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El impacto creó en cuestión de minutos un cráter de 180 kilómetros de diámetro, licuó la superficie y levantó enormes cordilleras.
La explosión produjo un devastador mega-tsunami, y los fragmentos del choque provocaron una lluvia de fuego y rocas. El polvo cubrió la atmósfera y extendió la oscuridad por el planeta durante semanas o meses.
El impacto dio lugar a la
extinción masiva del Cretácico-Terciario, en la que
desaparecieron el 75 por ciento de las especies de animales y
plantas de la Tierra, incluyendo a los dinosaurios.
Por eso, algunos astrónomos temen que el ser humano no esté haciendo lo suficiente para evitar un futuro cataclismo.
Es la idea que está detrás de una campaña internacional de sensibilización, conocida como el Día del Asteroide ("Asteroid Day"), que este 30 de junio (2017), avisa del peligro que se cierne sobre el planeta.
La conmemoración, que el año pasado recibió el respaldo de Naciones Unidas al declararla como día internacional, será celebrada con 700 eventos en 190 países y un debate entre expertos que podrá seguirse en directo.
Además, Discovery Channel emitirá varios documentales sobre el tema y estrenará "Cómo sobrevivir a un asteroide", que ha sido rodado con miembros de la campaña.
Más allá de la amenaza de enormes asteroides capaces de acabar con la humanidad, los precursores de la campaña han alertado del riesgo real que suponen objetos mucho más pequeños, de decenas o centenares de metros, pero también mucho más abundantes en las órbitas próximas a la Tierra.
Un choque con ellos podría destruir ciudades o regiones enteras.
Cráter Barringer, en Arizona, Estados Unidos, con casi 1.200 metros de diámetro y provocado por
un meteorito de unos 30 metros.
Hace poco más de un siglo, un objeto aún mayor provocó una mayor devastación.
Se trata del asteroide de Tunguska, un objeto de 30 o 50 metros que el 30 de junio de 1908, fecha conmemorada por el Día del Asteroide, devastó más de 80 millones de árboles en Siberia (Rusia) y 2.000 kilómetros cuadrados de bosque.
Aquel objeto estalló sobre una zona despoblada, pero,
Pero para ello es necesario que reciban el respaldo y el apoyo económico adecuados.
Posición de algunos cráteres de impacto en el planeta. La flecha roja señala el cráter provocado por el asteroide que causó la extinción de los dinosaurios.
ASTEROID DAY
En diciembre de 2016, la Agencia Espacial Europea (ESA) no recibió la luz verde de sus miembros para financiar la misión "Asteroid Impact and Deflection Assessment" (AIDA), un programa compartido con la NASA y destinado a poner a prueba la tecnología necesaria para desviar asteroides, porque entonces se decidió dar prioridad a la exploración de Marte con la misión ExoMars.
Por otro lado, aunque diariamente los astrónomos detectan
nuevas rocas espaciales cercanas a la Tierra, el ritmo de
descubrimiento es muy bajo, en comparación con la cantidad que hay
aún por encontrar.
Según Debbie Lewis, asesora y experta en gestión de desastres y riesgos que forma parte de la campaña del Día del Asteroide, el principal motivo es que,
Mientras que,
Por eso, lo que no se ve sencillamente deja de existir...
Bólido de Chelyabinsk, provocado por un asteroide mayor que un autobús (con unos 17 metros de largo)
ARCHIVO -
Ver para creer
A simple vista, la superficie de la cercana Luna refleja un pasado de 4.000 millones de años de impactos de asteroides, ocultos en la Tierra por la dinámica de las placas tectónicas.
En 2009, los astrónomos pudieron presenciar un gran choque en el planeta Júpiter provocado por el cometa "Shoemaker-Levy 9", que dejó una huella, durante semanas, sobre su turbulenta superficie mayor al diámetro de la Tierra.
Mucho más cerca, solo
entre 1994 y 2013, se detectaron 556 bólidos en la atmósfera
terrestre, unos estallidos y bolas de fuego provocados por
asteroides de uno a 20 metros de longitud.
Modelo de la población de asteroides. La gran mayoría (en verde) no se aproxima a la Tierra, en el centro.
ASTEROID DAY
Entonces entran en la categoría de "Near Earth Object" (NEO), u objetos próximos a la Tierra.
Los que miden más de 150 metros de largo y se acercan a 7,5 millones de kilómetros de la Tierra (en comparación, la distancia mínima a la que se encuentran la Tierra y Marte es de 53 millones de kilómetros), se convierten además en asteroides potencialmente peligrosos (PHAs, en inglés).
Por término medio, solo el cuatro por ciento de los NEOs son además objetos potencialmente peligrosos.
Gracias a este trabajo, realizado por múltiples observatorios terrestres y espaciales, como,
...solo en 2015 se descubrieron 1.500 NEOs.
Pero podría no ser suficiente.
¿Cuánto falta para lograrlo?
En la actualidad se conocen poco más de 16.300 NEOs.
Imágenes de radar del asteroide 2014 JO25
NASA/JPL
Según el astrofísico Hakeem Oluseyi, en al actualidad hay tres modos de lograrlo, a través de,
Por su parte, la Casa Blanca se puso en 2016 el objetivo de descubrir el 90 por ciento de los asteroides de 140 metros o más.
De acuerdo con su informe para la estrategia de preparación nacional ante NEOs, en la actualidad se conocen alrededor del 28 por ciento de estos cuerpos.
Esto les permitiría provocar daños regionales.
Ambos podrían dañar ciudades enteras.
Normalmente, cuando se descubre un nuevo NEO apenas se conoce su órbita aproximada y su brillo, y no es hasta pasados varios meses o años de observación cuando se puede comenzar a caracterizarlo:
"Con los asteroides solo hay tres cosas importantes: encontrarlos pronto, encontrarlos pronto, encontrarlos pronto".
Por eso, tal como ha explicado Rusty Schweickart, y recordando las palabras del experto Don Yeomans,
Según explicó Michael Küppers, responsable científico del proyecto AIM (AIDA) de la Agencia Espacial Europea (ESA),
Por eso resulta fundamental, antes de enviar en el futuro posibles misiones destinadas a desviarlos, encontrarlos con tiempo.
Sin embargo, tal como ha reconocido Küppers, también puede ocurrir que un objeto del exterior del Sistema Solar se adentre en las proximidades del Sol y pase desapercibido.
Podría llegar a la Tierra en cuestión de meses, dificultando mucho la respuesta de acción a tomar.
Aparta de eso, el último recurso es usar un dispositivo nuclear.
Esta sería la única forma de tratar de destruir o desviar un objeto grande, pero provocaría una lluvia de fragmentos pequeños y además no bastaría para frenar los objetos mayores.
La misión AIDA contempla hacer impactar una nave contra un pequeño asteroide para probar la tecnología para desviar estos objetos.
ESA
La larga frecuencia con la que ocurren estos fenómenos hacen que hoy en día no haya registrada ninguna muerte humana a causa de los meteoritos.
La polución, los rayos o el tráfico son más peligrosos, a corto plazo, que estas rocas espaciales.
Sin embargo, el riesgo es muy real, según los promotores del "Día del Asteroide".
Por eso, en su opinión, es clave que haya una respuesta global, que no requiere tanto dinero, en comparación con otros proyectos científicos, según él.
Al igual que ocurre con otros grandes retos,
La alternativa sería cruzar los dedos y 'rezar' para que esta catástrofe no ocurra durante el tiempo en el que sobreviva la civilización...
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