morir en la oscuridad con la radiación ultravioleta,
mantenerse a salvo de la luz visible durante veinticuatro horas o
más, y luego, si era irradiado con luz visible, las células
empezarían a revivir por cientos de miles a pesar de que habían
estado clínicamente muertas.
Específicamente, cada célula emite radiación mitogenética en el
rango ultravioleta dos veces: cuando nace y cuando muere. El fotón
ultravioleta emitido a la muerte contiene el patrón del estado
virtual exacto de la condición de la célula a la muerte.
Las células sanas son bombardeados con mensajes de muerte de
aquellos que están muriendo, y esto difunde el patrón de muerte en
todo el cultivo sano, eventualmente encendiendo el mismo patrón de
muerte allí.
[V.P.Kaznacheyevy otros, "Interacciones Intercelulares a Distancia
en un Sistema de Cultivos de Dos Tejidos", Sistemaspsicoenergéticos,
vol. 1, N ° 3, marzo 1976, pp 141-142.]
Popp había comenzado a experimentar con esta idea.
Si químicos causantes de cáncer pueden alterar las emisiones de
biofotones del cuerpo, entonces podría ser que otras sustancias
podrían reintroducir una mejor comunicación.
Popp se pregunta si ciertos extractos de plantas podrían cambiar el
carácter de las emisiones de biofotones de las células cancerosas
para hacerlas comunicarse de nuevo con el resto del cuerpo.
Empezó a experimentar con una serie de sustancias no tóxicas
supuestas a tener éxito en el tratamiento del cáncer. En todos menos
en un caso, estas sustancias sólo aumentaron los fotones de las
células tumorales, haciéndolo aún más letal para el organismo.
La historia del éxito individual era el muérdago, que apareció para
ayudar al cuerpo a 'resocializar’ las emisiones de fotones de las
células tumorales de vuelta a lo normal.
En uno de los numerosos casos, Popp se encontró con una mujer de
unos treinta años que tenía cáncer de mama y vaginal. Popp encontró
un remedio de muérdago que creaba coherencia en sus muestras de
tejido de cáncer. Con el acuerdo de su médico, la mujer dejó
cualquier otro tratamiento que no fuera el extracto de muérdago y,
después de un año, todas sus pruebas de laboratorio estaban casi
normales.
Para Popp, la homeopatía es otro ejemplo de la succión de fotones.
Había empezado a pensar en ello como un "amortiguador de resonancia
'.
La homeopatía se basa en la idea de que similares se tratan con
similares.
Un extracto de la planta que con toda su fuerza puede causar ronchas
en el cuerpo se utiliza en una forma extremadamente diluida para
deshacerse de eso.
Si una frecuencia salvaje en el cuerpo puede producir ciertos
síntomas, se deduce que una alta dilución de una sustancia que puede
producir los mismos síntomas también llevará esa frecuencia. Al
igual que un diapasón de sintonía de resonancia, una solución
homeopática adecuada podría atraer y luego absorber las oscilaciones
anormales, lo que permite que el cuerpo vuelva a la salud normal.
Popp pensaba que la señalización molecular electro-magnética podría
incluso explicar la acupuntura. Según la medicina tradicional china,
el cuerpo humano tiene un sistema de meridianos, corriendo en lo
profundo de los tejidos, a través del cual fluye una energía
invisible que los chinos llaman chi, o fuerza de la vida.
El ch'i supuestamente entra en el cuerpo a través de estos puntos de
acupuntura y fluye hasta las estructuras más profundas de los
órganos (que no se corresponden con aquellas de la biología
occidental), suministrando energía (o fuerza de vida). La enfermedad
ocurre cuando esta energía es bloqueada en cualquier punto a lo
largo de las vías. Según Popp, el sistema de meridianos transmite
ondas de energía específicas a zonas específicas del cuerpo.
La investigación ha demostrado que muchos de los puntos de
acupuntura tienen una resistencia eléctrica drásticamente reducida
en comparación con la piel circundante (10 kilo-ohmios y 3 mega-ohmios,
respectivamente ).
El cirujano ortopedista Dr. Robert Becker, quien ha hecho un gran
trabajo de investigación sobre los campos electromagnéticos en el
cuerpo, diseñó un dispositivo especial de registro de electrodos que
rueda a lo largo del cuerpo, como un cortador de pizza.
Sus muchos estudios han demostrado cargas eléctricas en cada una de
las personas analizadas, correspondientes a los puntos de los
meridianos chinos.
[extraído del Campo: La Búsqueda de la fuerza secreta del universo,
por LynneMcTaggart]
Luz en la conciencia humana
Menciono este último trabajo para aquellos que deseen explorar los
límites de la investigación y la teoría del fotón.
En un trabajo pionero con el largo título de "Orchestrated Objective Reduction of Quantum
Coherence in Brain Microtubules: The ‘Orch OR’ Model for
Consciousness", por Stuart Hameroff y Roger Penrose, el cerebro se describe como un ordenador cuántico, cuya
principal la arquitectura son los microtúbulos-citoesqueletales y
otras estructuras dentro de cada una de las neuronas del cerebro.
Si usted examina una neurona, verá que hay muchos tubos huecos
rodeando el axón. Estos microtúbulos han sido considerados como una
especie de andamio para apoyar la fibra nerviosa.
Pero ahora están recibiendo una segunda mirada, como la posible
arquitectura de nuestra conciencia.
Las características particulares de los microtúbulos que los hacen
aptos para los efectos cuánticos incluyen su,
-
estructura de celosía parecida al cristal
-
núcleo interior hueco
-
organización de la función celular
-
capacidad de procesamiento de la información
Según los investigadores, su tamaño parece perfectamente diseñado
para transmitir fotones en el rango UV.
Esquema de la región central de la neurona (axón distal y dendritas
no se muestra), mostrandomicrotúbulos paralelos interconectados por MAP en matriz. Los microtúbulos en los axones son largos y continuos, mientras que en las dendritas son interrumpidos y de polaridad mixta. Las proteínas de enlace conectan los microtúbulos a las proteínas de
membrana, incluyendo los receptores de las espinas dendríticas.
"Tradicionalmente visto como los andamios ‘como huesos’ de los
microtúbulos de la célula, los microtúbulos-citoesqueletales y otras
estructuras parecen ahora llenar los papeles de procesamiento de
comunicación e información.
Los modelos teóricos sugieren cómo los estados conformacionales de
las tubulinas dentro de las celosías de los microtúbulos pueden
interactuar con tubulinas vecinas para representar, difundir y
procesar la información como en los sistemas a nivel molecular como
sistemas de computación 'celular autómata'.
- Hameroff y Watt, 1982; Rasmusseny otros, 1990; Hameroff y otros,
1992
En su artículo, Hameroff y Penrose se presenta un modelo que vincula
a los microtúbulos con la conciencia utilizando la teoría cuántica.
En su modelo, surge la coherencia cuántica, y está aislada en los
microtúbulos del cerebro hasta que se alcance un umbral relacionado
con la gravedad cuántica. El resultante auto-colapso crea un
instantáneo evento de "ahora".
Las secuencias de estos acontecimientos crean un flujo de tiempo y
conciencia.
No se preocupe si usted no puede entender esto. Es una lectura
pesada, pero sí muestra que la existencia de los fotones internos -
luz interior - es muy real y es la base de prácticamente todas las
funciones celulares y sistémicas humanas.
¿Habrán podido, los científicos rusos, realmente cambiar un embrión
de salamandra a uno de rana con láser?
Prefiero esperar hasta que los detalles reales del experimento sean
publicados y revisados - pero estoy mucho menos propenso a descartar
esto como ficción, ahora que sé de las luces interiores.
|