por Ashish Sinha y Gayatri Kathayat 13 Noviembre 2019
del Sitio Web
TheConversation
Versión original en ingles el último gobernante importante del Imperio Neo-asirio, no pudo evitar los efectos del cambio climático que sufrió.
Crédito: Museo Británico, CC BY-ND.
Esta antigua superpotencia fue el imperio más grande de su tiempo, el cual duró del 912 a.C. al 609 a.C., en el territorio de lo que hoy es Irak y Siria.
En su apogeo, el estado
asirio se extendía desde el Mediterráneo y Egipto, en el oeste,
hasta el Golfo Pérsico y el oeste de Irán, en el este.
¿Que pasó...?
En verde oscuro el pahitu/pahutu (provincias). En amarillo el matu (reinos de sujeto). En color crema el reino de Babilonia. Los puntos amarillos muestran otros reinos de sujeto. Los puntos negros muestran el pahitu/pahutu (provincias) del reino de Babilonia,
y las
provincias de letras marrones que existían previamente.
La mayoría de los investigadores lo atribuyen a la gran expansión imperial, las guerras civiles, los disturbios políticos y a la derrota militar asiria a manos de una coalición de fuerzas babilónicas y medas en el 612 a.C.
Pero cómo exactamente
estos dos pequeños ejércitos pudieron aniquilar lo que entonces
constituía la fuerza militar más poderosa del mundo ha
desconcertado a los historiadores y
arqueólogos durante más de cien años.
En la misma mostramos que
el cambio climático fue la proverbial espada de doble filo
que primero contribuyó al ascenso meteórico del Imperio Neo-asirio y
luego a su precipitado colapso.
basada en dibujos realizados en 1849 por Austen Henry Layard en el sitio de excavaciones del siglo XIX. Colecciones digitales de la biblioteca pública
de Nueva York, CC BY-ND
Su formidable máquina de guerra contaba con un gran ejército permanente con caballería, carros y armamento de hierro. Durante más de dos siglos, los poderosos asirios emprendieron campañas militares implacables con una eficacia despiadada.
Conquistaron, saquearon y
subyugaron a las principales potencias regionales de todo el
Próximo y
Medio Oriente, al tiempo que cada
rey asirio intentaba eclipsar a su predecesor.
Nínive fue una metrópolis en
expansión de un tamaño y grandeza sin precedentes, llena de templos
y complejos de palacio, con jardines exóticos que eran regados por
un extenso sistema de canales y acueductos.
¿Por qué...?
Estas son estructuras en
forma de cono que apuntan hacia arriba desde el piso de la cueva.
Crecen lentamente, desde cero, a medida que el agua de lluvia cae
del techo de la cueva, depositando minerales disueltos.
Las variaciones sutiles en las relaciones de isótopos de oxígeno pueden ser indicadores sensibles de las condiciones climáticas en el momento en que cayó originalmente el agua de lluvia.
A medida que crecen las
estalagmitas, fijan en su estructura las proporciones de isótopos de
oxígeno del agua que se filtra en la cueva.
En cada muestra, pudimos medir las relaciones de isótopos de oxígeno y construir una línea de tiempo sobre cómo cambiaron las condiciones climáticas.
Eso nos dio un orden de
eventos, pero no nos decía la cantidad de tiempo que transcurrió
entre ellos.
Entonces, los expertos en
datación de nuestro equipo hicieron mediciones de uranio y torio de
alta precisión (Uranium
series Dating of Speleothems) en las capas de crecimiento
de las estalagmitas.
registran las condiciones climáticas de la época en que fueron creadas.
Ashish
Sinha, CC BY-ND
Queríamos ubicar los
eventos clave de la historia neo-asiria en el contexto de largo
plazo de nuestra reconstrucción climática.
Llamado período megapluvial, este periodo de lluvias inusualmente altas fue seguido inmediatamente por otro de grandes sequías entre principios y mediados del siglo VII a.C. Estas condiciones de sequía fueron tan severas como las recientemente acontecidas en Irak y Siria, pero aquéllas duraron décadas.
El período que marca el
colapso del Imperio Neo-asirio se produjo dentro de ese espacio de
tiempo de sequías graves.
Esta
área relativamente reducida del
norte de Mesopotamia sirvió como fuente principal de ingresos
agrícolas y posibilitó las campañas militares asirias.
El clima actuó como un
catalizador en la creación de una densa red de asentamientos urbanos
y rurales en las zonas inestables que anteriormente no habían sido
capaces de impulsar la agricultura.
En medio de grandes
sequías recurrentes, el núcleo asirio y sus tierras interiores
habrían estado envueltos dentro de una "zona
de incertidumbre", un corredor de tierra donde la lluvia
era muy errática y cualquier agricultura de secano conllevaba un
gran riesgo de fracaso de los cultivos.
En los tiempos modernos, la misma región que una vez constituyó el núcleo asirio ha sido, en tiempos recientes, golpeada repetidamente por sequías de varios años.
La catastrófica sequía de
2007-2008 en el norte de Irak y Siria (Climate
Change in the Fertile Crescent and Implications of the recent Syrian
Drought), la más severa en los últimos 50 años, provocó
la pérdida de cosechas de cereales en toda la región.
En el siglo XXI las personas tienen lo que los neo-asirios no tenían:
El crecimiento insostenible en regiones políticamente volátiles y con escasez de agua, son una experiencia probada para el desastre...
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