por Ruth Howells
31
Octubre 2017
del
Sitio Web
UCL
traducción de
Guillermo Caso de los Cobos
03 Noviembre 2017
del Sitio Web
TerraeAntiqvae
Versión original en ingles
Versión en
italiano
El aumento en la movilidad
se ha
producido en al menos tres impulsos distintos.
Crédito: Mark Thomas
En un nuevo estudio dirigido por investigadores,
-
del University
College de Londres (UCL)
-
la Universidad de
Cambridge
-
el King's College
de Londres,
...se ha descubierto tres
importantes impulsos de la movilidad poblacional en Europa en los
últimos 10.000 años y una tendencia general al alza de la migración.
El nuevo método (Estimating
Mobility Using Sparse Data - Application to Human Genetic Variation)
publicado esta semana en PNAS, permite, por primera vez, cuantificar
directamente los cambios en las tasas de migración prehistórica
utilizando datos genéticos antiguos en los últimos 30.000 años.
Los investigadores descubrieron que la migración ha ido en aumento
desde el comienzo del Holoceno (el período climático inusualmente
cálido y estable en el que estamos durante los últimos,
aproximadamente, 10.000 años).
Curiosamente, este
aumento de la movilidad no ha sido gradual, sino que se ha producido
en al menos tres impulsos distintos (ver figura que encabeza el
post).
-
El primero
ocurrió cuando la agricultura se extendió por Europa desde
Oriente Próximo
-
El segundo
coincidió con el comienzo de la Edad del Bronce; una época
en la que surgieron civilizaciones complejas, los caballos
se convirtieron en un importante medio de transporte, se
inventaron carretas y carros, y se establecieron nuevas
redes comerciales en Asia y Europa
-
El tercer impulso
de movilidad ocurrió en la Edad del Hierro, un período que
vio aumentos significativos en el tamaño de la población, el
comercio y la guerra
"Estos hallazgos
sugieren un fuerte vínculo entre los cambios tecnológicos y la
movilidad humana", dice el profesor
Mark Thomas, del Departamento
de Genética, Evolución y Medio Ambiente, en el Colegio
Universitario de Londres, autor del estudio.
Los investigadores
también hallaron que la movilidad entre los cazadores-recolectores
que vivían en Europa antes de la migración de los agricultores era
comparativamente baja, particularmente después del pico de la última
Edad del Hielo (hace unos 20,000 años).
"Estos resultados son
fascinantes: solemos asociar un estilo de vida de cacería y
recolección con el nomadismo y la alta movilidad, y el
desarrollo de las primeras aldeas agrícolas y pueblos con
sociedades sedentarias.
Sin embargo, los
primeros agricultores se movilizaron en busca de más y más
tierras para establecer su población progresivamente más grande,
mientras que los cazadores posglaciales parece que habían
satisfecho sus necesidades a nivel local", comenta la profesora
Marta Mirazón Lahr, de la
Universidad de Cambridge y autora también del estudio.
"La movilidad relativamente mayor de los cazadores, a medida que
el clima se fue deteriorando dramáticamente antes de hace 20.000
años, muestra cuán vulnerables son las comunidades humanas
frente al cambio climático".
La movilidad humana es
omnipresente y ha influido en muchos aspectos de nuestra historia y
evolución.
Da forma a nuestra
composición genética, puede influir en cómo evolucionamos y nos
adaptamos a los cambios de nuestro entorno, ayuda a mantener y
difundir ideas y tecnologías, y juega un papel clave en la
innovación.
En definitiva, enriquece
nuestra biología y nuestra cultura.
Representación artística
de
primeras actividades agrícolas
(Science
Photo Library / AGF)
Durante muchos años, los arqueólogos, y más recientemente los
genetistas, han estado interesados en la cantidad de gente que se ha
movido en el pasado.
Para detectar los
episodios de migración más allá del alcance de la historia escrita,
los arqueólogos han buscado pistas en la distribución cambiante de
los artefactos (herramientas de piedra, cerámica, especies de
cultivos, monedas, etc.) pertenecientes a diferentes culturas.
Pero estas pistas no
están exentas de controversia, ya que los objetos y las ideas se
pueden propagar sin el movimiento a gran escala de las poblaciones
humanas.
Más recientemente, los genetistas, en particular los que estudian el
ADN de humanos fallecidos hace mucho tiempo, han encontrado señales
convincentes de grandes migraciones pasadas en Europa.
Sin embargo, estos
estudios se centraron en las grandes migraciones de un lugar a otro,
en lugar de la tumultuosa y general movilidad en todas direcciones,
y no permitieron a los investigadores comparar la movilidad de las
personas prehistóricas en diferentes períodos de tiempo o diferentes
regiones.
El nuevo método detallado en este estudio no está limitado en su
aplicación a los datos genéticos.
"Una de las grandes
características de este nuevo método es que puede usarse no solo
en datos genéticos, sino también en la variación de la forma de
fósiles antiguos.
Esto significa que el
marco matemático detrás de nuestro método puede extenderse
fácilmente más allá del estudio del movimiento humano: ahora
podemos explorar los cambios en las tasas de migración de
animales que se extinguieron hace mucho tiempo", dijo
Liisa Loog, primer firmante del
estudio.
"En teoría, nuestro método también podría aplicarse a los datos
culturales", agregó el profesor Thomas.
"Esto nos permitiría
no solo identificar cambios en las tasas de movilidad de las
personas, sino también la velocidad con la que se propagan las
ideas y los objetos".
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