hecho a la
medida del
dharma...
Esta renuncia puede tomar muchas formas, desde la vida monástica que observa claros preceptos de control, austeridad y aislamiento, no participando en los placeres del mundo, hasta algunas formas más radicales como las de,
La suprema importancia de la renuncia puede observarse en el esquema clásico de las cuatro etapas de la vida dentro del dharma indio (varnashrama) en el que la vida de un buen brahmán debe culminar,
Lo que es esencial es que
tanto en el budismo como en el hinduismo y
particularmente en el jainismo (las tres grandes religiones
de la India clásica), la renuncia es esencial en un proceso de
liberación que tiene que ver con una purificación que permite
establecer una visión de sabiduría que es igual a la libertad.
En tibetano, la palabra para renuncia es nges 'byung (fonéticamente: ne yung).
De aquí que la renuncia sea el resultado lógico de entender las apariencias, de hacer consciente la forma en la que el mundo surge.
Esto desde la óptica budista, en la que el mundo es por naturaleza insatisfactorio pues es impermanente:
Por eso se renuncia.
Renunciar a las falsas apariencias, aprehendiéndolas como insustanciales, como sueños, es acercarse a la fuente verdadera, al modo auténtico de existir.
El budismo tibetano es esencialmente tántrico, por lo cual esta renuncia, si bien implica el desapego de la mente ante lo que aparece, no implica el rechazo del mundo hacia un ascetismo que opta por apartarse.
El verdadero entendimiento de lo que aparece es el entendimiento de que las cosas no son cómo parecen, son como sueños:
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