por Massimo Zucchetti
traducción por la Red Voltaire a partir de la traducción al
francés de Marie-Ange Patrizio
30 Marzo 2011
del Sitio Web
VoltaireNet
El apoyo militar a los golpistas de
Benghazi contra el dictador de Trípoli se está desarrollando en
detrimento de la población civil.
De cada 10 misiles disparados más
o menos uno se sale de control y se estrella en cualquier punto de
la zona a la que se apunta.
Pero todos los misiles, tanto los
dotados de una cabeza revestida de uranio empobrecido como los que
sólo tienen uranio empobrecido en los estabilizadores, contaminan la
zona.
O sea, este bombardeo supuestamente «humanitario» matará a
miles de civiles en los años venideros, indica el profesor Massimo Zucchetti. |
Las problemas vinculados al
uranio empobrecido y su toxicidad han desbordado
varias veces el campo de la ciencia en los últimos años.
El autor de este
trabajo se ocupa de la protección radiológica desde hace dos décadas y del
uranio empobrecido desde el año 1999.
Después de una experiencia de
publicación de trabajos científicos en revistas, de presentaciones en
coloquios internacionales y conferencias en Italia sobre el uranio
empobrecido, este artículo trata de hacer una estimación del impacto que el
uso de uranio empobrecido en la guerra contra Libia (2011) está teniendo
sobre el medio ambiente y la salud.
Informes sobre su uso han aparecido en
los órganos informativos desde el principio del conflicto.[1]
Dadas sus características físicas específicas, en particular por su densidad
que lo hace extremadamente penetrante, así como por su bajo costo - la
producción de uranio empobrecido cuesta alrededor de 2 dólares el kilogramo
- y la dificultad que presenta su tratamiento como desecho radioactivo, el
uranio empobrecido ha encontrado excelentes modalidades de utilización en el
sector militar.
Si recibe el tratamiento adecuado, la aleación U-Ti (Uranio-Titanio)
constituye un material muy eficaz para la construcción de elementos
penetrantes impulsados por energía cinética, de barras metálicas densas
capaces de perforar un blindaje si se usan como proyectiles de alta
velocidad.
El proceso de penetración pulveriza la mayor parte del uranio, que estalla
entonces en fragmentos incandescentes - se produce una violenta combustión de
casi 5 000° C - cuando sale al aire del otro lado del blindaje perforado,
aumentando así el efecto destructivo.
Esta propiedad se llama piroforicidad y es, por ejemplo, una característica
que se encuentra en el azufre de las cerillas o fósforos domésticos.
O sea,
además de su elevada densidad, la piroforicidad aumenta el interés que
presenta el uranio empobrecido para diversas aplicaciones, en particular
como arma incendiaria (API: Armour Piercing Incendiary, o sea como elemento
penetrante incendiario contra el blindaje).
Finalmente, en la fase de impacto contra el objetivo, la relativa dureza del
uranio empobrecido (en una aleación con titanio) proporciona al proyectil la
capacidad de afilarse a sí mismo. En otras palabras, el proyectil «no se
aplasta» contra el blindaje convirtiéndose en una «cabeza plana» - como
sucede, por ejemplo, con un proyectil de plomo - sino que mantiene su forma
puntiaguda hasta su total fragmentación, sin perder por lo tanto sus
propiedades de penetración.
El uranio empobrecido ha sido
empleado en los campos de batalla:
-
de la guerra
del Golfo de 1991
-
durante los bombardeos OTAN/ONU contra la República
serbia de Bosnia, en septiembre de 1995
-
contra Yugoslavia, durante la
primavera de 1999
-
ya en este siglo, en el ataque contra
Afganistán y nuevamente contra Irak en 2003
El uso de dispositivos de uranio empobrecido en las guerras de Somalia y de
Bosnia central y centro-oriental - sobre todo en amplias zonas alrededor de
Sarajevo - en los años 1990, en Palestina y en los polígonos de tiro
sometidos a la autoridad de las fuerzas militares de la OTAN, sólo ha sido
documentado de forma incompleta. [2]
Entre los armamentos que utilizan el uranio empobrecido hay que citar
también el misil crucero tipo Tomahawk, cuyo uso en la guerra de los
Balcanes de la primavera de 1999 - aunque no ha sido reconocido por la OTAN
- ha sido confirmado gracias a lo que se ha encontrado en el lugar así como
por fuentes de la Unión Europea. [3]
Por otro lado, el manual de los oficiales, entregado a todos los uniformados
enviados a Kosovo, incluía recomendaciones a seguir al pie de la letra sobre
la presencia de uranio empobrecido en aquel territorio y, en particular, en
los misiles Tomahawk.
La introducción del manual indica lo siguiente:
«Los
vehículos y equipamiento del ejército serbio en Kosovo pueden constituir una
amenaza para la salud de los militares y civiles en contacto con ellos.
Los
vehículos y el equipamiento que se encuentren destruidos, averiados o
abandonados deben ser inspeccionados y manipulados solamente por personal
calificado. Los peligros pueden provenir del uranio empobrecido como
consecuencia de los daños provocados por la campaña de bombardeos de la OTAN,
en el caso de los artefactos alcanzados directa o indirectamente.
Además,
los colimadores contienen tritio [Un isótopo radioactivo. Nota del Traductor
al español.] y los instrumentos e indicadores pueden haber sido tratados con
un barniz radioactivo, peligroso para quienes se pongan en contacto con los
artefactos para inspeccionarlos».
Aparece después una serie de consejos
sobre cómo evitar la explosión del uranio empobrecido.
El manual dice
textualmente:
«Evítese todo artefacto o material que usted sospeche que
pueda haber sido alcanzado por municiones que contengan uranio empobrecido o
por misiles crucero Tomahawk. No recoja o coleccione municiones de uranio
empobrecido encontradas en el terreno.
Informe inmediatamente a su puesto de
mando sobre el área que usted estima que pueda estar contaminada.
Donde
quiera que usted se encuentre, delimite la zona contaminada con cualquier
material encontrado en el lugar. Si se encuentra usted en una zona
contaminada póngase, como mínimo, la máscara y los guantes protectores.
Aplique la mejor higiene personal. Lave frecuentemente su cuerpo y su ropa».
Las evaluaciones sobre la cantidad de uranio empobrecido utilizado en los
misiles son divergentes.
Varían, en particular, según la diversas fuentes,
entre valores de alrededor de 3 kilogramos hasta unos 400 kilogramos. Véase
la nota que contiene la compilación de las distintas fuentes que se pueden
encontrar sobre el tema, lo suficiente importante como para permitir la
elaboración de un estimado del impacto medio ambiental. [4]
Los desmentidos previsibles sobre la presencia de uranio en estos misiles
pueden ser comparados con la compilación que aparece al final de este
trabajo así como con las fuentes de origen militar. [5]
Esta gran variabilidad en los datos se explica fácilmente. Algunos misiles
crucero son de cabeza reforzada con uranio empobrecido y otros no. Pero
estos últimos también contienen uranio empobrecido, no en la cabeza sino en
las alas, como elemento estabilizador del vuelo.
Podemos entonces definir
dos casos:
-
Hipótesis alta: misil crucero con uranio
en la cabeza del misil. Consideramos 400 kilogramos de uranio
empobrecido
-
Hipótesis baja: misil crucero SIN presencia de uranio en la cabeza.
Consideramos 3 kilogramos de uranio empobrecido en las alas
Cálculo del impacto sobre el medio ambiente y la salud
En la amplia literatura que el autor ha dedicado al problema del uranio
empobrecido [6] ya se había abordado anteriormente el cálculo de la
contaminación radioactiva con uranio imputable a los misiles crucero, en
particular a los que se dispararon contra Bosnia en 1995.
Ese estudio
también puede consultarse a través de Internet, al igual que en la revista
científica Tribuna biologica e Medica. [7] [8]
Si se toman los modelos utilizados en el citado artículo, es posible deducir
cuál es la situación en el terreno, en los lugares de inhalación, mediante
un cálculo destinado sólo a precisar si, al menos en un caso realista, el
volumen de las dosis en el terreno permite restar importancia al problema.
Consideremos el impacto de un misil crucero del tipo Tomahawk portador de 3
kilogramos (en el mejor de los casos) o de 400 kilogramos (en el peor de los
casos) de uranio empobrecido.
El impacto produce una nube de residuos cuya dimensión es variable, después
de una violenta combustión de unos 5 000° C.
Como ya dijimos, los granos de
polvo se componen de partículas cuyas dimensiones son del orden de la micra
[0,5 - 5]. A 500 o 1,000 metros del punto de impacto se pueden respirar
nubes con densidad suficiente como para causar dosis significativas,
compuestas de partículas cuya masa es de cerca de 0,6 hasta unos 5 nanogramos (6-50 x 10-10
gr.).
Se hizo una estimación siguiendo el código de cálculo de dosis GEN II [9],
despreciando los efectos provenientes del incendio y considerando solamente
la exposición debida a la inhalación durante una hora por dispersión simple
del material, sin entrar a considerar ciertos factores que pudieran
traducirse en un incremento ulterior de la exposición. En el espacio de una
hora es posible inhalar granos de polvo radioactivo provenientes de la nube
en cantidades que ya resultan notables.
Es necesario tener en cuenta el hecho que numerosos fluidos y dinámicas del
cuerpo atmosférico (dirección del viento, gradiente vertical de la
temperatura, etc.) pueden causar, en ángulos sólidos relativamente pequeños,
concentraciones de contaminante de varios órdenes de importancia superiores
incluso a los que se obtendrían con un cálculo de dispersión uniforme, no
compatible con ese escenario.
El grupo crítico, en ese caso, resulta ser precisamente el de las personas «afectadas»
por la nube de granos de polvo.
Según la estimación de probabilidades que se expondrá en este trabajo, un
misil que alcanza su objetivo puede quemarse y esparcir partículas oxidadas
de polvo en el medio ambiente.
Alrededor del 70% del uranio empobrecido que contienen los misiles, de los
que se supone que por ser «inteligentes» siempre dan en el blanco, se quema.
Alrededor de la mitad son óxidos solubles.
La granulometría de las partículas que conforman el polvo de óxido de uranio
empobrecido pertenece totalmente al tipo de polvo que puede respirarse y así
se crea polvo ultrafino. En particular, el diámetro de las partículas es en
ese caso más fino que el polvo de uranio empobrecido de origen industrial,
que resulta común en el medio de la industria nuclear. Se habla aquí de la
gran mayoría del polvo contenido en el rango [1-10] micra, del cual una
parte significativa es de un diámetro inferior a una micra.
En cuanto al destino del polvo de uranio empobrecido en el cuerpo humano, la
principal vía de absorción es –como se sabe– la inhalación. Como se ha dicho,
una parte del polvo es soluble y otra parte no se disuelve en los fluidos
corporales.
Debido a las características de los óxidos de uranio empobrecido de origen
militar, es necesario subrayar cómo difiere el comportamiento de estos en
relación con el de los polvos industriales de uranio. En todo caso es
posible suponer, según la
ICRP [Siglas en inglés de la Comisión
Internacional de Protección Radiológica - N.d.T.] [10], que
alrededor del 60% de lo que se inhala se deposita en el aparato respiratorio
y que el resto es expulsado a través de la expiración.
Se debe tener en cuenta que alrededor del 25% de las partículas que
presentan un diámetro cercano a 1 micra se mantienen durante largo tiempo en
los pulmones, mientras que el resto se deposita en las vías aéreas
superiores, pasa al aparato digestivo y es eliminado de allí en su mayor
parte a través de las vías urinarias, mientras que pequeñas partes se
acumulan en los huesos.
Alrededor del 25% de las micropartículas que se mantuvieron en los pulmones
se comporta como un material de clase M, según la ICRP, o sea que se
disuelve lentamente en los fluidos corporales, mientras que el resto es
insoluble.
Ese tipo de comportamiento y de exposición no se ha estudiado en ninguna
situación anterior de exposición a emisores alfa en los pulmones, que se
haya detectado en el medio civil. La modalidad de exposición es por lo tanto
muy diferente de las que han servido como base a la hora de recoger las
equivalencias entre dosis y daños en materia de protección radiológica.
Es por lo tanto totalmente incorrecto - aunque constituya un punto de
referencia - extrapolar evaluaciones de riesgo por exposición a ese tipo de micropolvos radioactivos a partir de datos recogidos en los casos de los
mineros que trabajan con uranio, y también - resulta evidente - en los casos
de las personas gravemente contaminadas por la radiación en Hiroshima y
Nagasaki.
Los estándares de protección radiológica de la ICRP se basan
solamente en esas experiencias y, por consiguiente, pueden resultar en
subestimaciones del riesgo.
Al pasar posteriormente a otros tipos de toxicidad diferentes a la
radiológica, resulta entonces plausible que:
La contaminación ambiental debida a los óxidos de uranio empobrecido de
origen militar presente toxicidad tanto química como radiológica. Es
necesario evaluar el efecto sinérgico de ambos componentes.
En otras palabras, la radioactividad y la toxicidad química del uranio
empobrecido podrían actuar juntas creando un efecto de «cóctel» que aumenta
el peligro posteriormente.
Hay que resaltar además el hecho que el clima árido de Libia favorece la
dispersión de las partículas de uranio empobrecido en el aire, partículas
que los civiles seguirán respirando durante años. El principal mecanismo de
exposición a mediano y largo plazo tiene que ver con la resuspensión de
polvos y con la subsiguiente inhalación de los mismos.
La metodología y los resultados vinculados a ese modela ya se han publicado
en otros trabajos del autor [11], a los que remitimos aquí.
Sólo resaltamos
aquí las aplicaciones y variaciones del modelo aplicado y ya publicado, y en
particular que:
-
el cálculo de compromiso (semi vida, NdT del texto original en italiano al
francés) de dosis es de 70 años, no de 50 años, según lo recomendado por el
ICRP
-
se utilizaron datos actualmente
aproximados sobre la distribución de la población alrededor de los
puntos de impacto, que también toman en cuenta la utilización
principal de los proyectiles de uranio empobrecido en zonas pobladas
Los resultados del modelo pueden resumirse de la siguiente manera:
-
CEDE (Committed effective dose equivalent) (Dosis colectiva): 370 mSvp
in 70 y, por 1 kilogramo de uranio empobrecido oxidado y esparcido
en el medio ambiente
-
CEDE anual máxima durante el primer año (76 mSvp), durante el segundo año
(47 mSvp) y durante el tercer año (33mSvp)
-
La vía de exposición es enteramente la
inhalación del polvo. Son los pulmones el órgano que se convierte en
blanco (97,5% de la contribución a la CEDE)
-
Entre los nucleidos responsables, el U238 representa el 83% de la CEDE y
el U234 representa el 14%
En cuanto a la cantidad total de uranio empobrecido oxidado disperso en el
medio ambiente, esta evaluación se basa en los datos que reporta la prensa
internacional: durante el primer día de la guerra, el Pentágono declara
haber disparado - junto con los británicos - 112 misiles crucero hacia el
territorio libio. [12]
¿Cuántos misiles van disparar antes de que termine la
guerra?
Como no podemos saberlo, basaremos nuestra hipótesis en la cantidad
de 1 000 misiles para que el lector pueda estimar fácilmente el impacto
sobre el medio ambiente y sobre la salud mediante la aplicación de una
simple regla de tres que incluiría la cantidad exacta de misiles que se
contabilicen al final del conflicto.
Si las cabezas de todos los misiles estuvieran «desprovistas» de uranio
empobrecido, tendríamos de todas maneras una cantidad de: 1000 x 3 = 3000 kg
= 3 toneladas de uranio empobrecido (en el mejor de los casos).
Si todos los misiles tuvieran cabezas de uranio empobrecido, tendríamos una
cantidad de hasta 400 000 kilogramos, o sea 400 toneladas de uranio
empobrecido.
Para evaluar la gravedad basta con comparar ese dato con las 10 o 15
toneladas de uranio empobrecido que se lanzaron en Kosovo en 1999.
Supongamos que alrededor del 70% del uranio se quema y se esparce en el
medio ambiente. Llegamos así a un estimado de la cantidad de óxidos de
uranio empobrecido igual a alrededor de 2,1 toneladas (en el mejor de los
casos) y 280 toneladas (en el peor de los casos).
Lo anterior permite por
consiguiente estimar una CEDE (dosis colectiva) para toda la población
equivalente a:
Tenemos que recordar que no es correcto - aunque constituya un punto de
referencia - extrapolar evaluaciones por exposición a este tipo de micropolvos radioactivos a partir de los estándares de protección
radiológica de la ICRP, que son los adoptados para el código GEN II.
Si de
todas formas aplicamos también aquí el coeficiente de 6% Sv-1 para el riesgo
de aparición de tumores, obtenemos aproximadamente:
Conclusiones
Los riesgos de exposición al uranio empobrecido que corre la población Libia
como consecuencia del uso esa sustancia en la guerra de 2011 han sido
evaluados con el enfoque más amplio posible, tratando de tener en cuenta
algunos resultados recientes de estudios en la materia.
Este tipo de exposición no ha sido estudiado en ninguna situación anterior
de exposición a receptores alfa en los pulmones que se hayan encontrado en
el entorno civil.
Sin embargo, la evaluación que se ha hecho de las dosis y del consiguiente
riesgo en las dos situaciones (según se trate de misiles «sin uranio» o «con
uranio») permite llagar a ciertas conclusiones.
En el primer caso (el mejor caso), el número de tumores esperados es muy
exiguo y absolutamente no significativo desde el punto de vista estadístico.
Esta dificultad estadística - es casi inútil señalarlo - no tiene nada que ver
con una absolución de ese tipo de práctica, con su aceptación y menos aún
con una afirmación de que tenga poca importancia, o incluso de que pueda ser
inocua.
Por el contrario, en el segundo caso (que es el peor caso), nos
encontramos ante un número de aparición de tumores que se sitúa en varios
miles. Dichos tumores alcanzarían evidentemente un nivel epidemiológico y
constituyen, sin duda alguna, una fuerte preocupación.
Es necesario, por lo tanto, que los ejércitos que están bombardeando Libia
aclaren con pruebas reales, no con cómodas afirmaciones, la presencia o no,
y en qué cantidades, de uranio empobrecido en sus misiles. En el pasado se
produjeron «desmentidos oficiales» sobre la presencia de uranio en los
misiles crucero.
Sin embargo, al ser estos desmentidos provenientes de
medios militares, el autor estima estar en su derecho al considerarlos, como
mínimo, con cierta prudencia.
Basadas en los datos que se encuentran a nuestra disposición, las
estimaciones sobre la evolución de los casos de tumores para los próximos
años en Libia resultan, debido a esta práctica totalmente injustificada,
absolutamente preocupantes.
La discusión sobre la incidencia relativa de
cada uno de los agentes teratógenos utilizados en una guerra (químicos,
radioactivos, etc.) nos parece poco importante e incluso, permítannos
señalarlo como conclusión, poco respetuosa de un dato que constituye un
hecho: los muertos en Libia por causa de este ataque sobrepasan y
sobrepasarán de lejos cualquier cifra que pueda definirse algún día como «el
precio necesario».
Es importante, finalmente, recoger datos y estudios - existen muchos - sobre
los efectos que las «nuevas guerras» tienen en el hombre y en el medio
ambiente. Hay que mostrar la manera como nuestras armas modernas, que nada
tienen de “quirúrgicas”, producen daños inaceptables.
Hay que estudiar el
impacto que han tenido, en los hombres y en el medio ambiente que las han
sufrido, las guerras «humanitarias» registradas desde 1991.
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Notas
[1] «Uranio
impoverito nei Tomahawk sulla Libia», Contropiano, 20 de marzo de
2011.
[2] Zajic V.S., 1999. Review of
radioactivity, «Military
use and health effects of DU; Liolos Th. E. (1999), «Assessing the
risk from the Depleted Uranium Weapons used in Operation Allied Forces»,
Science and Global Security, Volume 8:2, pp.162 (1999); Bukowski,
G., Lopez, D.A. and McGehee, F.M., (1993) «Uranium Battlefields Home and
Abroad: Depleted Uranium Use by the U.S. Department of Defense» March
1993, pp.166, published by Citizen Alert and Rural Alliance for
Military Accountability.
[3] Satu Hassi, ministro de Medio Ambiente
de Finlandia, indica en una carta enviada a sus colegas de la Unión
Europea que la mayor parte de los 1 500 misiles disparados contra
Serbia, incluyendo a Kosovo, contenían aproximadamente 3 kilogramos de
uranio empobrecido cada uno. En otras cosas, el ministro llama en dicha
carta a la Comisión Europea y a sus colegas ministros del Medio Ambiente
a adoptar iniciativas a favor de la prohibición del uranio empobrecido.
[4] Fuentes diversas sobre la presencia y la
cantidad de uranio empobrecido en los misiles crucero Tomahawk:
«Known
& suspected DU weapon systems» in «Depleted Uranium weapons
2001-2002», (Vínculo
para bajar el documento).
«The
use of depleted uranium bullets and bombs by NATO forces in
Yugoslavia». Nadir.org, diciembre de 1996.
«Alcune
testi e fatti sull’uranio impoverito, sul suo uso nei balcani, sulle
conseguenze sulla laute di militari e popolazione», Comitato
Scienziate e Scienziati contro la guerra, 9 de enerod de 2001.
«Depleted
Uranium Weapons & the New World Order», International Coalition
to Ban Uranium Weapons.
«About
100 cruise missiles fired at targets in Afghanistan (Interfax),
«NATO using depleted uranium weapons» (Sunday Herald).
«Pentagon
Dirty Bombers: Depleted Uranium in the USA», por Dave Lindorff,
Atlantic Free Press, 28 de octubre de 2009.
«Review
of Radioactivity, Military Use, and Health Effects of Depleted
Uranium», por Vladimir S. Zajic, 1999.
«Depleted
uranium: Recycling death», Uranium medical research center,
Progressive Review.
«Radiation
in Iraq Equals 250,000 Nagasaki Bombs», por Bob Nichols, Online
Journal, 3 de agosto de 2004.
«Depleted
uranium: ethics of the silver bullet», por Iliya Pesic, Santa
Clara University.
[5] «While the US Navy claims that they have
replaced the MK149-2 Phalanx round with a DU penetrator by the MK149-4
Phalanx round with a tungsten penetrator (with the DU round remaining in
the inventory), new types of DU ammunition are being developed for other
weapons systems, such as the M919 rounds for Bradley fighting vehicles.
Depleted uranium is also placed into the tips of the Tomahawk land-attack
cruise missiles (TLAM) during test flights to provide weight and
stability. The TLAM missile has a range of 680 nautical miles (1,260 km)
and is able to carry a conventional warhead of 1000 lb. (454 kg). Older
warheads were steel encased. In order to increase the missile range to
1,000 nautical miles (1,850 km), the latest Tomahawk cruise missiles
carry a lighter 700 lb. (318 kg) warhead WDU-36 developed in 1993, which
is encased in titanium with a depleted uranium tip.»
[6] - M. Zucchetti, ’Measurements of
Radioactive Contamination in Kosovo Battlefields due to the use of
Depleted Uranium Weapons By Nato Forces’’, Proc. 20th Conf. of the
Nuclear Societies in Israel, Dead Sea (Israel), diciembre de 1999,
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[7] «Alcune
testi e fatti sull’uranio impoverito, sul suo uso nei balcani, sulle
conseguenze sulla laute di militari e popolazione», Comitato
Scienziate e Scienziati contro la guerra, 9 de enero de 2001. op. cit.
[8] Cristaldi M. et al., Conseguenze
ambientali ed effetti patogeni dell’uso di Uranio Impoverito nei
dispositivi bellici. Tribuna Biologica e Medica, 9 (1-2), enero-junio de
2001 : 29-41.
[9] Se trata de un código elaborado en un
laboratorio estadounidense, reconocido y utilizado a nivel
internacional. Ver: B.A.Napier et al. (1990), GENII - The Hanford
Environmental Radiation Dosimetry Software System, PNL-6584, Pacific
Northwest Laboratories (USA). Sólo puede utilizarse en este caso para
estimar las dosis de inhalacion, dada la particularidad del escenario
analizado.
[10] ICRP, 1995. «Age-dependent Doses to
Members of the Public from Intake of Radionuclides: Part 3 - Ingestion
Dose Coefficients». Publication 69 Annals of the ICRP. 25 (no 1).
[11] M. Zucchetti, ‘Caratterizzazione
dell’Uranio impoverito e pericolosità per inalazione’, Giano, n.36 (sett-dic.
2000), pp. 33-44 ; R. Chiarelli, M. Zucchetti, ‘Applicazione di modelli
e codici di dose alla popolazione alla dispersione ambientale di Uranio
impoverito’, Convegno ‘La Prevenzione Primaria dei Tumori di Origine
Professionale ed Ambientale’, Génova, noviembre de 2004.
[12] «U.S.
Tomahawk Cruise Missiles Hit Targets in Libya», por Devin Dwyer y
Luis Martinez, ABC News, 19 de marzo de 2011.
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