29 Septiembre 2016
del Sitio Web
GazzettaDelApocalipsis
Es una pregunta crucial que debería hacerse cualquier persona que
quiera cambiar el mundo:
-
¿Realmente estoy dispuesto a dar
el primer paso?
-
¿Estoy dispuesto a dejar de ver
la realidad tal y como me han dicho que es, para empezar a
verla tal y como es realmente?
Porque en eso consiste precisamente este
primer paso para cambiar el mundo:
en cambiar nuestra percepción de
la 'realidad'.
Y es que tal y como venimos advirtiendo
en este blog desde hace bastante tiempo, vivimos en una realidad
paralela que solo existe en el interior de nuestras cabezas.
Cualquier persona que realmente quiera cambiar el mundo, debe
comprender la existencia de esta realidad paralela y conocer los
pilares que la sostienen en pie.
Por esa razón, en este artículo expondremos una serie de conceptos
que resultan cruciales para empezar a distinguir esa ficción y
conseguir separarla de la auténtica realidad.
Y para realizar esta tarea, vamos a poner como ejemplo un asunto del
que todo el mundo ha hablado durante días y que ha provocado horas y
horas de debates, discusiones y opiniones escritas de todo tipo.
Estamos hablando de la prohibición
del Burkini en algunas playas
francesas, aunque advertimos que éste no va a ser el foco central
del artículo, sino solo una excusa para exponer conceptos que
creemos que son importantes.
Al fin y al cabo, hablar sobre la prohibición o no del burkini, en
los términos en que lo ha hecho la mayoría de gente, resulta
infructuoso: entran en juego los prejuicios ideológicos y la mayoría
de personas muestran una incapacidad evidente para volar por encima
de los muros que compartimentan su mente.
Por esa razón, vamos a abordar el tema desde un punto de vista
radicalmente diferente, porque de hecho, lo que ha sucedido en esas
playas francesas y la discusión que se ha generado a su alrededor,
(en la que se han utilizado los habituales términos grandilocuentes
para estos casos, como "libertad", "ley", "cultura",
"discriminación", "racismo", "derechos", etc.), es un reflejo
perfecto de lo que es en realidad el Sistema y cómo domina por
completo todas nuestras acciones y pensamientos.
Como veremos más adelante, el espectro de visión de los
acontecimientos cambia radicalmente dependiendo de si los observamos
"desde dentro" del Sistema o "desde fuera" de él.
Analizar los hechos desde dentro del Sistema (lo que ha hecho todo
el mundo), implica sumergirse en una realidad abstracta virtual que
sólo existe dentro de nuestras mentes, mientras que analizarlo desde
fuera, sin embargo, significa tomar conciencia de todas esas
abstracciones ficticias y ir a la auténtica raíz del asunto.
Por esa razón, intentaremos analizarlo todo desde la segunda opción.
Sin embargo, para poder hacerlo, antes debemos poner sobre la mesa
algunos conceptos…
QUIÉN DOMINA A
QUIÉN
Para empezar, debemos tomar conciencia de la influencia que tienen
sobre nosotros los sistemas de creencias, sean de carácter político
o religioso, y nuestros hábitos y costumbres, de carácter cultural.
Lo primero que debemos comprender es que las creencias, las
ideologías y la identidad cultural, solo existen dentro de nuestra
psique.
Son paquetes de información muy parecidos a un programa informático
instalado en una computadora: son meros mecanismos psíquicos de
programación mental.
Y la percepción distorsionada que tenemos de ellos y de su relación
con nosotros, es muy parecida a la percepción distorsionada que
tenemos de un programa informático instalado en una computadora.
Por ejemplo, pensemos por un momento en un programa como el célebre
Photoshop, un editor de gráficos que nos permite retocar fotos. De
forma inconsciente, tendemos a pensar que la computadora, por ser un
elemento físico tangible, es "la que utiliza" el Photoshop para
editar las imágenes.
Pero en realidad no es así:
es el Photoshop, el programa
informático, el que utiliza a la computadora, un dispositivo
físico, para cumplir con su función.
Puede parecer una tontería, pero verlo
de una forma u otra, cambia por completo la visión de la realidad.
Pensémoslo bien:
la computadora no ha sido creada con
la función de retocar fotos o editar imágenes.
Es un dispositivo complejo, repleto
de grandes posibilidades, pero que solo tiene la opción de
retocar imágenes si alguien instala en su interior el programa
informático adecuado, creado para esa función específica.
En cambio, el programa Photoshop sí ha
sido creado con dicha función. Es su razón de ser y de existir:
editar imágenes.
Y aunque no esté instalado en una computadora, ese software llamado
Photoshop, sigue existiendo y conservando todas las capacidades
potenciales para las que fue creado.
Puede estar "inerte": guardado en un CD, en un DVD, en un pendrive,
en un disco duro, o en un servidor en la nube, esperando a que
alguien lo instale.
Pero esté donde esté, el programa ya tiene todo lo que necesita para
SER lo que ES, porque aunque no tiene conciencia de sí mismo, sí
dispone de una función específica que cumplir, que determina su
existencia.
En todo caso, la computadora, con su enorme capacidad de
procesamiento, es el elemento subyugado, aunque indispensable, para
que ese programa informático pueda plasmar circunstancialmente sus
funciones en la realidad tangible.
En definitiva:
las computadoras "crean" programas
informáticos con los que programar a otras computadoras o a sí
mismas; y esos programas, permiten realizar determinadas
funciones, que finalmente se plasman en la realidad a través de
las propias computadoras.
Pero una vez creados esos programas, una
vez EXISTEN en forma de paquetes de información, ya no son las
computadoras las que los utilizan para realizar determinadas
funciones, sino que son los programas los que UTILIZAN a las
computadoras, como un instrumento para plasmar sus capacidades
en el entorno real.
Puede ser que a muchos lectores, lo que acabamos de decir les
parezca un giro absurdo, un conjunto de elucubraciones sin sentido o
una forma de ver las cosas retorcida que no lleva a ninguna parte.
Pero como decíamos antes, ver las cosas de una forma o de otra
cambia radicalmente la concepción de nuestra realidad.
Lo que estamos diciendo, es que nosotros (las computadoras), creamos
todas nuestras creencias, nuestras ideologías e identidades
culturales (programas de software) y que una vez creadas, esas
ideologías, creencias y conceptos culturales, NOS UTILIZAN a
nosotros mismos para expresarse en el entorno real y no al revés.
Dicho de otra manera:
somos esclavos de nuestras propias
creaciones psíquicas, que toman control de nuestras vidas y nos
usan como instrumentos a su servicio, para intervenir sobre la
realidad de forma tangible.
Sí, es una visión chocante, anti-intuitiva
y que incluso puede parecer absurda, fantasiosa o hasta terrorífica.
Pero si lo analizamos bien, veremos que
es la auténtica realidad en la que vivimos...
Pongamos un ejemplo.
Imaginemos a dos personas, A y B, educadas desde pequeñas (es decir,
programadas mentalmente) con dos ideologías opuestas.
Por ejemplo, A ha sido educado para ser un fascista, mientras que B
ha sido educado para ser un comunista.
Cuando esas personas A y B coinciden y empiezan a intercambiar
información, es altamente probable que sientan rechazo o incluso
odio el uno por el otro.
¿Y por qué?
Bien, pues porque los programas que llevan instalados en su mente
(fascismo y comunismo), entre sus funciones principales tienen la de
luchar o rechazar a la ideología opuesta, a la que consideran una
competencia directa, o en este caso, directamente "un enemigo".
Ahora supongamos otra posibilidad:
que esa misma persona B, en lugar de
haber sido educada como comunista, ha sido educada desde pequeña
como fascista, al igual que A.
¿Qué sucederá cuando se encuentren A y B
y empiecen a intercambiar información?
Pues que muy posiblemente tenderán a considerarse "colegas" y ese
odio cerval que surgía en el primer caso por razones políticas, no
existirá, porque sus programaciones mentales son similares.
¿Y qué demuestra eso?
Pues que la raíz del rechazo o el odio entre A y B, no surge de la
naturaleza de los propios individuos A o B. Los individuos en sí
mismos, no son la fuente original de esos sentimientos de odio o
rechazo mutuo.
A y B no se odian...
Son el programa "fascismo" y el programa "comunismo" los que se
rechazan entre sí y UTILIZAN a las personas A y B, en las que han
sido "instalados", como instrumentos para expresar su rechazo mutuo
en un entorno físico real, llegando a inducir en las mentes de A y B
un sentimiento de odio del uno hacia el otro.
Es la programación mental la que UTILIZA a la persona para
manifestarse y no al revés.
De la misma manera que es el programa Photoshop el que utiliza a la
computadora para plasmar sus funciones en un entorno real y no al
revés.
Sí, es difícil de asimilar, porque es anti-intuitivo:
estamos hablando de simples
conglomerados de información, en forma de programa mental, sin
voluntad propia ni aparente conciencia de sí mismos, que son
capaces de dominar a seres pensantes y conscientes, hasta
convertirlos en esclavos a su servicio.
¡Y lo más sorprendente es que son
precisamente los individuos pensantes y conscientes los que, gracias
a sus mentes creativas, han engendrado de la nada esas
programaciones mentales que al final los acaban dominando!
En este articulo,
-
llamamos Sistema (con "S"
mayúscula) al conjunto de todos esos mecanismos de
programación mental, que instalados en nuestras psiques, nos
dominan y esclavizan por completo.
-
llamamos sistema (con "s"
minúscula) a todo el conjunto de estructuras de organización
política, social y económica (aquello que habitualmente la
gente conoce como "el sistema"), que no son más que una
plasmación externa de carácter comunitario, de lo que es el
Sistema implantado en la mente de todos los individuos.
Ahora, antes de continuar, necesitamos
explicar de forma condensada otro concepto que nos permitirá
comprender cómo esos mecanismos mentales consiguen apoderarse de
nosotros.
EL MECANISMO
CLAVE - LA IDENTIFICACIÓN
Antes hemos expuesto un ejemplo metafórico y simplificado, en el que
teníamos a dos individuos, A y B, educados (programados) como un
fascista y un comunista, respectivamente.
Decíamos que las programaciones mentales de carácter
ideológico-político instaladas en sus psiques, eran las que les
inducían a generar en su interior un sentimiento de odio mutuo.
Y nos preguntamos:
¿cómo pueden conseguir simples
mecanismos de programación mental, es decir, meros conglomerados
de información sin voluntad propia, que los individuos se odien
y se maten los unos a los otros, sin que los propios individuos
se percaten de que sus acciones han sido inducidas por
mecanismos mentales implantados, ajenos a su propia naturaleza?
Bien, pues lo consiguen generando un
mecanismo de IDENTIFICACIÓN.
Los individuos "programados" con ideologías o creencias, se
identifican plenamente con ellas, borrando en su mente, de forma
inconsciente, las fronteras entre su propia identidad individual y
aquello "en lo que creen".
No se limitan a decirle:
"yo sigo circunstancialmente las
doctrinas comunistas o cristianas",
...trazando una frontera entre su yo y
la programación mental recibida, sino que se IDENTIFICAN con el
programa instalado en su psique, y al hacerlo, pasan a considerarse
a sí mismos como una MANIFESTACIÓN FÍSICA del propio programa
mental.
Así es como estos mecanismos psíquicos,
consiguen convertirnos en sus esclavos.
Esclavos físicos de un mecanismo psíquico...
Una vez el mecanismo de programación ideológica instalado en la
mente de A (en nuestro ejemplo, el fascismo), consigue que A se
identifique como "Fascista", es decir, como "representación física
del fascismo", pasa a identificar a B como un "comunista", es decir,
una "representación física del Comunismo" y entonces desaparece toda
restricción, tanto en A como en B, para destruirse físicamente el
uno al otro.
Esto permite que los distintos mecanismos de
programación mental (en este caso
ideologías políticas), puedan combatirse los unos a los otros a
través de sus subyugados (las personas programadas), en el entorno
físico.
De esta manera, los individuos pasan a
convertirse en algo parecido a piezas sobre un tablero, en lo que
vendría a ser una partida de ajedrez entre dos mecanismos de
programación mental.
Ambos mecanismos de programación tratan
de eliminar físicamente las fichas controladas por el oponente,
porque cada una de esas piezas representa una posibilidad de
propagación de la ideología opuesta, en el mundo real.
Por eso es tan importante el mecanismo de IDENTIFICACIÓN y es lo
primero que "se instala" en nuestra mente cuando somos programados (educados)
culturalmente, religiosamente, o cuando somos inducidos a abrazar
una ideología política concreta.
Si no existiera este mecanismo de identificación, en cualquier
momento, tanto A como B, podrían tomar conciencia de que ellos y las
creencias que tienen instaladas en la cabeza, no son la misma cosa.
Y entonces, podrían tomar conciencia de
que el presunto opositor al que tanto "odian", en realidad es una
persona como ellos, que simplemente, ha sido programada con otra
ideología y que por lo tanto, no hay ninguna justificación real para
odiarlo, combatirlo o hacerle daño físico.
La función del mecanismo de IDENTIFICACIÓN pues, es impedir que
pueda producirse esa
toma de conciencia.
Y este es un paso crucial, porque si no existiera este mecanismo de
IDENTIFICACIÓN, las guerras por ideologías, patrias, o religiones,
serían imposibles. De hecho, sería imposible que el Sistema siguiera
en pie, al menos mediante las estructuras que hasta ahora hemos
conocido.
Pero la importancia capital del mecanismo de Identificación no
termina aquí, pues genera una serie de efectos colaterales que
cambian por completo nuestra visión de la realidad.
LA REALIDAD
ABSTRACTA PARALELA
En el mismo momento en el que firmamos ese contrato psíquico de
IDENTIFICACIÓN, (algo parecido a venderle el alma al diablo),
en el que aceptamos identificarnos a nosotros mismos como una
manifestación física de un programa mental instalado (recordemos
esas expresiones de identificación tan típicas: "yo soy comunista",
"soy cristiano", "soy francés", "soy heavy metal", "soy merengue",
etc.), en ese preciso instante, abandonamos el mundo real para
entrar en un mundo abstracto de ficción que solo existe en el
interior de nuestra mente.
¿Por qué?
Pues porque el mecanismo de identificación, no nos lo aplicamos solo
a nosotros mismos, sino a todo lo que nos rodea.
Es así como todas las personas únicas, con identidades individuales
y diferenciadas que vemos a nuestro alrededor, pasan a ser
identificadas, en el interior de nuestra mente, como,
"moros", "conservadores", "perroflautas",
"argentinos", "gringos", "culés", "ciudadanos de clase media",
"inmigrantes", etc...
Se genera así un mundo paralelo
en el que las personas son clasificadas mediante multitud de
estereotipos y etiquetas superpuestas de toda índole, que conforman
una nueva realidad abstracta, una suerte de "realidad aumentada" que
solo existe en el interior de nuestra psique y que confundimos con
la auténtica realidad tangible.
Por si eso fuera poco, esa realidad paralela del Sistema,
viene acompañada de toda una panoplia amplísima de conceptos que
sirven para justificar todas esas ficciones y cuya lógica interna
depende por completo de que permanezcamos sumergidos en esa realidad
ficticia, en la que ahora creemos vivir.
Es algo parecido a lo que sucede con la lógica interna de un sueño:
que solo tiene sentido mientras
estás soñando.
El propio sueño incorpora todo un
paquete de mecanismos lógicos inherentes que le dan sentido a algo
que en realidad no lo tiene.
Lo que dentro de la realidad ficticia del Sistema nos parece
"completamente lógico y razonable", desde fuera del Sistema
lo veríamos como "totalmente absurdo e insensato".
Es algo parecido a cuando despiertas del sueño y recuerdas asombrado
lo contradictoria que era la "lógica onírica" en la que estabas
sumergido y que tanto sentido parecía tener.
¿Cuántas veces nos ha sucedido?
Pues bien, este "despertar" es muy similar al que experimentamos si
de repente tomamos conciencia plena de lo que es en realidad el
Sistema y de lo absurdos que son sus presuntos "principios lógicos
de funcionamiento", por los que la gente entrega literalmente la
vida.
RESUMEN DEL
PROCESO DE DOMINIO
Así pues, a modo de resumen, el proceso de dominio que
tienen los mecanismos de programación mental sobre nosotros,
evoluciona mediante las siguientes fases:
-
INSTALACIÓN
Se "instala" en nuestra
mente un mecanismo de programación mental (creencia
religiosa, ideológica, cultural, etc...), generalmente a
través de un proceso educativo o por influencia del entorno
social o familiar.
-
IDENTIFICACIÓN
A medida que somos
programados con este mecanismo de programación mental, se va
desarrollando en nuestra mente un proceso de identificación
con el programa mental, y se difuminan las fronteras entre
nuestro yo y la programación mental instalada.
Con ello, el programa mental obtiene un
dominio completo sobre nosotros, pues pasamos a considerarnos de
forma inconsciente como una Manifestación Física del programa
mental.
Este proceso de identificación está
compuesto de diversos niveles:
-
VÍNCULO EMOCIONAL
Mientras se consolida el proceso de identificación, se
genera en la mente un mecanismo crucial: un SENTIMIENTO DE
IDENTIFICACIÓN, es decir, una vinculación de carácter
emocional con el programa mental, que sirve para cimentar
nuestra IDENTIFICACIÓN con dicha programación mental.
Este sentimiento extiende raíces y establece vínculos
relacionados con el conjunto de sentimientos propios de la
vida personal de cada individuo. De hecho, se nutre de
ellos.
Por ejemplo, si nos IDENTIFICAMOS como Alemanes, la
existencia de ese SENTIMIENTO de Identificación, nos
llevará, no solo a considerar el himno alemán como algo con
lo que nos identificamos y que nos representa, sino que
además, cuando lo escuchemos sentiremos emoción.
Y esa emoción, puede estar vinculada y puede verse
potenciada por elementos emocionales personales, como por
ejemplo, que tus abuelos o tus padres, te inculcaran ese
sentimiento patriótico y que albergues recuerdos concretos
relacionados con ello.
(Como por ejemplo, cuando
recuerdas ese día en que tu querido abuelito Hans te enseñó
la letra del himno alemán al llevarte de pesca al precioso
lago Barmsee, rodeado de nenúfares, bajo el maravilloso sol
de la primavera bávara)
Si no existiera ese vínculo emocional programado en
nuestra mente, que cimenta el proceso de IDENTIFICACIÓN, la
gente no llegaría a indignarse cuando alguien quema su
bandera o silba su himno.
-
IDENTIFICACIÓN DEL ADVERSARIO
A medida que el programa mental consigue que nos
identifiquemos con él, instala a su vez en nuestra mente los
mecanismos de identificación necesarios para reconocer a
todos aquellos mecanismos mentales que puedan representar
una competencia para su existencia o que resulten
potencialmente peligrosos.
Por ejemplo, si somos programados con una ideología
política, empezamos a identificar las otras opciones
políticas como posibles adversarios o peligros potenciales o
directos para la ideología con la que nos identificamos.
Esos potenciales adversarios van siendo clasificados en
nuestra mente según un conjunto de parámetros (ideológicos,
políticos, históricos, culturales, etc.), que determinan el
rango de amenaza que representan para el mecanismo mental
que nos programa.
-
RECHAZO EMOCIONAL DEL ADVERSARIO
Mientras se producen los procesos de identificación y
clasificación de los posibles mecanismos de programación
adversarios, se van desarrollando simultáneamente,
sentimientos de rechazo hacia dichos programas mentales
"amenazantes".
El rango de amenaza con el que los clasificamos, determina a
su vez el nivel de sentimiento de rechazo o repulsión hacia
cada uno de ellos.
Por ejemplo: inicialmente, alguien de extrema-derecha
tenderá a sentir menos repulsión por alguien de
centro-derecha, que por alguien de extrema-izquierda, a no
ser que haya factores históricos o personales
circunstanciales que influyan en dichas dinámicas.
-
TRANSMISIÓN
Esta es la fase culminante que cristaliza definitivamente el
proceso de IDENTIFICACIÓN.
Se llega a este punto cuando el individuo programado e
identificado plenamente con su programación mental, se
convierte en un foco de transmisión de dicha programación
hacia otras personas (algo parecido a convertirse en un foco
de infección)
Llegados a esta fase, la persona programada no se limita a
actuar como manifestación física de la programación mental
instalada en su mente, sino que además trata de inocular esa
misma programación mental a otras personas.
Uno de los ejemplos más habituales de foco de transmisión,
lo encontramos cuando las personas intentan inocular sus
programaciones mentales a sus descendientes, aprovechando la
existencia de vínculos emocionales y de autoridad.
Cabe destacar que cuando una persona se convierte en transmisor del
programa instalado, se genera inconscientemente en su psique una
nueva "capa" o "nivel" de identificación, que está relacionado con
la cantidad de tiempo que ese mecanismo de programación mental lleva
existiendo sobre la tierra y la cantidad de generaciones a las que
"ha infectado".
Una programación mental que lleva transmitiéndose de generación en
generación en un entorno concreto, puede pasar a considerarse
"tradición", "costumbre", "creencia", etc...
Pues bien, cuando alguien se convierte en foco de transmisión de un
programa mental tan antiguo, inconscientemente establece un nuevo
vínculo de identificación con dicho programa mental:
ya no solo se considera a nivel
inconsciente como una manifestación física de esa programación
mental (IDENTIFICACIÓN), sino que además se considera
inconscientemente como un eslabón más en la cadena de
transmisión o propagación de esa programación mental a lo largo
del tiempo (IDENTIFICACIÓN TRASCENDENTE).
De hecho, pasa a identificarse como un
eslabón más de algo que considera superior a sí mismo:
una tradición, costumbre o creencia,
cuya antigüedad es más extensa que la duración de su propia
vida.
Y uno de los efectos que genera en los
individuos la identificación con una programación mental tan antigua
y extendida entre grupos de población, es que les provoca una
sensación de "pequeñez" ante el programa mental que les controla,
pues como decíamos, es percibido como una entidad que
trasciende a sus propias existencias.
Por ejemplo, una persona que se identifica como católico,
considerará el catolicismo como
algo superior o más grande que él mismo, a pesar de que no es más
que una programación mental que lleva instalada en la mente y que se
ha propagado a lo largo de generaciones, de forma similar a como lo
haría una "infección psíquica".
Bien, pues es precisamente esta percepción de la propia pequeñez
ante el programa mental "trascendente", la que actúa como un resorte
que garantiza que el individuo tratará de transmitir a sus
descendientes la programación mental que le controla.
¿Por qué?
Pues porque a nivel inconsciente, la principal manera que tienen los
individuos programados de participar de esa "trascendencia", es
convertirse en focos de propagación de dicha programación mental a
las nuevas generaciones.
Con ello generan en su mente la ilusión
de formar parte de la propagación temporal de un ente que de alguna
forma, perciben como "inmortal". Es como si absorbieran parte de esa
"inmortalidad" para sí mismos.
De ahí lo de IDENTIFICACIÓN TRASCENDENTE.
Como podemos ver, es mediante mecanismos tan básicos como estos, que
actúan a nivel inconsciente, que algunas creencias y tradiciones
consiguen pervivir durante tanto tiempo.
CONSTRUCCIÓN
DE UNA REALIDAD PARALELA - GENERACIÓN DE ARGUMENTARIO
Una vez concluidas y consolidadas todas las fases del proceso de
Identificación, que vendrían a representar el armazón del proceso de
programación mental, se inicia un proceso de construcción de
discurso o ARGUMENTARIO, que vendría a ser algo así como su
recubrimiento o piel externa.
La función del discurso o argumentario que acompaña a un
proceso de programación mental (de carácter ideológico, religioso o
cultural), es servir como escudo protector intelectual, ante la
amenaza que representan los mecanismos de programación adversarios,
a la vez que también sirve como arma de agresión intelectual hacia
ellos.
Y ese argumentario no se genera a nivel individual, sino a
nivel social.
Pongamos un ejemplo para verlo más claro:
Supongamos a un Europeo cristiano y
de raza blanca (lo llamaremos el "Europeo"), que siente un
profundo e incontenible sentimiento de rechazo cuando ve a una
mujer musulmana vestida con un Niqab que le cubre todo el
cuerpo, paseando por las calles de su ciudad.
¿Por qué el "Europeo" siente ese sentimiento tan fuerte de
repulsión?
Bien, pues porque sus sistemas de programación mental de
carácter nacional, cultural y religioso, reaccionan al ver el
reflejo físico de una programación mental ajena; el programa
mental instalado en la mente del "Europeo", considera esa
programación mental ajena como "una amenaza invasiva" y
automáticamente, consigue generar en su mente un sentimiento de
rechazo hacia esa mujer, su vestimenta y todo aquello que cree
que representa.
Es decir, los mecanismos de
programación instalados en la psique del "Europeo" y con los que
se IDENTIFICA, lo utilizan como instrumento FÍSICO para
defenderse ante lo que consideran un mecanismo mental peligroso
para su pervivencia (el mecanismo de programación mental de
carácter étnico-religioso instalado en la mente de la mujer
musulmana).
Ahora supongamos que ese "Europeo", llevado por la rabia,
expresa su sentimiento de rechazo de forma explícita hacia esa
mujer musulmana, insultándola en público.
El "Europeo", instrumentalizado por su programación mental,
estará expresando el sentimiento de rechazo que dicha
programación le induce…
Pero ¿qué sucederá si otro transeúnte,
que se presenta como "defensor de la multiculturalidad" (al que
llamaremos el "Tolerante"), decide defender a la mujer musulmana y
le espeta:
"Usted es un racista, un xenófobo y
un anti-demócrata que no respeta la libre expresión cultural de
los individuos"?
Pues simplemente, lo que tendremos es
que el "Europeo" que se ha dejado llevar por la rabia, estará en una
clara inferioridad de condiciones a la hora de JUSTIFICAR
INTELECTUALMENTE sus acciones ante el "Tolerante" que le ha
reprendido por su actitud.
¿Y por qué?
Pues porque a diferencia del "Europeo", que solo se ha dejado llevar
por una emoción inducida, el "Tolerante", dispone de un ARGUMENTARIO.
Su argumentario (en este caso en su faceta atacante),
consiste en vincular el mecanismo de programación mental de ese
"Europeo" con valores comúnmente aceptados a nivel social como
"negativos", como son el racismo, la intolerancia, la xenofobia,
etc...
Es decir, los argumentarios son conjuntos de mecanismos y
conceptos con lógica interna de carácter intelectual, que permiten
defender las propias programaciones y atacar las opuestas.
La única forma de defenderse que tendrá el "Europeo", será disponer
de su propio argumentario con el que justificar sus acciones.
En este caso, en una faceta defensiva:
para ello podrá esgrimir
subterfugios como "la libertad y los derechos de la mujer en la
Europa Occidental que tantos sacrificios nos han costado", o
usar argumentos tan básicos como "Esto es Europa y Europa es
cristiana", "su vestimenta es un símbolo del islamismo radical",
o quizás subterfugios lógicos más pedestres como "si una mujer
fuera a vivir a un país islámico debería vestir según sus
costumbres y su cultura y ella debe hacer lo mismo cuando está
en Europa".
Esta es la auténtica función del
ARGUMENTARIO:
es ARMAMENTO INTELECTUAL para tratar
de debilitar las programaciones mentales opuestas y defender las
propias.
Cabe destacar que los argumentarios
siempre tienen 2 características fundamentales que no debemos
ignorar:
-
Los argumentarios son coherentes
con la lógica interna de la programación que defienden:
por ejemplo, es difícil que
usted vea a alguien de "extrema izquierda" utilizando
conceptos como "patria", "bandera", "dios", "familia",
etc.. en la construcción de su argumentario, porque
serían incoherentes con la programación mental que
representa.
Tendrá que buscar conceptos
coherentes con su programa ideológico, como "clases
populares", "multiculturalidad", "feminismo",
"proletariado", etc.
-
Los argumentarios se construyen
alrededor de los conceptos disponibles más efectivos para
cumplir con su función, con independencia absoluta de la
verdad y la honestidad:
por ejemplo, todo el mundo
alude al concepto de libertad, pero ninguna ideología la
defiende realmente, sino que solo la esgrime porque es
un arma muy efectiva argumentalmente, para defender el
correspondiente programa mental ante el argumentario
opuesto.
Este segundo punto es el que quizás le
cueste más de aceptar a la mayoría de personas.
Y es que no nos limitamos a afirmar que todas las discusiones
ideológicas están bañadas en la más absoluta hipocresía.
Si solo existiera la hipocresía que
conocemos todos, la que podríamos llamar "Hipocresía Explícita",
todo sería mucho más fácil.
No, lo que decimos es aún peor: estamos hablando de un nivel de
hipocresía inconsciente, en el que la programación mental induce a
la mente del huésped a generar cualquier tipo de discurso lógico que
le resulte útil; se trata de una hipocresía de segundo nivel de la
que los propios individuos difícilmente toman conciencia.
Y todo esto que estamos diciendo, lo hemos visto expuesto en el
dichoso asunto
del burkini y en todas las
discusiones que lo han rodeado.
Todo el debate sobre este asunto, ha consistido únicamente en una
confrontación de argumentarios vacíos, que sólo tienen lógica
interna dentro de la ficción paralela del Sistema; aquello que antes
comparábamos con un "sueño".
Sí, lo estamos diciendo claro:
todos estos
argumentarios, con los que la gente se pone tan seria, tan
trascendente y se llena tanto la boca, en realidad NO TIENEN
NINGÚN SENTIDO.
Vayamos a un ejemplo concreto.
¿Cuál ha sido uno de los argumentos que más han esgrimido los
contrarios a la prohibición del burkini en las playas francesas, es
decir, aquellos que defienden el uso del burkini?
La libertad...
Y más concretamente,
"la libertad individual de la mujer
de escoger cómo quiere vestirse".
Todo ello acompañado de un cierto tono
solemne y de ese indescriptible "brillo vacío" en los ojos, tan
característico de las personas imbuidas por el Sistema, que tanto
nos asemeja a sonámbulos (ya ven que me incluyo, todos estamos
metidos en esto).
Porque lo cierto es que defender el burkini como una "expresión de
libertad", solo tiene sentido cuando se está profundamente sumergido
en el "sueño del Sistema", con sus absurdas "lógicas" oníricas
internas.
Y si no, vamos a analizar el proceso mediante el cual, las mujeres
musulmanas han llegado hasta el uso del burkini.
Al fin y al cabo, han seguido las fases que antes hemos destacado:
INSTALACIÓN
Recordemos el principio mediante el cual las mujeres musulmanas
deben cubrirse el pelo o la piel:
todo procede de un mecanismo
mental represivo, que culpabiliza la exhibición del cuerpo
femenino, convirtiéndolo en motivo de provocación sexual
hacia los hombres y por lo tanto, en motivo casi "de
pecado".
Las mujeres deben cubrirse pelo y
piel ante aquellos hombres que no son de su familia más cercana,
porque en el fondo, son consideradas "una propiedad de
sus maridos", los únicos con el derecho adquirido de poder ver
esas partes de su cuerpo.
Por lo tanto, cubrirse el pelo y la piel, parte, simple y
llanamente, de un mecanismo de represión sexual y social sobre
las mujeres, que viene especialmente incorporado en la
programación mental musulmana en múltiples formas, desde hace
siglos.
Así pues, desde sus inicios, cubrirse la cabeza no tiene nada
que ver con "la libertad", sino con todo lo contrario.
IDENTIFICACIÓN
Una vez se instaló esa programación mental mediante la cual las
mujeres debían ir cubiertas y "mostrarse modestas", esas mujeres
de tradición musulmana fueron desarrollando un proceso de
identificación con dicho mecanismo represivo.
Una vez el proceso de identificación se consolidó en la mente de
las propias mujeres durante varias generaciones, esa obligación
procedente de una programación mental, empezó a ser considerada
por las propias mujeres como un elemento cultural con el que se
identificaban y con el que establecían vínculos emocionales, en
lugar de seguir viéndolo como lo que era en realidad:
un mecanismo de represión.
Con ello, las propias mujeres
musulmanas, se convirtieron en manifestaciones físicas de las
restricciones mentales que les habían inoculado, aunque en su
mente programada y moldeada por el proceso de identificación,
ahora la restricción llevaba el nombre de "costumbre",
"tradición" o "identidad cultural".
TRANSMISIÓN
Con el paso de las generaciones, las propias mujeres musulmanas
se han convertido en el principal vehículo transmisor de ese
mecanismo mental represivo hacia sus descendientes.
Con ello, como decíamos antes, han
pasado a verse a sí mismas como eslabones de la cadena de
transmisión de lo que interpretan como una tradición y una
identidad cultural, asentando con ello su proceso de
identificación mediante el subproceso de la Identificación
Trascendente, que anteriormente hemos indicado.
Es decir, se cubren la cabeza porque haciéndolo generan en su
mente la ilusión de que forman parte de algo más grande que
ellas mismas, algo que trasciende sus propias vidas, cuando en
realidad, lo único que hacen es actuar como "foco de infección",
propagando un mecanismo de programación mental represivo.
Y llegados aquí, es cuando se ha producido el "choque cultural"
entre ciertas personas de "programación europea" y esas mujeres,
"defensoras de sus costumbres" (programaciones mentales), que
rápidamente han echado mano del Argumentario necesario
para defender su programación mental.
ARGUMENTARIO
¿Y qué han esgrimido esas mujeres programadas con sus creencias
musulmanas, cuando se han visto atacadas por personas
programadas con mecanismos mentales diferentes?
Pues lo que decíamos antes:
han echado mano del argumentario
más adecuado para defender la pervivencia de su mecanismo de
programación ante el ataque de los mecanismos de
programación ajenos.
¿Y cuál es el paquete conceptual más
adecuado para defender tu programación mental cuando estás en
una democracia occidental? Pues utilizar los conceptos propios
de la democracia a tu favor.
Así ha sido como han esgrimido su derecho a,
"vestir como quieran", "su
libertad de expresión", "la libertad de las mujeres", "la
defensa de la multiculturalidad y la tolerancia", etc.,
...de la misma forma, han utilizado
un argumentario similar para atacar a los "programados
oponentes", acusándolos de,
"xenofobia", "represión",
"intolerancia", "racismo", "imposición", etc...
De hecho, han llegado a utilizar
argumentos tan falaces como,
"forma parte de nuestra libertad
individual vestir como queramos"…
¡Es increíble la facilidad con la
que todas las personas programadas mentalmente, sean del bando
que sean, echan mano del recurso de la "libertad individual"
para defender la programación mental que precisamente la
atenaza...!
Pero ahora vayamos al otro bando y observemos qué argumentario han
utilizado los que quieren prohibir el burkini… ¿Adivinan qué
subterfugio han utilizado?
(redoble de tambores)
¡La Libertad...!
Hemos visto a montones de políticos franceses, con expresión severa,
aduciendo:
"el burkini representa la represión
sobre la libertad de la mujer, es un símbolo del radicalismo
islámico que tanto daño le ha hecho a Francia, no representa los
valores de libertad e igualdad de la República Francesa, bla,
bla bla…"
Como vemos, la (presunta) libertad es el comodín de los
argumentarios de nuestro tiempo…
Aunque ciertamente, debemos indicar que el concepto de Libertad solo
lo han esgrimido las personas con una programación mental "más
refinada", es decir, personas que necesitan de varias capas de
programación mental para acabar siendo esclavizadas.
Porque existen personas tan débiles psíquicamente, que pueden ser
programadas mentalmente de forma básica, por no decir directamente
"primitiva" y "rudimentaria".
Esas personas apenas necesitan de
argumentario… son las que directamente afirman:
"Esto es Europa, somos cristianos y
blancos y vosotros sois unos sucios moros invasores".
Este tipo de seres humanos son "maravillosos":
obedecen a su programación mental de
forma fanática sin tan solo necesidad de subterfugios
intelectuales.
¡Qué simplicidad...!
Y en "el otro bando" también los tenemos… son aquellos que dicen,
"sois todos unos infieles y debéis
morir".
De hecho, ambos grupos forman parte de ese tipo de personas que cada
día se esfuerzan en recordarnos que provenimos de las amebas…
Pero volvamos de nuevo al absurdo debate sobre el uso del burkini.
Hagamos un poco de repaso.
Más o menos, ya conocemos los diferentes argumentarios usados en
esta discusión y todo el mundo probablemente se ha formado una
opinión al respecto.
Ahora observemos el debate sin sumergirnos en las lógicas
distorsionadoras del Sistema, "desde fuera del Sistema"; analicemos
la discusión teniendo plena conciencia de la existencia de todos
esos mecanismos de programación y de su efecto sobre cada bando…
¿Qué vemos entonces?
Por ejemplo, vemos que todos aquellos europeos que "atacan" a las
mujeres vestidas con burkini, lo único que hacen es defender
ciegamente la pervivencia de las programaciones mentales con las que
han sido educados (programados) e identificados desde pequeños, en
forma de cultura, tradición, costumbres y religión.
Sus programaciones mentales, al sentirse amenazadas ante la
presencia de mecanismos mentales ajenos que pueden "robarles su
cuota de mercado", arrojan a sus esclavos psíquicos, cual perros
rabiosos, a atacar a los portadores de mecanismos peligrosos para su
pervivencia.
Esta es la triste realidad de aquellas personas que tan ofendidas se
sienten ante la presencia de "musulmanes invasores".
¿Pero saben lo mejor?
Resulta que esas personas "europeas y cristianas" creen que
"defienden su territorio" ante algo que consideran una "invasión"…
cuando en realidad, lo que defienden es el territorio conquistado
por la programación mental que llevan instalada en sus cabezas.
¡Es la programación mental la que los usa a ellos para defender "su
territorio", ante la amenaza de una programación mental ajena y no
al revés!
Pero están tan cegados por sus mecanismos de identificación, que son
incapaces de verlo…
Pero esos "europeos" no son los únicos locos en este manicomio.
Si seguimos observándolo todo desde fuera del Sistema, también
seremos capaces de ver, de forma diáfana, lo absurda que es la
posición de las personas del bando contrario, aquellos que defienden
con tanta vehemencia el uso del burkini.
En el caso de las mujeres que lo visten, como ya hemos indicado
antes, vemos a personas profundamente esclavizadas por una
programación mental rígida, que no solo se auto engañan a sí mismas
calificando de "tradición" algo que no es más que un mecanismo de
represión mental de carácter hereditario, sino que además tratan de
utilizar cualquier subterfugio disponible, por más contradictorio
que sea, para defender dicha programación mental a capa y espada.
Uno de los ejemplos más claros y paradigmáticos de ello, lo tenemos
en la mismísima inventora del burkini,
Aheda Zanetti, capaz de
utilizar un paquete de argumentos que solo pueden sostenerse dentro
de una "(i)lógica onírica".
En el colmo de los retruécanos y del absurdo más total y absoluto,
la señora es capaz de decir, literalmente, que el burkini "es
libertad" porque permite a las mujeres musulmanas,
"realizar deportes o bañarse en la
playa",
...respetando a la vez sus creencias, es
decir, respetando las restricciones con las que han sido
programadas mentalmente.
Fuente
O sea, que estamos ante una invención (el burkini), cuyo objetivo
principal es mantener intactas y sin discusión todas las
restricciones que coartan la libertad de un grupo de individuos (en
este caso, mujeres)… ¡y la llamamos "símbolo de libertad"...!
Es como si alguien hubiera sido programado mentalmente para llevar
grilletes y una bola de hierro encadenada al pie durante toda su
vida y un buen día apareciera alguien y le dijera:
"para que puedas seguir llevando tus
grilletes y la bola atada al pie 'con toda libertad' cuando
vayas a la playa, vamos a hacer que todas tus cadenas, en lugar
de hierro, sean de plástico, para que no te hundas".
¡Maravilloso...!
¡Es "libertad" al estado puro!
Es una contradicción tan flagrante que solo puede adquirir sentido
cuando se está sumergido en las lógicas propias de un sueño.
Un sueño ( por no decir una pesadilla ) en el que las personas están
encadenadas desde que nacen hasta que fallecen y en el que los
individuos son capaces de matarse los unos a los otros para defender
sus grilletes, al grito de,
"¡¡Nadie me arrebatará la 'libertad'
de llevar mis cadenas hasta la muerte!!"
Es así de demencial...
Esta es la realidad del mundo en el que vivimos.
Sabemos que todo lo que hemos dicho hasta ahora es difícil de
asimilar… ¡porque es demasiado fácil de entender...!
No hacen falta sesudos tratados de filosofía, repletos de farragosas
referencias en griego o latín, para percatarse de que vivimos en una
realidad paralela que solo existe dentro de nuestras cabezas y del
profundo efecto que tiene sobre nosotros.
Lo tenemos tan delante de nuestras narices que cuando nos
enfrentamos a ello, tendemos a pensar:
"no, no puede ser… es demasiado
evidente, algo no cuadra… no puede ser tan fácil".
Y preferimos buscar cualquier
entretenimiento que nos distraiga y nos aleje de la evidencia:
-
unos lo hacen a través de las
distracciones más mundanas
-
otros a través de todo tipo de
"fantasías alternativas" que deciden ver como "revelaciones
liberadoras" que los convierten en "despiertos"
-
otros perdiéndose en los más
complejos laberintos conceptuales, creados por el Sistema,
para alejarnos de lo que es más que obvio
Si tuviéramos que elegir una imagen
gráfica para describir lo que le sucede a la humanidad, podríamos
pensar en una película de terror, en la que todo el
mundo se ha visto afectado por un virus que le ha vuelto loco y
le hace creer que vive en una realidad alternativa, como si el
velo de un sueño continuo, les cubriera los ojos.
Es como si todos estuviéramos "poseídos".
Si quieren saber lo que es una auténtica "posesión infernal", no es
necesario que se pongan "El Exorcista"…
-
salgan a la calle y observen...
-
acudan a un mitin político, a un
campo de fútbol o entren en un templo religioso…
-
fíjense en la expresión de las
personas, en como se retuercen sus caras en muecas de odio,
fanatismo o emoción, dominados por completo por ideas que
solo existen dentro de sus cabezas…
O escúchense a sí mismos, cuando defienden vehementemente una
ideología o una creencia en un debate o en una discusión…
No hay problema: hagan uso del
instrumento más terrorífico jamás creado por el hombre…
Mírense fijamente en el espejo…
Háganlo cuando se sientan ofendidos por que alguien ha atacado
alguna de sus más profundas creencias… y verán claramente que hay
"algo", agazapado en su interior, que está usando sus propios ojos
para mirarles con expresión de rabia…
COMENTARIO
ADICIONAL
Ya sabemos que a estas alturas, habrá lectores inquietos,
removiéndose en sus sillas, buscando subterfugios para justificar
sus respectivas programaciones mentales.
Quizás estén negando con la cabeza, con
una mueca de desprecio en la cara y un extraño estado de desazón,
que no probablemente no saben interpretar…
No les culpamos.
Sus programaciones mentales, cual serpientes amenazadas por el
fuego, les azuzan:
"¡'Te están' atacando!
¡Defiéndete!", aunque en realidad quieren decir "¡Defiéndeme,
esclavo! ¡Quieren destruirme!"
Y ellos, desesperados, buscarán
justificaciones para no enfrentarse al hecho de que todo aquello que
consideran sagrado:
-
sus "tradiciones"
-
su "cultura"
-
sus "costumbres"
-
sus "creencias",
...en realidad no son más que
programación mental esclavizante.
Ya podemos imaginar los argumentos que algunos de ustedes estarán
construyendo, para "desmontar" lo que decimos en este artículo…
Nos dirán:
"el concepto de libertad individual
que defiende intrínsecamente este artículo es una falacia, algo
que no puede existir.
La propia naturaleza del ser humano
lo lleva a convivir en sociedad y la propia vida en sociedad
conlleva la creación de esos conceptos que el artículo,
erróneamente, califica como 'programación mental' (costumbres,
tradiciones, creencias, ideologías, etc...) y que garantizan la
cohesión de los grupos.
Somos seres sociales y es absurdo
tratar estas 'programaciones mentales' como si fueran algo malo,
porque sin ellas no podríamos convivir los unos con los otros,
bla, bla, bla…"
Pero amigos, este artículo no discute la utilidad de todos estos
elementos de cohesión social.
Además, muchas veces vienen acompañados de bonitos sombreros,
ropajes coloristas, preciosos cuentos simbólicos y mitos sagrados
que celebramos con ritos de obligatoria repetición periódica… ¡quién
puede discutir algo tan crucial para nuestra existencia!
Lo que ponemos en tela de juicio es la relación de absoluto
sometimiento que los individuos establecemos con estos
mecanismos mentales.
La renuncia que hacemos todos a nuestra libertad individual básica,
considerándonos inferiores a lo que no son más que meros,
"programas de software psíquico".
Una libertad individual que es vilmente asesinada cada vez que se
produce un proceso de identificación.
Lo que queda después, ya no es libertad, solo es puro sometimiento
psíquico a la programación, aunque adquiera otro nombre y se le
llame "tradición", "costumbre", "ley" o "creencia".
¿Y cual es el resultado de esta terrible renuncia?
Observen a su alrededor y verán en qué se ha convertido la
humanidad, construida en base a la obediencia ciega a los propios
mecanismos mentales que vamos creando los humanos.
-
¿De verdad creen que el ser
humano, con su inigualable capacidad para crear "conceptos
de la nada", no podría haber construido un mundo mucho mejor
que este?
-
¿Qué mundo tendríamos si los
individuos, en lugar de convertirse en representaciones
físicas de sus programaciones mentales mediante los procesos
de identificación, mantuvieran siempre la soberanía
plena sobre sus mentes?
-
¿Creen que eso es imposible?
-
¿Porqué?
-
¿Acaso es imposible que una
persona sea capaz de aprender y abrazar los mejores valores
o ideas
del cristianismo, el budismo o el
islam, sin identificarse como "cristiano",
"budista" o "musulmán" y caer en sus respectivas redes de
adoctrinamiento y programación mental y social?
-
¿Acaso es imposible que alguien
sea capaz de hablar y pensar en francés, alemán o italiano y
amar sus respectivas expresiones culturales, sin
identificarse como un "patriota" francés, alemán o italiano,
capaz de matar o morir por la dichosa bandera?
Si nadie "se sintiera" cristiano,
musulmán, budista, francés, alemán, mexicano, comunista, fascista,
socialista, republicano, monárquico,
-
¿Existirían los nacionalismos?
¿Existirían los fanatismos religiosos e ideológicos?
¿Existirían absurdos rituales de obligatorio cumplimiento?
¿Soldados patriotas dispuestos a matar y morir por su
bandera? ¿Borregos fanatizados por el fútbol? ¿Tribus
urbanas? ¿Grupos mafiosos? ¿Estúpidos seguidores de modas?
¿Partidos políticos?
-
¿Cómo sería el mundo si los
individuos hicieran las cosas porque deciden hacerlas por sí
mismos, a cada momento, y no porque alguien les ha inculcado
que eso "toca hacerlo porque siempre se ha hecho así",
"porque es lo correcto según tal o cual doctrina" o "porque
lo hacen todos los demás"?
-
¿De verdad alguien cree que no
podríamos vivir en sociedad, de forma armónica sin todas
esas estupideces metidas en nuestras cabezas, dominando
todos y cada uno de nuestros actos?
-
¿Alguien cree que nos mataríamos
los unos a los otros por las calles si nuestra realidad la
dominaran nuestras conciencias individuales y no las
creencias que nos han inoculado?
-
¿Acaso hay alguna creencia o
ideología que nos inculque un amor, una
comprensión o una
empatía que no podamos
generar por nosotros mismos, gracias a nuestra propia
conciencia y naturaleza humana?
-
¿Alguien cree que si dejáramos
de seguir ciegamente tradiciones absurdas y costumbres
repetitivas sin sentido, se perderían los conocimientos y la
sabiduría acumulada por generaciones anteriores?
-
¿O quizás habría más sabiduría
porque habría mas gente pensando por sí misma
y explorando nuevos caminos y métodos cada día?
-
¿No es lógico pensar que incluso
habría más intercambio de conocimientos porque no habría
tantas fronteras y barreras ficticias entre los individuos?
-
Y sobretodo, ¿cómo lo harían
todas esas personas
ávidas de poder para controlar a las
masas si no dispusieran de esos paquetes de
creencias, ideologías e identidades patrióticas con las que
manipularlas?
-
¿Cómo generarían odios y
resentimientos artificiales?
-
¿Cómo crearían enemigos a los
que combatir bajo su "sagrado liderato"?
Se quedarían sin sus principales
instrumentos de dominación y manipulación.
¿Empiezan a ver cuál es la auténtica raíz de todos nuestros males?
Pero tal y como nos preguntábamos al principio:
-
¿Estamos dispuestos a dejar de
ver la realidad tal y como nos han dicho que es, para
empezar a verla tal y como es realmente?
-
¿Cuántas personas están
dispuestas a dar ese paso decisivo?
Sabemos que hacerlo no es fácil.
De hecho, es peligroso... porque cuando das el paso, ya no tienes
vuelta atrás...
|