por Eva Reneses 29 Marzo 2019 del Sitio Web Tendencias21
Los investigadores han logrado que dos especies de animales extremadamente diferentes, y muy alejadas para interactuar entre sí, tomaran una decisión compartida con la ayuda de robots. ©EPFL/UNIGRAZ.
que dos comunidades, una de peces y otra de abejas, separadas entre sí 700 kilómetros, coordinen sus comportamientos inducidas por robots. Esta tecnología podría ser útil
para la gestión
medioambiental. Una nueva tecnología permite interactuar con los animales y modificar su comportamiento...
A través de unos robots,
las dos especies transmitieron señales una a la otra y, con el
tiempo, coordinaron sus decisiones.
Su principal objetivo es
establecer una sociedad robótica que sea capaz de desarrollar por sí
sola canales de comunicación para sociedades animales de abejas y
peces a través de
algoritmos evolutivos.
En este caso, los robots se adaptan mediante estos algoritmos hasta que aprenden a interactuar con los animales de la forma deseada.
Esta nueva tecnología
pretende sentar nuevas bases sobre la forma en que los humanos
interfieren con las sociedades animales para gestionar el medio
ambiente.
Han probado sus robots en
comunidades de cucarachas, polluelos y, más recientemente, peces.
Uno de estos robots "espía" pudo infiltrarse en un banco de peces en
un acuario circular y hacer que nadaran en una dirección
determinada.
Allí, las abejas viven en una plataforma con dispositivos a cada lado y, de forma natural, suelen pulular alrededor de ellos.
El robot situado en el banco de peces emitió señales visuales de diferentes formas y colores, y señales de comportamiento, como aceleraciones, vibraciones y movimientos de la cola.
Mientras tanto, en la
colonia de abejas, los robots emitieron señales principalmente en
forma de vibraciones, variaciones de temperatura y movimientos de
aire.
Los robots registraron la dinámica de cada grupo, intercambiaron esa información entre sí y la tradujeron en señales apropiadas para las especies correspondientes.
Durante el experimento, las dos especies animales "hablaron" entre sí a pesar de que estaban a unos 700 kilómetros de distancia. La conversación fue caótica al principio, pero finalmente se produjo cierta coordinación.
Después de 25 minutos, los grupos de animales se sincronizaron:
Los hallazgos del estudio podrían ayudar a los ingenieros a desarrollar una forma efectiva para que las máquinas capturen y traduzcan señales biológicas.
El estudio también podría
permitir a los biólogos comprender mejor el comportamiento animal y
cómo interactúan los individuos dentro de un ecosistema.
Por ejemplo, los
científicos podrían alentar a las aves a evitar aeropuertos y
peligros relacionados o dirigir a los polinizadores hacia cultivos
orgánicos y alejarse de cultivos con pesticidas.
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