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 por Ruben Torres 28 Abril 2016 
			del Sitio Web
			
			LaCosechaDeAlmas 
 
 
 
 
 
 Al borde de la locura, es como queda tu mente si aceptas ciertas creencias, dogmas que una vez procesados y comprendidos por tu mente forman un programa que automatiza de forma inconsciente los procesos para los que fue inoculado en ti. 
 Disociado de ti, ese es el estado en el que conviene que estés, es el modo en el que es más sencillo controlarte y aceptes como tuyas, cosas que no lo son. 
 Uno de los programas más severos fue aquel que programo nuestra mente a aceptar toda la culpa. La culpa es un medio eficaz por el cual pueden mantenerte inerte, esperanzado e involucionado. 
 
			Gracias a ese sentimiento de culpa abres 
			la puerta a todo lo que deseen inocular en ti, hasta tal punto, que 
			podrás aceptar incluso la muerte como algo lógico y natural. 
 Vine, sufrí y ascendí, es la incoherente forma en el que se nos dio la posibilidad de lograr esa pasión cristiana en el que el martirio de la carne es el medio en el cual quedar santificado. 
 Hasta tal punto se cree en esto, que se llega a considerar un éxtasis llagar tu cuerpo y sangrar por doquier, fustigarse y colocarse cilicios. 
 
			Esto prueba que si controlas la mente 
			del individuo, este podrá someter a su propia esencia hasta lograr 
			expulsarla de sí mismo a través de ese trauma lacerante, con lo cual 
			es lógico pensar que deja gran parte del habitáculo libre para ser 
			habitado… 
 Desde hace unas décadas se inoculó la creencia de que tenemos ocultas formas condicionadas que inconscientemente proyectamos al exterior, y que cuando estas proyecciones quedan reflejadas en otras personas, nos enfrentamos violentamente a ellas en lugar de reconocerlas como propias, para poder abrazarlas, sanarlas y perdonarlas. 
 Es el distorsionado argumento del ego, el cual sirve de comodín para culparlo de todo, y culpando a tu ego te culpan a ti, ya que tu ego forma parte de tu propia individualidad. 
 
			Tu enemigo no es tu ego, sino aquellos 
			que tratan de seguir ordeñando la vaca de la culpa. Deja de buscar partes inexistentes de ti en otros, 
			el mal existe y tiene 
			rostro. 
			 
 De entrada nos disocia y nos aleja aún mas de nuestro propio Ser. Buscamos fuera en otras personas reflejos no reconocidos y no sanados, lo que implica una búsqueda absurda y desnortada, de algo que no vas a encontrar jamás, ya que de lo contrario supondría un desconocimiento de ti mismo atroz, con lo cual acabas aplicando la duda. 
 Dudas de ti mismo, dudas de los demás al verles como algo tuyo disociado de ti, dudas de las intenciones ajenas, ya que no sabes si son tuyas o de quien. Dudas de tus intenciones, ya que no sabes si nace de ti o de una parte no reconocida y oculta en esa sombra introspectiva. 
 Al final tu individualidad, tu Ser, esta tan disociado de ti y queda tan traumatizado y fragmentado que acabas luchando contra ti mismo y el final de esa guerra, solo vencen esos que predican cosas que no practican. 
 
			Toda mente que no está integrada y opera 
			en armonía con su propia esencia, es digna de ser manipulada y 
			controlada, reintegrar tu personalidad, tu individualidad, tu Ser en 
			ti, es obligado para tu propio progreso, para tu propia orientación, 
			de lo contrario iras dando bandazos buscando a alguien que te haga 
			creer, y por lo tanto te haga ser más y más ignorante de ti mismo. 
 El mal campará a sus anchas dentro y fuera de ti, el caos y el desastre llegarán en tromba a tu vida, seguirás culpándote a ti mismo pensado que todo forma parte de tu reflejo, tratarás inútilmente de cambiar, y el cambio no solo no llega, sino que todo empeora. 
 
			Estás ciego e incapacitado para 
			reconocer a aquellos que te martirizan, te manipulan y te azotan. 
 
			Exactamente igual funciona esta 
			programación. Se nos inculca que el mal puro, forma parte de 
			nosotros, que somos nosotros el mal en esencia, y que forma parte de 
			algo oculto en nuestro inconsciente (sombra) que proyectamos fuera y 
			reflejamos en los demás, y por lo tanto, no son los demás los que 
			nos hacen el mal, sino nosotros mismos. 
 No solo es una eficaz forma de control el cual ha conseguido someternos durante milenios, sino que es una forma igual de eficaz para cosechar y desempoderar.* 
 (*) Perdida de soberanía, individualidad, personalidad. 
 
 Al final queda una masa de seres inertes a merced de la voluntad de cualquiera, que le diga cómo vivir, que hacer, en que creer y como no, cuando morir. 
 
			Este método es propicio para derramar 
			hasta la última gota de tu sangre, por una religión, por una nación, 
			por una ideología, o lo que es más ridículo, por tu equipo de 
			fútbol. 
 Es imperantemente necesario quitarnos este lastre, dejarnos de seguir echándonos las culpas a nosotros y dejar que nuestro dedo señale aquellos que hacen el Mal. 
 
			Hasta que no haya justicia no nos 
			podremos perdonar nuestra propia pasividad, nuestra propia inacción, 
			y no podremos ver nuestro condicionamiento, todo aquello que nos 
			limita. 
 
			Por lo tanto, aquellos
			
			que predican toda esta basura, solo son víctimas de 
			control mental, se vendieron barato, o forman parte del grupo 
			de entes sin esencia que nos quieren pastorear. 
 
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