by Kingsley Dennis 16 Agosto 2017 del Sitio Web KingsleyDennis
la imaginación es la estrella
será el camino de oro hacia un nuevo
hiperespacio cultural
Estamos, como el pez, nadando dentro de las aguas de nuestra propia existencia. Y muchos de nosotros, como el pez, ignoramos el medio que nos sustenta y dentro del cual nos desarrollamos.
Las culturas humanas se nutren de la calidad de sus imaginaciones; del poder de sus percepciones y la capacidad de expresar y manifestar una gran visión.
Nuestra civilización planetaria, con su variada mezcla de vida y culturas, se encuentra también dentro de una espiral mucho mayor de dinámicas cósmicas y movimientos galácticos, cuya escala es tan inmensa, está tan más allá de nosotros, que si nos limitamos a mordisquearla con los dientes racionales de la física y las matemáticas no logramos comprender su majestuosidad.
Nos vemos obligados a
investigar más a fondo con la sonda de largo alcance de la psique
humana, con curiosidad creativa e imaginativa y placer visionario.
Seguir el camino racional elude lo mágico de lo sagrado y bebe en el
pozo mecanicista donde el agua puede sustentarnos pero es menos
dulce.
Nuestra imaginación inscribe el territorio de nuestra realidad del mundo sobre el mapa que, como un palimpsesto, contiene en sus capas todas las concepciones, imágenes y cosmovisiones que con anterioridad, a lo largo de los eones de nuestra existencia autoconsciente, han emanado de la psique humana.
Y desde las profundidades de nuestra imaginación levantamos una esquina del velo para vislumbrar el mundo de lo imaginal, el cual participa de lo mágico, y ambos juntos crean un conjunto de futuros potenciales.
El reino de lo imaginal - el Mundus Imaginalis - no se refiere simplemente a la imaginación o a lo imaginario sino a las potencialidades, las visiones y el "plénum [I] creativo" de la consciencia imaginativa a punto de hacerse realidad.
Hace referencia a cómo, mediante la correspondiente intervención de la consciencia creativa, la matrix de realidad se ve influida para manifestarse.
Es decir, la consciencia
creativa del ser humano actúa como un puente para alcanzar el reino
imaginal - el hogar vibrante de los arquetipos y la visión original
- y mediante la imaginación brindar al mundo esas imágenes e ideas
clarividentes.
Aquello que "llega a ser" es una correspondencia y un acuerdo negociados. No se trata de ser el observador o lo observado, sólo hay participación mutua.
El mundo imaginal es
donde todo está en potencia, y nuestra resonancia con este universo
es un aspecto inherente y esencial del impulso sagrado.
Como colaboradores sensibles de la mente participativa, nosotros también influimos en cómo este universo particular tal como lo percibimos se despliega y se manifiesta.
Como si el universo quisiera a propósito ofrecernos otro ejemplo más de nuestra relación, en febrero de 2016 la ciencia anunció que había "descubierto" la existencia de ondas gravitacionales, tal como Einstein había predicho por primera vez un siglo antes.
A veces, un potencial imaginal solo necesita tiempo para materializarse en la matrix de realidad física. El mundo imaginal guía y define nuestro camino a través del mundo físico mediante signos, sincronicidades e intuiciones inspiradas.
El reino imaginal explora la auténtica experiencia, el modo intuitivo directo de la psique humana.
La sociedad moderna teme ese modo y lo ha reprimido sistemáticamente en tanto veneraba la máscara de la falsa personalidad condicionada. La razón por la que el desorden abunda en la cultura moderna es que en lo más profundo todos sentimos esta fragmentación y perturbación del ser.
El renacimiento de la comprensión sagrada busca reparar y volver a equilibrar esta desarmonía admitiendo que el modo intuitivo directo opere más directamente en nuestras culturas; es decir, permitiendo que una manifestación más clara del reino imaginal se haga patente en la imaginación humana.
Como dijo el gran medico-filósofo Paracelso:
La sabiduría no es una cuestión de creencia, ni una acumulación de conocimiento:
Los poetas y los filósofos románticos lo comprendieron y se esforzaron por expresar el entrelazamiento entre la naturaleza, el alma y la imaginación creativa:
Los románticos percibían al individuo no como un espectador de las experiencias vitales sino como un participante activo en su despliegue.
La psique era algo que se expandía desde dentro e irradiaba hacia afuera expresándose físicamente, lo que contradice la visión mecanicista de la vida que nos considera externamente influenciados, a partir de lo cual desarrollamos nuestra personalidad.
Samuel Taylor Coleridge decía:
William Blake escribió la célebre frase:
No existe una distinción establecida entre lo que se transcribe mediante las facultades imaginativas de la psique humana y los acontecimientos del mundo.
Preguntémonos:
El fantasmagórico reino de la física quántica, con su principio de incertidumbre y el efecto del observador, transmite un mundo que es la esfera de la consciencia participativa; es el reino de la filosofía perenne, las tradiciones alquímicas y similares.
Es una realidad en la cual la psique humana no confronta lo externo, el mundo material, sino que lo impregna por completo. Este estado de consciencia participativa es donde opera el reino imaginal y también es el puente hacia nuestro paisaje psíquico interno.
Además es la conexión con
la energía y el arte de la transformación.
Este acceso sagrado subyace en el acto de imaginar:
Durante un tiempo el mundo occidental moderno perdió contacto y se separó de la naturaleza transformativa de la imaginación.
Las modernas culturas
occidentales erradicaron los caminos iniciáticos y nuestras tribus
sociales se volvieron laicas y fragmentadas en lugar de sagradas e
integrales. Se perdió la sensación de comunión creativa con un
cosmos interconectado y el alma moderna se quedó tan vacía como los
armarios de Mother Hubbard. [III]
En otras palabras, lo sagrado trata de desgastar el velo del plano invisible que sostiene la vida en el reino de lo visible.
En palabras de Henryk Skolimowski:
Como respuesta al abandono del vínculo vital entre los planos visible e invisible inevitablemente se producirá un renacimiento de lo oculto.
En este sentido, lo oculto se refiere a aquellos aspectos del mundo mágico donde lo imaginal y la imaginación deambulan juntos. Lo oculto, en sus variadas formas, siempre ha existido - de modos diferentes y en tiempos y lugares variados - como respuesta a un retroceso de la participación con el reino imaginal.
Lo oculto ha sido una reacción contra la atrofia de los sentidos humanos, debido a la cual la realidad quedó atrapada dentro de un rango muy limitado de los fenómenos.
Cuando la moderna "mente consensuada" se rebeló en contra de las realidades positivas del misterio y el enigma, y una imaginación laica tomó el mando, muchos caminos sagrados desaparecieron de la mirada pública.
No estaban escondidos; al contrario, en gran medida estaban en la vida pública, pero solo eran visibles para quienes tenían ojos para ver.
Como en todo, es cuestión
de perspectiva. Los conceptos y nociones que estructuran nuestra
realidad consensuada se formulan con un conjunto inmenso de
restricciones, la mayor parte de las cuales son increíblemente
insensatas.
Era una música bien conocida por los del mundo antiguo porque resuena y nos conecta con una realidad interior activa.
Debido a que hemos separado y encajonado el mundo interior, el mundo exterior arremete contra nosotros con uñas y dientes. La "mente moderna", desprovista del vínculo imaginal, ha tratado de dominar, dictar y devorar el mundo exterior sin escrúpulo alguno.
La consciencia moderna que nos ha guiado hasta donde estamos actualmente no concibe la unidad de lo físico y lo místico, de los componentes de lo material y lo sagrado.
No reconoce nuestra comunión con las estrellas, nuestros cuerpos de polvo de estrellas, nuestras psiques moldeadas en las fraguas de las supernovas.
Según Jung, este proceso de fisión que separó la physika de la mystika, tuvo lugar a finales del siglo dieciséis.
Y por ello el mundo
imaginal busca de nuevo "resurgir en la consciencia" por medio de la
imaginación, que es donde reside nuestro autentico anhelo de
sentido.
Shakespeare sabía bien todo esto cuando encarnaba las capas sutiles de la mente humana como personajes de sus obras. Hamlet veía el mundo como "extenuado, rancio, plano e inútil".
A menudo Shakespeare, en cada diálogo inaugural, daba pistas acerca del tema de sus obras.
Las primeras líneas de Hamlet corresponden al personaje de Bernardo que grita,
¡Exacto! Shakespeare, en su estudio de la condición humana, pregunta quién está ahí.
Y la respuesta procede de Francisco, el segundo personaje, quien confiesa:
Lamentablemente, en Hamlet la condición humana se nos revela como un espejo o más bien, quizá, como un código.
El reino imaginal que siembra nuestro mundo creativo dándole vida no nos llega únicamente a través del arte sino mediante códigos. La idea de que nuestra matriz de realidad es una simulación - un mundo con codificación gnóstica - la filosofó Nick Bostrom, la teorizó Jean Baudrillard, y la visualizaron los Wachowski en su trilogía de Matrix.
El arte, como el de los poetas románticos, ha simbolizado el mundo como una imaginación hecha Realidad.
Los gamers [IV] son una nueva raza de participantes conscientes en los constructos de la imaginación activa, la cual codifica nuestros cerebros y reconecta nuestros diseños neurales.
Estamos aprendiendo que la,
Los gamers son jugadores en el universo quántico donde no hay observadores sólo participantes mutuos en el ámbito trascendente del juego.
Al igual que mediante la interrelación de todas sus partes se crea el mundo soñando, así también los gamers despliegan sus mundos a su derredor. El erudito de los videojuegos Liel Leibovitz considera incluso que éstos, a pesar de su ocasional mala reputación, son de hecho un medio sagrado.
Y dicho medio sagrado es el mundo del juego y la invención, en el cual las reglas fundacionales permiten un número casi ilimitado de permutaciones en un cosmos creativo.
El teórico holandés Johan Huizinga condensaba la teoría del juego en una idea simple que él llamaba el "círculo mágico":
En otras palabras, es traer la influencia del mundo imaginal (perfección) a nuestras vidas cotidianas (el mundo imperfecto).
Nosotros también somos codificadores:
Quizá esté más cerca de la verdad que,
La responsabilidad de "videojugar online el universo" a partir de nuestra matrix de realidad pertenece a aquellos cuya psique interior se comunica con las dinámicas del cosmos creativo.
Ahora a todos se nos llama colectivamente a comunicarnos con el reino imaginal y crear el mundo soñando. El valor más elevado ya no está en los "dioses de ahí afuera" sino en los dioses imaginales interiorizados mediante los cuales creamos soñando e interpretando.
Éste es un camino - el camino gnóstico - de tomar consciencia mediante una interiorización incrementada del mundo. Es también la liberación de los confines restrictivos de una realidad literal y material.
Pero de nuevo es nacer mediante un proceso alquímico que da a luz un alma en nosotros y en el mundo:
Por mediación de la imaginación activa tenemos acceso a un reino intermediario que es el mundo imaginal mediante el cual podemos crear nuestro mundo soñando.
Y a través de esta ensoñación colectiva, comunitaria, también conectamos, de nuevo, con el alma del mundo:
Ahora el futuro requiere
que soñemos menos nuestros pensamientos ociosos y en lugar de ello
creemos soñando la poderosa y majestuosa alma del mundo...
Notas
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