del Sitio Web
LaCosechaDeAlmas
La mayoría de los casos de confusión y desinformación, se sustentan básicamente en el desconocimiento de este principio, el cual es vital para entender dentro de este sistema dual, quien tiene una intención positiva y quien la tiene una negativa.
No nos podemos fiar (y menos a estas alturas) de las apariencias, de los códigos que nos aporte el individuo, quien sea su fuente, lo amoroso de su mensaje o lo concienciado que parezca... menos aun de lo que resuene o no finalmente este aporte.
Son tantas las formas de
llevarse a alguien al huerto, que lo raro seria encontrar una
intención pura tras un informador, un contactado o un
trabajador de la Luz.
El pueblo, cada uno de nosotros, los que engrasamos la máquina del sistema, somos básicamente seres de gran corazón y buen proceder; caemos en los prejuicios y las falsas apariencias, arrastrados por una educación incorrecta, pero en el fondo ayudamos cuándo tenemos oportunidad.
Somos básicamente
amorosos y compasivos, pero el sistema nos está recordando
constantemente que el amor es otra cosa y que la empatía
es inútil, que el egoísmo es lo normal y que la
sensibilidad es debilidad.
Nos auto engañamos, fruto quizá de vivir insertados en una mentira...
Como decía, nos engañamos pensando que todos son iguales a nosotros, que todos guardan dentro de si esa luz y que todos tienen los mismos códigos morales impresos en su ser, pero es evidente que no.
Esto es un juego de apariencias, unos van disfrazados de ciudadano modelo, otros de respetable vecino y otros de amantísimo amigo, pero solo es lo que parece.
La realidad por lo
general es otra y llegar al fondo de la intención real que alberga
cada uno; es algo que difícilmente llegaremos a ver a la luz del
día.
La mayoría de la gente vive en una constante dependencia
Tras el primer contacto nos creamos un juicio de esa persona por simple apariencia.
Tras el primer dialogo, tiramos de memoria, buscado patrones en los que encajar a ese ser, dentro de los módulos que el sistema rige para las conductas, normal, singular, extravagante, raro, friki, loco...
Una vez lo hayamos encajado todo, abrimos o cerramos nuestra capacidad de entablar relación y cuan profunda puede ser esta.
Aquí es donde tendríamos que empezar a poner en práctica el principio de no intervención, ya que por lo general, nos esforzamos por modular al otro para que todo su Ser encaje en el patrón que diseñaste para él, sin que quede arista alguna que distorsione tu ideal.
Sus creencias se deben ajustar milimétricamente a las tuyas, su ideario político, social y moral, deben encajar de igual modo.
Es prácticamente inevitable que tratemos de cambiar la opinión del otro.
La lucha por la razón, es
la batalla inútil con la que diariamente hacemos chocar nuestra
cornamenta, en una perpetua época de celo que nos empuja a ser el
jefe de la manada a toda costa; lo único que nos separa de un
animal, es que no marcamos con orina nuestro territorio, pero en
algunos casos hasta lo dudo.
Si cualquier ser interfiere sobre otro modificando alguna de sus estructuras, se estará impidiendo que la expresión de si mismo se manifieste, que su libre albedrío se ejerza y que su capacidad natural aflore y se desarrolle.
La mejor forma de aprender es mediante,
Lo que al final se imprime tras este proceso, es una forma natural de evolución y crecimiento, en la que el individuo descubre y se descubre, mediante la interacción con su entorno.
Intervenir o influenciar en el proceso de cada uno, es un error irreparable, ya que ese ser será desviado de su camino y transitará caminos que no fueron creados por él, ni para él.
Quizá en nuestro fervor por ayudar, queramos despertar al prójimo a toda costa, pero la mayoría de las veces tras esa intención de ayudar, existe el egoísmo, quizá por no pasar a solas este complicado transito lleno de mentiras, o porque creemos que así los salvamos de algo.
Es evidente que esto no
funciona, ya que muchos que despertaron de forma forzada, engrosaron
las filas de aquellos que les quisieron vender cualquier panacea,
con lo que la sensación de estafa al final será aún mayor.
El bien o el mal, lo correcto o lo incorrecto no sirven para medir las intenciones de otros, para con nosotros o con su entorno.
Si alguien, sea quien sea, te dice que tal o cual cosa, es como él dice, estará interviniendo y moderando tu capacidad de aprender por ti mismo a construir una imagen pura de ti, te estará quitando la oportunidad de pulirte y crecer por ti mismo.
Si esto lo extrapolamos a
cualquier ente o ser, que proceda de otro estado distinto al
nuestro, densidad, dimensión, plano, o planeta, deberá, aplicar el
principio de no intervención sí o sí, porque si no tenemos esto en
cuenta, por ambas partes, cualquier gesto o palabra, es una clara
intervención en la libertad del otro.
Un ser de otra realidad utiliza a un humano como canal (instrumento) para dar una información, a un grupo (por lo general) en este caso.
El grupo toma la información de un ser, que al no pertenecer al mismo estrato que ese grupo de humanos, este toma automáticamente el cariz de ser superior, elevado, etc... y los humanos, por contra, son seres sometidos a la voluntad y las creencias de ese ser, presuntamente más evolucionado y superior.
Por tanto se le aplica un
valor moral a su información más elevado, que a cualquier otro ser
humano que dijera exactamente lo mismo y llegara a esas conclusiones
por sus propios medios.
Si de nuevo seguimos aplicando este principio, nos daremos cuenta que todos los textos canalizados tampoco se salvan y son una clara intervención con unas intenciones poco enriquecedoras o evolutivas.
Si lo extrapolamos al fenómeno ufolológico o del contactismo, todo en él es una evidente y constante violación del principio de no intervención, siendo una clara y flagrante falta de respeto a nuestro proceso soberano de crecer, errar y rectificar.
Por no evidenciar esas prisas de todos estos seres porque evolucionemos y tomemos ese salto quántico cuanto antes y a toda costa, algo que debería hacernos sospechar
¿Qué ganan 'ellos' con nuestra evolución?
Esa cuestión jamás la
responden y es evidente que algo deben sacar cuando llevan varias
décadas vigilando este proceso.
Se nos ha coartado, se
nos ha eliminado la capacidad de aprender por nosotros mismos,
habiendo una constante y sibilina intervención de terceros en todos
y cada uno de los pasos que hemos ido recorriendo como civilización.
Muchos podrían ver en este principio un toque egoísta o pasota, ya que si lo respetas hasta sus últimas consecuencias, podrías permitir que un pueblo destruyera a otro o causara daño a terceros... Pero no es así en realidad.
Como todo principio tiene unas reglas y estas son que no hay intervención siempre que tus errores no supongan una merma en el proceso de otros.
Ciertamente ninguno...
Pero cuándo la intervención provoca que unos creyentes se enfrenten a otros, al final es un igual contra otro igual, ambos intervenidos, ambos de la misma raza y dentro del mismo proceso evolutivo, ambos engañados sí, pero ambos deben darse cuenta del engaño y rectificar dentro de su error.
En eso está su proceso, nadie puede intervenir y decirles que están engañados y que esos que les intervienen son los malos, porque con este gesto, das por sentado que eres el bueno, por lo tanto, estas inclinando la balanza hacia ti insidiosamente.
No se puede rectificar un
error cometiendo otro error...
El trasfondo de toda esta
intervención pasa necesariamente por conocer nuestro origen, por
restablecer nuestra memoria y por identificar por nosotros mismos
aquellos que nos engañan y manipulan con su intervención, usando
multitud de roles y de categorías jerárquicas para usurpar nuestra
libre elección.
Pues básicamente nos queda aprender por nosotros mismos, eso es lo que tiene ser libres y soberanos, que deberemos responsabilizarnos y tener la conciencia despierta de verdad para discernir constantemente, desde el fondo critico de cada uno, hacia donde hay que ir, y donde queremos terminar.
Esto es costoso, porque sencillamente dejas de ser un niño, con unos malos tutores, a un adulto maduro y en plenas facultades. Para esto es para lo que sirve la conciencia y estar conscientes, para tener en cuenta el papel que jugamos y lo responsables que somos...
Lo cómodo es que otros te digan que debes hacer, en tu presente o tu futuro; pero la libertad no se canaliza, ni se gana por contacto divino, tampoco llega tras una ascensión o una iluminación...
La libertad se conquista
día a día, trabajando, errando, y rectificando, aprendiendo a ser
libres.
Esa es la verdadera evolución y el verdadero crecimiento, es la verdadera soberanía que se nos debería otorgar o quizás deberíamos conquistar.
Tú eliges...
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