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  19 Abril 2017
 del Sitio Web 
			PijamaSurf
 
 
 
			
 
  
 
 
 Después de la 
			confirmación
 
			de existencia del bosón de 
			Higgs,  
			científicos del CERN han 
			intentado ir 
			más allá del modelo que explica
			 
			casi todos los fenómenos 
			conocidos  
			del universo físico - y al 
			parecer,  
			lo han conseguido... 
			
 
 Si algo ha sido estudiado exhaustivamente es el universo.
 
			  
			Desde los tiempos en que 
			el ser humano no contaba más que con sus ojos para observar las 
			estrellas, hasta ahora en que nos servimos de grandes y avanzados 
			telescopios y de otras tecnologías no menos impresionantes, la 
			vastedad cósmica que nos rodea y en la cual también habitamos es un 
			objeto permanente de fascinación, investigación y conocimiento.
 A partir de la década de 1970, casi todo lo que se sabía hasta 
			entonces y se supo después sobre el universo se integró en una sola 
			teoría, el "modelo estándar de la física de partículas", que 
			describe y explica tres de las cuatro fuerzas fundamentales 
			conocidas del universo, a saber:
 
				
			 
			Asimismo, incluye una 
			clasificación de las partículas elementales conocidas.  
			  
			Se trata, hasta cierto 
			punto, de una teoría que aspira a explicar todo fenómeno físico que 
			sucede en esta realidad, aunque, paradójicamente, deja fuera muchos 
			enigmas del cosmos, como el comportamiento de las partículas de 
			materia oscura o el funcionamiento de la gravedad (que hasta ahora 
			sólo se ha explicado con la teoría general de la relatividad de 
			Einstein).
 Por estos días, sin embargo, el modelo estándar se ha tambaleado a 
			raíz de una observación realizada en el
			
			Gran Colisionador de Hadrones, esa 
			máquina portentosa que cada cierto tiempo se vuelve noticia y 
			gracias a la cual hace un par de años se comprobó la existencia del
			
			bosón de Higgs, la llamada "partícula de Dios" 
			necesaria para explicar cómo después del Big Bang la materia 
			adquirió masa.
 
 Entre los experimentos que se mantienen en el CERN (el centro donde 
			se encuentra el Colisionador), uno en especial tiene como propósito 
			recrear las condiciones
			
			del Big Bang para saber qué ocurrió 
			después de éste para que la materia sobreviviera y, eventualmente, 
			formara el universo.
 
			  
			A esto se le conoce como 
			LHCb, siglas en inglés para "Large Hardon Collider beauty experiment", 
			en marcha desde el 2016.  
			  
			Entre otros resultados, 
			el LHCb ha descubierto cinco nuevas partículas y ha aportado 
			evidencia para probar la asimetría entre la materia y la 
			antimateria.
 En su experimento más reciente, al hacer colisionar un tipo de 
			partículas elementales llamadas mesones B (formadas por un 
			quark y un antiquark), el LHCb puso en duda las predicciones del
			
			modelo estándar en cuanto al número 
			y tipo de partículas que deberían producirse por este choque.
 
 Según el modelo, dicha colisión debería producir electrones y muones 
			en partes iguales (ambos, partículas de masa baja e interacción 
			débil y electromagnética), pero en el experimento del LHCb se 
			observó que la colisión de mesones B genera 30% menos muones que 
			electrones –fenómeno que en la física de partículas se conoce como 
			"decaimiento".
 
 Los científicos involucrados en la prueba mostraron estas 
			observaciones sólo como una "indicación", no tanto como un 
			descubrimiento.
 
			  
			Sin embargo, de 
			corroborarse, sin duda esto podría ser el primer paso en uno de los 
			principales objetivos del CERN:  
				
				encontrar nuevos 
				caminos para la física de partículas más allá del modelo 
				estándar. 
			
 
			Algunos 
			términos útiles
 
 
				
				
				Gran Colisionador de Hadrones   
				Una máquina con forma 
				de anillo de 27km de circunferencia en Ginebra, dentro las 
				instalaciones del CERN (Conseil Européen pour la Recherche 
				Nucléaire), en donde es posible acelerar partículas a una 
				velocidad cercana a la de la luz, con el objetivo de hacerlas 
				colisionar.    
				Este choque produce 
				otras partículas debido a la energía liberada, usualmente 
				inestables y con un tiempo de existencia de milésimas de 
				nanosegundo.
   
				Partículas 
				elementales (o fundamentales)
   
				Las partículas que 
				conforman la materia conocida y las cuales reciben este nombre 
				porque no se conoce que estén compuestas por otras partículas 
				(es decir, no tienen estructura interna).    
				Se clasifican de 
				acuerdo a su "espín" (castellanización de spin, giro) en 
				dos categorías fundamentales:  
					
				 
				Todos los fermiones 
				conocidos tienen espines semienteros y los bosones espines 
				enteros.
 Entre los fermiones se encuentran los quarks y los leptones (y 
				sus respectivas antipartículas: antiquarks y antileptones, que 
				son idénticos en todas sus características excepto por la carga, 
				que en su caso es negativa).
 
 Los quarks son las partículas que conforman los hadrones y se 
				caracterizan por tener una interacción nuclear fuerte.
 
 Los leptones son partículas de interacción débil y 
				electromagnética y se dividen en seis tipos:
 
					
						
						
						electrón
						
						electrón 
						neutrino
						
						muon
						
						muon neutrino
						
						tauón 
						
						
						tauón 
						neutrino, 
				...con sus 
				correspondientes antipartículas.
 Los bosones se dividen en,
 
					
				 
				Los bosones 
				elementales son los responsables de las cuatro fuerzas 
				fundamentales conocidas del universo.
   
				Fuerzas o interacciones fundamentales
   
				las interacciones 
				subatómicas básicas conocidas, resultado de la excitación 
				cuántica entre partículas.    
				Las fuerzas 
				fundamentales son cuatro: 
					
				 
			  
			  
			Fuentes
 
				
			 
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