por Guillermo Caso de los Cobos
07
Septiembre 2020
del Sitio Web
TerraeAntiqvae
Este mapa global
muestra
las diferencias de temperatura
en
comparación con la época preindustrial.
El azul
oscuro se traduce en temperaturas más frías.
Las capas de hielo del pasado se superponen a los continentes.
Jessica Tierney.
Un equipo dirigido por la Universidad de Arizona ha fijado la
temperatura de la última Edad de Hielo, el
Último Máximo Glacial (conocido
por sus siglas en inglés,
LGM, de Last Glacial Maximum)
de hace 20.000 años,
en 7,7 grados Celsius
(46 grados Fahrenheit)...
Sus hallazgos permiten a
los científicos del clima comprender mejor la relación entre los
crecientes niveles actuales de
dióxido de carbono atmosférico,
un importante gas de efecto invernadero, y la temperatura promedio
global.
El Último Máximo Glacial, o LGM, fue un período gélido en el
que enormes glaciares cubrieron aproximadamente la mitad de América
del Norte, Europa y América del Sur y muchas partes de Asia, si bien
la flora y la fauna que lograron adaptarse al frío prosperaron.
"Tenemos muchos datos
sobre este período porque se ha estudiado durante mucho tiempo",
dijo Jessica Tierney (abajo), profesora asociada en el
Departamento de Geociencias de la Universidad de Arizona.
"Pero hay una
pregunta simple a la que la ciencia ha querido siempre
responder: ¿cuanto fría fue la Edad de Hielo?"
Seguimiento de
la temperatura
Jessica Tierney es la autora principal de un artículo
publicado en Nature - que también incluye a científicos de la
Universidad de Michigan, el Centro Nacional de Investigación
Atmosférica y la Universidad de Washington - que ha encontrado que
la temperatura promedio global de la Edad de Hielo era,
6 grados Celsius
(42,8º F) más fría que la actual...
Por contexto, la
temperatura global promedio del siglo XX fue de 14 grados Celsius
(57,2º F).
"En la propia
experiencia personal, a usted le puede parecer que no hubo una
gran diferencia, pero, de hecho, es un gran cambio", señala
Tierney.
Ella y su equipo
utilizaron una técnica que combina datos fósiles de temperaturas
pasadas con resultados de modelos climáticos para crear mapas que
muestran cómo varían las diferencias de temperatura en regiones
específicas del mundo.
"En América del Norte
y Europa, las partes más septentrionales estaban cubiertas de
hielo y eran extremadamente frías. Incluso aquí en Arizona, hubo
un gran enfriamiento", comenta Tierney.
"Pero el mayor
enfriamiento se produjo en las latitudes altas, como el Ártico,
donde había unos 14 grados Celsius (57,2º F) más frío que hoy en
día".
Sus hallazgos encajan con
la comprensión científica sobre cómo reaccionan los polos de la
Tierra a los cambios de temperatura.
"Los modelos
climáticos predicen que las latitudes altas se calentarán más
rápido que las latitudes bajas", dice Tierney.
"Cuando miras las
proyecciones futuras, habrá mucho más calor sobre el Ártico. Eso
se conoce como amplificación polar.
De manera similar,
durante el LGM, encontramos el patrón inverso. Las latitudes más
altas son más sensibles al cambio climático y lo seguirán siendo
en el futuro".
Contar el
carbono
Conocer la temperatura de la
Edad de Hielo es importante porque
se utiliza para calcular la sensibilidad climática, es decir, cuánto
cambia la temperatura global en respuesta al carbono atmosférico.
Tierney y su equipo determinaron que por cada duplicación del
carbono atmosférico, la temperatura global debería aumentar en 3,4
grados Celsius (38,12º F), lo cual se encuentra en medio del rango
predicho por la última generación de modelos climáticos (de 1,8 a
5,6 grados Celsius).
"Sin tener una
estimación precisa de la temperatura del LGM, no podríamos estar
seguros de cómo respondió la misma a los cambios en el carbono
atmosférico", dijo Jiang Zhu (abajo), del Centro Nacional de
Investigación Atmosférica.
"Nuestros resultados
brindan esa confianza".
Los
niveles de dióxido de carbono en la
atmósfera durante la Edad de Hielo fueron de aproximadamente 180
partes por millón, que es muy bajo.
Antes de la Revolución
Industrial, los niveles aumentaron en aproximadamente 280 partes por
millón, y hoy han llegado a 415 partes por millón.
"El Acuerdo de París
quería mantener el calentamiento global en no más de 1,5 grados
Celsius (34,7º F) por encima de los niveles preindustriales,
pero con los niveles de dióxido de carbono aumentando como
están, sería extremadamente difícil evitar más de 2 grados
Celsius (35,6º F) de calentamiento", explica Tierney.
"Ya tenemos alrededor
de 1,1 grados Celsius (33,98º F) en nuestro haber, pero cuanto
menos se caliente el clima, mejor, porque el sistema terrestre
realmente responde a los cambios en el dióxido de carbono".
Impresión artística
del
alcance de la Edad de Hielo.
Hacer un
modelo
Dado que no había termómetros en la Edad de Hielo, Tierney y su
equipo desarrollaron modelos para traducir los datos recopilados de
los fósiles de plancton oceánico a temperaturas de la superficie del
mar.
Luego combinaron los
datos fósiles con simulaciones de modelos climáticos del LGM
mediante una técnica llamada asimilación de datos, y que se
utiliza en el pronóstico del tiempo.
"Lo que sucede en una
oficina meteorológica es que miden la temperatura, la presión,
la humedad y utilizan estos datos para actualizar un modelo de
pronóstico y predecir el clima", sostiene Tierney.
"Aquí, usamos el
modelo climático del Centro Nacional de Investigación
Atmosférica con sede en Boulder, Colorado, para realizar una
predicción del LGM, y luego actualizamos esta predicción con los
datos reales para proyectar cómo era el clima".
En el futuro, Tierney y
su equipo planean usar la misma técnica para recrear períodos
cálidos en el pasado de la Tierra.
"Si podemos
reconstruir los climas cálidos del pasado, entonces podremos
comenzar a responder a preguntas importantes sobre cómo
reacciona la Tierra con niveles realmente altos de dióxido de
carbono y mejorar nuestra comprensión de lo que podría deparar
el cambio climático futuro", concluye Tierney.
Fuentes
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