Capítulo VI
Observamos que un número cada vez mayor de vosotros ha entendido que es esencial crear un estado mental y un equilibrio emocional adecuados para que la enfermedad y la falta de armonía no encuentren, en ningún aspecto, un terreno fértil donde tomar forma. Así como estáis aprendiendo a reconocer la forma física como un producto del cuerpo etéreo, también estáis desarrollando el conocimiento necesario para trabajar con el cuerpo mental y emocional a fin de evitar que la discordia se materialice en forma de enfermedad, y estáis utilizando, una vez más (como en Atlántida, el Tíbet y Egipto), las ondas vibratorias de luz y sonido para armonizar el cuerpo electromagnético.
Una vez que aceptéis sin reservas que toda la creación se materializa a partir del pensamiento consciente, os moveréis a un nivel aún más elevado, donde ya no será necesario el proceso de curación que estáis redescubriendo hoy, donde usar el poder mental del individuo con miras a la armonía personal y planetaria será tan simple como tocar un diapasón para generar sonido.
Sin embargo, se han reactivado las formas de pensamiento de los seres conectados con la vibración de Júpiter, puesto que todos se preparan para el cambio. Aquellos de vosotros que experimentasteis el tratamiento por descarga de Júpiter en vuestro cuerpo emocional estáis particularmente sintonizados con esos seres multidimensionales, pues resonáis con esa energía arquetípica liberadora y expansiva.
Por lo tanto, estáis bien enterados, si bien a nivel subconsciente, de la sacudida que se avecina sobre el reino tridimensional de la realidad planetaria en todo vuestro sistema solar. Si podéis imaginaros el fuego del kundalini que corre desde vuestro Sol por todos los cuerpos planetarios del ser de vuestra Deidad Solar, entonces puede que seáis capaces de concebir y prever intelectualmente las formidables ondas de luz que surcarán la galaxia y se expandirán hasta los confines más remotos del universo en un orgasmo galáctico, que es como mejor os lo podemos describir.
Al igual que Júpiter, el sistema solar entero está experimentando actualmente una afinación cósmica, y en este momento estamos observando la apertura explosiva de un número impresionante de seres humanos. Tened presente que cada unidad será responsable de su propia evolución, pues ésa es la decisión del libre albedrío de cada individuo. Muchos elegirán marcharse, pues no están dispuestos a dejar las adicciones del mundo de los sentidos, y así tiene que ser, pues es parte del proceso natural. Aquellos de vosotros que sí deseáis remontar las grandes olas del cambio, en este momento tenéis que emprender conscientemente la labor alquímica de la metamorfosis, que muchos conocen como «La Gran Obra» o el despertar del cuerpo de luz.
Está claro que si es luz lo que deseáis crear en vuestra forma, ¿qué mejor fuente que las plantas?
Ellas son los pulmones de Gaia, y como fuente alimenticia no sólo suministran oxígeno al sistema, sino que llevan luz hasta las células.
Sabed que cada célula de vuestro cuerpo es activada por la luz; similar a una batería eléctrica en miniatura, con sus polos norte y sur, cada célula contiene el espectro completo del arco iris, igual que el espectro de colores de vuestros chakras primarios que habéis conocido. Esta es una clave importante para entender la importancia del axioma «eres lo que comes» como un compromiso con el alma en su travesía ascendente.
Vuestras culturas industrialmente más avanzadas han entendido muy mal el significado espiritual de la comida, la cual se usa comúnmente para la estética, el placer, la gratificación emocional y el hábito. La clave, aquí, reside en comprender que la comida también debe consumirse para reabastecer las frecuencias de luz que necesitan las unidades celulares de vuestro cuerpo.
Crudos y sin procesar, estos alimentos son los perfectos portadores de luz desde la base misma de la cadena alimenticia, tal como se lo propuso la naturaleza cuando vosotros estabais tan en contacto con el suelo de Gaia que entendíais.
Como preparación para la aceleración, éstos son los principios simples que vais a tener que adoptar con cierta urgencia en vuestra conciencia de los alimentos:
¿Podéis considerar el consumo de vegetales verdes crudos, de hojas grandes, cultivados orgánicamente, como el suministro instantáneo de luz y vida para el cuerpo?
Las semillas, especialmente las de girasol, se cuentan entre las fuentes alimenticias más beneficiosas, pues en su concentración contienen frecuencias muy altas de luz y proporcionan al cuerpo nutrientes y elementos bioquímicos sustanciales. Considerad los frutos secos, semillas y legumbres secas como los alimentos menos procesados o químicamente alterados que tenéis a vuestro alcance.
Llevan luz al torrente sanguíneo y a través del conducto oscuro del intestino, fortaleciendo el Ka. Aprended a disfrutar de semillas y frutos secos en su forma natural en vez de tostados, salados o procesados en aceites y condimentos químicamente alterados, que destruyen su naturaleza pura. Los alimentos de sabor mejorado casi siempre han sido procesados químicamente, y eso destruye la luz.
Tened presente que si un alimento es atractivo para un insecto, lo más seguro es que sea saludable para vosotros, así que no os preocupéis si descubrís unas cuantas criaturas compartiendo una hoja de lechuga o un tomate. Su presencia es una señal de que la comida está libre de pesticidas y desperdicios tóxicos, y sería sabio por vuestra parte, aceptarlos como mensajeros. Es mucho lo que podéis hacer en vuestras huertas orgánicas, por medio de la plantación selectiva, para mantener a distancia a la comunidad de insectos.
La siembra de brotes de ajo en los perímetros forma una barrera olfativa que muchos insectos encuentran ofensiva y se niegan a cruzar; también habéis verificado que el consumo de ajo crudo es una protección efectiva contra las picaduras de mosquitos. El ajo, el alimento milagroso, es uno de los desinfectantes naturales más potentes para vuestro sistema, y desempeña numerosas funciones en el mantenimiento del equilibrio y la buena salud.
Estáis arrasando vuestro cuerpo con la sobrecarga de adrenalina del aterrorizado animal agónico, con hormonas, sustancias químicas tóxicas y con la manipulación genética utilizadas para estimular artificialmente el crecimiento por el motivo obvio de aumentar la producción. No os amedrentaremos con detalles de bacterias y otros organismos vivos que se alimentan de cadáveres, pero a lo mejor también queráis tomar eso en cuenta. Además, estáis enviando oscuridad y densidad al sistema: plomo, no oro.
Una vez que reconozcáis su densidad como un obstáculo para vuestro trabajo en el cuerpo de luz, a lo mejor descubrís que vuestro deseo de comer carne, sencillamente, ha desaparecido. Muchos de vosotros ya habéis observado una creciente falta de interés en la carne; lo que tal vez no hayáis identificado todavía es que ésta es una etapa de la evolución de vuestra especie.
A lo largo de vuestra historia —y con eso nos referimos a aquello que está registrado, y a un tiempo más lejano, cuando los continentes eran una sola masa de tierra—, los seres que sembraron Gaia y sus descendientes han utilizado el sonido como un gran catalizador.
Es apropiado en este momento de vuestro despertar que entendáis el poder del sonido para abrir portales, liberar energía, alterar la materia y despejar el camino de la ascensión. En la antigua civilización de Atlántida, antes de que la vibración de Nibiru perturbara la armonía que reinaba allí, los seres eran sumamente receptivos al sonido y experimentaban la música de Gaia, que se elevaba por las plantas de sus pies como los «acordes graves» de su identidad. Cada planeta, en verdad cada capa dimensional, vibra con su sonido semilla, y así los seres de Atlántida, descendientes de otros mundos, trajeron a la Tierra su identidad cultural en forma de sonido.
Tenéis que saber que Atlántida fue una cultura multiétnica, compuesta de muchas civilizaciones, que habían venido como pioneros al Nuevo Mundo. Fue una época que no se diferencia de la siembra de las Américas, tan sólo que los inmigrantes eran seres venidos de muchos niveles dimensionales y sistemas estelares más allá del plano terrestre.
Con el transcurso del tiempo, la vibración tridimensional de la realidad sensorial y la atracción gravitatoria de Gaia empezaron a interferir en el wam individual, desafinándolo, y se hizo necesaria la curación.
Esto se llevaba a cabo en las cuevas cristalinas de las playas atlantes, donde las sacerdotisas sanadoras afinaban el wam simplemente tocando la matriz de cristal correspondiente, lo que generaba un tono resonante que devolvía la armonía al individuo. Ahora estáis recordando el uso de los cristales en la curación, pero aún tenéis mucho que aprender con respecto al uso de las claves musicales de los cristales, pues es en extremo sutil, y la mayor parte de la humanidad, atada a la tercera dimensión, ha dejado de oír la música del prójimo.
Y os recordamos que la guerra de sonido (metodología de los Anunnaki) aún se sigue usando para controlar y dominar. Lo que aún no sabéis acerca de la destrucción de ese continente y de la subsiguiente inundación, es que la perturbación de las frecuencias de sonido de Gaia es lo que hizo que se perdiera el equilibrio en el planeta; y aquí os ofrecemos otra clave para entender qué es lo que mantiene la cohesión de vuestro planeta y lo que desplazará las arenas una vez más.
En el florecimiento de la civilización atlante, los seres que poblaron esa inmensa isla operaban en una conciencia multidimensional; por este motivo, hay cierta confusión en cuanto a la realidad material de esa tierra. Atlántida, en sus muchas generaciones, realmente existió en la tercera dimensión, y si su importancia ahora está aflorando a la superficie en vuestra memoria es simplemente porque, desde que emprendisteis vuestra procesión a la Era de Acuario, habéis empezado a redescubrir los secretos de vuestros antecesores.
Al mismo tiempo, se está recuperando el así llamado «ADN basura», lo que hace que toméis plena conciencia como seres galácticos que habitáis el planeta verde-azul. El libro akásico, vuestros viajes personales, y una visión general del futuro previsto se hacen Uno en el despertar, y está a vuestra disposición ahora que el velo de la oscuridad está desapareciendo.
Su legado para esa cultura en lenta evolución consistió inicialmente en implantar portales de sonido, los que sólo se podrían abrir cuando el alma hubiese llegado a la resonancia, y luego el uso de formas geométricas sirianas como puertas sagradas a los reinos más elevados. Estos símbolos se entremezclan en la arquitectura de muchas estructuras del misticismo tibetano, y aparecen en el arte de los templos en forma de esculturas geométricas y mándalas. Éstos contienen la frecuencia de una época cuando la vibración musical se unía a la forma sagrada para abrir los portales de tiempo y dimensión en esa cultura.
En esa época, estos implementos simbólicos se elaboraban con materiales extraídos de esa rica tierra, un vestigio de la sabiduría atlante de los cristales. Posteriormente utilizaron los siete y los nueve metales preciosos que corresponden a los chakras, el teclado musical del wam.
La música del alma permanecía viva en el cuenco místico, una forma de Bodhisattva listo para ayudar a cualquiera que hubiese desarrollado la habilidad de separar esa frecuencia inaudible de su manifestación física, frecuencia que se liberaba al tocar el instrumento.
Sólo unos pocos seres muy especiales tienen la memoria y pueden activar el wam en los cuencos, y ellos son los canales capacitados entre vosotros, que actualmente están preparándose y que pronto serán llamados a unirse a los pueblos indígenas (localizados en centros geográficos estratégicos alrededor del globo) en la tarea de sostener el wam de Gaia mientras ella se mueve hacia su octava más alta.
Al igual que los Sacerdotes Oscuros de Atlántida, el Poder tiene la capacidad de detonar la vibración.
Sus guerreros no tienen amor por Gaia, ni tampoco respeto por la vida y la humanidad, y siguen con la intención de atraparos en la oscuridad de vuestra ignorancia, donde han intentado manteneros a lo largo del tiempo terrestre, luego de su intervención en Atlántida.
Como hemos dado a entender, la manipulación del sonido es una parte esencial de su tecnología, y mientras los trabajadores de luz están uniéndose para reverberar con la música de los campos existenciales de la Tierra, el poder está tendiendo la nueva red de frecuencias de control justo debajo de vuestros pies, y así adormecen aún más vuestra capacidad primordial de oír a través de esos chakras, y están violando el rico suelo y los depósitos minerales de Gaia con los acordes de sus dispositivos insípidos.
Reiteramos que el conocimiento del
sonido y su asombroso poder está tambaleándose entre los polos de la
luz y la oscuridad, como lo estáis vosotros, en los momentos previos
al amanecer de vuestra transformación.
No tenéis más que mirar con detenimiento el Gran Octaedro de Giza o las antiguas murallas de Machu Picchu para reconocer que vuestro desconcierto ante el movimiento y ubicación de monolitos de proporciones tan colosales está justificado.
La arqueología convencional fracasa rotundamente a la hora de explicar cómo hicieron los mortales de esas sociedades «primitivas» para transportar, rodar con poleas y levantar estructuras tan gigantescas.
En el caso del Gran Octaedro, la perfección de su obra de albañilería —bloques monumentales de caliza y granito, a menudo adosados a menos de un milímetro— desmiente los cuentos de la clase dirigente acerca de esclavos nubios que trabajaban bajo el despiadado sol del Sahara a base de pura fuerza muscular y el látigo del amo.
Adjudicar un comportamiento de esa naturaleza a la evolucionada civilización de Egipto es menoscabar el legado de una de las culturas más significativas de la historia de la humanidad y, sin duda, es negar la abrumadora evidencia del apoyo brindado por seres galácticos, presentes en esa época de la evolución de Gaia.
Una mínima sensibilidad ante las energías de Giza sólo puede afirmar que en la conciencia superior, que ha quedado grabada como formas de pensamiento y campos de energía en las sutiles grietas entre los bloques de la Gran Pirámide, residen un gran espíritu, misticismo y humanidad. En ninguna parte encontraréis sepultada en la piedra la ira del duro trabajo del hombre, los presuntos esclavos de Egipto.
En verdad, la labor de estas estructuras fue una simple y fácil unión de mentes, la cual recurrió a los poderes de la clase sacerdotal para establecer la frecuencia de sonido necesaria para elevar los bloques. Ellos tenían el conocimiento atlante del poder del sonido, como también los mayas en sus obras similares, y los tibetanos, quienes utilizaron su comprensión del sonido y la voz humana con el sumo propósito de sostener la vibración de Gaia que, de hecho, ha mantenido al planeta en una sola pieza durante muchos, muchos milenios,.
Vuestro estudio de los ecosistemas aún no ha ampliado su conocimiento sobre la importancia del sonido en el equilibrio; sin embargo, el Gobierno Secreto lo sabe. ¿Habéis oído de las extrañas mutilaciones en los cuerpos de los delfines, cuyos cadáveres, recientemente traídos por la corriente a la playa, revelaron huecos perforados debajo de la garganta, en el mecanismo de la voz?
Al igual que en una película de ciencia ficción, la élite de poder está intentando utilizar el patrón de sonido de los delfines. Han estado realizando experimentos en los instrumentos vocales de estos seres en un intento de adquirir y utilizar el conocimiento, pero el desatino con que practican este ejercicio está alterando la tensión dinámica de los océanos, lo cual motivará la partida del clan Delfín, quienes están empezando a suicidarse.
Como seres de luz altamente evolucionados, no pueden ser manipulados para servir a la fuerza oscura, y a menos que os movilicéis para detener el siniestro trabajo de su explotación, pronto presenciaréis la muerte en masa en vuestros mares.
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