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REUTERS/David Moir Reuters
semanas o incluso meses, no causan daños significativos, pero son considerados por muchos como señal de un futuro terremoto
de mayor fuerza e intensidad.
Estos sismos, que
suelen durar semanas o incluso meses, no causan daños significativos,
pero son considerados por muchos un preámbulo de aquellos más
peligrosos y de mayor magnitud. El estudio publicado en la revista 'Science Advance' (The Evolving Interaction of Low-Frequency Earthquakes During Transient Slip), encaminado a comprobar el origen y la conexión entre los deslizamientos lentos y los terremotos en la corteza terrestre, llevó a los sismólogos a analizar alrededor de 1.120 fuentes de terremotos y cerca de 1,8 millones de casos individuales de sismos de baja frecuencia ocurridos durante dos años en el estado de Guerrero en México.
En esa zona se localizan la placa tectónica de Cocos y la placa Norteamericana, causantes de la alta actividad volcánica centroamericana y de fuertes terremotos ocurridos en la región.
El análisis permitió a los científicos descubrir una interacción entre los sismos lentos.
Se cree que la interacción colectiva de
los sismos de baja frecuencia se debe a la presencia de una zona de
falla de "fluidos", que puede tratarse de agua liberada mediante la
conversión de algunos minerales a una profundidad de 40 kilómetros.
Un deslizamiento rápido es seguido por un largo reposo, que al parecer no es de inactividad absoluta, ya que se demostró que durante este, se pueden producir una serie de eventos de menor magnitud.
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