por Rubén Torres
04 Marzo
2019
del
Sitio Web
LaCosechaDeAlmas
Los cambios se están dando, las energías cambian y la gente (incluso
la más dormida) está cambiando su forma de pensar.
Es cada vez más habitual
encontrar personas que no creen en la versión oficial, de cualquier
noticia o evento que replique
la propaganda de los noticieros.
La disidencia crece cada día exponencialmente, y esto es algo que
pronto será una obviedad, con el tiempo algo que antes era un tema
de loco conspiranoico, mañana será comentado con un "lo sabía hace
tiempo…"
La normalización de ciertos temas hará que el trauma y la
confrontación ante la verdad sea mucho menor, lo que demuestra que
la conciencia colectiva está más que preparada para asumir la verdad
y trascenderla.
Causas injustas y leyes absurdas, están uniendo a la gente en causas
comunes:
feminismo extremo,
violencia de género, propaganda de sexo invertido y desviado,
vacunas, la indefensión
infantil, el satanismo institucionalizado…
La corrupción política y
de todas sus instituciones, está uniendo a la gente y a la vez
despertándola.
Esto se traduce en que ya nadie quiere,
guerra, mafias,
corrupción a gran escala...
La gente desconfía de sus
instituciones y saben que hace falta una gran purga.
Así que cuando esta se
produzca y se haga pública, será un gran alivio para muchos, se
volverá a creer en la justicia y la verdad como un baremo desde el
cual se rige el pueblo.
También ayudará a esas mismas personas a entender que el error fue
delegar toda su soberanía en unas pocas personas, entenderán que el
poder corrompe lo quieran o no, cuando se concentra tanto, y que
deben asumir el como reorganizar sus vidas y las de sus comunidades,
en pequeños núcleos independientes que colaboran en una red, en vez
de estados burocráticos jerarquizados.
Esto se aplicará de igual modo
a las religiones, las personas
entenderán una a una, tras conocer la inmensa corrupción que
arrastran estas organizaciones, que no necesitan un representante de
dios, y que tampoco necesitan templos, rituales y liturgia.
Comprenderán que la
espiritualidad no necesita dogmas, ni normas
estrictas, encorsetadas que diferencien unos de otros,
erigiéndose elegidos o descendientes, cuando en realidad todos somos
chispas de una misma llama.
Según vayan rodando cabezas, y toda la oscuridad haya sido removida
y limpiada, el alivio que supondrá esto energéticamente nos hará
elevar nuestras frecuencias por defecto. Serán pequeñas luces que se
encienden hasta que todo quede iluminado.
También habrá mucho que
lidiar individualmente y trascender colectivamente.
Las conciencias que despiertan lo hacen porque la conciencia
colectiva crece en este planeta y es algo que es imposible negar.
Muchos que aún se resisten a verlo, solo se niegan a sí mismos su
propio cambio.
Su rol victimista le hace
ver el vaso medio vacío constantemente y es habitual aun oírles
decir,
Esto es así, porque no
entienden la mecánica de la conciencia, y porque se niegan a si
mismo toda prosperidad.
La verdad, la justicia,
la luz, llegan aquellos que abren sus brazos, sus mentes y sus
corazones, aquellos que no tienen miedo y confían en sí mismos y en
el Ser humano.
Cada cosa que emerge, cada micra de oscuridad que es remplazada,
cada conciencia que despierta, queda asegurada y no hay forma de
revertirlo.
Aquellos que toman
conciencia podrán tropezar o desviarse, pero nunca retrocederán. Sí
o sí, y de forma inevitable avanzaran, crecerán y no se podrá
revertir.
Cada individualidad en
proceso de cambio contagiara a sus semejantes, y estos a su vez a
los suyos, retroalimentando la conciencia colectiva, y dando vida a
un nuevo paradigma, a una nueva edad para una nueva civilización.
Esto ha sido descrito y profetizado tantas veces en el pasado que es
casi redundante.
Lo que es innegable es
que nada es eterno y todo está sujeto a ciclos; este simple
principio debería bastar para que todo escéptico entienda que no hay
una conspiración en esto para atraparnos nuevamente y para
siempre, es así de sencillo, nada es para siempre.
Ninguna conciencia desea ya experimentar nada de lo que hasta ahora
ha sido vivir en esta sociedad, en este sistema.
Nadie quiere pobreza,
hambre, enfermedad, guerras y corrupción; este deseo unánime es
inmensamente fuerte y aunque muchos aún se resistan ya es una
realidad.
Ya no hay que formar resistencia, no hay que resistir, ni aguantar,
sino que
hay que soltar, abrir los puños
para permitir, que lo que deba ser, sea.
Los cambios llegan y no hay forma de revertirlos, no hay tecnología,
armas o conspiraciones que puedan tirar abajo algo que esta tan
avanzado y que tiene el consenso en conciencia en este planeta.
Es cuestión de fechas… no seas impaciente...
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