por Profesor Leo
27 Julio
2019
del
Sitio Web
ElSenderoDelSer
Todo el tiempo vemos en las redes sociales o en la TV que los
animales realizan travesuras, asumen actitudes muy graciosas o bien
hacen cosas "humanas" como empatizar y ayudarse entre ellos,
apadrinarse o darse de comer.
Muchas veces esto es cómico, otras
sorprendente, pero en todos los casos, el hecho atrapa e incluso
llama a la reflexión.
Es evidente que algo energético está sucediendo en el planeta que
nos está estimulando a evolucionar, sólo que por su naturaleza los
animales lo van asimilando de buena manera y sin ninguna discusión,
en cambio las personas reaccionan de maneras muy distintas, a veces,
adversamente.
Estoy convencido que con el tiempo, los animales van a lograr
comunicarse en la medida que sus fisiologías se vayan adaptando
incluso a pronunciar palabras, pero en la mayoría de los casos ni
hace falta que lo hagan puesto que hoy sus acciones y expresiones
nos indican claramente lo que desean transmitir; de una forma o de
otra, ellos se las ingenian para hacerse entender.
Pienso que cuando llegue ese día, muchos humanos se sentirán
avergonzados por los reclamos que los animales tienen que hacernos
como Humanidad.
En el principio de la Creación, tanto el Reino
Vegetal como el Animal se pusieron a disposición del Humano a fin de
ayudarlo a sobrevivir; esta supervivencia no hubiera sido posible
sin ellos aunque tal colaboración significó un sacrificio por amor
que el ser humano nunca entendió.
La prueba es que el Hombre con su
conducta reprochable gradualmente ha ido produciendo la
extinción de
las especies y su crueldad con ellas no es justificable ni tampoco
comprensible.
Las atrocidades del ser humano se trasladan hoy incluso hacia su
propio gran hogar, el planeta, contaminándolo y ensuciándolo cada
día más y sin necesidad:
disponemos hoy de la tecnología como para
que esto no se produzca, pero aún no tenemos la conciencia como para
decidirnos a emplearla en ese sentido.
A veces la tecnología está
representada por un simple tacho de basura...
Esto nos está diciendo que si bien los animales están evolucionando,
nuestra especie no parece estar haciéndolo en la misma proporción, y
las reacciones sorprendentes de los animales deberían representar un
serio llamado de atención en el sentido que ya es tiempo de
abandonar la cueva, el hacha de piedra y dirigirnos hacia ponernos
de pie como especie superior y elevarnos al lugar en que deberíamos
estar.
Muchas tribus energéticas no humanas admiran al Humano mientras que
otras definitivamente lo aborrecen justificadamente al observar su
desprecio por la vida natural y aún su misma vocación de suicidio.
Es muy común que muchos
Elementales convivan con nosotros y aún,
hasta algunos han decidido encarar la experiencia humana encarnando
como humanos aún sin serlo, con el fin de aprender de muchos
aspectos de nuestra especie que resultan únicos en el planeta.
Tanto,
Hadas, como Sirenas, Duendes, Gnomos y otras Tribus
Elementales,
...forman parte de lo que nosotros sólo vemos como un
conjunto aparte de la Humanidad, aunque en realidad ella esté
compuesta por numerosos grupos terrestres y extraterrestres, muy
diferentes del hombre y de la mujer con alma humana que consideramos
como ejemplares normales de nuestra especie.
Estos seres peregrinos que nos infiltran presentan ciertas
dificultades en adaptarse en su proceso de aprendizaje y en realidad
sufren mucho por esa intención de parecerse, aprendiendo (no siempre
totalmente) a simular conductas humanas que según su idiosincrasia
tribal no terminan de entender del todo puesto que naturalmente no
poseen estas características.
Del hecho mismo que no lo entiendan es
que surge esa curiosidad que los trae a incorporarse a nuestro
"mundo humano" con la finalidad de aprender.
Otras veces ciertos animales son koboltizados o "habitados" por
seres Elementales que buscan de ese modo acercarse a nuestra
civilización a fin de ayudarnos, traernos un mensaje o un aviso, o
en otras veces, a participar de situaciones especiales como si se
tratara de actuar sobre un escenario en una obra teatral en
particular.
La realidad es que nuestra vida material parece ser solamente eso:
una obra teatral, y por ello no deberíamos tomarnos la vida tan en
serio al grado de desesperarnos y angustiarnos porque sólo se trata
de lecciones de aprendizaje que solamente debemos aceptar de buen
grado a fin de experimentarlas en plenitud y obtener el total de la
vivencia programada.
Hoy, esta notable evolución de los animales nos está señalando que
se acerca el momento de nuestra graduación en esta escuela llamada
Tierra, y que de nosotros depende la calificación que obtendremos
luego de vivir la experiencia de este largo Ciclo Terrenal de miles
de años.
En el caso de los seres Elementales, ellos ansían obtener el
aprendizaje y el entendimiento que solamente vivir entre humanos y
como humanos les puede ofrecer.
Refiriéndonos a
los extraterrestres,
algunos de ellos intentan comprender nuestras motivaciones y
nuestros ritmos de crecimiento, dimensionado nuestra evolución desde
adentro mismo de nuestra civilización, mientras que otros no son
solamente simples observadores sino que se inclinan a participar
activamente y muchas veces, a colaborar con algunas personas en
eventuales situaciones de peligro.
Es bien visible que los animales domésticos incluso llegan a
asimilar la personalidad del dueño y deberíamos saber que su misión
de protección no se limita solamente a avisarnos que algo extraño
está sucediendo en nuestro patio trasero, sino que dado su rango de
visión más amplio que el nuestro, ellos detectan en nuestro hogar
presencias energéticas de otra índole, tanto positivas como
negativas.
Muchas veces las mascotas asumen la defensa de sus amos al sublime
grado de sacrificar su propia vida con tal de "bajar a tierra" las
influencias negativas que amenazan a sus dueños.
He presenciado
estos actos heroicos en los que mis propias mascotas han decidido
"poner el pecho" ante una amenaza esotérica contra mi persona.
A tal grado esto me ha afectado, que he decidido ya no tener
mascotas porque sé que ellas intervendrán en mi defensa en cuanto se
presenten dichas influencias maléficas.
Me deja más tranquilo y en
paz asumir estas situaciones y enfrentarlas personalmente en lugar
de ver, como ya he visto, que un ser inocente al que amo y que busca
protegerme sea el blanco de esas nefastas energías malsanas.
Creo
haber crecido lo suficiente como para hacerme cargo de mi propia
defensa y enfrentar mis propios riesgos como precio al intentar
brillar en la oscuridad.
De este modo, observamos que los animales forman parte de nuestra
vida a niveles insospechados, lo que me ha llevado a la firme
convicción de no alimentarme de ninguna clase de comida que implique
el sufrimiento de un animal.
Conozco a varias personas sensibles que parecen no soportar la
pérdida de su mascota; esto se debe a que la misma se ha incorporado
a la vida energética de la persona de tal manera que al perder su
mascota, la persona siente como que se ha ido una parte de sí.
Por eso es siempre recomendable que al morir una mascota, de
inmediato nos hagamos de otra que la reemplace a fin de que ese
campo de nuestra propia energía que ha quedado vacante, sea asumido
tal cual por el nuevo acompañante en lugar de formarse una brecha
energética que posteriormente pueda llegar a constituirse en
un Egregor que nos quite parte de nuestra energía vital.
Muchas personas no lo hacen porque deciden vivir el duelo por esa
ausencia puesto que consideran que de esa forma no están
traicionando la memoria de su vieja mascota, siendo que si ésta
pudiera comunicarse con ellas les aconsejaría buscar reemplazarlas a
la brevedad y poner su amor y su atención tal como lo hacían con la
anterior ya desaparecida.
Los animales no poseen un alma particular como el humano sino que
forman parte de una gran alma que los congrega, por lo que si una
mascota desaparecida es reemplazada por otra, el equilibrio se
conserva.
Repetidas veces presenciamos que ciertas mascotas inexplicablemente
se pierden o se extravían y resulta imposible recuperarlas; a veces
se van de nuestro lado inexplicablemente para no volver.
En esos
casos, un perro o un gato que se alejan voluntariamente de su amo,
se están llevando consigo importantes cargas energéticas nefastas a
fin de que las mismas no recaigan en sus amos.
Esto es un sacrificio por amor que muchas veces no entendemos.
El
perro o el gato que se extravió no fue porque no sabe cómo regresar
a su hogar sino porque se aleja voluntariamente a fin de ahorrarle a
su amo el sufrimiento de que esas energías negativas afecten o
malogren su vida futura.
Otras veces, con esfuerzo logran desprenderse de esas energías
negativas y sintiéndose ahora limpias, deciden retomar el rumbo al
hogar.
La popular imagen de la bruja que sostiene a una lechuza en
su hombro, tiene ahora su explicación.
El caso de perros y gatos callejeros en muchas ocasiones se debe a
esta situación, por lo que deberíamos sentir más respeto por estos
animales en función de que es posible que su soledad se deba a que
decidieron llevarse consigo el maleficio de la casa de su amo.
En una ocasión, tuve que mudarme a un barrio en el que habitaban
algunos ejemplares callejeros de los que me llamó la atención un
hermoso perro de la raza Siberian Husky, un animal manso pero muy
descuidado, y la tentación de adoptarlo fue muy grande:
él me
recibió alegremente cuando me le acerqué y aceptaba la comida y las
caricias, pero cuando quise cobijarlo en casa pareció indicarme
claramente que él prefería la calle.
Pasaron algunos años en los que no lo volví a ver y nuevamente debí
mudarme al otro extremo de la ciudad.
Grande sería mi sorpresa de
encontrarme un día en la puerta al viejo siberiano, que tampoco esta
vez aceptó ser adoptado, pero me resultó muy llamativo el hecho de
que yo me mudara y al tiempo el perro decidiera también mudarse al
mismo barrio.
Si todas las personas pudieran comprender lo que el Reino Animal y
el Vegetal voluntariamente nos ofrecen con tal de cuidarnos para que
no se extinga la especie humana las especies animales y vegetales no
se extinguirían, porque la conciencia humana no lo permitiría; pero
lamentablemente no es así.
El ser humano considera a estos seres como de naturaleza inferior,
siendo que su
Conciencia Grupal está a la par o bien, naturalmente
por encima de la
Conciencia humana individual, razón por la cual les
es más fácil sintonizarse con las vibraciones que las personas no
somos capaces de sentir.
Como ejemplo de ello,
podemos ver
fácilmente los comportamientos extraños de los animales en el campo
cuando se avecina una tormenta a pesar de que vemos que el cielo se
encuentra absolutamente despejado.
Muchas veces mientras viajo en la ruta suelo observar el vuelo de
los pájaros para adelantarme al pronóstico del tiempo:
-
cuando los
pájaros vuelan en bandada organizada en "V", eso significa que habrá
buen tiempo
-
si lo hacen en grupo suelto y en forma desordenada, es
porque se está formando un temporal o bien los próximos días van a
ser de mal tiempo
Cuando los perros, las ovejas o los caballos se revuelcan frotando
el lomo contra el piso en una graciosa demostración, esto se debe a
que su lomo se encuentra cargado por estática lo que indica que a la
brevedad llegará una intensa tormenta eléctrica y esto avisa que es
necesario guarecerse.
De este modo, podemos darnos cuenta de que los animales no son tan
inferiores como nos han hecho creer que son, ni tampoco están para
ser víctimas de nuestro maltrato o de nuestras necesidades
alimenticias.
Y si somos observadores, podremos ver en ellos gestos de una empatía
y un amor desprendido que sería muy deseable que nosotros, "los
reyes de la Creación" algún día llegáramos a tener, no sólo con
ellos sino con los demás ejemplares de nuestra propia especie.
Por experiencias personales aseguro que es posible, mediante
técnicas especiales de Control Mental, proyectar nuestra conciencia
hacia el interior de la mente de nuestra mascota y así percibir sus
inquietudes, su estado de ánimo, y hasta recibir imágenes que el
animal gustaría de transmitirnos.
De ese modo podríamos comprender las razones que tiene para
comportarse de alguna forma especial, o el porqué de rechazar tal
alimento, o destrozar lo que se encuentre a su alcance.
Generalmente
se trata de una angustia o malestar que muchas veces no se debe a su
propia naturaleza sino al estado de ánimo o situación en que está
vibrando su dueño o algún integrante de la familia.
Antes de que sea demasiado tarde, los seres humanos deberíamos abandonar de plano nuestras actitudes negativas hacia todo nuestro
entorno y disponernos de una buena vez a evolucionar hacia nuevos
horizontes espirituales:
el momento está llegando a su culminación, y
eso nos lo está mostrando el hecho de ver claramente cómo están
evolucionando los animales...
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