En la cuarta dimensión os eleváis en conciencia hasta un nivel donde experimentáis eternamente la unidad de toda la vibración, y ese sentido intensificado de la totalidad e interdependencia de toda la existencia altera, inevitablemente, vuestra expresión y comprensión del libre albedrío. En tal virtud, lo que en la tercera dimensión os parece que está en el contexto de «lo uno o lo otro», en vuestra conciencia evolucionada de seres tetradimensionales se difunde en matices del Uno.
Nos referiremos, una vez más, a los hermosos Adán y Eva del jardín mítico con el fin de desarrollar un argumento filosófico fundamental. De no haber cometido el gran «pecado» de elegir comer la manzana, se habrían vuelto aburridos e indiferentes en el paraíso, condenados a una eternidad de pasividad e inercia. Como divinidad encarnada, no hubieran tenido una razón de capital importancia para existir, ningún propósito por el cual separarse del Todo-lo-que-es y abrirse camino más allá del jardín de la luz y perfección eternas.
En definitiva,
Sin duda, carecería de sentido en el esquema cósmico de las cosas y, como tal, representa un punto muerto en lo que sabemos que es un universo en evolución constante.
En esta versión, la lógica intenta anular a la intuición descarriada y, al perder, sufre la condena que le acarrea el error imperdonable: desafiar el mandato de Dios de «ver pero no tocar» el árbol de los frutos dorados.
Habéis sido manipulados y programados para obedecer, y nos parece que ya os hemos dejado en claro a quién. Sin importar cómo deseéis identificar a la jerarquía a la cual habéis entregado vuestro poder en el pasado, recordad que se trata de la energía masculina eclesiástica, el yang exaltado, cuyas interpretaciones históricas del Jardín del Edén os presentan a un Adán convertido en la víctima que, hechizada por la tentadora, es atraída a las redes de la desobediencia por la persuasiva fuerza yin. Su ecuación se resuelve al convertir a Eva en el equivalente del pecado; se condena el arquetipo de la intuición y el saber interior: ¡la Diosa ha sido saboteada!
Sugerimos que vuestras mujeres han sido sistemáticamente
despojadas de su poder desde los tiempos de la intervención atlante,
cuando el poder de la sacerdotisa era extraordinario: una época de
iluminación y nutrición del alma en lo que fue la hora dorada de la
humanidad. La población masculina, harta de siglos de supremacía
femenina, fue fácilmente incitada a la rebelión (que instigaron los
guerreros Anunnaki), y ha controlado el péndulo desde entonces,
durante mucho más de 16.000 años terrestres.
En nuestra exposición de los habitantes arquetípicos del Edén, ¿veis que Eva (el yo yin) le enseña a Adán (la lógica) que el camino del libre albedrío es el camino de la verdadera existencia?
En este simple modelo se halla el plano de la estructura de la polaridad, pues os muestra las dualidades del microcosmos (vuestra realidad consciente) y su interconexión con los polos opuestos del macrocosmos (el Todo-lo-que-es).
Conforme exploráis este principio, reconocéis que, por definición, cuando estáis en el centro de vuestro ser —ese equilibrio perfecto de los aspectos yin y yang de la personalidad—, estáis en el centro del Espíritu. Tal vez queráis volver a leer nuestro mensaje con respecto a las siete direcciones1, pues ahora ese pasaje tendrá un significado más profundo para vosotros, ya que os dais cuenta de que al adentraros a vuestro interior llegáis al epicentro de toda la experiencia y evitáis la dualidad en todas sus manifestaciones.
1 Véase capítulo IV.
Tenéis que entender cómo creáis y reflejáis esa dualidad en vuestro mundo antes de que podamos explicaros cómo se desplegará la vida para vosotros sin semejantes extremos en los campos intensificados de la realidad tetradimensional.
Esto es de extrema relevancia en vuestro desarrollo de una
conciencia más aguda de la forma, el número y la ecuación de
Sirio.
Al igual que Adán y Eva, aún necesitáis la dualidad, pues tenéis que crear muchas elecciones para vosotros mismos si vais a continuar en vuestro sendero evolutivo. Sólo cuando vosotros, coceadores del universo, hayáis evolucionado hasta un punto en que os fundáis nuevamente en la divinidad, ya no será necesario que exista la polaridad. Al llegar a la culminación de la travesía de vuestra alma (el yo-Dios que ha expresado el deseo de existir como conciencia individual), seréis completamente libres del requisito por excelencia de la existencia consciente, la motivación de vuestro libre albedrío y el incentivo evolutivo: la elección.
Con la caída del velo desaparecen los arquetipos de oposición, así como también el diablo, el ser de maldad absoluta, pues la extrema oscuridad del ángel caído ya no tendrá importancia para vosotros.
Simplemente no necesitaréis de esa ilusión para manteneros en el camino del equilibrio entre el bien y el mal, pues ya no estaréis limitados por las posibilidades de «lo uno o lo otro» de esa dualidad.
Más aún, una vez que atraveséis y sobreviváis el túnel, el renacimiento instantáneo de vuestra Deidad Solar, habréis procesado tanto de vuestro miedo que, sin duda, lo habréis soltado todo mucho antes de llegar a la luz brillante.
Si aceptáis que todo está en un estado de movimiento ascendente y que la fuerza de Dios impregna todas las cosas, entonces, ¿cómo puede algo ser «malo»? Conforme os liberáis de las trampas de la dualidad (lo blanco y negro de vuestras creencias y comportamientos actuales) pasáis a un estado iluminado de conciencia, donde percibís la reciprocidad de todas las cosas. Muchos de vosotros ya habéis desarrollado vuestra conciencia hasta el grado en que entendéis esta relación mutua, cuya representación más perfecta se encuentra en el símbolo Tai-chi Tu de la dinámica yin y yang.
Allí se aprecia el círculo, símbolo de la totalidad, dividido (en un sentido gráfico) en la oscuridad y la luz; en una misma expresión, hay un punto de oscuridad dentro de la luz, y viceversa. Este diseño sumamente significativo describe, sin palabras, la relación de perfecta compenetración de los aspectos polares que comprenden la totalidad.
Aunque para muchos de vosotros sea difícil imaginarlo, experimentaréis gratitud por este Guardián de la Energía Oscura, por haber sido para vosotros un maestro tan dedicado mientras sostenía el ancla del polo opuesto. Sin él, nunca hubieseis tenido el estímulo de separaros y experimentar vuestra propia voluntad. Como Adán y Eva, lo único que hubierais conocido sería una eternidad de días soleados, noches tranquilas e inercia absoluta.
¿Os podéis imaginar la libertad y el amor que acompañan el saber que todo existe en todos los demás, tal como las energías de los demás existen en vosotros? La separación desaparece para siempre, y con ella desaparece también vuestra alienación, vuestra orfandad y vuestro miedo.
Para empezar, esperamos haber dejado en claro el hecho de que la Tierra se mueve como un cuerpo celeste ascendente, de modo que vosotros seguís centrados en la Tierra en la dimensión más elevada. En esencia, no os marcharéis de Gaia, sino que os transformaréis junto con ella. Os preocupa la forma; os podemos decir que la mayor parte de vuestra percepción se alterará tan sutilmente que apenas os daréis cuenta de que ya no estáis en lo físico.
Ahora, más que nunca, necesitáis confiar en vuestras propias percepciones y experiencia acumulada para recorrer vuestras nuevas realidades.
Los gobernantes exotéricos, aquellos que os han inducido a la obediencia y al miedo, muy seguramente quedarán atrapados en la tercera dimensión para experimentar el proceso de la muerte que afectará a grandes porciones de vuestro planeta, y se encarnarán en otros cuerpos celestes del universo físico en otros tiempos. De éstos, algunos acompañarán a la élite de poder, los descendientes directos de los Anunnaki, en su desplazamiento hacia el vacío de la zona gris.
Y vosotros, los que despertáis, os transmutaréis desde el reino físico hasta vuestra nueva experiencia de la vida, la que se expresará como la compenetración entre la mente y los sucesos, y donde os fundiréis en la vibración de todos los elementos de la conciencia en existencia simultánea.
Seréis telepáticos/ libres para comunicaros sin palabras, las cuales, de hecho, son limitaciones en vuestra experiencia actual.
Como una unidad consciente, ella experimenta nuestros pensamientos en forma de sinergia telepática; ella ve imágenes a medida que nosotros transmitimos esas ondas por la pantalla de la visión de su tercer ojo, y luego, como ser físico de vuestro reino, condensa en palabras lo que queremos decir. Ella es talentosa, y también lo sois vosotros, pues en el interior de todos los seres conscientes yacen los potenciales más elevados de expansión y conciencia.
Es cuestión, simplemente, de que desarrolléis vuestras facultades y de que confiéis en la voz de vuestro ser más elevado, vuestro guía; eso determina con qué rapidez os abriréis para recibir las frecuencias, y eso es parte del proceso de vuestro desarrollo.
Esto es válido para todas las dimensiones y realidades en el cosmos, tal como nosotros las entendemos.
Así como vosotros tenéis que enfrentaros a la adversidad y superarla en vuestro proceso, también tenéis que conocer la gratificación del logro, pues éstas son las directrices que os enseñan el camino de regreso al origen.
Si conocieseis la meta en su totalidad, ¿estaríais tan deseosos de embarcaros en la travesía? La expectativa del descubrimiento es vuestra mayor motivación, pues una vez que os separáis de la divinidad iniciáis el proceso educativo y jamás dejáis de aprender, ni siquiera en vuestro retorno al Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será. Entended que, al regresar, lleváis vuestro conocimiento adquirido de vuelta al Todo, y ésa fue vuestra intención desde el comienzo mismo.
Podéis estar deseosos de lo que tenéis por delante, pues ya sabéis mucho sobre los campos vibratorios, las emanaciones de pensamiento y las energías etéreas. Entraréis y saldréis de la cuarta dimensión a vuestras anchas, y os reconectaréis con vuestros maestros y guías en planos aún más elevados.
Como seres tetradimensionales aún procreáis, si bien cambian las formas. Con el refinamiento de vuestras energías (un proceso que ya habéis iniciado como seres que despertáis en el plano de la Tierra), el intercambio sexual se convierte en una experiencia más afín con el corazón, pues una vez que vivís el orgasmo como grandes olas de luz extática que se mueven por el mar cósmico, os hacéis conscientes de su verdadero significado.
Sentiréis correr la energía por vuestro corazón con tal intensidad y embelesamiento que os preguntaréis cómo pudisteis haber disfrutado de dicha unión en vuestro yo animal, donde el placer físico y la gratificación de la conquista que recibe el ego limitan vuestra experiencia a cuatro o cinco segundos de desahogo físico y al efímero placer de las emociones momentáneas.
Los pensamientos y sus transmisiones, la información y toda la sabiduría de la existencia se pueden atraer hacia vuestra conciencia simplemente al captar ondas de pensamiento: ¡el surfing, en el más estricto sentido de la palabra! Pronto os enteraréis de la ironía de vuestros descubrimientos inminentes y reconoceréis como antigüedades las innovaciones de vanguardia de vuestra mecánica y tecnología contemporáneas.
¡Ese momento será «el tiempo real» como nunca lo habéis imaginado!
Sería aún
más exacto que os la expliquemos como un universo paralelo, si
podéis manejar ese término abstracto. Cada vez que vosotros pasáis por el túnel de la muerte o el nacimiento, os enfrentáis con el vacío y tenéis que atravesarlo rápidamente. Conocéis el peligro, pues es lo que está más cerca de la no-existencia en un universo que, de lo contrario, está en vibrante movimiento y expansión: una especie de reflejo opuesto del Jardín del Edén. Este vacío existe en vuestra memoria celular, la cual se ha puesto de manifiesto como conciencia de raza en las enseñanzas de muchas religiones, en los jeroglíficos egipcios y en la mitología de los múltiples mundos que componen el Ser Universal.
Evidentemente, ya no estaréis centrados en lo físico y, por lo tanto, cambiarán muchos aspectos de vuestra experiencia actual. Se depurará vuestro cuerpo emocional, se retinará vuestra conciencia de la polaridad y disminuirán vuestras necesidades como seres conscientes. De hecho, en la cuarta dimensión desaparece el amontonamiento de cosas; se desvanece vuestra obsesión por las posesiones, pues el ego se silencia en ese nivel de conciencia. Muchas de las trampas que actualmente llenan vuestra vida no son más que reflejos de vuestra identificación con el ego, y veréis que la necesidad de ellas desaparece cuando salís de la tercera dimensión.
El alimento, vuestro combustible, será la luz; éste es uno de los cambios más significativos que os podemos describir abiertamente. Imaginaos que el cuerpo ya no requiere la comida que conocéis: Donuts, las hamburguesas de McDonald's y aun la gastronomía más refinada y exquisita de vuestra cocina mundial. Considerad todo el desperdicio que genera la necesidad de comida para el cuerpo, y sabed que el consumo de alimentos desaparece en la cuarta dimensión.
Solamente eso es un gran alivio para Gaia, pues, ¿qué porcentaje de la polución planetaria es producto de la necesidad de alimentos y los desechos que generan?
Os estáis ahogando en ellos; Gaia se está sofocando con ellos, jadeando y echando chispas.
Por mucho que os entristezca el pensamiento de no celebrar ya los placeres sensuales de la comida y toda la gratificación emocional que os proporciona, tened la certeza de que el único combustible que realmente necesitáis es la luz. Esto os lo han mostrado los maestros a lo largo de la historia, quienes, mediante la concentración de la mente, han podido eliminar las necesidades físicas del cuerpo y sobreviven simplemente alimentando de luz al cuerpo eléctrico. Sin embargo, para vosotros esta práctica sigue siendo la excepción, en tanto que en las dimensiones más altas es la regla.
Os preguntamos, una vez más: ¿cómo podéis evolucionar más allá de vuestro yo animal cuando os alimentáis de sangre animal y carne muerta?
Aquí entramos en un área difícil de nuestras comunicaciones, pues debemos embarcarnos nuevamente en las teorías y consideraciones del no-tiempo, lo cual es sumamente difícil de entender para vosotros y más complejo aún de poner en palabras. No obstante, sabed que si os podéis trasladar hasta otro suceso cuando resonáis con el tiempo de su acontecimiento, también podéis viajar hasta un destino determinado si vibráis al unísono con sus coordenadas en la red cósmica.
¡Así surcaréis el espacio y entraréis y saldréis de
las dimensiones más altas y más bajas! Cuando percibís a seres en los éteres (energías o formas que parecen surgir de la nada), se trata de un ser consciente —o su forma de pensamiento proveniente de otro estado o tiempo dimensional— que ha encontrado resonancia en vuestro campo o en las vibraciones existentes en un sitio determinado y ha acudido a esa frecuencia para experimentar su campo de energía.
Tal vez, en el caso del karma no resuelto, ha regresado para sanarlo. Aquellos de vosotros que sois hipersensitivos generalmente percibís a dichos seres en forma de apariciones fantasmales transparentes, pero ésa no es una percepción correcta. Lo que sucede allí es que el ser que ha viajado a una dimensión inferior o, más específicamente, a una realidad más densa, no puede materializarse en ese nivel de compresión.
Por lo tanto, presenciáis una especie de representación holográfica de la forma de la entidad, la cual aparece y desaparece en vuestra percepción. Es similar a lo que sucede con un canal de televisión que no está bien sintonizado, donde veis las imágenes u escucháis las voces que se funden con otro programa, y aparecen y desaparecen intermitentemente.
Cuando pasáis sobre esa zona durante la transferencia, estas entidades intentan conectarse o adherirse a vosotros, en cierto sentido; lamentablemente, esto ocurre con más frecuencia de lo que podéis imaginar. Muchos bebés traen consigo adherencias por el canal de nacimiento, lo cual explica por qué algunos seres están tan atribulados en el transcurso de su experiencia en la vida.
Algunos de los que lidian con recuerdos perturbadores de una abducción extraterrestre seguramente han traído con ellos a uno o dos grises por el canal de nacimiento. En verdad, muchos individuos que se someten a regresión hipnótica para combatir el terror de esa experiencia ponen al descubierto sucesos que involucran visitas de extraterrestres cuya ocurrencia se remonta a la niñez más temprana.
En la zona gris no hay wam, no hay música; a través del vacío vaporoso pasa muy poca luz o sonido y, sin embargo, las ondas de pensamiento que proyectan vuestras vibraciones más bajas sí penetran sus límites y llegan a sus campos interiores profundos.
Recordad que cuando proyectáis ondas negativas de pensamiento, es como si estuvieseis lanzando una cuerda de salvamento a un cenagal de arenas movedizas, pues quienes están atrapados pueden adherirse a esas formas de pensamiento y hacer que vosotros, literalmente, los saquéis del atolladero.
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