Capítulo IX
Sintonización
Trabajando junto con los espíritus guía de nuestro instrumento,
hemos creado las aperturas pertinentes para que ella viaje a los
sitios sagrados clave del planeta con el fin de armonizarla, de
implantar el códice, y para estimular aún más su memoria y conexión
con aquellas civilizaciones en otras esferas de su experiencia, las
cuales denominaremos otras «vidas».
Un alma antigua, Trydjya, ha
deambulado por la Tierra durante milenios, originaria del sistema
estelar de Sirio, de un tiempo cuando las tierras de Gaia eran un
solo continente, conocido en las leyendas de vuestros antiguos
nativos como la «isla Tortuga».
Su experiencia en
Atlántida abarcó muchas generaciones. En la
primera encarnación, Trydjya se desempeñó como sacerdotisa sanadora
de la cueva de amatista, Guardiana de los Cristales. Le fue asignada
la custodia de una de las trece
calaveras de cristal que han
aparecido y desaparecido en diversas etapas de vuestra evolución,
pues constituyeron un legado para la humanidad con el fin de ser
utilizadas en los puntos cruciales del avance de vuestra raza.
La
segunda fue una vida traumática, cuando fue relegada al anonimato
como supervisora de las esferas; esto también suponía trabajar con
las frecuencias de los cristales.
Su última experiencia en la clase sacerdotal atlante ocurrió durante el tiempo final de esa cultura,
cuando los mares de Gaia cubrieron la isla y la pusieron a reposar
en el profundo abismo del océano, pues los desalmados avances
tecnológicos de aquellos tiempos (los que, os recordamos, guardan un
paralelo directo con este momento de vuestro adelanto tecnológico en
el planeta Tierra) tenían a la humanidad jugando a Dios con la vida.
Atlántida fue verdaderamente la hora de cristal del potencial más
grandioso de la humanidad, y floreció durante muchas generaciones,
hasta que el aumento descontrolado de energía (el abuso de poder
ejercido por la tecnología de los últimos días) alteró el equilibrio
y todo se perdió. Fueron pocos los que sobrevivieron al gran
cataclismo de la repugnancia de Gaia, tan intensa fue su ira, tan
inmediata e implacable.
Aquellas almas de Adán, tanto los que
sobrevivieron como los que perecieron, han resurgido en este tiempo
para asegurarse de que la raza humana, semilla de su semilla, no
reincida en el Error.
Vosotros, los que habéis acudido a nuestro mensaje, habéis empezado
a recordar.
Trydjya ha experimentado innumerables vidas en la Tierra, sirviendo
y ayudando en
Lemuria,
Egipto, Galilea, el Tíbet,
Sumeria, las
tierras de los mayas y en Mesopotamia, y ha vibrado en muchos
niveles de dimensiones que aún están fuera del alcance de su
conciencia y comprensión.
El conocimiento y la memoria de estas y
otras vidas, tal como sucede con las vuestras, se encuentran en su
ADN, y ella ahora las está recuperando, al igual que vosotros, pues
a medida que os estáis recodificando para asimilar el tercer
filamento, volvéis a vivir como un recuerdo los horizontes de
vuestras numerosas encarnaciones en el reino de la Tierra. Esto está
ocurriendo ahora para ayudaros a que extraigáis de vuestro
subconsciente todas las capas de vuestro ser que, como catalizadores
evolutivos, os han situado en este momento.
Toda vuestra experiencia es relevante y contribuye a que entendáis lo que
sentís que necesitáis
terminar en este momento de vuestro proceso, así como lo que habéis
venido a aprender en la universidad de vuestra educación terrenal.
Aquí nos encontramos frente a un dilema, pues a la vez que os
pedimos que aceptéis que no existe más tiempo que el momento
presente, estamos intentado discutir la memoria de vidas pasadas.
-
¿Cómo podemos evitar que surja una fuerte sensación de contradicción
en vosotros?
-
¿Y qué hay de las vidas futuras?
-
Si os dijéramos que
nosotros somos la voz de la proyección de vuestra conciencia
colectiva que remonta las olas del mar cósmico, ¿podríais concebir
un futuro que está manifestándose simultáneamente en otra dimensión,
vuestra mente-alma evolucionada cuya voz regresa hasta vosotros a
través de un instrumento que es vuestro contemporáneo, un ser físico
que actualmente reside en la tercera dimensión junto con vosotros?
Sabemos que os presionamos, que os hacemos traspasar los límites de
vuestras zonas de seguridad y, sin embargo, ése es el propósito de
esta obra y de todas nuestras enseñanzas. En este punto crucial de
vuestra evolución, tenéis que entender el funcionamiento fundamental
del universo, desde los horizontes más remotos del macrocosmos hasta
las partículas subatómicas infinitesimales de vuestro cuerpo, la
matriz microscópica. Vosotros, los que estáis despertando, seréis
convocados, pues pronto seréis necesarios para impartir la Sabiduría
al prójimo.
Aquellos de vosotros que os sentís atraídos por los escritos de
nuestro instrumento y de otros como ella, os convertiréis, por
vuestra parte, en mensajeros de las verdades que habéis hecho
vuestras, y aún habrá otros, pues el conocimiento es la luz de la
Finísima Red.
En las profecías de vuestros pueblos indígenas, los
guardianes de Gaia, el tiempo se acelera antes de llegar a su fin, y
también lo hacen los individuos que se han sintonizado con la Madre.
Tened confianza de que os encontráis donde tenéis que estar, como lo
pretendisteis, en el momento presente de la gran evolución de vuestra
Deidad
Solar: en el todo-tiempo, en el no-tiempo, os movéis hacia el fin
del tiempo y más allá de él, de una vez y para siempre.
Si bien tenemos la intención de que os abráis ante las posibilidades
exhaustivas del contexto del «no-tiempo», entendemos nuestras
limitaciones y encontramos que simplemente no podemos anular el
tiempo lineal. Nuestras palabras llegan hasta vosotros a nivel
intelectual, donde podéis admitir el concepto del «no-tiempo» como
una realidad posible; sin embargo, al estar atrapados en el tiempo
lineal, no tenéis un punto de referencia que os permita
experimentarlo.
A no ser que os dediquéis a la disciplina de la
meditación, mediante la cual os liberáis del mundo sensorial y
practicáis llegar al samadhi (estado de éxtasis eterno), las
ilusiones de vuestro pasado-presente-futuro sencillamente frustran
vuestras capacidades intelectuales de percibir el todo-tiempo. Así
como vosotros estáis atrapados, en cierto sentido también lo estamos
nosotros, pues en todo aprendizaje hay un espacio recíproco de
conocimiento y experiencia, y vuestro confinamiento en la tercera
dimensión limita nuestros medios de expresión y nuestra capacidad de
establecer ese punto de encuentro.
Os pedimos que lo tengáis
presente mientras intentamos proporcionaros las claves del enigma
del tiempo.
Cuando hablamos de vidas «pasadas» o civilizaciones «antiguas», en
realidad describimos, desde nuestra perspectiva, todo un panorama de
experiencias simultáneas. No es distinto cuando hablamos del
«futuro» —el futuro de vuestra Deidad Solar, de Gaia y de cada ser
que compone a esas entidades—, pues reiteramos que lo que percibís
como una sucesión de vidas cronológicas y sucesos fijos nosotros lo
reconocemos como conciencia que, simplemente, se manifiesta en
diferentes coordenadas del continuo espacio-tiempo.
Examinemos, en términos matemáticos simplistas, vuestros propios
datos científicos con respecto a las ilusiones del tiempo en
relación con la velocidad de la luz. Considerad que a la velocidad
que viaja la luz (300.000 kilómetros por segundo), la luz de vuestro
Sol
requiere aproximadamente ocho minutos para llegar a la Tierra.
Dudamos que cualquier astrofísico digno de crédito refutara este
cálculo elemental pues es esa clase de información que vuestra
comunidad científica califica de «hecho».
Sin embargo, donde podéis
encontrar resistencia de parte de algunos de los científicos más
convencionales es en la controvertida teoría que se deriva de esa
información: que dados los ocho minutos de tiempo de viaje
necesarios para que esa luz llegue a la Tierra, en esencia, siempre
estáis viendo al Sol como era en el pasado; un Sol tal como existió
aproximadamente ocho minutos antes del momento en que efectivamente
lo observáis (ocho minutos después).
Os parecerá extraño. Es muy posible que nunca hayáis pensado en la
idea de que vuestro Sol manifiesta la luz en la Tierra con demora de
tiempo, puesto que os baña en el momento presente de vuestro día.
Podría decirse que dais por sentada la certeza de la presencia del
Sol, pues parece ser una constante en vuestra vida, y la luz os
rodea durante muchas de las horas en que estáis despiertos.
Veis que
el Sol sale cuando os levantáis y que se pone al anochecer, en las
horas crepusculares de vuestros días, y todo esto, aparentemente,
ocurre en tiempo real, un término engañoso y mal interpretado que
describe, en definitiva, el tiempo simultáneo. Sin embargo, la luz
que alumbra a Gaia os llega ocho minutos después del momento en que
emana desde la superficie del Sol. ¿Podéis imaginar las
posibilidades que ofrece un intervalo de tiempo de ocho minutos
desde el momento en que la luz del Sol se irradia desde su masa
hasta que llega a vuestro planeta?
Eso quiere decir que, en caso de
una explosión de magnitud devastadora en la superficie del Sol, la
gente en la Tierra no lo sabría sino hasta después de transcurridos
ocho minutos.
Los mayas eran conscientes de los ocho minutos de demora del viaje
de la luz del Sol hasta Gaia, pues su civilización era muy
inteligente y disfrutaba de la interacción directa con seres
multidimensionales, quienes les dieron el conocimiento del funcionamiento
cósmico del universo, el cual hemos descrito brevemente en términos
de la física cuántica. Ellos entendían las ilusiones del tiempo
lineal, el proceso de la muerte y el renacimiento, y la existencia
de universos paralelos.
Las
calaveras de cristal fueron muy utilizadas por esa civilización,
situadas en sus observatorios astronómicos, pirámides y otras
localizaciones estratégicas. Los grandes videntes mayas, Guardianes
de los Cristales, estaban físicamente sintonizados con las calaveras
y, por lo tanto, podían interpretar la condición del Sol y de todos
los demás cuerpos celestes en tiempo real, pues el pensamiento, por
otra parte, viaja instantáneamente. En esencia, las calaveras no
sólo proporcionaban acceso a la galaxia mientras ésta se desplegaba
momento a momento, sino que también liberaban al observador del
tiempo lineal, de modo que estos mismos videntes podían mirar el
futuro y el pasado de toda la experiencia en la Tierra y en los
cielos.
El propósito del cristal en las civilizaciones antiguas y,
específicamente, el misterioso funcionamiento de las calaveras de
cristal es algo que vuestros científicos y arqueólogos no han
acertado a comprender hasta el momento; sus encuentros con estos
artefactos mágicos han resultado ser muy improductivos y siempre lo
serán, pues se trata de algunos de los más sagrados objetos
existentes.
Sólo los Guardianes designados tienen pleno acceso a
ellos, si bien en raras ocasiones psíquicos con talento han podido
descifrar algunos de los códigos de ingreso y obtener información.
Se está descubriendo más en estos días, a medida que los pueblos
nativos salen de su hibernación: han aguardado a que llegue este
momento para hacerse oír. El Consejo de los Guardianes de Gaia ya se
ha unido, y se está colocando en puestos de liderazgo por el bien de
los hijos de la Tierra; ellos reunirán las trece calaveras en la
fase secundaria de la curvatura del tiempo.
Esto, asimismo, se
predijo en las enseñanzas de los antiguos y se transmitió por medio
de la tradición oral, la visión psíquica y la intuición, y a
través del contacto directo con seres estelares en diversos momentos
de nuestra aparición en vuestra Tierra.
Volviendo ahora a los marcos lineales de tiempo y a nuestro estudio
de la velocidad de la luz, debería ser obvio (dado el cálculo simple
de la velocidad de la luz) que mientras más lejana sea la distancia
física de un cuerpo celeste, mayor será la cantidad de tiempo
necesario para que su luz llegue hasta vosotros. Los astrofísicos os
enseñan que son tantos los millones de kilómetros que separan a la
Tierra de las estrellas más brillantes en vuestros cielos nocturnos,
que se necesitan años para que su luz llegue hasta vosotros.
Pensad
en esa simple afirmación por un momento; digeridla y haced
plenamente consciente esta clave:
Tantos millones de kilómetros separan a la Tierra de las estrellas más brillantes en vuestros cielos nocturnos, que se necesitan años para que su luz llegue hasta vosotros.
¿No os deja atónitos eso? Sin duda que cuando miráis la bóveda
estrellada de vuestros cielos nocturnos, no tenéis en cuenta la
posibilidad de que realmente estáis observando estrellas y cuerpos
planetarios tal como existieron hace muchos años.
De modo que, a
partir de esa hipótesis, es razonable pensar que cuando miráis a los
cielos, estáis viendo muchas estrellas a millones de kilómetros de
la Tierra que, a lo mejor, ya no existen en la realidad física. En
el proceso de su evolución, posiblemente ya se han extinguido, han
hecho explosión, o han pasado por sus propios cordones astrales en
la transición de la muerte y el renacimiento.
Estamos sugiriendo que
cuando vosotros miráis el firmamento es como si estuvieseis viendo a
través de una máquina del tiempo. Lo que veis brillar en
vuestros ojos y en los sofisticados telescopios de los astrónomos es
la luz de estrellas, galaxias remotas, y el reflejo de cuerpos
celestes tal como existieron hace cientos, miles, tal vez millones
de años.
Así como vosotros miráis al pasado cada vez que vuestros ojos se
encuentran con la luz de un cuerpo celeste en el espacio,
igualmente lo hacen otros que contemplan las estrellas y que viven
a cientos de años luz de la Tierra, y hay un sinnúmero de
poblaciones de seres a lo largo del universo material que hacen otro
tanto. Entonces, desde su perspectiva, ¿no estarían viendo vuestra
realidad actual con un retraso de cientos de años?
Inventemos un
planeta remoto al que llamaremos «Zargón», situado a tanta distancia
de vuestro sistema solar que sus habitantes están mirando a la
Tierra tal como era hace dos mil años, alrededor de la época en que
el Cristo pasó a ocupar el centro del escenario en vuestro teatro
evolutivo. Sin embargo, en vuestra realidad, aquí estáis vosotros,
atravesando la era de la tecnología, a punto de sacar a todo el
planeta completamente fuera de la tercera dimensión.
O bien podemos
cambiar nuestro enfoque y proyectarnos al futuro, donde los zargonianos están observando a la Tierra contemporánea en 1999;
entretanto, vuestro sistema solar entero ya ha pasado a su dimensión
más elevada y Gaia ni siquiera existe en la realidad material.
Ahora, volviendo a nuestro primer ejemplo, imaginadlo todo desde
nuestra perspectiva de seres multidimensionales que podemos observar
conjuntamente a los zargonianos mientras miran a la Tierra en el
tiempo cero del nacimiento del Cristo, y a la Tierra en los
comienzos del siglo XXI; así tendréis una idea aún más clara de lo
que queremos decir cuando nos referimos al «tiempo simultáneo».
Intentamos mostraros cómo se distorsiona el tiempo en el universo
material y, más aún, que el tiempo no es independiente del espacio.
Esto os queda claro sólo cuando os alejáis del punto de referencia
tridimensional, y hacia allí os dirigís, amados, cuando nos
referimos a vuestro paso por el agujero negro, por los cordones astrales del universo, hasta el próximo nivel de conciencia, a
medida que todo un grupo de planetas, estrellas y seres celestes
va en ascenso en conciencia.
Éste es el glorioso despliegue del Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será, de lo cual toda la vida es un reflejo; un
aspecto: desde una simple piedra en la orilla del río hasta la
construcción mental más compleja y los grandes seres celestes de
vuestro universo y aun más allá; no somos más que unidades
conscientes del Uno. Experimentamos la pulsación de nuestras
vibraciones mientras atraviesan el mar de la conciencia, a la vez
que recibimos aquellas que pasan a través de nosotros: inhalando la
vida, exhalando el amor, en un continuo sin tiempo, como las olas en
los océanos.
Ésta es la maravilla de la existencia; es la Razón.
Al igual que Trydjya, muchos de vosotros estáis siendo convocados al
peregrinaje, pues el proceso de vuestra preparación (el despertar de
vuestros cuerpos de luz) requiere que os integréis a Gaia, el Ser
vivo, en vista de que ella proporcionará una transición segura a
aquellos de vosotros que hayáis entrado en la aceleración. Os habéis
empezado a congregar en sus centros de chakras para asimilar las
energías, y para ser activados y curados.
Tened cuidado con la miríada de los que «abren las puertas a las
estrellas», esos que se autodeclaran guerreros del espíritu y que se
están infiltrando en vuestros centros de luz y en vuestras redes de
comunicaciones, quienes alegan que han venido al cuerpo físico en
una misión: la activación de los sitios sin ayuda de nadie. No os
dejéis engañar; no hay un solo individuo que resida actualmente en
la tercera dimensión que tenga la capacidad de activar un sitio
sagrado sin ayuda de nadie. Es vuestra conciencia colectiva la que,
mediante la concentración de luz en esos sitios, revitaliza las
energías allí presentes.
Los Guardianes de la Energía, quienes pueden dirigir mejor vuestras
energías y facilitar vuestra alineación por medio de la ceremonia,
la meditación y la oración, se encuentran entre los líderes
espirituales indígenas.
El conocimiento de esos sitios les ha sido
transmitido en secreto por los Sabios de generación en generación.
Recién ahora, cuando finalmente ha llegado la hora del despertar,
ellos han empezado a daros la bienvenida, pues ya no están velados
en el silencio. Ellos, la voz de Gaia —una voz que atraviesa los
océanos y las planicies desérticas—, hoy están emergiendo y os
señalan vuestra dirección. De modo que en este momento estáis
viajando a los lejanos rincones de la Tierra en búsqueda de los
Guardianes.
Estáis entrando en resonancia con las zonas de poder de Gaia, recibiéndola; mediante el inviolable acto del abrazo
magnético, finalmente estáis llegando a conocer a la Diosa en su
totalidad.
En el intercambio de energía todo se mueve hacia arriba, todo se
intensifica. Nos referimos a un proceso en curso que se tiene que
experimentar, al cual os están encaminando vuestros guías
espirituales y los seres más elevados quienes, al igual que
nosotros, están trabajando con individuos como Trydjya para acelerar
su proceso, a fin de que puedan cumplir con sus misiones y servir a
la colectividad universal.
Hay otros que se están uniendo bajo la
guía de dedicados chamanes y seres sensitivos, cuyo propósito
consiste en atraer la conciencia hacia estos vórtices como parte de
la iniciación planetaria e individual. Sin embargo, a no ser que se
tomen de las manos de los Guardianes de la Tierra de esos centros
sagrados, no serán capaces de develar los secretos contenidos allí,
no importa cuan puras sean sus intenciones ni cuan sinceras sus
promesas de experiencias místicas y despertares espirituales.
Sin importar cuál sea vuestra experiencia ni lo que traigáis al
regresar a vuestro mundo de vuestras migraciones y viajes del alma,
es importante recordar que estáis llevando vuestras vibraciones a
los sitios sagrados de Gaia. Allí quedará codificada la música de
vuestra alma, el wam, grabada en los éteres para siempre. También
vuestros pensamientos y sus proyecciones se unen a las energías de
estos poderosísimos centros del espíritu, y tenéis una
responsabilidad ante quienes os han precedido y ante quienes vendrán
después.
Si deseáis honrar a Gaia y a toda la vida en éste vuestro
mundo, y en otros aún desconocidos, tenéis que purificar vuestras
vibraciones; necesitáis deshaceros de todo sentimiento de separación
y egocentrismo antes de que os congreguéis ante los altares.
Entonces, en vuestro honor y humildad, conoceréis la expansión en
vuestros corazones y el regocijo de estar integrados, todos unidos
en la grandeza del Uno.
Los sitios de ceremonia y oración están vibrando con las energías de
seres angélicos, de espíritus elementales, del consejo
interplanetario, y de muchos iniciados, adeptos y maestros, y
sentiréis el poder del alma grupal cuando os reunáis en el acto de
veneración.
Podéis sentir que los espíritus de la luz se congregan y
concentran la conciencia en estos sitios, y esto es parte de la
atracción que ejercen en vosotros. A medida que ejecutáis vuestra
danza en los puntos de convergencia, bajo la luz estelar de los días
de la gran transformación, estáis tejiendo la Finísima Red, de
regreso a la unión con la Madre.
Daos prisa, pues es mucho lo que
tenéis que lograr desde ahora hasta el cierre del tiempo, y al tomar
la iniciativa de ir a sus lugares de poder os comprometéis a
reconocer conscientemente a Gaia, mientras os fundís con otros seres
de luz quienes, al igual que vosotros, están regresando al origen,
acelerando vuestro proceso a pasos agigantados.
Los nueve centros de la red primordial de energía de la Tierra son:
-
la meseta de Giza
-
el monte Kailas, en el Tíbet
-
la Triangulación de
Inglaterra (Avebury-Glastonbury-Stonehenge), Gran Bretaña
-
los Andes
del Perú
-
el monte Shasta, en California
-
el Valle de la Pirámide de Tenochtitlán, en México
-
Oahu, en Hawai
-
las ruedas de energía de los
indios americanos en Nuevo México
Los sitios secúndanos incluyen:
-
Ayer's Rock, en Australia
-
Damasco, en Siria
-
ciertos puntos de vórtice en Siberia (aún por ser investigados)
-
el
monte Sínaí, en Israel
-
la isla de Pascua
-
las ruedas de energía
de los indios americanos en México, Guatemala y los Estados Unidos
Tenéis que viajar lejos, superar muchos obstáculos, mas ésa es la
naturaleza de la iniciación, y la mayoría de vosotros, los que
estáis despertando, ya habéis partido en vuestra travesía. Os ha
llegado la hora y no hay vuelta atrás, así que id ya, y diseminad la
luz.
Nuestro instrumento ha estado entre los brazos de
la Gran Esfinge en
las frías horas de luna llena en Giza, envuelta en los rayos
violáceos del sueño de Gaia, y ha oído la música que llega por el
portal multidimensional, el latido del corazón y el pulso de la
Madre Tierra.
En su cuerpo de luz, ha cruzado el umbral de la estela
de mármol y ha recuperado la memoria de otras encarnaciones en
Egipto, mientras dejaba su huella en los éteres. A solas, ha entrado
al Gran Octaedro de Giza en las horas previas al amanecer de su
majestuosidad silenciosa, y se ha recostado en el carruaje de
granito, pues desde allí la guiamos en su viaje extático a través
del portal.
Con ayuda de otra mujer estrella, y desplazándose sobre
manos y rodillas, Trydjya ha llegado hasta la profunda cámara
subterránea para abordar las grandes naves de otros reinos, donde en
tiempos antiguos ella reinó soberana: recuerdos de sus
responsabilidades, su misión, sus dotes... Cada momento de
exploración, de remembranza, ha contribuido a aumentar su
receptividad y a afinar su mente para que sea capaz de descifrar
estas transmisiones, a la vez que recupera los fragmentos y partes
más relevantes de su antigua historia de encarnaciones en este y
otros planos.
Sus viajes por las vastas tierras del Tíbet han servido para
reactivar la memoria atlante del sonido grabado en la forma, de
manera que pudiese recibir y descifrar la complejidad de nuestro
mensaje, pues, para activar el canal, Trydjya tuvo que sentir la
sabiduría en su corazón. En Birmania, la reunimos con su maestro
anterior, Uarditt
Sa, el Santo, quien estuvo junto a ella en el tiempo de su
reencarnación como Tse Den, el muchacho lama del templo Kumbum, y en
ese encuentro ella vivió una iniciación extremadamente poderosa con
la apertura del tercer ojo.
En sus numerosos viajes por Oriente se
le mostró la vía del camino medio, reavivando en su alma el
conocimiento del sendero budista a la iluminación. Pero fue recién
cuando visitó los círculos de las cosechas, primero en la Espiral Hiperdimensional
del Templo de Stonehenge y posteriormente, en la Triangulación
Fractal, cerca de Silbury Hill 1, que pudimos establecer un claro
canal de enlace, pues entonces la comunicación fue instantánea y sin
obstáculos.
1 La Espiral Hiperdimensional del Templo de Stonehenge se refiere al
Conjunto Julia (véase ilustración), trazado al otro lado del camino
de Stonehenge en julio de 1996. La Triangulación Fractal, cerca de
Silbury Hill, se refiere a la Estrella de David fractal trazada en
un campo a los pies de Silbury Hill en julio de 1997.
Allí, mientras se recostaba por primera vez en el
jeroglífico de la cosecha, rodeada de la forma y morfología sagrada
de Sirio, Trydjya se despejó para recibirnos: una conciencia
colectiva, los Emisarios del Sumo Consejo.
El Conjunto Julia
Este magnífico
círculo de las cosechas apareció junto
a Stonehenge en julio de 1996
Aquellos de vosotros que aún no habéis explorado los jeroglíficos de
las cosechas, en estos próximos años de la Tierra os sentiréis
atraídos en gran número hacia los campos de Inglaterra.
Allí
descubriréis las señales más significativas de la conciencia estelar
que se está manifestando actualmente en vuestra dimensión. Esto es
contacto, una respuesta al llamado de SETI
2 y a las rudimentarias
imágenes que la NASA, vuestra principal organización espacial, ha
estado enviando al cosmos durante años en búsqueda de una respuesta,
de algún indicio de vida inteligente en el universo.
2 SETI [Search For Extraterrestrial Intelligence
- Búsqueda de
Inteligencia Extraterrestre] -
proyecto de la NASA que consiste en
el envío de patrones de sonido al espacio con la esperanza de
recibir una respuesta inteligente.
¿Os dais claramente cuenta de que los comités «top secret» de
vuestros líderes militares nunca han tenido la intención de
compartir los saludos de vuestros hermanos y hermanas de la galaxia
con la gente de vuestro mundo?
Reiteramos que el Poder pretende
disuadiros, retener la información al servicio de sus propios
intereses militares y económicos, y por ello os hacen sentir
ridículos e inmaduros si os atrevéis a reconocer las verdades que
están codificadas en los tallos de trigo aplanados.
Pues,
-
¿Qué
sucedería si vosotros, toda una multitud, de pronto tomarais
conciencia de que unos seres inteligentes provenientes de otros
mundos en vuestra galaxia han estado trabajando con vuestros
gobiernos durante años?
-
¿O que en la Tierra hay energía libre al
alcance de todos?
-
¿O que todo el arsenal de armas nucleares, que
actualmente amenaza con aniquilar la vida en Gaia, podría ser
desmantelado instantáneamente?
-
¿No caería inmediatamente la estructura de Poder?
-
¿No se vendría
abajo Wall Street, cuando bajen los valores de sus actuales
baluartes, los recursos que se están arrancando del corazón mismo de
la Tierra?
-
¿No se terminaría la guerra —el producto de que os
estimulen para que abriguéis sentimientos de separación y
subdivisión entre religiones, países, razas y creencias
antagonistas— con el conocimiento de que vosotros sois el
pueblo de la Tierra, habitantes del Jardín del Edén, una de
las muchas especies de seres inteligentes que pueblan el
universo material?
En
verdad, ¿no se alteraría por completo vuestro enfoque, mientras
examináis el cosmos para encontraros con el linaje largamente
esperado de vuestras familias ancestrales?
Si provocamos sentimientos de resistencia defensiva en vosotros,
pensamientos de que el panorama es tan diabólico que ni siquiera
vosotros lo creéis, entonces os pedimos que consideréis por qué
motivo las masas de la humanidad han oído hablar sólo remotamente de
los círculos de las cosechas. Por qué razón, a través de los medios
de prensa, se ha hecho creer a la mayoría que dichos círculos son la
loca fantasía de un par de viejos tontos que, en las oscuras noches
de su tedio, no tenían nada mejor que hacer que caminar en círculos,
arrastrando un tablón por las sembrados durante lo que debieron
haber sido horas insoportablemente largas.
¿Pero por qué?
Aun si
hubiese una remota posibilidad de que estos hombres simples pudieran
haber sido verdaderamente los arquitectos de formas tan profundas,
¿qué posible motivación podrían haber tenido para justificar un
esfuerzo tan arduo?
«Hacer reír al mundo», según se declaró, fue la motivación
instigadora del fenómeno, una pequeña travesura graciosa. En cuanto
a hipótesis, eso podría explicar unos pocos casos deformes de
siembras aplanadas, pero sin duda carece de credibilidad cuando uno
observa detenidamente la formidable simetría y diseño geométrico de
los intrincados jeroglíficos.
Tampoco explica la abrumadora cantidad
de formaciones que se han hecho en el curso de los años, pues desde
hace muchos veranos hemos venido recreando nuestras obras de diseño
y simbolismo galáctico en los campos, hemos traído hasta vosotros
más complejidad de forma y hemos elevado las
frecuencias de luz y sonido que contienen.
¿Dónde están los
reportajes de prensa que abordan los temas de interés humano, los
relatos de las increíbles experiencias transformadoras que mucha
gente ha vivido cuando ha visto los círculos y ha entrado en ellos?
A menudo se ven helicópteros de la Real Fuerza Aérea sobre los
jeroglíficos, y es muy común que los exploradores de los círculos
vean al personal de la Fuerza Aérea filmando desde arriba, haciendo
tomas de cerca de la actividad en los campos. Algunos de vosotros os
dais cuenta de que en realidad espían a los visitantes de los
círculos, acumulando información de quién está transmitiendo la
información a la ciudadanía.
De hecho, Trydjya ha sido fotografiada,
recostada en el vórtice del círculo central de la Espiral Hiperdimensional,
mientras pasaba por el proceso de sintonización. Esa invasión de su
libertad tiene mucha gracia, pues ellos cumplen con su trabajo, pero
no saben qué es lo que están buscando.
Incontables testigos han dado su testimonio personal de la presencia
de los helicópteros de la Fuerza Aérea sobre los jeroglíficos. No
cabe duda de que los militares no estarían derrochando el dinero de
los impuestos de los contribuyentes tan sólo para seguirle la pista
a unos bromistas insignificantes, ¿no? Dada vuestra resistencia
contra el régimen tributario injusto y obsesivo, tenemos que deducir
que os rebelaríais en contra de un desperdicio tan inútil. ¿Cuál,
entonces, suponéis que es su verdadero interés en el fenómeno de los
círculos de las cosechas?
Miembros dignos de crédito de vuestras comunidades espirituales y
científicas han identificado en la compleja composición de las
ecuaciones de los jeroglíficos la presencia de geometría multidimensional,
matemáticas fractales, y formas y vibraciones bio-geométricas. Aun
así, observamos con curiosidad que la población en masa está
dispuesta a aceptar la explicación que da la clase dirigente de lo
que, tal vez, sea la manifestación más tangible de comunicación
interdimensional hoy en día en vuestro planeta: en
primer lugar, que dos ancianos bromistas en búsqueda de diversión
posean semejante riqueza de información; en segundo lugar, que
pudieran tener la capacidad de expresar dicha sabiduría en formas
tan perfectas como aquellas que ahora estáis presenciando en la
campiña de Inglaterra.
La clase dirigente quiere que ignoréis los mensajes colocados en las
cosechas, negando que sus configuraciones complejas y significativas
sean representaciones reales de vida inteligente en otros reinos, y
os priva de vuestro lugar en el esquema cósmico de las cosas. Por
esto, para vuestra propia edificación, sería sabio que experimentéis
los círculos de las cosechas en persona, pues si estamos imprimiendo
símbolos de Sirio en vuestro campo de visión tridimensional es para
comunicarnos con vosotros, para estimular vuestra respuesta.
Os
traemos una prueba, un mensaje tangible, algo que podéis creer que
es real. Nuestro deseo es sacudir a la población para que salga de
su trance narcotizado, de su sedación; es ayudar a quienes son
inconscientes a que se hagan conscientes de todo lo que los rodea.
No obstante, primero tendréis que abrir los ojos a lo que es visible
en vuestra realidad antes de que podáis ver lo que flota a vuestro
alrededor en los éteres.
Para aquellos que están fuera del ámbito de vuestra experiencia, es
muy revelador que la indiscutible claridad de los jeroglíficos, sus
orígenes extradimensionales, hayan hecho impacto sólo en un grupo
muy limitado de individuos. Esto refleja exactamente hasta dónde
llega la ceguera de las masas en su percepción de lo que las rodea.
Anestesiadas, se hipnotizan frente a sus máquinas holográficas
atiborrando sus cuerpos con la droga de la indiferencia y, desde sus
sillones de inercia y adicción, os condenan por vuestra brillantez y
percepción, por vuestro atrevimiento de cuestionar a la autoridad o
de dudar de lo convencional.
Pronto se enfrentarán a la consecuencia kármica de esa indiferencia, pues, a no ser que se abran al cambio,
no habrán desarrollado la conciencia para integrarse a las
energías más elevadas y al cambio de tiempo. Muchos optarán por
marcharse, por reencarnarse en otros mundos donde puedan continuar
con su proceso evolutivo a un paso mucho más lento, y así debe ser.
Aquellos de vosotros que os quedéis, sin embargo, tenéis que
despertar de vuestro sueño, para que podáis aunar vuestros esfuerzos
a fin de hacer que Gaia recupere el equilibrio antes de la fase
final de su transición.
La ley universal requiere que todos los seres sensitivos honren el
libre albedrío de todos los demás seres vivos y, por consiguiente,
ha sido diseñada como un modelo de no intervencionismo, es decir, la
orientación ha de darse libremente a quien la busca y no ha de
imponerse jamás en aquellos que no la solicitan. Hacerlo sería
interferir en su karma e iría en contra del proceso natural.
Sin
embargo, como raza, vosotros tenéis una obligación ante Gaia, sus
hijos y aquellas formas de vida que no pueden comunicarse, que no
pueden pedir ayuda. Por lo tanto, tenemos la libertad de advertiros
de los peligros que enfrentáis como seres en un planeta que está
experimentando la intensificación de la brutalidad y la rapiña de
seres que todavía no han despertado y que, sencillamente, no pueden
percatarse de lo que le espera al planeta Tierra y a toda la
humanidad.
Las señales están en todo vuestro entorno; son cada vez más
alarmantes y están manifestándose en todos los rincones del globo.
Los vientos han empezado a soplar. Y así como solamente un puñado
muy selecto de vosotros está dispuesto a reconocer la sabiduría
cósmica en los campos de Inglaterra, de igual forma sólo una pequeña
minoría de la población global capta las señales que una Tierra
moribunda está enviando a sus guardianes en su lucha por sobrevivir
a la despiadada mano del hombre.
Observamos que de ese reducido aunque creciente número de vosotros
que habéis experimentado
los círculos de las cosechas, los que son
hipersensitivos sólo necesitan aproximarse a sus perímetros para
sentir las corrientes que circulan por los jeroglíficos y pasan a
sus cuerpos; los clarividentes, realmente, pueden ver las formas de
energía y los seres de luz presentes allí; los clariaudientes, como
Trydjya, se han recostado sobre los jeroglíficos, han sintonizado su
wam con las frecuencias alteradas y han establecido la conexión
galáctica a través de canales abiertos para recibir la transmisión
directa del Consejo de Sirio.
Los demás, simplemente, estáis
fascinados por la belleza y complejidad de su forma, y muchas son
las profundas revelaciones de aquellos de vosotros que habéis sido
«llamados». Sea cual sea vuestra respuesta personal frente a un
jeroglífico de las cosechas, podéis tener la certeza de que entrar
en el círculo os pone en nuestros campos de resonancia, pues
vuestro
ADN se altera y vuestra vibración sube, facilitando con ello la
expansión de vuestros campos de energía.
A pesar de los esfuerzos de la clase dominante para distraeros y
alejaros de las formaciones, un número cada vez mayor de vosotros se
sentirá atraído por los campos para poder constatar y experimentar
en persona esa incuestionable demostración de conocimiento superior,
el cual seguimos imprimiendo en la tierra de Gaia.
Cada jeroglífico
contiene los datos, códigos e información de las Claves de Sirio de
la Ascensión Universal, pues estas son nuestras obras —nuestro medio
preferido del sonido aplicado a la forma y al simbolismo sagrado—,
la manifestación de la
luz de la conciencia.
Somos muy conscientes de vuestro ardiente deseo de saber exactamente
cómo se forman los círculos de las cosechas, y estamos encantados
con vuestras numerosas teorías, vuestras profundas intuiciones e
investigaciones científicas. Es una experiencia conmovedora observar
a la humanidad mientras expande y proyecta su mente. Nos deleitamos
a medida que, como niños maravillosos, abrís
vuestros corazones a vuestra familia galáctica.
Cuando os recostáis
silenciosamente en los campos de trigo, nutridos con las energías
cósmicas que fluyen por vuestro ser, sintiendo el amor y la
maravilla de estar en el hogar, saboreamos vuestra reverencia y
asombro. La conexión nos inunda de regocijo y celebración. Quienes
ya habéis entrado, sabéis, pues vuestro Espíritu ha sido
inexorablemente alterado a partir de ese momento, y estáis radiantes
de emoción por vuestra experiencia, la sensación de estar donde
pertenecéis: la Reunión.
Vosotros, los que estáis despertando,
podéis sentir lo que se avecina. Estáis palpitando al compás de la
danza galáctica, y nos conectamos con vuestro ritmo, así como
vosotros palpitáis al compás del nuestro. Es intercambio, recuerdo y
expectativa. Es la canción del corazón: la Música de las Esferas.
La explicación técnica de cómo se imprimen los jeroglíficos en las
cosechas ya la conocéis: está enterrada en vuestra profunda
conciencia de raza. Nosotros nos limitamos a utilizar esa sabiduría
olvidada de Gaia, la cual os hemos descrito en una lección anterior,
cuando hablábamos de transmitir las frecuencias de sonido a través
de las formas geométricas sagradas.
Al igual que los sacerdotes
tibetanos, aplicamos el sonido a los símbolos sagrados para
materializar la conciencia. El proceso involucra activar las redes
de energía de esas zonas seleccionadas del paisaje, sintetizar el
sensitivo campo magnético de la Tierra, sintonizarnos con el wam de
Gaia y concentrar la conciencia de aquellos seres terrestres
altamente conscientes que están predispuestos a recibir nuestras
frecuencias. Esto es lo único que se requiere para que podamos
imprimir la conciencia hexadimensional en vuestra realidad material.
Parece mucho más complejo decirlo que hacerlo. Os pedimos que no
permitáis que las palabras os abrumen, pues el papel del lenguaje es
comunicar la experiencia, y éste es un descubrimiento propio que aún
tenéis que experimentar.
Este procedimiento no difiere mucho de proyectar naves en
vuelo en vuestro campo visual y, sin duda, cientos de miles de
individuos han presenciado el fenómeno de los ovnis en los cielos.
Podemos confirmar que los seres conscientes que transitan el
universo material requerirían naves espaciales físicas, y éstas sí
existen, en tanto que los seres de las dimensiones más elevadas
trascienden lo físico.
Pero nosotros, en verdad, os proyectamos
imágenes de discos y naves madre porque eso es lo que esperáis de la
inteligencia extraterrestre, mientras aún os halláis confinados en
vuestro mundo tridimensional. Por consiguiente, si lo que queréis
son naves espaciales, nosotros podemos crearlas para vosotros, y lo
hacemos, en forma de imágenes holográficas que parecen ser del reino
material, pero no lo son.
No necesitamos naves para viajar a otros mundos, ni tampoco las
requerís vosotros. Hemos hablado de los antiguos egipcios y los
lamas tibetanos, y de la forma en que viajaban en el cuerpo a otras
dimensiones y otras realidades. Sin embargo, no sugerimos que
tratéis de restablecer su metodología en este momento de vuestro
desarrollo, pues simplemente no es necesario. Os lo hemos expresado
de muchas maneras: el conocimiento está en vuestro interior y
siempre ha estado codificado allí, en vuestro ADN, esperando que lo
recuperéis mediante la activación de las claves.
Tenéis inmensas minas de conocimiento que traer a vuestra conciencia
en este momento, de modo que nos agrada ver que estáis superando
vuestra fascinación por los ovnis —yendo más allá de eso—, pues os
distrae de vuestra visión global de las cosas.
El Gobierno Secreto
ha estado trabajando con científicos extraterrestres, durante más de
cuarenta años, para producir algunas de las naves espaciales más
rudimentarias que surcan el espacio, y gran parte de lo que
observáis en vuestros cielos es simplemente el producto del avance
de su ingeniería.
La tecnología de discos giratorios, como hemos mencionado
anteriormente, consiste en alterar los niveles de la fuerza
gravitatoria y liberar a la materia de la atracción de la gravedad. Este
conocimiento es fundamental para el viaje sin restricciones a través
del universo material, una tecnología necesaria para emprender de
lleno la penetración en las profundidades del espacio. No obstante,
gran parte de la humanidad, hoy, está moviéndose más allá de los
planos materiales y centrando su atención en nuevas posibilidades y
horizontes distantes.
Mientras vuestras agencias militares encubiertas se regodean con la
adquisición de «tecnología secreta», ésta es de conocimiento común
para la vida inteligente de la galaxia, pues hay un extenso comercio
e intercambio cultural en todo el cosmos, y el viaje interplanetario
beneficia a todas las civilizaciones pacíficas.
La ironía de todo
esto —su codicia de conocimiento y el secreto que rodea su
experimentación con los discos giratorios— es que cuando ellos
decidan admitir abiertamente los recursos con los que cuentan ante
la gente de la Tierra, vuestro planeta se encontrará en un estado
tan alterado de conciencia que, como raza, habréis llegado demasiado
lejos como para que os importe.
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